01
Un pecoso enamorado caminaba por el Central Park sintiendo la mayor felicidad, con una sonrisa encantadora y unos pasos seguros de a donde iba.
¿Quien iba a pensar que Luke Ross, el Mujeriego de Nueva York, encontraría el amor?, yo no se tu, pero nadie se lo vio venir. Y menos verlo con esa rubia tan ingeniosa.
Madeleine, o para los amigos, Madi. Era rubia de ojos verdes y una personalidad que enamoraba a cada persona que la conocía, y el pecoso no fue la excepción. No se sabía mucho de ella más de que venía de familia rica y era la próxima en tener toda esa fortuna, sus familiares no se presentaban y en cambio, un tutor llamado de cariño "Jaime" Iba en lugar de los progenitores.
Era curioso el modo que ambos se habian conocido, Madi iba tranquila a su casillero cuando encontró al chico Ross golpear furioso su preciado casillero, todo eso empezó una discusión que acabó con la rubia echando a patadas al muchacho. No lo sabía, pero ese día, Luke estaba pésimo y no andaba muy despierto, causado por haberse quedado despierto intentando hacer las coreografías nuevas que aprendió con su instructor (obligatorio) de danza, sumado a eso el hecho que otra vez Ravi, Emma y Zuri le tiraban en cara la estupidez que tenía cuando se trataba de tareas escolares.
Todo no quedó así, la ojiverde pudo ver que el golpeador de casilleros se veía fatal, y como su abuela siempre le dijo "Siempre ayuda a los demás, luego, el mundo te lo compensara", sin saber mucho de el, consoló a Luke Ross en su ataque de inseguridad y ayudó también en mantenerse despierto en las clases.
Y su historia de amor comenzo, fueron amigos por mucho tiempo, con Luke sin Coquetearle y con Madi apoyando a Ross en lo que podía. Las cosas fluyeron y ahora podías verlos tratarse como una pareja oficial y como el club de chisme decía, perfecta.
-Chocolate suizo para la chica -la mencionada gustosa tomó el helado-Y para el chico, solo un café-habló sobre el mismo logrando una risa de su novia.
-Te haces muy adicto al café-el brazo libre del pecoso fue a los hombros de la rubia.
-Desde que se que mamá me deja tomar café, se volvió mi adicción-acercó a sus labios su café y saboreó ese sabor amargo pero dulce que tanto le gustaba.
La dulce pareja camino por las calles nevadas de Nueva York, viendo las decoraciónes navideñas por estar tan cerca del famoso 25 de Diciembre.
-Amo Navidad, es la festividad que más amo-si Luke tenía en claro algo, era el amor de Madi a la víspera de Navidad.
-Por eso siempre quiero que tengas la mejor Navidad-dejó un beso en la mejilla de su chica rubia que comenzaba a comer su helado.
Pasearon por todos lados, y se sacaron fotos para tener un recuerdo siempre de sus momentos juntos. La gente que amaba el chisme los miraba con ternura, y otra gente que eran justamente exs conquistas del joven, miraban con impresión y enojo, ellas querían ser la chica que logrará esas cosas en el pecoso Ross, no la rubia.
Fueron unas horas que anduvieron en su cita improvisada, tenían que regresar al Penhouse donde la familia de Luke esperaraba.
-Tienes... Nieve-riéndose, el chico saco la nieve de los hombros de Madi.
-Tu igual-imitó la acción de su pareja para sacar la nieve del cabello ruloso.
Los enamorados se miraron a los ojos y no dudaron en sonreír, eran el uno para el otro, llevaban un hermoso año juntos y sería la primer Navidad que llevarían los dos en familia. Antes de que el ascensor mostrará el hogar de Luke, se apresuró para darle un beso a su novia, que no espero a corresponder posicionándo sus brazos en los cuellos del contrario, y este en su cintura.
-¡A ustedes no les sale! -solo paso un corto tiempo antes de escuchar la voz de la más pequeña de los Ross.
Cortando su beso encontraron a la familia Ross, a Bertram y a Jessie verlos de brazos cruzados. Sonrieron con inocencia antes de entrar al Penhouse y despojarse de sus abrigos.
-Andan mucho afuera, pudieron haberse enfermado-podría haber sido hace un año que Jessie no volvió a ser la niñera de los niños Ross, pero su preocupación y amor a ellos jamás se fue.
-Ay vamos Jessie, tengo 17 años ya... Soy un hombre adulto-Luke se quejó con su ex niñera y por atrás, Madi con Ravi reían discretamente.
-Si, un hombre adulto que aún hace bromas -contradijo Emma.
-Ravi aún anda con miedo de despertarse y que le tiren crema de afeitar en la cara-ante la broma de Zuri, Ravi dejó la risa y esta vez fue Luke el que río.
-Es un clásico, amo hacer esa broma.
Tendría 17, pero las bromas son parte del ADN de Luke Ross.
-Dejen de parlotear y ayudenme con el árbol-Cristina corto la charla-Estamos en un debate de quien pone la estrella.
-¿No la pondrá, Morgan? -la ojiverde se sento en el sillón al lado de Zuri que veía de vez en cuando su celular.
-Es mucho trabajo, además... -el señor Ross con una mueca de dolor tocó su espalda-duele.
Madeleine imitó la mueca mientras los jóvenes Ross comenzaban una pelea de por que deberían poner la estrella.
-Soy la que más gana de todos ustedes-Zuri señalo a sus hermanos sintiendo superioridad.
-Pero yo soy la mayor -se cruzó de brazos Emma.
-Y las más tonta-murmuro Luke, recibiendo un golpe en su hombro de su hermana mayor y un regaño de su pareja.
-Yo por mi parte, terminaré pronto la Universidad-con paz y absoluta calma, Ravi daba su opinión.
-Yo soy el de las pecas y... El que igual ira a la Universidad-Ravi fue observado por el Pecoso, dándole una sonrisa de ego.
Como olvidarlo, nuestro querido chico pecas había sido aceptado con una beca (muy pequeña ya que Luke no pensaba tener una completa) en Juilliard, sorprendente pero obviamente grandioso. Fue difícil hacer que aceptara, Luke no creía ser tan bueno para ir a Juilliard, pero su pasión era la danza y en ese lugar la tendría.
-¿Y si Jessie lo hace?, es la que más gana-habló vagamente Madi con cansancio de la discusión.
La pelirroja automáticamente levanto la vista por recibir la mirada de todos, excepto de Bertram que solo leía su revista desinteresado como siempre.
-¡Si, que Jessie lo haga! -ni le preguntaron nada, ya los Ross tiraban de su ex niñera a las escaleras, donde le Esperaba la caja con la Estrella.
Los señores Ross amaban ver el amor que había de sus hijos a esa pelirroja que tanto los ayudó. Por otro lado, Madi hacia una mueca por los empujones que recibía Jessie. El celular de la ojiverde sonó y al ver el nombre, su tranquilidad paro, pasando desapercibida fue a la cocina para hablar tranquila.
-Querida... -saludo la mujer cuando contestó.
-Oh, madre-miro la puerta antes de poder seguir conversando-¿Sucedio algo?
-Necesito que vengas en unos días, Navidad se acerca, cariño.
Las palabras le cayeron como balde de agua fría, sus planes podrían estar siendo arruinados por su mamá.
-Pero, yo ya tenía planes...
La discusión de madre e hija comenzo, mientras un pecoso luego de hacer que Jessie pusiera la estrella, noto que su amada no se hayaba en la sala.
-¿Vieron a Madi? -le preguntó a sus padres.
-Fue a la cocina, la llamaron, creo que no deberías ir-informó su madre para evitar que Luke fuera a interrumpir la llamada.
No llevó tanto que Madeleine regreso con una energía menos positiva y alegre como en la mañana.
-Perdonen, pero debo irme-a empacar, quiso decir, pero no se atrevió.
Con abrazos, la rubia de ojos verdes se despidió de la familia Ross y fue acompañada por su novio que ya se daba cuenta de su Estado de ánanimo.
Luke y Madi llegaron a la salida del edificio, con la segunda nerviosa de que debía decirle la verdad a su pareja.
-Luke-el llamado volteo a verla-Necesito decirte algo.
Mentiría si dijiera que Ross estaba tranquilo, tales palabras le trajeron mil teorías.
-Claro, dime.
-Acá no, es más privado, quería que fueras al Eleven Madison Park.
Confundido Luke asintió, ¿Y para que quería que fuera ahí?
(.....)
-Romperá contigo-las crueles palabras de su hermana menor dejaron pálido a Luke.
-¡Claro que no!, ella estará embarazada-otras palabras que dejaron peor al chico.
-Disculpenme hermanas, pero hay muchas probabilidades de que le pida matrimonio.
Ellos no se daban cuenta por empezar a discutir otra vez sobre lo que le diría Madeleine, pero su querido hermano ex-casanova estaba estático, pálido y con una expresión absolutamente nerviosa.
¿Terminar?, ¿casarse?, ¿embarazada?. No podrían terminar, estaban juntos hace un año, IBAN A PASAR NAVIDAD JUNTOS, tampoco podrían casarse aún, tenían tan solo 17 años (aunque se admite que se pensó el casarse). El tema final, lo dejaba en duda, ya eran relativamente mayores y las cosas habían pasado, ninguno era Virgen, pero dejaban de lado el tema muchas veces, no querían hablar de su intimidad.
-¡Chicos!, ¿acaso no ven que Luke esta en otro mundo? -de la puerta apareció Jessie para regañarlos como los viejos Tiempos.
-Oh no, lo perdimos... -murmuro Zuri-En fin, ¿puedo quedarme con su cuarto? -sonrió con aires de inocencia.
-Claro que no... -Emma negó viendo a su hermana-Yo debería por ser la mayor.
-Nadie se llevará el cuarto de nadie.
Podían decir que Jessie no era más su niñera, pero ellos la sentían como una mamá.
-Luke-la pelirroja fue al chico que tenía una crisis-Tranquilo, solo prepárate para ir y espera que te diga.
Apartó su nerviosismo, su pelirroja favorita hablaba con la razón, Madeleine no le terminaría ya que ella lo amaba con todo su corazón.
-¡Si! -los presentes se sobresaltaron por el grito del pecoso-Si ella me terminan, me van a consolar, si me pide matrimonio Ravi será mi padrino... Y Si es un bebé, alguno será la madrina o el padrino.
Para animarlo más, le sonrieron e iniciaron el arreglo para el chico enamorado.
-Ponte ésto.
-¡No!, esto es mejor.
-¿Lo quieres mandar a bailar con los traperos del parque o lo quieres mandar a una cita?
Motivos como este, Luke dudaba en pedirle ayuda a sus hermanos, la suerte era que Jessie estaba ahí para calmar todo.
(....)
Una mujer de pelo rojizo divisaba a su pequeño hijo falso acomodar el cuello de la camisa.
Jessie recordaba aún, a ese pequeño niño de entre 11 y 12 años, que le coqueteaba como todo un romeo chiquito, que dormía con su peluche Kenny, que era el peor alumno en su salón, sin querer aprender por pura vagancia, y no por ser un tonto. Ahora lo contemplaba enamorado de una chica, con mejores notas que antes y sin dormir más con Kenny, solo teniéndolo en un estante como el objeto más valioso de esa habitación, lo cual lo era para el.
-¿y si de verdad me quisiera terminar? -había cosas que sorprendía, y era las inseguridades que le crecieron a Luke con el tiempo.
-Madi te quiere mucho, Luke. Por algo no te dejó en un año, estaban perfectos horas antes de que te dijiera eso.
El muchacho percibió el peso en sus hombros, por las manos de Jessie que le daban unos leves masajes buscando su paz.
-Recuerda quien eres, Luke Ross, siempre tuviste confianza-le hablaba con tranquilidad-No olvides esa confianza, y si Madi te termina... No era la indicada.
-Pero yo quiero que lo sea-el tono de voz tan deprimente le dolió a Jessie.
No conversaron más y se dieron un tierno y acogedor abrazo esperando que fuera una buena noticia lo que diera Madeleine.
(.....)
La pareja se encontraban sentados uno frente al otro mientras pedían la comida. El corazón del joven Ross latía de sobremanera por como su novia vestía, siempre vestía bien, pero amaba cuando resaltaba esos ojos verdes que tanto amaba.
-Luke, ¿Como decirte eso sin..?
-Okey me estas poniendo nervioso- aunque ya lo estaba, pensó Luke.
-Hubo un cambio de planes, yo... No podré estar para las fiestas.
El miedo que carcomia al chico bajo por completo, no le terminaría, no estaba embarazada y no le pedía matrimonio.
-¿Esta todo bien? -Madi hizo una mueca y murmuro un "masomenos".
-Es un asunto familiar-Luke formulo un " Oh" Comprendiendo a su novia.
-Entiendo cariño, lo entiendo.
-No, no lo entiendes.
De estar nervioso, a estar con calma, ahora estaba confundido.
-Hay algo que nunca te dije, ni a ti, ni a nadie de por aquí-el misterio en el tono de Madi era obvio-Nos llevamos tan bien, te gusta mi forma de ser, nos enamoramos el uno del otro, y después el tiempo paso rápido y se me hacía más difícil cada vez decírtelo.
-Oh no me digas... ¿Hay otro? -y ahora estaba dolido.
-¿Que? -la confusión Reino el rostro de la rubia.
-¿Tienes otro? -encaró Ross.
-No-la suposición le pareció graciosa, cosa que hizo que riera-Soy una princesa.
Podría haber esperado de todo, menos eso.
-¿Una princesa?, ¡No te pases! -grito Luke sin creérselo.
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