Ya estábamos en el coche yendo a la fiesta pero creo que estaba algo equivocada.

—¿A dónde me llevas Connor?

—Vamos a casa de tu hermano, me ha dicho me vayamos primero allí y luego ya iremos a la fiesta juntos.

—Me parece perfecto.

—Aunque no te pareciera bien, vendrías de todos modos.

—¿Por qué siempre tienes ganas de discutir? —Se encoge de hombros y sigue conduciendo para ir a casa de mi hermano.

Nos encontrábamos en frente de la puerta donde vivía Rick, habíamos tocado la puerta cuatrocientos mil veces pero el que vivía tras esa puerta tardaba mucho en abrirla, cuando ya nos íbamos a dar la vuelta para irnos se abrió la puerta encontrándonos al susodicho con un pantalón de chándal, una camisa manga corta de color gris.

—Que pronto llegáis, ¿no?— Preguntó Rick

—En realidad no —le dijo Connor —. ¿Con esas pintas iras a la fiesta?

—¿Qué tienen de malo? —Le miró a Connor —Tú pareces un niño pijo y no te digo nada.

—Por cierto... ¿A qué hora vamos a ir?—Pregunto.

—Todavía es temprano, relájate hermanita.

—Bueno...pues si no nos vamos todavía déjame entrar y sentarme hermanito —le aparto un poco y paso.

—Tú no pidas que me aparte eh, Rox, tírame —habla.

—Ni te he tirado al suelo Rick, no seas dramático —avanzo hasta la sala y me siento en uno de los sofás.

Connor y Rick entran también a la sala y se sientan y empiezan hablar de cosas que yo no entiendo y me encendí la televisión y me puse a ver una película de dibujos que pasaban en una cadena.

—¿Qué haces viendo dibujos Rox? —Se ríe Connor — Que tienes veinte años por dios.

—Y tú que tienes un año más pareces un niño pequeño — ¿Cuándo será el día que no se meta conmigo? —Además si veo dibujos es mi problema no el tuyo, señor soy mayor.

Me levante del sofá y fui directamente a por un vaso de agua a la cocina y a la vuelta escuche la conversación de los dos.

—¿Por qué siempre estáis peleando?

—No lo sé, me sale solo.

—A ti te conozco demasiado bien, ¿te gusta Rox? —Abro los ojos y entro a la sala de nuevo.

En cuanto me ven sentarme en el sofá de nuevo se callan un momento y me miran atentamente.

—¿Qué?

—Nada, que genio mujer —le miro mal y miro hacia la televisión que no tardo ni dos segundos en darme cuenta que me habían cambiado de canal.

—¡Eh! ¿Para qué me cambiáis de canal?—Pregunto —Si no estáis viendo ninguno la televisión.

—La estábamos viendo.

—Claro que sí, mirando a la pared, ¿no?—Hablo con sarcasmo.

—Que risa me das Rox.

—¿Porque? —Pregunto con duda, ya que con Connor te puedes esperas cualquier contestación.

—Porque pareces una morsa al reírte —no puede acabar de decirlo bien ya que se ha empezado a reír.

—¿Qué me has llamado?

—Morsa —no para de reírse.

—A mí no me hace gracia —miro a mi hermano que también me está dando la espalda para que no lo viera reírse.

Después de estar bastante rato en casa de Rick, fuimos a la fiesta donde habíamos sido todos invitados en una de las villas más prestigiosas de aquí de París.

Rezaba porque Bastian no apareciera por aquí en toda la noche.

Cuando entramos en la casa, fuimos directamente hacia la barra para coger las bebidas. Los chicos ya tomaron un par de bebidas cuando me percaté de que Cecile venía hacia nosotros.

Cecile nos saludó a los tres, pero cuando llego a saludó a Rick se quedó con el hablando muy cerca, entre ellos hay algo y lo voy averiguar.

Yo me dedicaba a observar a las personas en la fiesta, unos bailaban, otros bebían, otros se besaban y también se encontraban los que se aburrían en las fiestas, como lo estaba yo en estos momentos.

—¿Te encuentras bien?—Me preguntó Connor.

—Si, lo estoy.

—No se ve, pareces aburrida.

—Es que no lo parece, lo estoy.

—¿Y porque no me lo has dicho? —Me encogí de hombros.

—No tengo porque decirte nada, Connor, no eres mi padre ni mi hermano.

—¿Te vas a quedar toda la noche ahí?

—Puede ser, ¿algún problema con eso? —Se encoge de hombros.

—Vale ya no te molesto, me voy, ya me he dado cuenta que no quieres mi compañía —se va a la pista improvisada que siempre ponían y se puso a bailar con una chica de piel clara.

Veo a Rick y a Cecile acercarse a mí y les sonrío.

—¿Qué haces aquí tan sola?, ¿Y Connor?

—Pues aquí me ha dejado sola como siempre.

—¿Cómo que te ha dejado sola? —Pregunta extrañado mi hermano —Asiento.

—Lo ha hecho — afirmo —, mirad —les digo —. Está bailando con esa chica —señalo donde se encuentra Connor.

—¿Y qué hace con esa chica? —Le miro raro a mi hermano por su pregunta y le respondo.

—Bailar, ¿o acaso no lo ves?

—Rox, deja ya ese tonito que no estoy para soportar tu mal humor ahora mismo —Lo miro mal pero no respondo.

Estuve un buen rato sentada en unos taburetes altos que estaban al lado de la barra que habían puesto, cerca de ahí se encontraba Rick y Cecile.

—¿Todavía sigues sola desde que te deje? —Habla burlón.

—¿Y tú? —Pregunto — ¿Te has aburrido de la chica o vienes a incordiar?

—Pues he venido aquí a hacerte un poco de compañía, te veía un poco solitaria.

—Perdona que te corrija pero hasta que te has acercado estaba la mar de bien peo cuando has llegado toda la buena energía que tenía ha sido remplazada por la mala.

—¡Uy que humor tienes Rox!

—El que provocas tú que tenga.

—Qué mala leche tienes eh —lo miro mal, me voy a ir y me coge del brazo para que no me vaya.

—¿A dónde vas?

—Lejos de ti, no lo ves.

No sé cómo se me ha podido ocurrir venir a una fiesta donde sabía que vendría Connor y no me dejaría en toda la noche de molestar.

Cuando pensaba que había mejorado la noche viene otra vez Connor, me mira y habla.

—Vengo de parte de tu hermano.

—¿Y porque no viene él?

—Porque está disfrutando de la fiesta con tu amiga Cecile.

—Solo vengo a traerte esto —señala un botellín de agua —. Sé que no has bebido nada, no me puedes mentir.

—¿Acaso has estado pendiente de mí?

—Puede ser.