Kohaku llegó a su habitación (o de Ruri, más bien, pero ella no volvería, así que ahora era suya) y azotó la puerta, molesta con Ishigami Senku por su actitud tan odiosa.

—¿Cuál es su problema? —Empezó a pasearse furiosa por su habitación.

No podía entender a ese hombre, a veces era agradable y luego absolutamente insoportable, ¡prácticamente la había llamado estúpida y salvaje en su cara! ¡Y ella no le había hecho ni dicho nada! Se estaban llevando bien hasta que decidió arruinarlo.

—Ja, da igual, es mejor que Ruri-nee se haya librado de casarse con ese idiota, yo tendré que tomar el sacrificio de ser su esposa y tener que soportarlo. —Se sentó en su escritorio.

No sin fastidio, comenzó a peinarse, ya que tenía que cuidar su cabello para que pareciera al menos la mitad de bonito de como lo tenía Ruri y que nadie sospechara que en realidad nunca le dio importancia a cuidar su aspecto.

—¿Dónde habré dejado esa crema rara que me dijo que use para el cabello? —murmuró para sí misma, comenzando a abrir los cajones del tocador, hasta que abrió uno con fuerza de más y lo sacó por completo, derramando todo el contenido en el suelo.

Dicho contenido realmente no era mucho, solo un collar, unas plumas y un sobre.

Recogió todo rápidamente, pero antes de que pudiera guardar la carta notó el nombre de Chrome escrito en la parte delantera.

—Oh. —Pestañeó confundida—. ¿Una carta de Ruri-nee para Chrome? —Miró con interés la parte trasera del sobre y vio que efectivamente era de Ruri para Chrome—. Seguro la olvidó y no pudo entregársela, hoy iré a verla, así que se la llevaré. —Guardó la carta entre los moños de su vestido.

Siguió buscando la crema y por fin la encontró detrás del espejo, entonces terminó de peinarse y justo la llamaron para ir a tomar el té con su padre, a lo que por supuesto se negó y dijo que tomaría té sola, a lo que el sirviente luego regresó para decir que su padre le pedía que si no iba a tomar el té con él por lo menos lo hiciera con Ishigami Senku.

Aunque a regañadientes, Kohaku prefirió soportar a Senku antes que a su padre.

Estaba feliz de haber podido estar evitando a ese hombre, porque nunca lo iba a perdonar no solo por abandonarla sino también hacer la vida de Ruri miserable y casi separarla del amor de su vida que era Chrome.

Fue al jardín más lujoso del palacio donde Senku ya la esperaba, ceñudo y silencioso.

Algunos sirvientes les sirvieron el té y bocadillos y ellos comenzaron a beber y comer en silencio sepulcral... hasta que Senku finalmente suspiro.

—Quisiera disculparme, princesa... no actué como era debido.

—Ja, ¿y recién te das cuenta? —Lo miró con una sonrisa rencorosa, antes de meterse dos bocadillos a la boca.

Debía admitir que los cocineros reales eran muy buenos, mucho mejor que la comida de Turquoise o la suya propia.

Oyó a Senku suspirar profundamente.

—Realmente no sé por qué dije lo que dije, supongo que... estoy algo abrumado porque no eras lo que esperaba.

—¡¿Eh?! —Casi escupe su té, estremeciéndose por completo—. ¿P-por qué dices eso? Yo soy muy predecible, muy princesa, muy fina y... —Se calló al escuchar la risa de Senku.

—Lo siento, pero no tienes por qué justificarte en lo absoluto, sé que muchos esperan que las princesas sean delicadas y toda esa mierda, pero a mí me pareces bastante genial.

—¿Eh...?... —No pudo evitar sonrojarse levemente—. ¿No te parecía una bruta que solo podía lidiar con bestias? —Se cruzó de brazos con evidente molestia.

—Mira, lo lamento. —Se frotó las sienes con un suspiro—. Eso fue estúpido y grosero, el bruto aquí evidentemente fui yo, tú no has hecho más que impresionarme y salvar vidas y mi propia vida desde que nos conocimos, y sé que no eres como Lillian dijo, pero me parece que eres incluso mejor y... —De repente se calló y pareció no saber qué más decir, porque se puso a beber frenéticamente de su té.

Kohaku lo miró expectante por un momento, antes de sonreír suavemente.

—Eres un hombre muy extraño, lord Senku, no sé si eres escoria o un caballero.

—No soy escoria, pero definitivamente no soy un caballero. —Rio entre dientes—. Sin embargo, quisiera dejar claro que realmente no pienso mal de usted, princesa, todo lo contrario, creo que eres admirable, de hecho me pareces sumamente intrigante, quisiera desentrañar todos los secretos que obviamente posees... —La miró fijamente, tan intensamente que Kohaku se hundió más en su asiento, casi como si sintiera que él quería desnudar su alma con esos intensos ojos rojos suyos.

—Yo no... Yo no tengo ningún secreto...

—Ajá. —Rio entre dientes, sirviéndose más té, sin dejar de mirarla—. Por cierto, Yuzuriha, Amaryllis y Kirisame ya acordaron venir a servir como tus damas, llegarán entre mañana y pasado mañana.

—Oh, excelente, será bueno tener damas agradables y no las otras tres. —Hizo una mueca al pensar en esas tres hermanas deslumbrantes que siempre trataron mal a Ruri, le daría mucho gusto el despedirlas.

—Ellas están emocionadas de conocerla, princesa leona, ya les he contado de sus excéntricas habilidades volteando bestias. —Kohaku le frunció el ceño profundamente—. Lo cual, por supuesto, no le resta belleza, ni feminidad, ni inteligencia... y de verdad espero que me perdone por haberla ofendido anteriormente.

Finalmente, Kohaku se relajó un poco.

—De acuerdo... —Sonrió brevemente—. Te perdonó, pero no es como que estuvieras equivocado. —Bajó la mirada—. Sé que no soy tan lista... —"Como Ruri".

—¿Qué no eres tan lista? —Bufó—. Hay muchos tipos diferentes de inteligencia, eso lo he aprendido de forma muy clara con mis viajes alrededor del mundo, porque incluso con todos los conocimientos que he aprendido leyendo e instruyéndome con maestros de todo el mundo, yo no podría haber sabido cómo librarme de unos lobos, ni cómo voltear un caballo que iba a aplastar a una niña, ni siquiera como trepar para bajar kiwi. —Se inclinó en su asiento, mirándola con ojos suaves—. Estoy emocionado por casarme con usted, princesa, estoy seguro que me enseñará muchas cosas emocionantes con esa peculiar inteligencia de leona que no deja de impresionarme.

Kohaku lo miró boquiabierta, sintiendo su rostro arder levemente, maravillada por la intensidad de su mirada y la sinceridad que podía sentir en su voz.

—Ja... estoy segura que tú también podrás enseñarme muchas cosas emocionantes, aunque a veces puedas ser una escoria... pero aun así me gusta tu ciencia y tu firmeza, también ayudaste contra ese tipo horrible que maltrató al caballo. —Le sonrió sinceramente—. Creo que serás un buen rey para esta isla.

—Seremos buenos reyes, princesa, seremos. —Le tendió su taza como para brindar y ella, riendo, chocó su taza con la suya.

Bien, quizás Senku no era tan malo.

Después de otro rato charlando, decidió que ya era hora de irse y se puso de pie rápidamente, palmeando su vestido mientras se despedía de Senku.

Quedaban algunas horas para el atardecer, y se moría de ganas por ir a ver a su hermana.

Hizo su clásica escapada sin mucha dificultad y fue a caballo hasta la granja de sus tíos, donde su hermana la recibió con un gran abrazo y de inmediato comenzó a preguntarle por todo.

—Sabes, creo que Senku no es tan malo —dijo Kohaku con una sonrisa suave, a lo que Ruri la miró muy interesada—. A veces parece escoria, pero creo que en el fondo es un buen hombre y... Eh, por cierto, encontré una carta tuya para Chrome —decidió cambiar de tema cuando casi se le escapa que le encantaban esos ojos rojos que tenía Senku.

Ruri rio de forma misteriosa, antes de llevarse una mano a la barbilla, pensativa.

—¿Una carta? ¿Y dónde estaba?

Kohaku le dijo dónde la encontró y Ruri abrió mucho los ojos.

—Oh, la recuerdo, creo que... —Se mordió el labio—. Creo que fue una carta que escribí cuando papá apenas me dio la noticia de que me había comprometido con el hijastro de tía Lillian, estaba muy triste y no se nos había ocurrido el plan y yo pensé que... que era mejor despedirme de Chrome...

—¿Es una carta de despedida? —La miró ceñuda y Ruri rio con nerviosismo.

—Lo siento, en ese momento estaba muy emocional, pero me alegra nunca haber tenido el valor de entregarla y que luego se nos ocurriera el plan... porque me parece que a ti podría gustarte acabar casada con Ishigami Senku. —La miró con una sonrisa aliviada.

—¡N-no es cierto! ¡Solo digo que no es tan malo!

Ruri se rio y Kohaku decidió mejor darle la carta para cambiar de tema otra vez, pero...

—Eh... —Empezó a revisar todos sus moños y pliegues en el vestido, y hasta la capa con la que se había ocultado para no ser reconocida.

—¿Qué pasa? —preguntó Ruri curiosa al verla palidecer.

—No encuentro la carta...

.

Senku vio a la princesa irse y se llevó el último bocadillo que quedó, extrañado de que ella no se hubiera comido todo como acostumbraba, pero también algo feliz ya que esa vez se notaba que había disfrutado más del tiempo que pasaron juntos.

Je, casi no podía creerlo, pero estaba comenzando a pensar que este matrimonio quizás no sería tan malo...

Era una mujer sumamente fascinante, nada como Lillian le había contado, pero fue más bien una grata sorpresa, intrigante y llena de sorpresas... y con una sonrisa como ninguna otra, completamente radiante y bella.

Ni él podía negar que cualquier hombre que se casara con ella sería afortunado.

Rio para sí mismo y se levantó para volver a encargarse de las preparaciones de su laboratorio ahora que ya había elegido una buena habitación para colocar todos sus químicos y materiales, pero entonces notó un sobre en el suelo.

Extrañado, levantó el sobre, viendo escrito en el frente un nombre: "Chrome".

Volteó la carta y vio que era una carta de Ruri para ese tal Chrome, aunque... la letra era excesivamente elegante y fina, algo que no habría esperado de esa leona. 

 Había aprendido en sus viajes que la letra de una persona podía llegar a decir mucho, y nada en la letra de esa carta gritaba qeu era la leona que obviamente era, cosa que le parecía un poco extraña, a decir verdad... 

¿Cómo podía ser que ella tuviera este tipo de letra tan refinada? ¿En verdad escribía así? Por alguna razón lo dudaba, así que, movido por la curiosidad, abrió el sobre y sacó la carta para intentar ver más de esa letra tan curiosa.

Comenzó a leer:

Querido Chrome...

Escribo esto llena de dudas y embargada por una gran tristeza, porque acabó de recibir una noticia que rompió mi corazón.

Mi padre decidió comprometerme con el hombre que salvó mi vida, Ishigami Senku.

Sé que nunca te dije mis sentimientos por ti... pero escribo esta carta ahora para ser sincera, y también porque ya no creo que sea buena idea seguir viéndote.

Creí que nunca iba a enamorarme como en esos preciosos libros de romance, pero apenas conocerte mi corazón te fue entregado completamente.

Te amo tanto, Chrome... quisiera estar contigo para siempre, pero no es posible...

Soy una princesa, y debo atender a mis deberes.

Jamás voy a amar a Ishigami Senku, siempre te voy a amar a ti, solo a ti, Chrome, pero debo casarme con él porque es mi deber, debo soportar este inmenso dolor en mi corazón.

Sé que nunca podré olvidarte...

Nunca amaré a Ishigami Senku, lo sé.

Siempre te amaré solo a ti, Chrome, toda mi vida, pero es mejor que ya no nos volvamos a ver, porque debo atender a mis deberes, aún en contra de mi corazón.

Adiós para siempre, y perdóname por no tener el valor de decirte esto en persona.

Te amaré toda mi vida, y siempre agradeceré haberte conocido.

Con amor, Ruri.

Senku terminó de leer la carta con los ojos muy abiertos, para luego dejarla caer, sin reaccionar, simplemente mirándola como si fuera una sentencia de muerte.

No entendía...

Esa leona que hace poco le sonreía de forma tan radiante y hablaba bien de su futuro juntos... ¿en verdad estaba enamorada de otro hombre?

Continuará...

Holaaaa :D

Nuevo cap patrocinado por mi querido Aigamy! Muchas gracias! :'3

También muchas gracias a los que apoyan este fic comentando y dejando sus votitos! Los quiero! *w*

Espero q el fic les guste TTwTT

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!