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Lo indebido

—¡Lillian! —Byakuya ingresó a la habitación que compartía con su esposa lleno de alegría, solo para ser regañado porque su hijita recién nacida, Rei, estaba durmiendo—. Uy, lo siento. —Caminó a ver a la bebita en su cuna, sonriendo aliviado al ver que no se despertó—. No pude evitar mi emoción, me llegó una carta esplendida.

—¿Del palacio? ¿De qué se trata? —Lillian lo miró expectante.

—Ukyo me ha contado la más maravillosa noticia, querida. Nuestros temores fueron infundados, mi hijo y tu sobrina se han enamorado profundamente, ¡los dos congeniaron de una manera digna de un cuento de hadas! Incluso en ese frío hijo que tengo se nota demasiado el amor que ha desarrollado por la princesa. —Lloriqueó aliviado.

—¡Oh, es maravilloso, realmente! —Lillian lo abrazó—. Te dije que se llevarían bien, seguramente deben leer juntos y pasar largas horas en la biblioteca, quizás ella lo ayuda en la parte teórica de la ciencia y hasta podría ser que le haya contagiado su gusto por las novelas románticas. —Sonrió felizmente.

—Eh... no suena tanto como a Senku, pero quién sabe, el amor puede cambiarte. —Byakuya rio también.

—También me cuesta creerlo, pero Ruri es hermosa y amable, seguramente su corazón dulce lo conquistó, me imaginó que poco a poco se fueron conociendo y que ambos están felices de vivir una historia de amor dulce y tranquila, justamente lo que se merecen dos jovencitos de buen corazón como lo son ellos.

—De hecho, Ukyo mencionó algunos problemas y malentendidos...

—¿En serio? Eso sí me sorprende... He estado tan ocupada con la bebé que no pude escribirle mucho a mi sobrina, pero le mandaré una carta ahora. ¡Muero porque me cuente todos los detalles!

—Y también nos invitaron al baile tradicional de compromiso, nuestra preciosa Rei ya será más grandecita para soportar el viaje, ¿verdad?

—Sí, es una niña muy sana, no debería haber problema. —Lillian sonrió con cariño a su hija.

Mientras Byakuya se quedaba con Rei, Lillian fue a su oficina personal y comenzó a redactar una carta para su querida sobrina.

Comenzó a escribir:

Querida Ruri,

Me he enterado que el amor ha surgido entre Senku y tú, ¿es cierto?

De ser cierto, déjame decirte que me alegro desde el fondo de mi corazón, ustedes dos merecen ser felices, y sé que serán muy buenos reyes para Akari.

Cuéntame un poco de su relación, querida, muero por saber los detalles.

¿Cómo hizo ese gruñón hijastro mío para conquistarte? Sé que Senku puede ser difícil, pero imagino que supo comportarse como un caballero contigo, en verdad me alegra.

¿Te ha declarado ya su amor? ¿Le has declarado tú tu amor?

Oh, querida, sé que siempre has sentido tan solitaria encerrada en ese palacio... de verdad me alegro que ahora puedas experimentar el amor.

Yo doy fe de que Senku es un buen muchacho, quizás algo complicado al principio, pero en el fondo es un chico brillante y maravilloso, me imagino que también eso habrá llamado tu atención, ¿verdad? Sé que siempre te llamaron la atención las personas creativas y hambrientas de conocimiento, como los héroes en las novelas que tanto te gustan, querida.

Tu madre estaría profundamente feliz de saber que tendrás a un buen hombre cuidándote y sobre todo, que te ame.

Pronto iré a visitarte, apenas mi querida Rei sea un poco más grandecita, muero por presentártela, sé que la amaras.

Estaré espesando ansiosamente tu respuesta.

Con amor, tía Lillian.

.

—¡¿Ya leíste la carta?! —preguntó Kohaku nerviosamente una vez Ruri bajó la hoja—. ¡¿Q-qué se supone que debo decirle?! ¡Ella te conoce bien! ¡Podría descubrirme!

Ruri sonrió pacientemente ante los evidentes nervios en su hermanita, para luego darle unas palmaditas en el hombro para que se relaje.

—Lo siento, Kohaku, desde el principio te dije que nuestra tía Lillian es prácticamente la única persona que nos puede descubrir si llega a ir al palacio... Y ahora... pues la única solución que se me ocurre es evitarla por completo...

—Pero... —Kohaku apartó la mirada— a mí me gustaría conocer a mi tía... E-es lindo tener más familia y... sería lindo poder contarle de tu compromiso con Chrome. —Sonrió felizmente al recordar que hace una semana ya Chrome se había atrevido a pedirle matrimonio—. Y además... ella era prima de mamá, ¿no es cierto? Quisiera que me hablara más de ella...

Ruri sonrió con ojos llorosos, para luego darle un fuerte abrazo.

—Si quieres podríamos decirle la verdad... seguramente ella entendería...

—No... No creo que debamos. —Kohaku suspiró, rompiendo el abrazo para abrazarse a sí misma—. También es madrastra de Senku, ¿no? Y no quisiera obligarla a que le mienta...

—¿Y no has pensado... decirle la verdad a Senku? —Ruri la miró muy seriamente.

—¡N-no! ¡No puedo hacer eso! —Negó de inmediato—. ¿Viste cómo se puso cuando le oculté mis salidas a la granja y mi amistad con Chrome? ¡Él estaba muy furioso de que le mintiera! Y si le digo que no soy la persona que él cree... —Se mordió el labio— Él podría odiarme, Ruri-nee...

Ruri suspiró.

"Yo más bien pienso que él estaba furioso por celos, pero tú apenas y sí has aceptado que lo amas, no sé cuánto tiempo te tomará aceptar que él obviamente te ama también", pensó Ruri con resignación. "Hasta tía Lillian lo noto a cientos de kilómetros de distancia..."

—Bien, pues entonces deberás evitarla por completo... ¿Estás dispuesta a eso?

—Creo que no tengo opción. —Kohaku suspiró.

—Bien, podemos pensar en los detalles luego, ahora... le escribiré una contestación y tú la enviarás. —Tomó pluma y hoja.

Comenzó a escribir:

Querida tía Lillian,

Los rumores son ciertos, me encuentro profundamente enamorada de Senku-san y sé que él me corresponde...

—¡E-espera, eso no es cierto! —Kohaku la interrumpió, profundamente sonrojada, negando con la cabeza frenéticamente—. B-bien, tal vez sí me guste Senku... un poco, ligeramente, ¡p-pero para él solo somos amigos, e-es obvio! A-además, yo lo llamó Senku.

Ruri suspiró, desechando la hoja.

Volvió a escribir en una nueva hoja:

Querida tía Lillian,

Debo confesar que siento un tierno afecto hacia Senku, él ha demostrado ser un caballero de buen corazón e inacabable bondad.

—Pff... ¿Senku un caballero? ¡Ja! Quizás muy en el fondo, pero la mayoría de las veces se porta como escoria. —Kohaku bufó—. Además, ¿cómo que tierno afecto? Yo no diría eso.

—No debo hablar como tú, Kohaku, debo hablar como yo, pero con tus sentimientos. —Ruri rio divertida—. Además, ahora dices eso, pero te la pasas horas hablando del buen corazón de Senku-san y lo mucho que desea ayudar a la gente. —La miró con una risita cuando ella se sonrojó más, visiblemente avergonzada.

—C-como sea, dilo como quieras.

Ruri rio y siguió escribiendo:

No sé si Senku me corresponda, pero estaré feliz de reinar Akari a su lado.

Sé que Senku a veces puede ser...

—Una escoria —sugirió Kohaku y Ruri la miró con incredulidad—. Bien, ¿cómo lo dirías tú?

—Mmm... ¿un poco excéntrico? —recomendó.

—¡Ja, más bien un desquiciado obsesivo con deseos de explotar a la pobre gente de esta isla para sus locos proyectos de ciencia de los cuales no entiendo ni la cuarta parte!

—Vaya... —Ruri parpadeó— y pensar que ayer no dejabas de alabarlo porque su maravillosa ciencia salvó a uno de los caballos del establo real...

—¡E-eso no quita que la mayoría de las veces actúa como un bastardo! —Se sonrojó más.

Con una sonrisa divertida, Ruri volvió a escribir:

Sé que Senku a veces puede ser... alguien difícil de entender, con muchas ambiciones y una visión del futuro algo complicada de entender, incluso para mí, pero incluso así logró notar que en el fondo su objetivo es ayudar a la gente, tal como te ayudó a ti y a mí.

—Wow, sí que sabes adornar mis palabras... —Kohaku alzó una ceja con diversión.

Ruri siguió escribiendo:

La verdad no hay mucho que contar, supongo que simplemente congeniamos bien, y estoy muy agradecida de haberlo conocido.

En definitiva, a mí me gustan mucho las personas creativas y brillantes como él, en eso has dado en el clavo con toda certeza.

—¡Ja, es una lástima que no puedas decirle de Chrome! —opinó Kohaku, balanceando los pies felizmente desde su lugar en el escritorio que Chrome hizo para su hermana—. Aunque tiene ciertas cosas en común con Senku, supongo que a ambas nos gustan los científicos. —Rio divertida.

—Claro, aunque cada uno es único en su propia manera, pero creativo y brillante es algo que se puede decir de ambos. —Ruri rio suavemente—. Supongo que por eso también se llevan tan bien.

—Y que lo digas, Senku ha estado toda la semana usando una hora de la practica del baile para ir a ver a Chrome a la herrería. —Bufó—. Apenas hemos avanzado en la danza, y se supone que era él el que estaba más preocupado de hacer el ridículo. —Rodó los ojos.

—A mí me alegra que se lleven bien... quizás algún día podamos decirle la verdad a Senku y yo también pueda conocerlo.

—Ja, no lo sé... a él realmente no le cayó nada bien que le mintiera antes... y si descubre que le he mentido desde el principio... N-no creo que quiera decirle la verdad...

Ruri solo pudo suspirar, antes de seguir escribiendo para terminar la carta:

Respecto a tu visita, estoy muy ansiosa de volver a verte y conocer a tu hijita, las estaré esperando con ansias, sé que ya amo a Rei profundamente con solo saber de ella, con solo saber que es tu preciosa hijita a la que tanto amas.

Sabes que te adoro inmensamente, tía, te he extrañado muchísimo estos últimos meses.

Desde la distancia te deseó las mayores bendiciones tanto para ti como para tu esposo y tu hijita Rei.

Con amor, Ruri.

Terminó de escribir la carta con un deje de tristeza, ya que era cierto que la echaba mucho de menos, y Kohaku notó esto y rápidamente la envolvió en un abrazo que la hizo sentir mejor de inmediato.

—Es una pena que no pueda invitarla a la boda... más porque Chrome y yo planeamos que sea una boda pequeña y rápida. —Suspiró.

—Lo siento... quisiera que las cosas no tuvieran que ser así... —dijo Kohaku sinceramente.

—No te preocupes por eso, aun a pesar de todo, esta es la mejor situación posible, porque ambas podremos estar con el hombre que amamos. —Tomó sus manos felizmente—. Sé que al final todo saldrá bien.

—Sí... sé que sí.

.

Kohaku bajó para ayudar a su tía con los caballos de la granja mientras esperaba a que Senku llegara de la herrería, ya sabiendo que se iba a tardar por lo menos diez minutos más de los que dijo porque siempre se distraía en sus inventos raros con Chrome y Kaseki.

Esta vez, sin embargo, solo tardó cinco minutos de más, para su grata sorpresa, por lo que rápidamente se despidió de Turquoise y se subió en la yegua Kokoro (el dueño del establo cerca del palacio ahora siempre se las daba gratis por todo el dinero que Senku le dio el primer día) y emprendieron rumbo al palacio rápidamente para ver si podían tener al menos media hora de practica de la danza tradicional antes de que les golpearan la puerta para que Senku fuera a sus clases de etiqueta donde también estaba muy atrasado.

—Realmente no sé por qué te preocupas, siempre practicamos al menos media hora, deberíamos estar listos sin problemas para el baile en tres semanas —dijo él sin mucho interés—. Lo realmente impresionante aquí es lo mucho que he avanzado con Chrome en el diseño de esos lentes para telescopios.

—Tenemos menos de tres semanas —lo corrigió ella—. Y eres muy rígido al bailar, Senku, no me digas que no consideras ese baile tuyo tan monótono como algo que no nos dejara en ridículo a ambos, y eso es lo que te preocupa, ¿verdad? El quedar en ridículo frente a toda la corte. Es verdad que sigues los pasos adecuadamente, pero no le pones nada de emoción y te ves raro.

—Bueno, gracias, leona, eso me da diez billones de puntos de confianza.

—¿Por qué siempre dices eso de puntos? —Rodó los ojos—. Nunca sé a qué te refieres.

—Los maestros suelen dar puntos de progreso a sus alumnos por estudiar más.

—¡Ja, podría ser una buena idea! Si practicamos más el baile y lo haces bien, te puedo dar puntos de progreso, entonces —sugirió con entusiasmo.

—Los puntos otorgados por un maestro de renombre me pueden servir de mucho para posicionarme académicamente, pero temo que los puntos otorgados por usted en un simple baile no me servirán de nada, alteza.

—Ja, de nuevo portándote como una escoria... —Kohaku sintió su ceja temblar—. Bien, pues si no te interesan mis puntos, puedo recompensarte de otra forma. —De repente, lo sintió tensarse—. ¿Qué quieres que te dé, entonces?

—Realmente no es... necesario...

—¡JA! ¿Te vas a acobardar ahora? —Sonrió con burla, riendo cuando él volteó para verla con irritación desde su lugar guiando a la yegua.

—No me acobardó, pero no hay nada que desee de usted realmente, princesa... o nada que sea apropiado pedir, por lo menos... —murmuró mientras mantenía la vista al frente.

Kohaku alzó una ceja, antes de sentir su rostro arder en un rojo vibrante al sopesar los posibles significados de esas palabras.

N-no... No había forma de que él se refiriera a lo que ella pensaba. Seguro eran ideas suyas.

Mientras cabalgaban, de repente se toparon con una multitud impidiendo el paso en una de las calles principales, ya a medio camino de llegar al palacio, y los ojos de Kohaku se iluminaron al ver músicos preparándose para tocar.

—¡Oh! ¡Debe ser una feria del pueblo! —Sin pensarlo dos veces, se bajó del caballo, ajustando más su capucha—. ¡Vamos, Senku! ¡Tienes que ver los bailes que más me gustan!

—Eh... —Aunque dudoso, él se bajó del caballo también, ajustando su capucha de igual forma—. De acuerdo, pero hay que atar al caballo. —Suspiro.

—No hay problema, allá hay un cuidador. —Kohaku, ya acostumbrada a estas rutinas, no se preocupó en lo absoluto.

Dejaron a la yegua con el cuidador y se unieron a la multitud mientras los músicos ya comenzaban a tocar y las primeras parejas comenzaban a bailar en medio de la calle.

Kohaku no pudo ocultar su enorme sonrisa, sumamente feliz mientras recuerdos de su niñez, estando acompañada de sus tíos o de Chrome y Kaseki, se le venían a la mente.

Pudo notar que Senku la miraba de reojo, pero la mayor parte del tiempo también miraba a las parejas bailando, con una expresión que parecía más bien analítica, como si estuviera estudiando los pasos de baile que ejecutaban.

La canción terminó y una nueva comenzó, y Kohaku de repente se sorprendió cuando é le tendió la mano.

—¿Bailamos, leona? —Sonrió divertido ante su mueca de completa incredulidad.

—¡¿E-en serio?!...

—Dijiste que soy muy rígido al bailar, y estos bailes son diez billones por ciento peores y más alocados y sin gracia que los de la danza tradicional, así que... supongo que si logró adecuarme aunque sea un poco a esta locura, entonces ya no debería ser tan difícil lograr la danza tradicional. —Encogió los hombros, todavía tendiéndole su mano.

Kohaku siguió mirándolo boquiabierta, antes de sonreír enormemente, tomar su mano y arrastrarlo a la zona de baile con las otras parejas.

La melodía que estaban tocando era alegre, vivaz, y el baile alocado y salvaje.

Ella rio como loca mientras arrastraba a Senku por todo el lugar, feliz de tener una mano envolviendo la suya y de sentir la otra mano de él firmemente en su cintura mientras ella tomaba su hombro. Él parecía aferrarse a ella más que nada por la velocidad frenética en la que estaba prácticamente saltando por todas partes, pero igual la hacía feliz sentirlo tan cerca de ella.

—¡Vamos, todos están bailando o aplaudiendo! —exclamó con voz fuerte para que la oyera entre tanta música—. ¡Vive la alegría de la gente! ¡No pienses, solo baila!

—Que ridículo... —gruñó él, pero luego afianzó su agarre a su cintura, pegándola más a su cuerpo, dejándola sin aliento por un segundo, antes de dar pasos firmes y fuertes hacia un costado, llevándola en un círculo al ritmo de la música en compas con las otras parejas, dando pasos fuertes hacia atrás y hacia adelante, mirándola fijamente a los ojos todo el tiempo, como si solo fuera capaz de hacer esto mientras la miraba a ella y solo a ella.

Ella solo lo observó atónita por un largo rato, sin poder creer tanta firmeza y determinación en algo que él consideraba tan estúpido, pero luego se dio cuenta de que Senku era firme y determinado en todo lo que se proponía, y siempre acababa logrando su objetivo, por más que fracasara una y otra vez... así era él.

Sonrió suavemente, afianzando su agarre en su hombro y en su mano.

—¡Ja, no está mal! —exclamó con voz llena de alegría—. ¡Aunque aún eres demasiado brusco en tus movimientos! ¡Haz que tus pies sean más ligeros! ¡No solo se trata de esforzarse, también de disfrutar! —Rio alegremente, para luego dar unas vueltas, obligándolo a hacer lo mismo, desbalanceándolo un poco al principio, pero él rápidamente se irguió y comenzó a intentar aplicar sus consejos.

Sus pies se volvieron más ligeros en la pista, se dejó arrastrar por ella y comenzó a arrastrarla también, comenzando a sonreír también cada vez que la tomaba por sorpresa girándola o inclinándola de repente, y pronto los dos acabaron incluso riendo mientras bailaban ya la segunda canción, totalmente perdidos en el momento.

Él nunca, ni por un solo instante, dejó de mirarla, toda su concentración estuvo en ella, y ella fue incapaz de pensar en nada más que él, sintiendo el momento tan... único... tan... íntimo... como si no estuvieran rodeados de gente, como si realmente en el mundo no existiera nadie más...

Finalmente, la segunda canción que bailaban terminó, pero esta vez los músicos hicieron una pausa mientras recibían los aplausos del público.

Mientras la gente vitoreaba y se acercaba a los músicos para hacer peticiones de otras canciones, Senku y Kohaku permanecieron fijos en sus lugares, sonriendo aún, mirándose fijamente aún, concentrándose únicamente el uno en el otro como si no existiera nada más.

Sin embargo, pronto sus rostros comenzaron a acercarse poquito a poquito cada vez más, y sus sonrisas menguaron cuando sus miradas comenzaron a concentrarse específicamente en los labios del otro.

Kohaku sabía lo que quería... lo que quería desde hace mucho tiempo... y sus ojos poco a poco comenzaron a cerrarse mientras su boca rozaba contra la de Senku...

Y fue entonces... que una nueva canción comenzó a sonar, el sonido fuerte, alegre y demoledor haciendo que los dos prácticamente brincaran alejándose el uno del otro.

Ella sintió como si su rostro estuviera ardiendo en llamas, y Senku solo pudo carraspear y murmurar algo de ir a pagarle al cuidador de caballos y recuperar a la yegua Kokoro y se fue casi corriendo lejos de ella.

Kohaku aprovechó el momento para salir del área de baile e intentar arrojarse viento a la cara para ya no sentirse tan avergonzada, pero Senku rápidamente estuvo allí y sin mirarla le dijo que subiera al caballo.

Subió y él aceleró un poco el paso del caballo para hacer el viaje lo más corto posible, por lo que en solo diez minutos estuvieron ya de regreso en el salón de baile donde todos creían que se la pasaban practicando la danza tradicional.

Todavía deberían quedarles unos buenos quince minutos para practicar, pero...

—Quizás... deberíamos dejar esto para mañana —murmuró Senku, rompiendo el incómodo silencio que se había instalado antes entre ellos.

—Ci-cierto... quizás. —Suspiró, volteando a verlo con anhelo.

Sin embargo, se sorprendió al descubrir que él había estado mirándola también justo en ese momento, con la misma mirada cargada de profundo anhelo.

En la soledad y silencio de aquel gran salón de baile, los dos volvieron a perderse en la mirada del otro.

Por impulso, Kohaku se acercó un par de pasos hacia él, sorprendiéndose cuando Senku no solo no retrocedió, sino que él mismo terminó por reducir la distancia entre ellos, bajando su rostro hacia el suyo hasta que sus narices estuvieron prácticamente rozándose.

Kohaku se quedó sin aliento, incapaz de apartar sus ojos azules de esos profundos e intensos ojos color escarlata que parecían querer rogarle desesperadamente por su permiso...

Su permiso para hacer algo sumamente indebido...

Ninguna señorita respetable, mucho menos una princesa, debería siquiera considerar el permitir algo como lo que ella tan desesperadamente quería permitirle a Senku, porque incluso entre prometidos algo como eso era inaceptable, incorrecto, más bien era reprobable y escandaloso el siquiera plantearse hacer algo así sin estar casados aún, pero...

De repente, su mano enguantada en seda se alzó prácticamente sola hasta posarse en la mejilla de Senku, por puro impulso, por pura incapacidad de frenar su profundo anhelo a lo tan profundamente indebido.

Y Senku sonrió, como si eso fuera todo el permiso que necesitaba.

Tomó su mano con la suya, ahuecó suavemente su mejilla con su otra mano, y la besó.

Continuará...

Holaaaa :D

Aquí otro cap comisionado por mi queridisimo Aigamy!

Todas las gracias a él uwu

Espero q les haya gustado owo

Disfruten lo feliz, jeje... disfruten... mientras puedan 3:D

Ejem... digo, digo... primer beso! Yay! *o*

Ojala les haya gustado! Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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