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15

Jerome había ganado, pero me da a mí que el que ha quedado segundo no le ha gustado mucho que le haya ganado mi amigo.

Vi al otro corredor yendo directo hacia Jerome y no creo que fuera con buenas intenciones que digamos. Me dirigí hasta donde estaba mi amigo.

—¡Hey, has ganado! —Le felicite —me detuve a mirar unos segundos al individuo que se paró en seco al ver que yo me había acercado a hablar con Jerome y sonreí.

—¿De qué te ríes? —Me pregunto Jerome algo descolocado.

—Me rio del que ha quedado por detrás de ti; el segundón. Que parece que se le han pegado las zapatillas al suelo en cuanto me ha visto acercarme a ti, querido amigo —se gira para ver atrás y mirar lo mismo que estoy contemplando yo —Dennis ha llegado susurro en cuanto lo veo a lo lejos —, es mi hora de arrasar en casa.

—Corre como solo tú sabes y sobre todo... ¡Gánale! —Con eso me dirigí a mi coche. Lo encendí e hice que rugiera el motor, avance por el medio de todo el gentío que muy amablemente me hacían un espacio para poder pasar y poder llegar a donde comenzaría todo.

No me encontraba nervioso, pero lo que más me daba miedo era que pasaría después de que corriera contra Dennis. Los hombres de Maximus, para los que trabaja Dennis no me dejarían en paz y harían algo a mi familia si ganaba la carrera.

Era consciente de que tenía que perder sí o sí.

Al lado mío se encontraba el coche de Dennis, solo competiríamos nosotros dos solos.

—¡He aquí la carrera del año! Una de las más esperadas por todos aquí. ¡El campeón, el rey, está aquí señores y señoritas! —Brent parecía el más emocionado y se podía notar por como hablaba. Y parece ser que no tiene mucha estima hacia Dennis al cual no le dice nada — ¡Arranquen motores! —Habló Brent. Cumplí sus mayores deseos —. Única regla señores —habló para nosotros —. Si, esta vez hay reglas. No se puede ir por los callejones para acortar. Hay que hacer el circuito entero.

Arranque el coche, le iba a dejar un poco de ventaja para que se confiara un poco y pensara que podía ganarme, y en verdad tenía que pensar eso. No podía hacerlo mal, pero estaba equivocado si por algún casual piensa en estos momentos ganarme.

Iba pisándole los talones a Dennis, pero no era tonto, no le iba a adelantar hasta que estuviéramos cerca de la meta.

Este no era malo, era uno de los mejores corredores que había aquí, pero siempre quedando detrás de Jerome y de mí. Eso mismo es lo que más le molestaba y por eso mismo ya no se llevaba bien con nosotros dos, pero más conmigo que con Jer. Le cabreaba que de los tres, él era el único que no obtenía "la atención de las personas" como decía Dennis.

Hace alrededor de cinco años cuando llegue aquí con apenas dieciséis años, me hice amigo de dos chicos, ellos eran Jerome y Dennis. De ellos dos el último nombrado siempre fue el más tímido, hasta que empezamos con esto de las carreras y a ser como así decirlo "populares" en cada rincón de Londres.

Jerome corría en las carreras de motos, es lo que más le apasionaba. A Dennis y a mi sin embargo eran los coches, nosotros estábamos siempre de piques, al principio era sanos porque le ganaba en todas las carreras, aunque alguna que otra vez le dejaba que ganase alguna para que no se enfadara y tampoco se sintiera mal.

Este quería ser el mejor, pero jamás destacó porque yo siempre estaba ahí arriba y no iba a poder. Eso le molestaba hasta tal punto de que tuviera un odio profundo hacia mi persona.

Él se fue; bueno...desapareció de un día para otro y nadie supo de él hasta que volvió una semana antes de irme a Christchurch. Una de esas noches hubo una carrera en donde yo debía competir. Ya había escuchado algún que otro rumor de que "un nuevo competidor" y que era un "buen" corredor. Cuando lo vi recostado en su nuevo coche con gente a su alrededor no me lo podía creer. Me quede boquiabierto. Hasta que me vio, me hablo y por lo que me dijo me puse muy furioso.

Flash back

—Mira a quien tenemos aquí. Si es el rey de Londres —habló Dennis con un tono de burla.

—Miras quien volvió a Londres, el miedoso que se fue porque algunos somos mejores que él y no sabe perder —contra ataque. Vi que iba a contestar y antes de que lo hiciera seguí hablando — ¿Has venido para que te gane de nuevo o qué? Yo ya he perdido la cuenta de cuantas veces te he vencido —sonrío con superioridad. Se lo merecía.

—¿Quién ha dicho que me vas a ganar? Quizás y te gano yo esta vez —solté una carcajada y le respondí.

—¿Estás diciendo que tú me vas a ganar a mí? No me hagas reír, Dennis. Nunca has podido y escúchame bien. Abre esas orejas que tienes. Nunca podrás

Hago una pausa para coger aire y poder seguir hablando.

—Tú —le señale con mi dedo índice —, ganarme a mí —esta vez me señalo a mí mismo —. Sueña.

Pasé de largo, pero antes de alejarme mucho lo escuché gruñir y sonreí para mí mismo.

¡Nadie me gana, y él menos!

Fin de flash back

Y aquí nos encontrábamos compitiendo después de casi dos años otra vez, tengo que reconocer que ha mejorado mucho, pero le falta mucho para poder superarme. Yo soy mucho mejor que él.

Ya estábamos en la recta, y él iba por delante de mí, él seguramente se preguntara por qué no he hecho ni el intento de querer adelantarle ni nada, pero lástima que me conocía a la perfección en la pista. Sabía que en cualquier momento iba a adelantarle y ganarle, aunque no debía hacerlo.

Ese momento llegó cuando aceleré e iba esquivando obstáculos que habían puesto ahí y no sabía ni el porqué, hasta que vi a una persona poniendo el último y adentrarse en las sombras de un frío callejón. Reí internamente.

Parecía que el coche hacia un baile raro por como esquivaba los malditos estorbos que me habían puesto para que no ganase la puta carrera.

Pero Kilian Bloxam no se rinde jamás. Va a ganarla y darle su bien merecido escarmiento a Dennis para que se entere de una vez quien es el rey de este maldito lugar y que jamás habrá un sustituto, menos será él.

Iba a tanta velocidad que no pensaba ni por donde iba, de tan concentrado que estaba. El coche de Dennis estaba a unos metros y este disminuía la velocidad. Se estaba confiando, muy mala suerte para él. Creo que piensa que no le podía ganar ya, tan iluso que era; parece ser que al final no me conocía del todo a la hora de la verdad. Paso por al lado de su coche a toda velocidad y en menos de un minuto, derrapo el coche en la meta. Escucho como la gente se acerca a mi coche rodeándolo esperando a que salga.

Que bien los conozco que estaba segura de que no iban a tomar el aire al jardín. Los conocía la mar de bien, y más a mi mejor amigo.

Habrán ido a algún lugar y en estas circunstancias a un buen lugar sospecho que no han ido.

—Alice —le llamo. Ella se giró hacia donde había escuchado que la llamaban. Se me quedó expectante a que le dijera algo.

—Dime Rox —me habla —. ¿Qué necesitas?

—¿Sabes dónde han podido ir? —Le pregunto sin nombrarlos, porque ya sabe a quienes me refiero.

—Claro que no —pensó bien su respuesta —, aunque ahora que me haces esta pregunta, ayer escuche algo de lo que hablaron ellos dos —dijo dudando.

—Dímelo Alice, por favor, dímelo —rogué.

—Creo, no estoy segura, creo que han ido a las carreras ilegales. Eso escuche ayer —cierro los ojos fuertemente.

—¿Y eso exactamente dónde está? —Le pregunte. Se encogió de hombros. Aunque luego hizo un intento de hablar cuando puso una cara de no querer decir que sabe —Alice, sé muy bien que sabes dónde queda ese lugar y que hacen allí ellos dos. Osea que ya me puedes ir diciendo todo lo que conoces —dije ya al borde de perder toda la paciencia que tenía. Que no era mucha.

—En las afueras de Londres —dijo en un tono demasiado bajo, casi no capte lo que decía. Ella bajó su mirada al suelo.

—¡Mierda! —Pronuncie — Vamos —sentencie. Me levante del sillón.

—¿A dónde quieres ir a estas horas de la noche? —Preguntó.

—¿A que lugar crees que voy? —Levanto una de mis cejas en su dirección —A las carreras. ¿A dónde crees que iría? ¡Esos dos me van a escuchar!

—No.

—Vamos a ir y se acabó la conversación —estaba muy cabreada y se podía notar en el tono de mi voz. Se notaba a kilómetros de distancia —. ¡Chicos! —Llame la atención de los demás que estaban tranquilamente viendo la televisión.

—¿Si? —Preguntaron todos a la vez

—Coger las cazadoras y las llaves del coche, vamos a salir —antes de que escuchara algún que otro reclamo, me dirigí al garaje.

¡La que os espera Kilian y Jerome!


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