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La desilusión

Kohaku regresó al palacio y comenzó a buscar la carta desesperadamente, sin querer que ningún sirviente ni nadie que pudiera llevársela a su padre la encontrara, porque entonces él podría saber de las escapadas de Ruri y eso no podría significar nada bueno.

Ruri le dio algunas opciones de lo que podría hacer si un sirviente encontraba la carta, e incluso le dio opciones de lo que podría hacer si la carta llegaba a manos de su padre o si alguien la amenazaba con dársela a su padre.

—¿Quién podría querer amenazarte? —le preguntó ella antes de irse de la granja.

—El consejero Ibara, el general Mozu, o cualquiera con ambiciones de poder... Por eso estaba tan reacia a dejarte hacer esto, Kohaku, no sabes cuánto poder puedes tener como una princesa... ni cuántas personas podrían querer quitarte ese poder.

Sus palabras la dejaron nerviosa, pero también decidida a encontrar la carta, por lo que siguió todos sus pasos muy cuidadosamente, incluyendo volver a donde había tomado el té con Senku.

Lo que no se había esperado era ver a Senku todavía allí, ahora comiendo la cena en compañía de dos de sus guardias personales.

Tardó un rato en verlos, de hecho, porque había estado mirando desesperadamente al piso, pero apenas levantar la vista vio a todos mirándola fijamente.

—Parece que busca algo, princesa —murmuró Senku con tono relajado, inclinándose más en su silla.

—Eh... ¿De casualidad no vieron un sobre por aquí? E-es una carta que... E-es mi carta.

—Un sobre... —Senku apartó la mirada con gesto pensativo—. ¿No será... uno que dice "Chrome" en el frente?

Kohaku tragó saliva pesadamente, de repente sintiendo una especie de mal presentimiento.

—Eh, sí... ese, precisamente. —Miró a un costado con nerviosismo.

¿No habría leído la carta o sí?

—Ah, entonces supongo que es este. —Sacó el sobre de un bolsillo interno de su traje color verde bosque—. Lo encontré por aquí cuando te fuiste... pensé que volverías de inmediato, pero supongo que saliste... por bastante tiempo, debo decir.

—¡O-oh, que alivio que lo encontraste! —Se inclinó rápidamente para tomar la carta, sorprendiéndose cuando él de repente la quitó fuera de su alcance—. ¿S-Senku? No leíste eso, ¿v-verdad?

Él la miró fijamente por unos muy incómodos diez segundos, antes de sonreír y tenderle la carta.

—Por supuesto que no, su majestad, puede estar tranquila. —Su tono fue inquietantemente amable, pero Kohaku solo atinó a tomar la carta y retroceder un paso.

—Bien, me... me alivia, y... ¿nadie más la leyó, verdad?

—Claro que no, su majestad. —Su guardia que antes se había presentado como Saionji Ukyo sonrió de forma mucho más sincera, lo que la hizo sentir ligeramente relajada.

—Muy bien, excelente. —Sonrió un poco, retrocediendo más mientras guardaba el sobre tras su espalda casi instintivamente—. Entonces, eh... gracias, yo ahora me... me iré. Debo comer algo, también. —Carraspeo, antes de hacer una reverencia y marcharse.

Apenas se fue, Senku intercambió miradas con Ukyo y Tsukasa.

—Apuesto lo que quieran a que fue a ver a ese tal Chrome ahora mismo —masculló Senku amargamente, desajustando la corbata cravat (una especie de pañuelo que Lillian decía que le quedaba bien) de alrededor de su cuello.

—Bueno, este es un matrimonio arreglado, quizás fue ingenuo de parte de sus padres pensar que la princesa Ruri no tenía a nadie a quien amara en verdad —murmuró Ukyo.

Senku apretó los labios con fuerza.

—Hay algo que no encaja —habló Tsukasa de pronto—. Dijiste que en la carta ella decía que acababa de recibir la noticia de que la habían comprometido contigo, entonces realmente la escribió hace casi un año y quizás nunca la entregó al tal Chrome.

—¿Y por qué la traía consigo ahora? ¿Acaso planeaba entregársela hoy? —se preguntó Ukyo, con una mano en la barbilla—. Hace un año quizás decidió no entregar la carta y seguir viendo a Chrome, y tal vez... ¿ahora decidió cortar lazos con él? ¿Quizás al conocerte tomó la decisión de dejar de ver a su enamorado? —indagó Ukyo, mirando a Senku.

—Pff, lo dudo. Siempre supe que ocultaba algo, y creo que era esto, y apuesto lo que quieran a que ella va a seguir con sus escapadas para verlo, siempre desaparece en algún momento del día, ahora entiendo por qué. —Su mandíbula estaba fuertemente apretada.

Tsukasa lo miró en silencio por un momento, antes de llevarse un bocado de su cena a la boca y sonreír casi con diversión.

—Si no te conociera, diría que estás molesto.

—Por supuesto que no estoy molesto, ¿por qué habría de estarlo? Es un matrimonio arreglado, solo quiero la corona, pero si va a estar engañándome y dejándome como un cornudo frente a toda la corte real, creo que tengo derecho a saberlo. —Pinchó un trozo de carne en su plato con tanta fuerza que la mesa tembló.

—Pues hasta ahora ha sido muy discreta, solo falló por esa carta y seguramente no cometerá ese error otra vez, creo que puedes estar tranquilo. —Ukyo miró mal a Tsukasa cuando dijo eso, sabiendo que probablemente estaba disfrutando del evidente enfado de Senku, más porque él no quería reconocer estar enfadado.

—No me interesa... esto no puede seguir así. ¿Qué tal si acabo criando al mocoso de otro? No le pienso ceder mi trono a un bastardo producto de una infidelidad. —Apartó la mirada con desdén.

—Qué curioso, ¿no le habías dicho a tu padre que no te interesaba tener herederos cuando te reclamó por nietos? ¿No le dijiste que bien aceptarías que la princesa tuviera amantes?

Senku miró con absoluto odio a un muy entretenido Tsukasa, mientras que Ukyo solo pudo frotar sus sienes y suspirar largamente.

—Tsukasa, ya sabes que en ese momento Lillian-san y Byakuya-san regañaron a Senku por sus dichos y lo hicieron prometer que se esforzaría en intentar hacer que el matrimonio funcione, y él tiene un punto al decir que podría traer problemas que la princesa Ruri tenga un amante secreto, haría a Senku verse débil políticamente, para empezar.

—Hmm. —Tsukasa finalmente decidió dejar de lado la tortura mental a Senku y se llevó una mano a la barbilla, pensativo—. ¿Y qué deberíamos hacer? ¿Seguirla? ¿Atraparla en la jugada y reclamarle que sea fiel? Si ella se pone completamente en contra de Senku, podría convencer a su padre de disolver el compromiso y perdería la corona.

—Sí, preferiría que eso no pasé. —Senku volvió a recostarse en la silla, amargura evidente en su rostro y su voz.

—¿Y qué deberías hacer? ¿Pretender que nada pasa? —Ukyo hizo una mueca.

—No es que tenga muchas opciones, ella tiene el poder aquí, no yo. —Senku se llevó una mano a cubrir sus ojos, viéndose miserable.

—Creo que necesitas un consejero... deberías aceptar la oferta de Gen de contratarlo como tal —recomendó Tsukasa, un poco a regañadientes—. Sé que puede ser... oportunista, pero no es traicionero y ha sido tu amigo por años, y sabe mucho más de política y relaciones sociales que ninguno de nosotros.

—Bien —gruñó Senku, repentinamente poniéndose de pie, su gesto volviendo a emanar ira pura—. Por el momento haré como que no sé nada, le enviaré una carta a ese mentalista y veré si tiene algún consejo útil para esta situación. Que nadie se entere, ni mi padre, ni Taiju ni nadie, queda entre nosotros, ¿de acuerdo?

Tsukasa y Ukyo asintieron, y Senku finalmente se marchó a su habitación, pisoteando en todo el camino.

.

Al día siguiente, Senku y Kohaku se reunieron en el lago cerca del palacio para un paseo en bote que era tradición entre las parejas comprometidas de la realeza y nobleza.

Senku era pésimo en estas cosas, pero por tradición le tocaba estar a cargo de los remos, aunque para su propia sorpresa y la de ella, lo estaba haciendo bastante bien, quizás porque se notaba que tenía grandes cantidades de ira acumuladas en el cuerpo, y eso aparentemente se llevaba bien con el ejercicio físico.

Kohaku solo se sentó frente a él incómodamente cargando una sombrilla mientras él los llevaba sin decir ni una palabra hacia la pequeña isla con árboles gigantes y mucha vegetación donde normalmente se juntaban muchos cisnes para comer gusanos y demás.

—Eh... me habían dicho que este momento era para conversar —señaló ella, rompiendo finalmente el silencio desde el primer "buenos días" que se dijeron en la mañana.

—Pues hable, estoy escuchando. —La miró sin emoción alguna, más concentrado en remar.

Kohaku frunció el ceño profundamente, antes de tomar aire.

—Pues... Yuzuriha, Amaryllis y Kirisame se presentaron conmigo hoy temprano en la mañana, y finalmente pude despedir a las tres hermanas molestas que solían ser mis damas, las relegaron a limpiar los pasillos. —Sonrió felizmente—. Debo decir que las tres parecen muy agradables, y Yuzuriha me trajo unos vestidos como regalo, ¡eran preciosos! Estoy usando uno, de hecho, y e-ella me dijo que debería preguntarte si te gusta como me queda... A-Amaryllis también preparó mi maquillaje, y me insistieron mucho en preguntar tu opinión, así que... ¿Qué opinas? —Lo miró con una sonrisa nerviosa.

Finalmente, Senku dejó de remar.

Kohaku se sentó más recta, sonrojándose un poco al sentir su mirada fijarse en ella.

Él se veía más serio que de costumbre, desde que lo vio se notaba malhumorado, incluso molesto, pero Kohaku había esperado que no estuviera molesto con ella, que su ira fuera hacia alguien más y que ella tal vez podría mejorar su humor con su compañía, pero... él solo siguió mirándola muy, muy serio, casi con frialdad.

—Toda princesa debe verse presentable, majestad, estoy seguro de que si no le gustara su apariencia de hoy no habría salido de su alcoba, por lo tanto, dudo que requiera de mi opinión, puede decirle a sus damas lo que sea que quieran oír.

Kohaku perdió la sonrisa, mirándolo en silencio mientras él volvía a remar.

Eventualmente, llegaron a la pequeña isla y Senku paró un momento para descansar, y ambos contemplaron en silencio a las decenas y decenas de cisnes que nadaban en la zona.

Repentinamente, un par de cisnes alzaron vuelo y pasaron volando justo por encima de su bote.

Ambos alzaron la mirada mientras pequeñas gotas de agua y plumas blancas llovían sobre ellos, pero Senku bajó la mirada rápidamente, viendo a esas plumas flotar suavemente sobre la princesa, adornando su cabello dorado, con el sol reflejado en el lago brillando justo detrás de ella, como los más bellos cuadros en Francia, como las más exquisitas estatuas en Grecia, como un ángel enviado desde el cielo a la tierra... justo frente a él...

Kohaku bajó la vista y vio la mirada de Senku fija en ella, por lo que de inmediato se sintió incómoda y hasta algo temerosa.

—¿Qué?... —preguntó en un susurro.

Él negó con la cabeza lentamente.

—Realmente te ves hermosa hoy... —admitió, sonando como si decirlo le fuera doloroso, como si hubiera luchado consigo mismo para no soltar esas palabras y hubiera acabado perdiendo la batalla.

Y Kohaku sintió el corazón bombearle con tanta fuerza en el pecho que hasta temió que espantaría a los cisnes, su rostro entero ardió y rápidamente ocultó su cara con la sombrilla, mirando en dirección opuesta a él, preguntándose como era posible que en un momento hubiera deseado con todas sus fuerzas que ese viaje terminara y poder alejarse de él, solo para que al momento siguiente tuviera que contenerse de lanzarse a sus brazos.

¿Qué era esta desconocida sensación en su pecho?...

Eventualmente, Senku volvió a tomar los remos para regresar al palacio, y todo ese viaje de regreso fue también en silencio, con los dos perdidos en sus pensamientos.

Como habían regresado antes de lo esperado, no había nadie esperando por ellos, así que Senku bajó primero del bote y le tendió su mano para ayudarla a salir.

Su mano envolvió la suya con delicadeza mientras la ayudaba a salir, y Kohaku no dejó de mirarlo mientras Senku ataba el bote al pequeño muelle del lago.

—Gracias por el paseo —dijo ella finalmente, acercándose más a él.

Senku solo asintió, y Kohaku vio que comenzó a dar la vuelta probablemente para irse y no verla el resto del día, por lo que sin pensar dio otro par de pasos en su dirección, tomó su hombro y estampó un beso directo en su mejilla, congelándolo.

—T-te veré pronto. —Se apartó de inmediato y se fue corriendo, con una sonrisa nerviosa y el pulso acelerado, inconsciente de la expresión despechada y desilusionada del hombre que estaba comenzando a llenar de ilusiones su corazón.

Continuará...

Holaaaaa :D

Lamento la tardanza y gracias a mi querido Aigamy por patrocinar este cap :'D

Espero q les haya gustado owo y espero ya no tardar tanto con la proxima actualización x'D

Gracias por su apoyo! Me despido!~

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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