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[4] Le Mascarade 2/2

Para su suerte, los empresarios y políticos toman muy en serio la confidencialidad...aunque si quieres estar a la par debes meterte a la boca del lobo y arriesgar la posibilidad del fracaso. Pero recuerda: entre más te escondas , más expuesto quedarás

⚜️ ⚜️ ⚜️

—Mon amor...—llegando a sus espaldas el castaño de cabellos finos frunce el ceño con un semblante de indiferencia, Yankel levanta ambas cejas ante la detención de territorio puesto que se encontraba con Emilia riendo a carcajadas

—Claudio—enarca una ceja volviendo a su martini lo cual confunde a ambos varones—no tenía idea que seguías aquí, digo como no te he visto desde los preparativos

—¿Podemos hablar en privado?—lamaire ruega con la mirada y siendo la chica Campbell frágil a su ser termina por aceptar con la cabeza—¿nos permites?—Davis sonríe simple y se aleja sin más—¿ligando?

—Oh no—negando con el dedo índice a sus celos ella ríe—no trates de voltear las cosas, te llame más de cincuenta veces, te deje mensajes y no respondiste. Sabes lo importante que era esta noche para mi tanto como para mi futuro—el varon pone ojos en blanco ante sus reproches

—La noche no ha terminado y además ¿porque te interesa tanto dar una buena impresión a parejas de cuarenta años?—señala un tanto burlesco

—Si no hablan de ti, no eres nadie—responde sin titubeos—Y yo no voy a permitir ser solo una Campbell más, quiero que me conozcan, que al escuchar mi nombre sepan de lo que soy capaz—explica intentando ser comprendida pero su novio parece solo desecharla

—Estas sobre actuando—ríe sin tomarle importancia cosa que le provoca una furia en el pecho—me retrasé porque tenía cosas importantes con mi familia, no todo se trata sobre ti

—Ya me quedo claro—tomando su antifaz la castaña comienza a caminar hacia las afueras del hotel y Claudio bufa sabiendo que lo ha arruinado una vez más por lo que esta vez no duda en correr hacia ella

—Espera...—toma su muñeca atrayéndola con cercanía—perdóname, se que nuestra relación está frágil desde que volví pero trata de entenderme, no encajo en esta vida—ella suspira—pero estoy dispuesto a intentarlo, por ti

—¿Porque no te creo?

—Deja que te lo demuestre—levantando una ceja Emilia parece interesarse así que Claudio sonríe ligeramente tomando su cintura y obligarla a caminar hacia un par de inversionistas

* * *

Recostados sobre el jacuzzi de la rubia, ambos chicos ríen continuando su charla mientras la música suena de fondo sin idea alguna que tienen compañía. No importa mojar sus prendas de alta costura pues mantenerse sumergidos bajo el agua tibia mientras sus manos juegan con las burbujas es más divertido que charlas con políticos en el salón principal.

—¿Que te pareció?—lanzando las cartas del último juego hacia el suelo Ramiro toma la botella de champaña para dar un trago más

—¿La partida de póker, nuestro beso o tu?—la del vestido azul arrebata la botella de champaña al de rulos ligeramente húmedos quien sonríe ante su pregunta

—Las tres cosas—responde sin titubeos y Yam suelta un suspiro pensativa, o al menos es eso lo que aparenta

—Compleja...—insinuando los trucos de póker que D'Angelo le ha mostrado levanta la barbilla un tanto egocéntrica—óptimo—el varón pone ojos en blanco a su escala del beso—y aún no me decido sobre ti

—Mm...¿algo que pueda hacer?—recibe la botella de champaña mientras Yam muerde la mitad de un chocolate con jarabe de licor que parece darle una idea interesante

—Puedes responder algunas preguntas para mi

—"Algunas" suena algo impreciso, te daré tres—recostándose un poco más dentro de las burbujas Ramiro señala con total confianza a lo que ella se relame los labios en completo acuerdo

—¿porque no estás en la universidad?—inclina la cabeza ligeramente saboreando un chocolate más mientras la punta de sus mechones rubios se torna castaña gracias al agua que los mantiene sumergidos

—Me expulsaron—levanta ambas cejas castañas asombrada—al parecer a Oxford no le agradan los hijos de embajadores que ordenan cajas de champaña y obligan a todos sus compañeros a un juego de póker con apuestas ilegales, mi padre pago para que todo quedara en mi expediente y los medios no se enteraran

—Vaya...—mueve los ojos por el techo de su propio tocador hasta que sonríe—dime que ganaste—Ramiro deja salir una risa desde lo más profundo de su garganta para después usar su mano derecha y salpicar un poco de agua—¿cuántas cajas de champaña?

—Cinco y acabas de desperdiciar tu segunda pregunta—ella maldice—¿qué hay de ti?

—No lo se—hace una mueca acompañada de un bufido—negocios suena bien pero...amo la música—parpadea perplejo ya que de todas las profesiones en el mundo y en sus dos semanas de conocerse nunca se le habría pasado por la cabeza

—¿Escribes canciones?

—Lo intento más bien—modesta ante su destreza musical Yamila juega con las burbujas en su delante con ambas manos suaves por el jabón de ducha así como su vestido de alta costura se ha ceñido a su figura por causa del agua

—¿Cantarías para mi?—enarcando una ceja Ramiro pide utilizando su última pregunta pero tan solo obtiene un par de risitas y negación de cabeza—vamos Yam, no puedes dejarme así después de este descubrimiento

—Lo siento, te quedarás deseando que suceda—hace un mohín de labios y él le regala un bufido cómico—última pregunta...¿verdadero o falso? ¿En el póker y el amor todo se vale?—el italiano entrecierra los ojos ante la seriedad de su pregunta y sin saber a los enredos futuros que su respuesta llevará las palabras salen de su boca

—Verdadero—el chico de la camisa blanca que transparenta sus músculos toma un chocolate con jarabe de licor después de dejar de lado la botella de champaña ya vacía

—Buena respuesta—se relame los labios bajo aquel lápiz labial de tono coral que resalta con la piel blanca de su rostro

—Buena pregunta—reconoce y así mismo ambos no dudan en reír mientras un brindis con sus chocolates ridículamente caros

* * *

Del otro lado del loft, en la oficina principal de su madre Lily, el chico de ojos azules se encuentra frente a la caja fuerte de color metálico intentando recordar el código que su hermana mayor descifró hace no más de tres meses y ya que se encuentra eufórico bajo el efecto de las drogas la música en sus oídos lo hace menear la cabeza un tanto mareado

—Oh man—un chico de cabello negro aspira su última línea sentado en el escritorio mientras se encuentra acompañado de cuatro jóvenes más—Nicolo, tienes que probar este...sabe a pastel

—¿pastel?—rie llegando a su lado—genial—aspirándola con destreza una fotografía ilumina sus ojos azules tornándose amarillos así como sus párpados rojizos muestran lo drogado que está—¡Fuck...! Eso es—golpea el escritorio regresando a la caja fuerte

—¿A que juegas ocean eyes?—uno de los cuatro se mofa recostado sobre la alfombra y ríe torpemente observando los detalles del techo. De pronto el foco rojo se torna a verde y la puerta de un metro pegada a la pared se abre

—No jodas niño rico—llegando a su espalda el de camisa rosada sonríe a lo grande observando joyas, carpetas y sobretodo montones de dólares que se encontraban ocultos.

Nicolo sorbe de su nariz sintiendo un poco la quemazón por el constante aspiro de polvo pero la música sube de volumen por quien se encontraba en el sofá y ahora la fiesta privada está en el siguiente nivel. Gritos, bromas, risas abundan en la oficina donde todos los varones lanzan billetes creando una lluvia de dinero que es filmada por el de cabello negro cuyo nombre, Javier Lee, traerá más que problemas de la mano.

{...}

Yankel Davis, joven actor y figura súper estrella se encuentra sentado en medio de un grupo de adolescentes actualizando sus perfiles de Instagram y aunque el objetivo de su noche era estar con una castaña de buena familia, ninguna de ellas es lo que tenía en mente.

Sonriente falsamente hacia las cámaras de los móviles última generación el chico intenta parecer cómodo en un evento que parece solo ser más que una oportunidad para mostrar tu mejor mentira y obtener una futura fortuna asegurada, pues entre políticos no podrían juzgar los engaños.

—¿Que quieres Kenny?

No te conseguí entrar al Mascarade para que te rodees de jovencitas, Yankel—el chico pone ojos en blanco mientras una de ojos azules deja un beso sobre su mejilla tomando una fotografía—Ve a charlar con un político sobre la crisis económica o lo que sea, pero haz algo para destacar

—Es un evento exclusivo, nadie lo cubrirá amenos que salga a la entrada donde reporteros parecen querer asaltarme—responde con molestia

Hay reporteros en cubierto y ningún otro actor con un futuro papel para político de Hollywood, haz tu trabajo o de otra manera serás otra estrella más que fracasó antes de comenzar—cuelga la llamada sin dejarlo continúa y será su hermano pero trabajo, es trabajo

—¿Quien de aquí tiene familia política?—una de ellas levanta la mano con brillante sonrisa a lo que él suspira sin otra opción—pues vamos a saludar—tomando su mano lo guía entre la multitud aún que Yankel solo logre ver de reojo a una Emilia imitando fascines al charlar con el embajador de Italia

Del lado contrario, Gaston suelta un bufido observando a su hermana y pareja charlar con el único hombre de negocios que realmente le interesa, pues su búsqueda no ha tenido éxito así como tampoco sus sentimientos no intencionales a su propia hermana. Recuerda que estuvo a punto de compartir saliva y un escalofrío le recorre la espalda, Soirse utiliza su dedo índice para golpear reiteradas veces su hombro para que la tome en cuenta.

—¿Encontraste a Max?—habla antes de dar media vuelta

—No, pero encontré esto—sosteniendo de la camisa negra al adolescente de ojos azules ella responde mirándolo con desaprobación y enseguida gaston deja su trago de lado cuando Macarena empuja al chico hacia sus brazos

—Maldición...—el casi rubio apenas puede sostenerse a si mismo y el efecto de euforia ya ha cambiado por decaimiento—Nicolo, mírame—chasquea los dedos obteniendo un par de ojos tan rojos que asustan—¿que carajos te metiste?

—Nada—mueve los hombros intentando actuar normal pero la de ojos verdes reprocha con la mirada—dejen de moverse, me están mareando

—Estaba en la oficina de tu madre con otros idiotas, la caja fuerte estaba abierta y Gastón, hay cientos de billetes en el suelo, tranquilo no tome ni un dólar tu hermana estaba mirando—guiña un ojo a su broma pero el parpadea perplejo ante sus susurros—yam estaba con el hijo del embajador en la bañera

—¿Que estás diciendo?

—Tenían ropa puesta, no hay porque preocuparse—mueve la mano quitando importancia a lo que Campbell suspira pasando una mano por su rostro completamente perdido por los sucesos de esta noche—solo tenemos que concentrarnos en encontrar a Max

—Lo hice—un Nicolo balanceado señala el escenario en donde la banda musical ya ha guardado silencio pues ahora Max se mantiene aclarando su garganta y dando golpecitos a la cabeza del micrófono 

—Tiene que ser una broma...—presiona los labios para retener su furia—cuídamelo—empujando a Nicolo sobre Macarena continúa su camino tras el telón. La de cabellos miel bufa buscando entre los invitados al verdadero objetivo de esta noche sin notar que el chico Lévidieb ha aprovechado para desaparecer ante su cuidado

—Hola mi nombre es Maximiliano Campbell y a decir verdad no soy de discursos pero me parece que esta noche realmente lo amerita—aplausos mientras sostiene su copa de champaña aparecen—soy muy afortunado de tener una familia maravillosa y una carrera que me ha traído cientos de triunfos aunque...si me permiten ser sincero creo que la verdadera joya del éxito se encuentra en todos ustedes—sonrisas en el público—estafadores, corruptos e insensibles que han nacido con el mundo bajo sus pies

—¿Que es lo que hace?—emilia comenta junto a su novio quien tan solo mantiene el ceño fruncido ante sus palabras

—Sonríen y derrochan dinero porque saben que no importa cuanto daño hagan a la sociedad serán ovacionados—ríe irónico—de pequeño soñaba con ser parte de la alta sociedad, creía que si me dejaba pisotear algún día obtendría su aprobación. Pero qué más da ser parte si tienes que fingir una vida que no es tuya

—Me tienes que estar jodiendo—Macarena furiosa da un pisotón bajo sus tacones de diseñador—eso no era parte del plan—hablando para si misma su rostro refleja miedo a ser expuesta

—Todos guardamos secretos, es lo que nos hace sentirnos vivos porque para sobrevivir en una sociedad llena de mentiras necesitamos una vida secreta. Pero lamento decirles que todo llega a su fin y el karma golpea cuando menos te lo esperas—reporteros en cubierto no esperan para anotar en sus libretas cada palabra mientas Max se encuentra sonriente en el escenario—es por ello que quiero anunciar "El spectator" una compañía por la que he trabajado años y está lista para ser mostrada al mundo, si creen que pueden lastimar a gente como yo y salir indemnes están muy equivocados. Quiero proponer un brindis—levantando su copa mira hacia el techo—por nuestros secretos que saldrán a la luz para liberarnos de una vez por todas

{...}

Despidiendo a los invitados con vergüenza Gaston y su familia dan la cara sin tener más opciones mientras que sentada frente a la barra de bebidas Emilia continúa enviando un sinfín de mensajes hacia Yankel, quien tras aceptar que su invitación no fue más que un experimento para obtener fama la mejor decisión era volver a su departamento.

—Al fin pude dejar de esconderme—llegando de la nada Delfina suelta un exhalo de alivio asustando un poco a la castaña quien la observa tomar asiento a su lado—Whisky por favor , ¿Puedes creer lo que Max hizo?

—No importa lo que Max haya hecho, tengo que hablar contigo de algo muy importante—hablando con dificultad Emilia intenta ser sincera

—¿Más importante que ver a tu hermano declarar la guerra a toda la elite de Manhattan? "El Spectator" es una revista digital que publicará todos los secretos de Nueva York, incluyendo los de tu familia. Deberías estar aterrada

—Delfi, cállate—esta frunce el entrecejo aceptando su trago—Es sobre gaston, porfavor tienes que escucharm--

—Emilia debemos hablar, en familia—su hermano la toma del brazo impidiendo su charla con su mejor amiga mientras la lleva lo suficientemente lejos para reprochar—¿qué diablos crees que hacías?

—Diciendo la verdad antes de que te arrepientas...

—Que me arrepienta o no depende de mi, ahora hazme el favor de buscar a Nicolo porque está tan drogado que le dará un paro cardíaco en cualquier momento—demasiada información la hace parpadear perpleja—y saca a Yamila con el hijo del embajador de nuestro loft que al parecer se están dando un baño de burbujas—la castaña bufa y sin más remedios teclea su móvil enviando un mensaje a su hermano

{...}

—¿¡Que diablos fue eso!?—max se encuentra en cuclillas reprochando que hace dos segundos Emilia lanzó una copa de cristal a centímetros de estallar en su cabeza—El Spectator fue tu idea ¿qué pasa, te arrepentiste?

—Por supuesto que no—enarca una ceja mirando a sus espaldas y asegurándose que nadie aparezca por los pasillos—pero Delfina estaba fuera del trato, creí que nos entendíamos

—Delfina es un bache en el camino que no me puedo dar el lujo de desechar—sonríe inclinado ligeramente la cabeza

—Dices esa frase una vez más y te juro que la próxima copa de cristal si te estrellará en la maldita cabeza—una Macarena liberando sus mechones de la coleta alta llega a su detrás soltando un suspiro y colocándose al lado de la chica Campbell se cruza de brazos—¿Como se te ocurre anunciar El Spectator?

—Teníamos un trato, dos meses...eran dos putos meses. Si harás lo que quieras de este plan no veo el porque ser un equipo—Max frunce ligeramente el ceño sin entender hacia donde van sus palabras—no podemos tener secretos, esa es la regla

—Yo no oculto nada

—Pero por favor, ambos jodieron la confianza del grupo—ahora los dos llevan su vista hacia la de ojos verdes—¿Pensaban que nunca me enteraría que Max no tiene sangre Campbell?—parpadean perplejos y quedándose cortos—tu parte de la herencia no existe, por lo tanto la mía tampoco pero como has demostrado ser tan ingenioso arriba del escenario me conseguirás el doble

—Todo esto es tu culpa—Emilia recrimina colocando una mano sobre la frente y comienza a caminar en círculos

—¿¡Mi culpa!?

—¡Si! Por contratar a una actriz fracasada—señala a Macarena quien no evita soltar una risita de ironía lo cual obliga a Emilia a levantar una ceja sin entender

—Si me importarán sus palabras me afectaría pero como los únicos fracasados y olvidados por su propia familia son ustedes no dire nada—mirando sus uñas responde con un tanto de egolatría—hagan su parte que la mía espera

Dejando el pasillo Macarena Soirse vuelve al salón principal, el cual ya se mantiene vacío con un par de hombres que limpian los restos de la fiesta. Delfina se encuentra aceptando un segundo martini puesto que utilizar el corazón para decidir sobre las palabras de max no es para nada fácil; la de ojos verdes sonríe enfocándola con la mirada y así mismo llega a su lado tomando asiento frente a la barra de bebidas.

—Póngame lo mismo—sonríe hacia el BarMan señalando el trago de la castaña quien no pierde el tiempo para poner ojos en blanco

—El bar ya cerró—mira al BarMan con una ceja en alto y por no perder su trabajo el hombre se de inmediato—linda escenita la de tu novio, pero apuesto que ya lo sabías—sonrisa falsa—dicen que el pilar más importante en una relación es la confianza

—Me da gusto que entiendas que es por ello que la tuya con el fracasó—responde con el mentón el alto a lo que delfi no puede evitar una mirada de odio—tienes una linda cara, no deberías desperdiciar tu tiempo con un chico que no quiere tener que ver nada contigo

—Tú que sabrás de mi vida—la castaña pone ojos en blanco dando un par de tragos a su martini—eres mi remplazo, Max está enamorado de mi y eso no lo puedes cambiar—desafiante responde a lo que Macarena sonríe

—Tal vez, pero el ahora está conmigo y eso no lo puedes cambiar—replica con otro golpe pues no hay opciones cuando compites con una chica elite de Manhattan mientras tu eres una más del mundo ordinario

—Claro, los hombres aman revolcarse con bagre cuando ya han probado el caviar—no hace falta decir una palabra más pues la de ojos verdes se ha quedado congelada ante sus palabras—toma mi martini, ya que amas tanto tomar lo que es mío

Con dignidad Delfina sale del hotel con la mirada en algo y aunque puede sentirse atacada por Macarena confía en ella misma y eso le da más poder que cualquier otra persona.

—Lamento que no haya salido como esperabas, pero oye escuche a Philip Mercedes charlar sobre tus ideas revolucionarias...tal vez algo bueno si salió del Mascarade—dejando un beso sobre la mejilla de Gastón sonríe

—Nos vemos después, delfi—dejándola ir al interior de su limusina el castaño toma asiento en una de los cubos con rosas como decoración de la entrada del Palace. Su mente vuelve al momento en que fue capaz de decir sus sentimientos, lastima que la chica de sus sueños no haya estado bajo aquel antifaz porque no tiene idea si será capaz de hacerlo por segunda vez

—Max me espera en la parte trasera, al parecer lo encontré cuando no tenía intención—bromea sentándose a su lado mientras Campbell ríe cálido—¿estas lamentándote por lo que dijo en el escenario? Te juro que yo no tenía idea

—Te creo—ella sonríe—ahora de lo que no estoy seguro es sobre tu motivo para estar con el, discúlpame si me suena un poco falso

—Porque lo es...—suspira melancólica—se lo debo, Max salvo la vida de mi hermano cuando tuvo una recaída por el cáncer—miente descaradamente—lamento que lo haya ocultado pero no tengo amigos en quien confiar aquí

—¿Que hay de Yamila y el hijo del embajador?, los veo escaparse desde el balcón del loft todos los días a media noche—enarca una ceja a lo que Soirse maldice con diversión pues a decir verdad la rubia no estaba en el plan pero es una buena distracción

—Esos dos están locos...pero hablo de un amigo con quien pueda hablar sobre mi vida privada sin avergonzarme, ellos tienen la cabeza en fiestas y alcohol. No saben lo que es ser parte de la baja sociedad

—No eres la única que se avergüenza de su vida—sin juzgar responde compartiendo su melancolía y Gastón puede que no lo exprese siempre pero es un chico con un corazón enorme que realmente vale la pena conocer—me tienes a mi ahora—ella parpadea perpleja mientras el chico suelta una risita—¿amigos?

—Amigos...—aceptando la palma de su mano ambos sonríen sin tener idea el rumbo por el cual atravesará esta amistad

{...}

Sentada sobre su cama en el loft presidencial la rubia se arropa un poco más con ayuda de su bata satinada pues mirando su móvil mientras la televisión pasa un desfile de la semana de la moda ella disfruta un chocolate caliente intentando recuperar la temperatura de su cuerpo. El chico de ojos azules da dos toquesitos a la puerta mientras se mantiene recargado del marco con una media sonrisa pidiendo su permiso

—¿Vas a golpearme si doy un paso más?

—No tengo fuerzas para levantarme tan rápido y lanzarte un tacón de Prada—responde imitando fastidio a lo que su hermano sonríe llegando hasta su cama para recostarse a su lado mientras su espalda está descansando sobre la cabecera—estás loca

—Cierra la boca—estornuda sin poder evitarlo—tú también lo estás, ¿como se te ocurre drogarte sin mi a tu lado? Se supone que debo cuidarte, soy tu hermana mayor—completa un tanto preocupada lo cual lo hace sonreír pues pocas veces ella le demuestra su importancia

—Prometo invitarte la próxima—bromea codeandola pero yam solo suspira con un resfriado—Oye, si invito a Ludovica a un baño de burbujas con ropa puesta ¿crees que sería una buena forma de ligar?

—Pero que idiota—lo golpea con el puño a lo que Nicolo se queja de inmediato ante su fuerza—no estaba ligando, es mi amigo y a comparación de Ludovica el es uno de nosotros

—¿a que te refieres con eso?

—Somos de mundos distintos, es así de simple Nicolo—el de ojos azules se encuentra confundido a lo que la rubia intenta ser un poco más amable pero realista—tienes que aprender cual es tu lugar

—Mamá encontró su lugar—aún resentido Nicolo habla sin cruzar miradas con su hermana pues prefiere mantener sus ojos azules en la pantalla del desfile de modas y un tono de voz molesto—pero no es excusa para dejar a su familia por formar otra

—Tuvo la oportunidad de elegir y no fuimos nosotros, Nico—traga con dureza uniendo sus miradas—tienes que superarlo de una puta vez, de otra manera ella ganara—asiente

—Algún día volverá y obtendrá lo que merece...

—Oh, eso es seguro—Yam logra embozar una sonrisa y golpea su pecho con delicadeza bajo las luces tenues de su habitación—me agrada el Nicolo malo, me gustaría que apareciera más seguido...lo extraño—este sonrie para después dejar un beso sobre su frente y salir de la habitación de su hermana

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