Conocía demasiado a mi madre y como seguramente sabía que no teníamos coche, nos mandó a que nos recogiera Frederic, nuestro chófer desde que tenía memoria.

El hotel no estaba muy lejos de donde estaba la enorme mansión donde vivían mis padres actualmente, estaba situada a las afueras de Londres en una residencia privada.

Íbamos en una limosina lujosa, no era como las que utilizábamos para ir a los eventos que iban mis progenitores.

Mientras Roxy y Jerome estaban a lo suyo, yo estaba absorto mirando en mi móvil.

Los demás estaban quedando impresionados con tanto lujo y eso que no habíamos entrado a donde yo vivía.

Se abrieron las puertas y fuimos por un camino largo que solo se veían arbustos bien cuidados para luego llegar a un jardín y detrás de ese hermoso jardín bien cuidado se encontraban las enormes escaleras que conducían a la gran mansión.

Roxy, Jerome y yo salimos del coche detrás de los demás que iban embobados, la parejita y yo subimos los escalones para llegar a la entrada, que esta misma se abrió por Elle.

—Hola Elle —saludó Roxy dándole un abrazo.

— Cuanto tiempo Roxanne, has crecido mucho desde la última vez que te vi. Le dijo Elle a Roxy observándole, luego se dirigió a Jerome —. Hola Jerome —y por último otra vez se dirigió a mí —. Tu madre os está esperando en el salón.

—Muchas gracias Elle, dile a Frederic que lleve las maletas a los cuartos, por favor —le informe, ella asintió —. Iremos a donde se encuentra mi madre que si no se impacienta y no hay nada ni nadie que la calme —escucho a Roxy reírse y mover la cabeza afirmando que he dicho.

Fuimos hacia la sala que tenías que pasar por detrás de las escaleras que llegan al segundo piso. Abrí la puerta corredera para llegar al salón. Mi madre estaba sentada en uno de los tantos sillones que hay en el salón, estaba concentrada en su lectura, hasta que la interrumpí.

—Hola mamá.

—Hola hijo, hola a todos chicos —se fijó en cada uno de los rostros de mis amigos hasta que su mirada se quedó fija en Roxy. Se le aguaron los ojos de lágrimas —. Ven aquí mi niña y dame un abrazo. — Roxy se abrió paso entre los chicos hasta llegar donde estaba mi madre. Se fundieron en un enorme abrazo.

Estuvimos toda la tarde en casa de mis padres hasta que se nos hizo tarde y nos tuvimos que ir.

Ahora íbamos en dos coches, en el primero iba yo conduciendo, de copiloto iba Alice y atrás iban Liroye, Kenth y Rayner y en el otro coche iba ocupado por Jerome al volante, su acompañante era Roxanne y atrás iban la parejita Adele y Reidar, más el que sobraba en el coche de las parejas que era Wayne.

A medio camino, casi no nos habíamos alejado de la casa de mis padres, salen de dos salidas unos coches negros polarizados.

Esto no me daba buena espina.

Esos coches no eran de la gente que andaba por estos alrededores.

Nos habían seguido hasta casa de mis padres y ahora ellos estarían en peligro.

Me empecé a poner nervioso y más con las voces que me llamaban.

—¿Kilian qué hacemos? —Me preguntó en un tono suave Alice.

—¿Qué está pasando Kilian? —Ya empezaron las preguntas. Dios. Como no contesté siguió insistiendo Liroye — ¿Kilian dime ahora mismo que coño pasa? ¿De quiénes son esos coches?

—¡Ya, tranquilidad! No pasa nada, tranquilízate Liroye.

—¡Y una mierda! No me voy a calmar Kilian, nos están persiguiendo dos coches casi desde que salimos de casa de tu madre — ¡Mierda, mierda, mierda! Esto está mal.

—Alice —la llame. Me miro esperando a que le dijera algo —, llama a Jerome, tendremos que despistarlos y no creo que podamos ir al hotel a dormir por lo menos hoy —ella hizo lo que le dije y yo seguí conduciendo.

Me fije en que los hombres de Maximus cada vez aceleraban más y se acercaban cada vez más a nosotros. Entre sus coches y los nuestros no había mucho espacio ya, pero lo bueno para nosotros era que habían coches entre medias y eso estaba de nuestra parte.

Aceleraba un poco y ellos también, si querían jugar, jugaríamos, esto no son las carreras, pero si querían correr correríamos.

—¡Chicos! Sujetaros bien, que vamos a volar.

Los tres de atrás me miraron un poco asustados pero Alice no. Empecé acelerar cada vez más hasta que ellos se quedaron un poco atrás pero en una de las curvas casi nos dieron en la parte de atrás del coche, de no ser porque hice una maniobra bastante complicada no nos dieron.

Me estaba estresando, no podíamos perderlos de vista. Bufe. Me tenía que inventar algo o si no nos iban a coger.

No veía el coche de Jerome por ninguna parte. Quizás habrán cogido una salida de las que había antes y yo iba hacer lo mismo. Acelere otra vez al máximo y me metí en la próxima salida que había, ya no venía ningún coche cerca y empecé a disminuir la velocidad, hasta que paré del todo el coche.

—Hay que avisar de lo que ha pasado hoy. Esto no puede ser. Nos han seguido hasta Londres. Mierda ­­­­­—tenía un cabreo que no me lo podrían quitar con nada. Acabábamos de llegar al hotel. Si al hotel, al final vinimos aquí aunque mañana nos iríamos a casa de mis padres, pondría protección a fuera de la casa. Esta noche hablaría con mis hombres de aquí de Londres.

—Ahora mismo les hablo Kilian —­­dijo alejándose Jerome. Solo estábamos nosotros en la habitación de Roxanne y él para poder hablar de este tema que era muy importante y nadie se podía enterar ni mis amigos, aunque tarde o temprano terminarían haciéndolo.

—¿Ahora qué haremos? No nos podemos quedar aquí Jerome.

—Iremos a casa de mis padres por la mañana, nos quedaremos ahí hasta que nos vayamos otra vez a Christchurch.

Me llego un mensaje de un número desconocido.

Mañana a las diez de la noche en los bajos de Londres.

Me contaron que volviste Bloxam.

Como en los viejos tiempos.

Si no vienes, tu familia y todos tus amigos que están contigo en ese hotelito tan elegante estarán muertos en un segundo.

D.

Me quede unos segundos más mirando el mensaje para después lanzar el móvil a la cama.

—¿Qué ha pasado?

—Dennis pasa —hice una mueca.

—¿Qué pasa con él? — Alice nos estaba mirando de forma extraña porque no sabía de qué estábamos hablando.

—Mañana tengo que ir a las carreras —Jerome abrió los ojos.

—¡Mierda! — Asentí.