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El error

Senku la estaba besando... y Kohaku debería apartarlo, su tía la mataría si alguna vez se enteraba de este error escandaloso, pero... no quería que se detuviera.

La sensación era tan cálida y agradable... nunca pensó que besar pudiera sentirse tan bien, pero sospechaba que se sentía así justamente porque estaba besando a Senku.

Apretó suavemente sus manos unidas, llevando su otra mano a rodear su hombro y acariciar su nuca de forma casi inconsciente, presionando su cuerpo más contra el suyo.

La mano de Senku en su mejilla de repente bajó un poco, acariciando a lo largo de su rostro y rozando suavemente contra su cuello, haciéndola estremecerse, antes de desviarse a su hombro y acariciar apenas rozando el largo de su brazo, para después posarse en su cintura, primero con duda, pero luego con más firmeza.

De repente, el beso se profundizó y Kohaku rodeó con los dos brazos la nuca de Senku, pegándose más contra su cuerpo, sintiendo su calor, moviendo sus labios con más ahincó contra los suyos, sintiendo que quería más...

Las manos de Senku comenzaron a deslizarse por su cintura y ella sintió como si pudiera estamparlo contra la pared y besarle todo el rostro, pero antes de que hiciera caso a ese impulso de repente la puerta se abrió.

Ambos se separaron de golpe, mirando con pánico a la puerta, donde Gen, Ukyo, Yuzuriha y Amaryllis los miraron con las mandíbulas colgando.

—¡¿S-se estaban be... bes-besand...?!

—¡SHH! —Gen agitó rápidamente las manos frente al rostro muy sonrojado de Yuzuriha antes de que pudiera terminar de hablar—. ¡Que nadie escuche, shh!

—¡Oh, lo siento! —Yuzuriha se cubrió la boca apresuradamente.

—¡No digan nada! —exigió Senku rápidamente, sudando frío—. ¡A nadie!

—Por supuesto, nada a nadie. —Yuzuriha y Amaryllis negaron con la cabeza rápidamente, ambas muy sonrojadas.

—Tienen suerte de que nosotros somos los encargados de buscarlos cuando se tardan demasiado, pero si los hubiera visto alguien más... —dijo Ukyo, negando con la cabeza.

Kohaku se cubrió la boca con ambas manos, muy avergonzada, pero... al intercambiar miradas con Senku, se dio cuenta de que ninguno de los dos sentía ni la más mínima pizca de culpa o arrepentimiento...

Se quedaron mirando fijamente un buen rato y Amaryllis chasqueó la lengua.

—Oh, santo cielo, será mejor que ustedes se separen un rato. —Tomó los hombros de Kohaku y comenzó a arrastrarla a la puerta—. Te la devolveremos mañana, Senku, pero intenta mantener tus manos lejos de ella. —Rio divertida, saliendo de la sala aún arrastrando a Kohaku y con una Yuzuriha muy sonrojada siguiéndolas.

Cuando llegaron a su habitación, ambas la miraron preocupadas.

—Princesa... debería ser más cuidadosa —dijo Yuzuriha finalmente, luego de un momento de incomodo silencio—. Entre campesinos no hay tanta presión por mantener las formas y uno que otro besito es permitido entre parejas comprometidas, pero en la nobleza y realeza es mucho más estricto, ¿no es cierto?

—Que yo sepa lo peor que pueden hacer es regañarlos, al menos por un beso —aseguró Amaryllis, pero luego sonrió divertida—. Aunque lo más preocupante allí fue que sus manos parecían muy inquietas, eh. —Rio un poco—. He escuchado de padres de mujeres nobles que las hicieron romper el compromiso con sus prometidos por encontrarlos más cerca de lo que deberían. No querrá eso ¿o sí?

—¡C-claro que no! —Sintió pánico de solo pensarlo.

—¿Pero quieres besarlo otra vez? —preguntó Yuzuriha, sonrojada, pero curiosa.

—E-es mi prometido, ¿no tiene nada de malo... v-verdad?

—No, pero deberían ser... más discretos. —Carraspeo la costurera.

—Más discretos y además cuidar que sus manos no se les escapen. —Amaryllis volvió a reír—. Eso es los que los podría meter en problemas... Eso y que te deshonre, claro.

—¡E-eso no pasará! —gritó Kohaku de inmediato.

—¡Amaryllis, no le faltes el respeto a la princesa! —Yuzuriha miró mal a su amiga, que rio nerviosamente.

—Lo siento, alteza.

—D-descuida, pero eso no pasará, yo tengo mi honor. —Alzó mucho la barbilla.

Turquoise la había educado con mucha dureza en ese aspecto, aunque Kohaku siempre hizo muecas de asco, pero ahora entendía por qué le ponían tanto énfasis... la tentación era un sentimiento difícil de sobrellevar, pero no iba a ceder, menos porque faltaba muy poco para la boda.

Sería fácil resistir... ¿c-cierto?...

.

—¡Y yo que pensaba que quizás no serías rey por no llevarte bien con la princesa, ahora resulta que no serás rey porque su padre va a matarte por deshonrar a su hija! —gritó Gen casi en la cara de Senku, que solo lo miró con fastidio.

—No iba a hacerle nada, solo fue un maldito beso —bufó Senku.

Estaban en la biblioteca ahora, Gen había insistido en ir para buscar algo.

—Esto no se trata solo de etiquetas o modales, Senku. —Ukyo lo miró preocupado—. Tu prometida es la princesa, creo que podrían encarcelarte o peor si la deshonras...

—Cosa que no iba a hacer. —Su ceja tembló con fastidio.

—Y más te vale que no lo hagas. —Gen sacó de un estante un libro que recapitulaba las leyes de Akari—. Veamos, estoy seguro de que por aquí la leí sobre ese tema... —Comenzó a ojear el libro casi en las páginas finales, aunque era un libro muy extenso.

—¿Y tú desde cuándo lees? —Senku rio entre dientes.

—Yo que tú no me reiría tanto. —Gen sonrió maliciosamente—. Aquí está... Para aquel que deshonrare a la princesa, la condena a aplicar es... castración con cuchillo oxidado, ugh...

Senku trago saliva, negándose a reconocer que una parte de él se estremeció.

—Oh, espera, me equivoque, esto está hablando de una princesa menor. —Gen rio—. Oh, aunque con la princesa primogénita no es mejor, sería decapitación pública...

Senku hizo una mueca, pensando que honestamente era mejor eso que lo otro.

—De todos modos, da igual, no seré tan estúpido como para hacer algo así, menos cuando falta poco para la boda. —Rodó los ojos.

Eso pensó, pero al día siguiente, cuando tuvo que tomarla de la cintura y acercarse mucho a ella mirándola a los ojos para practicar el baile, los dos se encontraron perdiéndose en los ojos del otro, y lo siguiente que supo fue que la tenía presionada contra la pared, besándola profundamente, paseando sus manos por la suave tela del vestido que cubría su espalda mientras ella jugaba con su cabello entre sus manos.

De repente, ella jadeó un poco y él sintió su lengua caliente rozar contra sus labios, cosa que lo hizo estremecerse, por lo que decidió probar algo y separar los labios de la princesa para colar su lengua entre sus labios, haciéndola sobresaltarse un poco, pero pronto se relajó y se apoyó más contra su cuerpo, a lo que él profundizó aún más el beso y ella gimió suavemente...

Y fue entonces que él se dio cuenta de que necesitaba detenerse, ahora.

Se apartó de ella, jadeando y mirándola con los ojos muy abiertos.

Sin embargo, mirarla tampoco fue la mejor decisión, ella estaba recargada contra la pared, su cabello despeinado y su corona ladeada, su rostro jadeante y sus mejillas rojas, con una de las mangas de su vestido cayendo levemente por su hombro...

"¿Qué tan malo sería enfrentar el castigo si nos descubren? Yo digo que valdría la pena...", pensó hipnotizado al mirarla, pero rápidamente sacudió la cabeza.

—Mierda... —De inmediato le dio la espalda, evitando mirarla.

"Me mataran, me mataran al diez billones por ciento... Esto es ridículo, solo queda poco más de un mes para la boda y podré hacerle lo que quiera y... Mierda, realmente no me ayuda pensar en eso".

Carraspeo, antes de mirarla de reojo.

—Deberíamos practicar en la granja, quizás...

—¡S-sí, buena idea! —Se peinó el cabello con los dedos y lo miró con una sonrisa nerviosa—. La otra vez mi tía fue una muy buena instructora.

—Es estricta, de eso no hay duda. —Rio entre dientes.

Salieron del palacio por los túneles y fueron por el caballo de siempre, la yegua Kokoro, tomando la ruta rápida hasta la granja, pero a medio camino se encontraron con una larga fila que los hizo desviarse.

—¿Qué demonios está pasando entre los plebeyos? —preguntó con curiosidad a la princesa.

—¿Qué no sabes? ¿En serio naciste en Akari? —Ella lo miró con incredulidad.

—Akari tiene más pueblos. —Chasqueó la lengua—. Yo nací en la otra punta de Akari, cerca del segundo puerto más importante después de la Capital, claro. Es un lugar bastante tranquilo y próspero, o al menos la zona donde mi padre me crio... De todos modos, viajábamos todo el tiempo, creo que me crie más en el extranjero que en la isla.

—Ja, es una lástima, Akari es hermosa —Ella rio alegremente, aunque luego su risa murió—, pero... tiene sus cosas malas... como esa fila que viste.

—¿La fila es mala? —Alzó una ceja.

—Es algo llamado "Las rondas del Concejal", por lo que escuché el concejal principal lo hace una vez al mes para repartir comida a las familias más pobres.

—Eso suena bien...

—Eso dije yo cuando mis tíos me contaron, pero más bien es una trampa... —Senku notó como la mirada de la princesa ensombrecía—. Si la familia tiene una hija bonita, el concejal o sus hombres la citan para esa noche u otra y... Bueno, ya sabes. —Senku hizo una mueca de asco—. Si la chica no se presenta, queman la casa de su familia. Además, los que no tienen hijas bonitas aparentemente deben suplicar y casi que besar los pies del Concejal para que les dé comida, si alguien lo ofende lo golpean, y muchas veces la comida no alcanza para todos, hay protestas y los soldados golpean a mucha gente.

Senku apretó los labios con fuerza.

Cielo santo, ¿cómo es que el reino se volvió tan corrupto? Aunque...

—¿Tu padre sabe de esto?

—En realidad no lo sé... pero no me sorprendería. —Senku se sorprendió al escuchar su tono de repente llenarse de tanta amargura.

Desde hace tiempo venía notando que ella no estaba en los mejores términos con su padre, pero... ¿exactamente qué sentía ella por él?

Pese a su curiosidad, este no era el momento para indagar sobre eso.

—Quizás no lo sabe, si esto es todo cosa del concejal... Ibara ¿no? Siempre me pareció un viejo oportunista... Y tengo la impresión que desde el primer día quiere deshacerse de mí. —Probablemente porque se notaba que manejaba al rey a su antojo, y si Senku no fuera el rey entonces la corona habría ido a Mozu, otro idiota que también le sería fácil controlar.

Oh, iba a disfrutar mucho despidiéndolo en su primer día siendo rey... Aunque no estaba seguro de si Gen sería un buen reemplazo, ese mentalista también era un pervertido con las chicas lindas... Aunque claro, Gen no obligaría a nadie ni mucho menos usaría violencia contra inocentes...

Tomó aire, frotando sus sienes con cansancio por todo el trabajo que tendría que hacer como rey.

"Y pensar que al principio solo pensé en el dinero y los recursos, casi lo veía como un juego o un simple medio para volverme más rico... debí pensar que esto también es una enorme responsabilidad, que muchas vidas van a depender de mí..."

—Tenemos que arreglar esto, Senku —dijo ella de pronto, sus ojos fijos en las familias que formaban la fila, muchas de ellas con niños pequeños—. Si es necesario, el primer día de nuestra coronación yo misma echaré a patadas a todos estos miserables... Quisiera poder ayudar a estas personas.

Senku sonrió suavemente.

"Tendremos mucho trabajo que hacer, leona... pero me alegra no estar solo en esto..."

.

Después de una hora practicando el baile en la granja, volvieron al palacio y al estar solos en el salón de baile los dos se miraron fijamente.

Ambos tenían muy marcados los recuerdos de los apasionados besos que compartieron en ese mismo salón, y al estar allí los dos solos era difícil no pensar en eso...

Kohaku se mordió el labio, mirándolo con rostro anhelante, deseando pedirle otro beso, pero sin estar segura de que fuera buena idea.

Él la miraba fijamente, y sus ojos escarlatas se oscurecieron mientras una leve sonrisa tiraba de sus labios, casi como si pudiera leerle la mente y saber exactamente en lo que pensaba.

Tragó saliva, pero no pudo evitar el impulso de dar un paso más cerca de él.

Senku rio por lo bajo, dando otro paso más cerca de ella.

—¿Sabes que esto es una pésima idea, no?

—Ja... realmente no me importa. —Envolvió sus brazos alrededor de su nuca y lo besó.

Senku de inmediato le correspondió, tomando su cintura y pegándola contra su cuerpo.

Esta vez rápidamente invadió su boca con su lengua, arrancándole un gemido ahogado.

Dios, debería haber hecho esto mucho antes... y vaya que le gustaría hacer mucho más... ¿No podían apresurar la boda?

Pasó una mano por su hombro y otra por su cabello, jadeando cuando él de repente dejó su boca solo para besarle el cuello, haciéndola jadear con sorpresa.

—S-Senku... —Rastrilló sus uñas por su nuca de forma casi inconsciente.

Él gruñó contra su cuello.

—Ruri... —susurró el nombre de su hermana... y Kohaku abrió mucho los ojos, lo apartó de golpe y lo abofeteó.

Senku se congeló.

Ella misma se congeló, con su mano en alto.

—¡¿Qué demonios, Ruri?! —gritó molesto, llevándose una mano a la mejilla.

Kohaku lo miró con los ojos aguados, sin entenderse a sí misma, porque él no tenía la culpa de no saber que ese no era su nombre, pero... Ella tampoco podía decirle la verdad.

No dijo nada, no podía decir nada, no podía explicarle nada... así que solo salió corriendo.

Continuará...

Holaaaa :D

Gracias a mi querido Aigamy por comisionar este cap!

Lamento la tardanza, las epocas de las fiestas de fin de año son loquisimas xP

Espero te haya gustado! Y espero les haya gustado a todos, claro :3

Muchas gracias a todos los que apoyan la historia con sus comentarios, los amo muchito!~ nwn

Bueno, feliz año nuevo! Yo aquí me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!

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