14
Kilian parecía que iba a explotar en cualquier momento.
Está muy cabreado, pensamos desde antes de venir aquí que era una mala idea, pues una vez aquí iría empeorando.
Tendríamos que haber escogido otro destino al que ir de vacaciones. Aquí en Londres estamos en peligro desde el primer minuto en el cual pisamos tierra Londinense, pero como las chicas escogieron venir aquí y no las podíamos contradecir, nos encontramos en Londres.
Tendríamos que ser muy cuidadosos con lo que hacíamos en cada cosa, porque ellos nos pisaban los talones.
Mañana a primera hora del día, nos iríamos de este hotel para ir a la casa de los padres de Kilian. Allí estaríamos más seguros. Por otra parte mi amigo se encontraría más tranquilo sabiendo que sus padres están a salvo.
Ya teníamos todo organizado para mañana, lo que nos mantenía inquietos a Kilian y a mí, era que después de que corriera contra Dennis seguramente, este no nos dejaría en paz y también que todo esto sea una encerrona.
Iríamos los dos solos, aunque con lo poco que conozco a Alice, sabía que no dejaría ir solo a Kilian.
Nos encontrábamos en casa de los Bloxam. Todo marchaba bien, esta vez no había rastro de que nos hayan seguido hasta llegar a la casa, pero por precaución, hemos puesto el doble de hombres para vigilar la zona y la casa.
En estos momentos todos estábamos esparcidos por toda la vivienda, unos estaban en el salón, otros en la cocina, en el jardín y Roxanne y yo nos encontrábamos en el cuarto viendo una película juntos.
Acabábamos de terminar de cenar hace unos minutos y en breve teníamos que asistir a las carreras ilegales.
Kilian está a mi lado haciéndome señas de que ya se acercaba la hora de marcharnos.
Era un hecho que nos teníamos que largar, pero había un inconveniente. No sabíamos que excusa poner para poder salir de la casa sin que ninguno de nuestros amigos supiera.
—¿Cómo vamos a salir de casa si se encuentran todos aquí? —Me susurro Kilian al oído —Tengo una idea —miedo me da.
—Dime tu idea, genio.
—Salgamos por la puerta trasera del patio.
—Pues salgamos ya, que si no, no llegaremos —nos levantamos del sofá y vamos hacia el patio, pero antes de poder si quiera dar dos pasos Rox nos detiene a los dos a interrogarnos de a dónde nos dirigimos.
—¿A dónde creéis que vais? —Nos mira con su típica mirada de cabreada.
—Vamos un rato fuera Rox —Kilian le respondió tranquilamente. Sé que ella no nos cree, pero lo deja pasar.
—No tardéis mucho que hace fresco —es lo último que dice antes de dejarnos ir.
Salimos rápidamente de ahí y caminamos hasta llegar al coche para poder poner rumbo hacia las carreras.
Hace dos años más o menos que no pisábamos ese lugar. El rey de las carreras por ese tiempo era Kilian, era el mejor corredor.
—Kilian, hay que hacer esto rápido, sabes que Roxanne se va a dar cuenta de que no hemos salido al patio a tomar el aire, sino que hemos ido a otro sitio —le comunico al piloto.
—La conozco a la perfección, sé que ya ha salido al patio a mirar si estábamos allí —me responde. Lo que sospechaba, se ha cumplido —, haremos esto lo más rápido que podamos —acelera el coche hasta casi la velocidad máxima y llegamos en unos diez minutos a nuestro destino.
Tengo un mal presentimiento, va a pasar algo malo y alguien va a salir mal parado. Tenía aquella sensación desde la noche pasada.
Nos bajamos del coche poniéndonos las gafas de sol, aunque éramos conscientes de que era de noche. Siempre nos las habíamos puesto para que las luces cegadoras de los coches, no nos cegaran.
Avanzamos hasta llegar a donde estaban unos viejos amigos de confianza.
—Mira quienes volvieron a Londres —Alix estaba apoyado en su coche deportivo de color azul, al lado estaba Ayrton y Alen junto a él. Les llamaban la triple A, porque siempre andaban juntos, además de que sus nombres empezaban por la letra "A" —. Si son nada más y nada menos que Kilian Bloxam y Jerome Edevane —dijo alzando los brazos y haciendo una especie de reverencia.
—Si son el trio más conocido de todo Londres —habló entre risas Kilian, saludando a los tres. Yo hice lo mismo.
—¿Y tú vas a correr? —Le preguntó Alix a Kilian.
—¿Tu qué crees amigo? —Le respondió Kilian con otra pregunta, elevando una de sus cejas en su dirección.
—¡Ha vuelto el mejor corredor a competir de nuevo! —Grita a todo pulmón Alix —las personas que estaba más próxima nosotros, empiezan a mirarnos con curiosidad por quien era ese corredor, algunas personas lo van reconociendo y van hablando entre ellos y señalándolo —. ¿Y tú competirás en las carreras de motos? Erais la mejor dupla en motos y coches. No lo olvidéis, tenéis que correr por lo menos en una.
—Lo siento Alix, yo no competiré hoy. No tengo moto y además hace mucho que no corro en una carrera —le dije, pero por su cara sé que no se quedó satisfecho por mi respuesta.
—Tú no te preocupes por la moto, tenemos una nosotros —hizo un gesto con la cabeza señalándola —. No me vale un no por respuesta, Jerome, además Ayrton ya ha ido a decir que vais a competir.
Antes de poder decir algo, la voz de Brent sonó por el megáfono.
—Todos los corredores a sus lugares. La primera carrera de la noche, comenzara en cinco minutos —informó.
—No hay vuelta atrás, coge la moto y arrasa — Me dice Alix. Camine hasta la moto, me subí en ella, me coloque los guantes y el casco. Antes de salir hacia donde estaban todos mis rivales, les guiñé un ojo a mis amigos.
—¡Suerte! —Gritó Kilian.
—No la necesito —susurro para mí mismo, algo arrogante, pero es que era así, y él no se quedaba atrás.
Me posiciono en mi lugar y espero a que den la señal de que la carrera empieza. Arranco la moto y me acomodo en ella, hasta que escucho un ruido sordo que da la señal de salida de la carrera. Me pongo el primero en la primera recta, casi sin dificultad, algunos corredores ya por esa recta han caído de sus respectivas motocicletas. Llevo bastante distancia con el segundo corredor, lo tengo a la vista hasta que se mete por uno de los callejones que sirven para atajar y poder ganar, pero no se lo voy a dejar tan fácil. Hay algunas callejuelas que dan más rodeo que otras. No se lo voy a dejar en bandeja y que gane él, me meto en la segunda salida que hay.
Esta tiene muchas curvas, pero sin embargo la conozco demasiado bien, siempre he cogido esta callejuela, sale directamente a la salida. La del otro corredor sale más atrás.
Voy dando las curvas a una velocidad que no está permitida, podría caer y romperme la crisma, pero no es el caso. La última curva la hago como solo yo sé hacerlo; casi tirándome al suelo con la moto. En segundos pongo la moto recta de nuevo, además de mi cuerpo y salgo a la recta donde me espera la meta a unos metros para salir vencedor de esta carrera.
Giro mi cabeza para poder observar donde se encontraba el otro corredor, me estaba pisando los talones el muy cabrón, en menos de dos segundos, me igualó. Estuvimos a la par hasta casi el final. Tuve que dejarle que se alejara un poco para que yo disminuyera la velocidad, poder coger de nuevo impulso para poder adelantarle con elegancia, como siempre lo había hecho y esta vez no iba a ser la excepción.
En cero coma estaba por delante suya y derrapando en la meta.
Había ganado de nuevo y en mi terreno.
¡Nadie me ganaba!
—¡Jerome ha vuelto, señores y señoritas! —Grito por el megáfono Brent.
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