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1

Estaba a punto de salir de casa cuando empezó a sonar mi teléfono, no contesté, sabía que era mi amiga que me esperaba fuera de casa. Me dispuse a salir de mi casa, sin antes cerrar la puerta y coger mi chaqueta, era otoño y hacia un poco de frío cuando empezaba anochecer.

Salí de mi portal y mi amiga me esperaba dentro de su coche deportivo amarillo.

—Hola Rox, tardaste en salir.

— Hola Adele, no tardé tanto, solo que me entretuve un poco quizás.

—No cambias Rox —me miró con una ceja alzada.

—Bueno ya llegué, eso es lo importante.

—Si, por fin —dijo con fingida desesperación.

Después de la pequeña charla que tuvimos en el coche de ella mientras conducía, llegamos a nuestra cafetería favorita en el centro de Christchurch, en ella nos esperaban nuestros amigos.

Nos bajamos del coche riendo porque Ade quería bajar sin soltarse el cinturón. Entramos al establecimiento, aun riéndonos de lo que había ocurrido. Nos dirigimos a donde estaban sentados cuatro chicos altos, nuestros amigos. Nosotras éramos las pequeñas del grupo solamente por uno y dos años, pero no trataban igual de bien.

Ade se fue directamente a sentar entre Wayde y Kenth, yo por otro lado me senté en frente de ellos entre Kilian y Liroye.

Los saludamos y nos pusimos a hablar entre todos.

—¿Qué tal han ido vuestras vacaciones? —nos preguntó Kilian.
—Genial, me fui a Karamea y lo disfrute mucho — le respondí —ya lo sabías Kili le digo con obviedad, te he llamado casi todos los días que estuve allí.

Este solo sonríe y niega con la cabeza sabiendo que tengo razón.

—Y tu Ade, ¿qué tal las vacaciones? —Le preguntó esta vez a nuestra amiga.

—Pues genial, ese lugar fue maravilloso, me enamoré de esa ciudad —hablaba Ade entusiasmada.
—¿Y qué sitio es ese que te enamoró? —preguntó interesado Liroye.
—Me fui a Queenstown —dijo soñadora.
—¿Y vosotros, chicos? —Le pregunto Ade a los chicos — ¿No habéis viajado a ningún lugar?
—Lo mismo de todos los años, de fiesta en fiesta —respondió Kenth por todos y los demás asintieron con la cabeza —para que necesitamos viajar si aquí tenemos las mejores fiestas, ¿o ya las has olvidado?
—Y las chicas tampoco faltan ¿no? —Volvió a preguntar Ade, aun sabiéndose ya la respuesta.

Los chicos la miraron con una sonrisa pícara, muy común en ellos.

—Claro que no faltaron chicas, ¿qué preguntas son esas? —Respondió Wayde — Si quieres tu eres la próxima —le dijo con picardía a mi amiga.

Miré a Ade con una sonrisa mientras ella no sabía ni que responder.

—Cambiando de tema chicos, ¿sabéis que la semana que viene empezamos de nuevo la universidad? —Les dije yo.

—Si Roxy por desgracia ya se acabó lo bueno, aunque de fiesta vamos a ir sí o sí —me sonrió Kilian.

Kilian es el único que me podía llamar Roxy, ese rubio, sí, Kilian era rubio y de ojos verdes, él era una de las personas en quien más confiaba y entre nosotros nos entendíamos.

Dejamos de hablar cuando el carraspeo de una persona nos interrumpió. Nos giramos a ver quién era esa persona que intentaba acaparar nuestra atención.

Era un chico de unos veintiún años de edad, muy alto, a mí me sacaría unas dos cabezas mínimo, rubio ceniza y de ojos marrones. Iba con una camiseta blanca, pantalón negro y zapatillas igual al color de la camiseta.

Cuando volví a subir la mirada a su cara, el chico me miraba con una ceja levantada. Baje la mirada a mis manos y me sonroje.

—Hola, ¿qué vais a pedir? —habló por primera vez.

—Hey, ¿qué queréis tomar? —nos preguntó a todos Kili.

—Yo quiero un chocolate —pedí yo sin mirar al chico y todavía con la mirada en mis manos. Escuche una risilla que seguramente sería de él.

—Yo igual que ella —hablo Ade, seguramente señalándome.

—Para nosotros cuatro, una cerveza —le pidió Kili para luego mirar a los demás si estaban de acuerdo con esa decisión y asintieron con la cabeza.

El chico se dio la vuelta y se dirigió hasta la barra para ir a preparar nuestras bebidas para luego traérnoslas.

—¿Dónde está la señora Allie? Me ha extrañado que no estuviera aquí —indague en cuanto se fue.

—Creía que no te habías dado cuenta, como estas tan atenta mirándolo — Kili a mi lado solo sabía reírse.

Lo mire mal, Wayde me lo explicó.

—Se habrá tomado un descanso, ayer tampoco estaba —respondió a mi duda Wayde.

—Pero el tendrá que ser una persona que ella confié mucho. No le dejaría a cualquiera al cuidado de su local —dije yo.

—Soy su nieto y sí, mi abuela está descansando por unas semanas, aunque vendrá a veces a ver cómo voy con su negocio por si meto la pata —una voz ronca pero bonita nos contestaba a nuestras dudas sobre la señora Allie —, bueno y aquí os dejo vuestras bebidas. Ya nos veremos por aquí, si seguís viniendo claro está.

Nos quedamos sorprendidos cuando dijo eso. Nosotros llevábamos viniendo aquí años y nunca conocimos a algún familiar suyo, solo a su marido Jacob.

—¿Te vas a quedar mucho por aquí? —la pregunta me salió sin pensarla. Él se giró y me miro para luego responderme.

—Sí, me quedare un tiempo con mi abuela y estudiare en la universidad Canterbury —me miro a los ojos mientras me hablaba.

—Justo a esa universidad vamos nosotros —informó Kenth.

—Genial, mis amigos también estudian allí, ya los conocerán. Bueno me tengo que ir, un placer haber hablado con vosotros, el trabajo me llama —está de pie delante de nuestra mesa sin dejar de mirarme a los ojos —por cierto me llamo Ilan —en cuanto dijo eso me guiñó un ojo.

Imbécil.

Al final se fue a atender a otras mesas y no volvió más en toda la tarde que estuvimos ahí. Salió el tema de una fiesta que iban a hacer unos amigos nuestros en su mansión, se rumoreaba que iba a ir mucha gente.

—Oye, ¿vamos a ir a la fiesta que van a hacer Joris y los demás? —comentó Kili.

—Por supuesto, no nos perderíamos una fiesta de ellos ni locos ¿no?—acota Liroye al lado mío.

Y todos estuvimos de acuerdo, nos miró a cada uno y asentimos con una sonrisa

—¿Es el sábado no? —pregunto Ade.

—Sí, es el sábado.

Ahí dimos por finalizado el tema de la fiesta. Nos quedamos un rato más ahí sentados hasta que dio la hora de irme a casa, ya se estaba haciendo tarde.

—Chicos ya me tengo que ir a casa, ya es tarde —les informe a los demás.

—¿Quieres que te lleve Roxy? —me pregunto a mi lado Kili.

—Si podrías hacerme ese favor, si —le hice un puchero.

—Sabes que haciendo pucheros me tienes ganado Roxy —se levantó de su silla y yo le imite. Antes de avanzar nos giramos y nos despedimos de los demás.

—Bueno nosotros nos vamos. Mañana iremos a la plaza no lo olvidéis.

—No lo vamos a olvidar, Adiós a los dos —respondió por todos Kenth.

Caminamos hacia la salida pasando por la barra donde estaba Ilan apoyado hablando con un chico de tez blanca. Kili lo saludo y a mí me guiñó un ojo.

Bufé y miré hacia delante mientras mi acompañante me pasaba un brazo por los hombros saliendo del pequeño local.

Ya en la calle nos pusimos andar hacia su coche que estaba a unas calles del local de Allie. Llegamos al coche y nos metimos en el interior de este.

Kili arrancó el coche y puso rumbo hacia mi casa. Dirigí mi mano izquierda hasta la radio y subí el volumen. Mi acompañante me dirigió una sonrisa.

Estuve cantando varias canciones a todo pulmón y aquí el que se llama mi mejor amigo se estaba riendo de mí, aunque en algunas estrofas de alguna canción cantaba conmigo y nos reíamos a carcajadas. Pasamos todo el resto del viaje así, entre risas.

Cuando aparcó en frente de mi departamento, me gire para verlo y le di un beso en la mejilla y él sonrió y me dio uno en la frente para despedirse.

—Te cuidas Roxy ¿sí?

—Sabes que lo haré —sonreí para que no se preocupara.

—Buenas noches.

—Igual para ti Kili.

Abrí la puerta del coche y salí, antes de andar hacia mi casa me gire en dirección al coche y me despedí de mi amigo con la mano pero este ya había arrancado el coche.

Ya sola en la calle en frente de mí piso saque las llaves y entre. Dejé las cosas en la entrada y me tire al sofá de lo cansada que estaba. Encendí la televisión y puse cualquier cosa.

Me desperté por el sonido de una risa que venía de la televisión, me había dormido con la tele puesta. Busque mi móvil por toda la sala hasta que lo encontré en la mesita que estaba al lado de donde estaba tumbada antes. Me fije en la hora que marcaba y ya las once de la noche; como no tenía ganas de cocinar me iba a preparar leche con galletas, eso iba a ser mi cena.

Me levante del sofá tan perezosa como siempre. Camine por el pasillo largo que conduce a la cocina. En cuanto llegue a mi destino me prepare lo que iba a tomar y me fui otro vez al salón.

Cuando dieron las dos de la madrugada, me levante del sillón y me dirigí hacia las escaleras para subir al segundo piso donde me esperaba con ansias mi cama. Tarde en dormirme un rato pero al final lo conseguí de tanto repetir cuatro, siete, ocho y mientras tanto, respiraba.

A la mañana siguiente desperté por el sonido de mi móvil.

¿Quién me despertara a estas horas de la mañana?

Por dios

Le di a coger la llamada y respondí.

¿Quién demonios es a estas horas de la mañana? —gruñí a la persona que estaba al otro lado del teléfono, sin saber quién estaba al otro lado de la línea.

Buenos días para ti también, bella durmiente era Kili quien llamaba, como no.-Pues te llamaba porque hemos quedado a las tres de la tarde en la plaza y son las dos Roxy —aparté el móvil de mi cara y mire si era cierto lo que decía y si, la tenía como siempre.

Ven a buscarme en media hora Kili, intentare darme prisa.

Tranquila, con que estés lista a menos cuarto ya llegamos.

Bueno pues dentro de un rato nos vemos.

Sí, te voy a buscar a casa.

Adiós.

Adiós.

Corte la llamada, deje el móvil en la mesilla al lado de la cama y salí del enredo que había hecho a la madrugada durmiendo. Cuando lo logre, fui directa al baño, me desvestí con una mano y me metí a la ducha. Después de estar quince minutos en la ducha, me puse mi toalla y me dirigí hasta mi armario a elegir ropa. Iba a ir sencilla, unas mallas negras, botines blancos y camiseta color azul. Baje a desayunar.

Entre una cosa y otra dio la hora que dijo Kili que me vendría a buscar y me dispuse a dejar la casa un poco ordenada aunque solo viviera yo allí. Cogí mis llaves, mi cartera y mi móvil.

Cuando caminaba por el jardín que había fuera de mi casa, veía a mi amigo fuera del coche esperándome. Cuando llegue a él le planté un beso en la mejilla para luego darle un abrazo.

Nos montamos en el coche y fuimos rumbo a la plaza donde nuestros amigos nos esperaban.

Hoy especialmente había mucho tráfico y la verdad no tengo la más remota idea de por qué.

Kili ya se estaba desesperando. No soy la única que no tiene paciencia. Mi mirada se dirigió a unos coches muy caros que estaban obstaculizando el paso y no dejaban pasar a los demás coches.

—Kili hay unos coches parados ahí adelante —le señale a mi amigo.

—¿Dónde? Yo no veo nada Roxy —me miro sin ver lo que yo le decía.

—Delante de ese coche rojo —le indique con el dedo y al final lo vio.

—¿Ese no es Ilan? —me hizo un gesto con la cabeza para que mirara donde estaban los coches caros.

Mire para donde me decía y si, ese chico de pelo moreno era él, era Ilan. Kili bajo la ventanilla y saco la cabeza, antes de que hiciera algo le hable.

—¿Qué haces Kili?, ¿estás loco?

—Solo voy a saludarlo tranquila.

—No, no lo hagas.

El sin hacerme caso, sacó otra vez la cabeza y gritó el nombre de Ilan un par de veces hasta que al moreno le dio por darse la vuelta y darse cuenta de que le llamaban a él. Idiota. Ilan estaba apoyado en unos de los coches fumando y hablando con un par de chicos. Les dio una mirada que no entendí muy bien y camino hasta donde estaba parado el coche.

—Hey, ¿qué hacéis por aquí? —nos preguntó a los dos.

—Pues intentamos ir a la plaza pero como tú y tus amiguitos estáis obstaculizando el paso y no podemos llegar —sonreí.

—Muy graciosa... —se quedó a mitad de la frase porque no sabía cómo me llamaba.

—Me llamo Roxanne —le sonreí falsamente. Me miro y su mirada se fijó en mi mano derecha.

—¿Qué te ha pasado en la mano? —la señaló. Baje la mirada a mi mano derecha, no le iba a contar lo que le pasaba a mi mano. Primero porque no lo conozco y segundo porque no me fio de él.

—Nada que te importe Ilan.

—Pero si te has aprendido hasta mi nombre —soltó una carcajada.

—Bueno Ilan, ¿nos van a dejar pasar?

—Solo por ti...

—Kilian, me llamo Kilian.

—Les diré que se aparten para que paséis.

Se giró para hacerles un gesto con la mano para que apartaran los coches. Cada una de las personas que estaban fuera de los coches, se metió dentro de uno de ellos y los pusieron a los costados de la carretera para que pudiéramos pasar. Kili arrancó y pusimos rumbo hacia la plaza.

Pasamos al lado de los amigos de Ilan. Los mire mientras pasábamos por su lado y nos estaban mirando también. Sus miradas daban escalofríos.

Los dejamos atrás y con ello, el miedo que me dio pasar al lado suyo. Kili quito una de las manos del volante para encender la radio cuando paró en uno de los semáforos que había en la avenida antes de llegar a la plaza. Kili empezó a manejar despacio cuando llegamos a la recta donde habíamos quedado con nuestros amigos.

—Roxy —me llamó —ve mirando a ver si ves algún sitio para aparcar —yo asentí y me puse a hacer lo que él me decía mientras él conducía. Vi a un coche que salía de un aparcamiento a dos coches de donde estábamos.

—Allí hay un coche que está saliendo Kili —manejó hasta el sitio libre y aparcó. Apagó el motor y salimos del coche.

Íbamos por la acera cuando tropecé con una baldosa mal puesta y casi me caigo, de no ser por Kili que me agarro del brazo sin hacerme daño me hubiera caído al suelo de cara.

—Hey Roxy, tienes que tener cuidado por donde pisas.

—Kili sabes que al no apoyar el talón me tropiezo más.

—Pues por eso mismo tienes que mirar por donde caminas para tropezar lo mínimo posible.

—Lo intentare Kili.

—Es por tu bien Roxy, además si te caes y te haces daño solo te puedes ayudar con la izquierda —me recordó mientras andábamos hacia los chicos que estaban sentados en un banco.

—Voy a intentarlo Kili, pero no te prometo nada, a cada rato me caigo por algo.

—Lo sé, pero para eso estoy yo, para ayudarte, siempre voy a estar ahí para lo que sea y lo sabes ¿no?

—Sí —lo abrace y le di un beso en la mejilla. Llegamos a donde los demás y los saludamos.

—Hola, ¿Qué hay chicos?

—Hola pareja —sonrió Kenth — ¿por qué habéis tardado tanto?

—Pues en la siguiente calle donde vivo, nos hemos encontrado al nieto de Allie.

—¿Así? —Preguntan todos sorprendidos.

Le empezamos a contar todo lo que paso hasta que llegamos aquí.

—Y cuando pasamos al lado de ellos nos miraron de una manera no muy bonita, — hablo muy serio la persona que tenía al lado —me fije que miraban mal a Roxy por tener la mano así.

—Que idiotas —hablo Wayde —es una persona normal, solo tiene una parálisis, todo el mundo tiene algo aunque no se vea por fuera. Como si se notara mucho que Rox tiene algún problema en la mano —dijo mosqueado.

—Yo mato a esos imbéciles —aportó Liroye.

— Hey, hey, hey—les paró Ade —de los que estamos aquí ninguno quiere que se metan con Rox, pero por lo que has contado tú —señalo con un dedo a Kili —no es que anden en muchas cosas legales y como nos metamos con ellos hasta podríamos acabar en la cárcel por esos idiotas. Si nos los encontramos y le hacen la mínima burla actuamos, si no, no.

—Está bien, estoy de acuerdo, pero vuelven a mirarte así y los mato —Kili se veía demasiado cabreado, no creí que se hubiera dado cuenta, pero sí.

Luego de esa charla, me advirtieron de que tenga mucho cuidado con cualquier persona, casi nadie aquí ya es de fiar.

El tema ese quedo zanjado y estuvimos toda la tarde riendo de las tonterías que decía Liroye.

—Que sí, que si cuando iba con este hacia casa —señaló al que tenía al lado que era Kenth, nos encontramos a dos tíos borrachos intentando bailar con una farola. Daban risa y también estaban besándolas, que asco. Eso fue repugnante, tienen que tener más mierda esas farolas —contó entre risas y haciendo una mueca de asco cuando contó lo del beso en la farola,

—¿Eso cuando pasó?, ¿la semana pasada?

—Si Kilian, fue la semana pasada —respondió Kenth —en la fiesta de Hans.

Cuando se hizo de noche Kili me llevo a casa porque se iba a quedar allí a dormir. Pero antes pasamos por su casa para recoger la ropa que se iba a poner a la mañana siguiente.

Cuando entramos en su casa, subimos las espaciosas escaleras que conducían al segundo piso. Había dos caminos que iban a distintos sitios de la casa, esta casa es como un laberinto. Fuimos por el pasillo de la derecha hacia la única puerta negra que había en frente de nuestras caras, abrió la puerta y me dejo pasar antes que él.

—Roxy ponte cómoda, tardare poco en coger mi ropa y nos podremos ir a tu departamento.

Se metió en su espacioso armario, donde guardaba toda su ropa. No aguantaba más sentada ahí mientras él estaba allí metido escogiendo su vestimenta para mañana.

Me levanté de su cama y camine hasta la puerta corredera, la abrí y lo vi eligiendo un pantalón de pijama. Cogió de una de sus baldas unos pantalones azules a rayas y los guardo en su mochila.

—Siempre te traes ese a mi casa Kili —le recordé.

—Es mi favorito Roxy, ya lo sabes.

—Un día te lo quemare en la hoguera que hacemos todos los años los de clase. Le miré con una sonrisa.

—Ni se te ocurra hacer eso Roxanne Aiken —no lo deje terminar, levante la ceja y le dije.

—¿O qué Kilian Bloxam?

—No sé, tendré que pensar en algo —puso su cara graciosa cuando intenta pensar en algo.

Fui a otro de sus estantes donde estaban sus pantalones de vestir, estuve mirando cada uno de ellos y me quede con uno que era de color gris clarito, de mientras el cogió una camisa de color azul cielo, para luego coger unas zapatillas del mismo color de la camisa. Cuando acabamos de meter todo lo que necesitaba para mañana, salimos de su casa.

Ya en el coche puso un disco de canciones que nos gustaban a los dos, teníamos los mismos gustos musicales. Como en casi todos los viajes en coche con él, eran divertidos.

Llegamos a casa tatareando una canción. Dejamos las cosas de Kili en la habitación contigua a la mía, siempre que dormía en mi piso se quedaba allí. Bajamos a la cocina y como no queríamos cocinar pedimos unas pizzas. La mía de cuatro quesos y la de él una pizza Bianca. Esperamos sentados viendo una serie que aunque no la veíamos mucho tampoco nos disgustaba verla. La serie era Modern family. Nos estuvimos riendo un rato hasta que llegaron nuestras pizzas y las bebidas que pedimos también.

Pero mientras cenamos Kili puso una de nuestras películas favoritas, Honey. La película trata de una chica joven bailarina y coreógrafa que trabajaba como camarera y dependienta en una tienda de discos hasta que consigue una oportunidad. Gracias a esta se convierte en una exitosa coreógrafa de videos, pero su carrera peligra cuando es chantajeada por su mentor, Si no se acuesta con el su nombre estará en la lista negra de la industria.

Nos vimos las tres películas de Honey, si, tiene tres pelis de baile, en cada película hay una diferente protagonista, pero siempre trataban de lo mismo, de baile.

Entre una cosa y la otra dieron las dos de la mañana, yo estaba medio dormida en el sofá. Sentí que Kili me levantaba en brazos y subía por las escaleras despacio y sin hacer ruido por si me despertaba, sin saber que yo estaba despierta. Empujo la puerta de mi habitación con su espalda ya que la puerta de esta se encontraba medio abierta.

Me dejo en la cama despacio sin llegar a despertarme, fue hasta el otro extremo de la cama para abrirla y meterme dentro de ella para luego taparme con las mantas.


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