25
Cuando acabaron de contarle todo lo sucedido años atrás, Rox se quedó bastante mal.
Ya eran pasadas la media noche, la familia de mi mejor amigo se habían ido a su casa poco después de que ella subiera a descansar.
Estaba demasiado cansado hoy, caminaba sin fuerzas a mi habitación pero al ver la puerta de Rox entre abierta me acerque para mirar si se encontraba bien, asome la cabeza por la puerta y ahí se encontraba ella enroscada entre las mantas. Abro un poco más la puerta y entro, cierro la puerta y camino hasta su cama.
Me hago un hueco al lado suyo, Rox está atravesada en la cama. Esta chica se mueve demasiado cuando duerme, intento desplazar su cuerpo hacia un lado, para poder recostarme a su lado.
Me desperté por los rayos del sol que me daban de pleno en mi cara, me iba a girar en la cama, cuando choque con un cuerpo. Abrí rápidamente los ojos y me fije de quien era ese cuerpo que estaba en mi cama.
Me di cuenta de dos cosas. Una era de que dormí con Roxanne y la segunda que no dormí en mi cuarto por lo tanto aquella no era mi cama.
Si Connor pensaba que no me había dado cuenta que había dormido conmigo estaba muy equivocado.
Todo lo que paso ayer se me vino a la mente.
Todavía me estaba haciendo a la idea de que tenía una familia y que estaba aquí en París. Hoy iba a ir a verlos a su casa; no me extrañaría en lo absoluto que fuera una mansión. Me deshice de las sabanas y salí de mi cama hacia la cocina.
Cuando entre a la cocina me encontré a Connor en calzoncillos. Me quedo mirándole de arriba abajo hasta que el susodicho se da cuenta que lo están observando.
—No has visto nunca a un chico en bóxers —me ruborizo y bajo la mirada a mis pies dándome cuenta que estaba descalza.
—Si los he visto pero no eran tan feos como tú —le pique. Pase por al lado suyo para coger una taza y echarme chocolate caliente en él.
—Cuéntame quienes son esos chicos tan "guapos" que has visto en bóxers.
—Eso no te debe importarte a ti.
—¿Por qué dices eso?
—Porque sí.
—Oye no quería decírtelo pero deberías darte una ducha —me mira divertido —. ¿Y si nos duchamos juntos?
—¿Pero de que estas hablando animal?
—Es broma Rox, tranquilízate, pero enserio deberías tomar una ducha, te ves mal por las mañanas y luego te vas a sentir más relajada.
—Tienes razón, iré —observe a Connor —. Ni se te ocurra aparecerte por mi cuarto. No me espíes.
—Tranquila no voy a espiarte no soy tan pervertido.
Después de ducharme y vestirme, baje a la planta baja directamente al jardín trasero de la casa donde me encontré a Connor tumbado en uno de los sofás que hay debajo de una carpa. Me acerco sigilosamente hacia donde se encuentra este y cuando estoy detrás del sofá. Veo que esta con los ojos cerrados, en estos momentos parecía buena persona, hasta podría pasarse por un angelito.
¡Eso sería decir una vil mentira!
—¿Tan guapo te parezco que me tienes que observar tanto? — Este chico tiene el ego muy subido.
—Te lo tienes muy subido ¿no? No te estaba mirando, cariño — quizás solo un poco.
—¿Entonces qué hacías? ¿Mirar el jardín? —Yo a este chico lo estrangulo.
—¡Exactamente! Eso era lo que estaba haciendo.
—No te creo.
—Pero si ni siquiera has abierto los ojos, no sabes que estoy mirando.
—Sentí tu mirada en mí, Roxanne.
—Lo que tú digas. Señor ego... ¿No hay nadie en casa?
—No, estamos solos, ¿porque? ¿Te da miedo quedarte sola conmigo?
—Para nada, solo me causas risa.
—¿Acaso soy un payaso? — Abre los ojos y me mira y yo asiento con la cabeza, vuelve a cerrar los ojos y sonríe en silencio.
—¿Y qué haces aquí fuera? Hace fresquito —me abrazo a mí misma.
—Pues que quería respirar aire fresco. Y no hace ni una pizca de frio.
—Si hace Connor.
—No, lo que pasa es que tú eres una friolera. Entra dentro si tienes frio.
—No quiero estar en casa metida. Me voy a quedar aquí fuera, pero me traeré una manta para ponerme por encima —iba a irme a cogerla pero la voz de Connor me hace parar.
—¡Espera! Ya voy yo. Voy a cogerme algo de beber también, ¿quieres algo?
—No gracias.
—Ahora vengo entonces, ponte cómoda en el sofá, pero déjame un hueco para sentarme.
—Hay más sillones para sentarse Connor —no me había escuchado, ya que ya había entrado a la casa.
Cojo una de las mantas que están bien dobladas en uno de los brazos del sofá y me la extiendo por mi cuerpo para poder entrar en calor.
Minutos después salió con un zumo de naranja para el en una de sus manos y en la otra una manta para mí.
—Toma, aquí lo tienes —me tendió la manta para que la cogiera. Me tumbe en el sofá y me puse la manta por encima. Connor se sentó en el de enfrente mientras bebía de su zumo —. ¿Enserio tienes frío?
—¿Tú qué crees genio? —Le miré —Por algo me he tapado.
—De acuerdo, de acuerdo.
Me encontraba en uno de los bancos de una plaza cercana al centro de la ciudad pasando la tarde con Cecile, Bastian no había venido.
—¿Has pasado toda la mañana entera con él? —Ya empieza con su bombardeo de pregunta, a ver si sobrevivo — ¿Dónde estaban sus padres y hermanos?
—Kaden y Carly habían salido temprano junto a sus padres y Edouard estaba con su novia.
—Y Connor no ha salido en toda la mañana.
—No, lo he tenido que aguantar toda la mañana.
—Rox, él tampoco es tan malo, seguro que no te ha molestado.
—La verdad es que no. Lo he fastidiado yo un poco a él — Cecile soltó una carcajada.
—Pero si siempre que me cuentas es al revés, Rox.
—Nos intercambiamos los papeles por un día. — Nos reímos juntas.
—Tal para cual —susurró, pero para desgracia de ella lo escuché.
—Te escuché Cecile —la miré mal.
Cecile ya se había ido a casa y yo como no me apetecía volver a casa, vague por las calles de París. No se me había venido a la cabeza que todavía no me orientaba muy, aparte de que no conocía muy bien la ciudad. Mire en todas las direcciones y casi no había gente por la calle.
También tenía otro punto en contra, estaba anocheciendo y estaba empezando hacer más frío.
Saque el móvil del bolsillo de la chaqueta y busque el contacto de Connor para llamarle.
—¿Si?
—Connor, soy yo.
—Ah eres tu Rox ¿Dónde estás? Esta anocheciendo.
—En la calle.
—¿En cuál?
—No lo sé, estoy perdida.
—¿Has salido sola?
—No, con Cecile.
—¿Y porque ella no está contigo?
—Porque se fue y como era temprano pues ande un rato y me desoriente y pues me he perdido, ¿puedes venir a recogerme?
—Si no me dices la calle o me describes el lugar no podré ir a recogerte.
—Está bien Connor, ahora miró.
Mis ojos divisaron un cartel donde señalaba cual era la calle en la cual me encontraba en estos precisos momentos y se lo dije.
—Estoy en Boulevard Saint Michel.
—Ahora mismo salgo, quédate ahí, no te muevas, llego en diez minutos.
Cuelgo y me guardo el móvil de nuevo, me siento en un banco a esperarle, mientras esperaba sentada miraba hacia los lados
Vi una figura saliendo de una de las callejuelas que se dirigía hacia un coche que acababa de aparcar hace poco, ya que antes no lo había visto.
Una persona salió del coche y esperó hasta que el otro sujeto llegará hasta él. Me quede observándoles, al principio estaban hablando normal pero conforme su conversación se alarga el hombre del coche se empezaba a enfadar y eso conllevaba a que levantara un poco la voz y la poca gente que pasaba por su lado se le quedara mirando raro. El otro sujeto tenía la cabeza gacha hasta que de un momento a otro la levantó y la giró en mi dirección y su cara se me hizo familiar. Era Bastian, el hermano de Cecile.
Me quede anonadada. ¿Qué hacia el con ese sujeto?
No pude seguir observando más ya que un coche se paró delante de mí, bajando la ventanilla del copiloto para poder ver a Connor sentado en el asiento de piloto haciéndome señas para que entrara.
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