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[2] Margaritas at the Upper East Side

En el este de Manhattan las posibilidades son infinitas ¿Dom o Krug? ¿Winston o Cartier? ¿Tory o Stella? Al final hasta las personas que lo tienen todo deben escoger

⚜️ ⚜️ ⚜️

Murray Building
Park Ave | Loft Presidencial

Sentada sobre su cama en la mañana lluviosa de un domingo Delfina Middleton suspira observando viejos recuerdos de su pequeña caja de cristales que mantenía hasta no hace diez minutos escondida bajo su cama. Las sonrisas que ambos mantenían en su fotografía favorita la hace morder su labio inferior para no flaquear con los sentimientos pero es que olvidar a tu primer amor nunca es sencillo aún intentando ser madura cuando es tu primer año en la universidad.

—¿Señorita Middleton?—la castaña coloca un almohadón sobre las fotografías ocultado todo recuerdo en cuando su ama de llaves pasa por la puerta—dejaron esto en la entrada del edificio, es para usted

—Gra..gracias—aceptando confusamente la pequeña cajita cartier de terciopelo rojo se levanta con rapidez colocando seguro en la puerta de su habitación para después sentarse sobre su cama y abrirlo sin esperar—no puede ser...

Sonríe en grande al observar un collar de piedras plateadas combinando con un rojo escarlata que completaría de maravilla con su color del Atelier y las manos parecen temblarle al leer la nota en donde "Max Campbell" aparece como remitente.

El corazón piensa más que su cabeza olvidándose de la verdadera razón por la cual su relación estaba destinada a fracasar y ahora en lo único que piensa es en lo considerado que ha sido al obtener un diseño cartier de edición limitada que había observado en España hace un par de años.

—¿Delfi? Abre la puerta—ocultado todo lo que pueda utiliza las sábanas tratando de parecer que obtuvo una mañana tranquila y placentera del domingo—¿estás ahí?

—Mamá, un segundo—arreglando su cabello un poco está por abrir su puerta pues tan solo quita el cerrojo cuando unas palabras para nada placenteras llegan a sus oídos

—Emilia está aquí y quiere hablar contigo...

—Entonces no estoy—sin evitarlo la castaña abre la puerta entrando sin permiso alguno—¿¡que sucede contigo!? ¡Fuera!—entrecejo—Emilia lárgate estoy ocupada y ciertamente sin tiempo para ti—al notar la pelea que se avecina su madre decide irse antes de ser puesta en el medio

—¿Ocupada mirando fotografías de Max?—señala una de ellas que se ha escapado en el suelo a orillas de su cama por lo que delfi bufa con fastidio tomándola en sus manos con rapidez

—¿Tienes algo importante que decir o debería pedirle al mayordomo que te corra?—manteniendo su capricho en alto delfi acomoda la bata de seda sobre su pijama mientras toma un peine y comienza a pasarlo por su cabello

—Solo vine a advertirte sobre Max, se que no escucharas y con nuestra pelea todo está más que revuelto pero no te olvides quien es el y lo que te ha hecho durante años—Emilia intenta relajar la situación pero obtiene lo contrario

—Estas celosa

—¿Celosa de que? Tengo un novio de la alta sociedad francesa que se ha tomado un tiempo libre de la universidad tan solo para estar conmigo. Si hay alguien que está celosa, eres tú

—Vaya manera de apoyarme restregándome en la cara tu vida perfecta—se cruza de brazos aún con más molestia—es por esto que no podemos arreglar nuestros problemas, ahora hazme el favor de ahórrate tus comentarios Emilia que por si no te diste cuenta hace un rato que no me interesan

Lotte New York Palace
Madison Ave | Loft Presidencial

Recostada sobre el sofá con vista a la avenida Madison, Yamila disfruta de su día libre con una revista de Vogue última edición acompañada de un batido no tan agradable pero necesario.

—¿Que te parece Hunter Abrams? Sus últimos diseños están inspirados en oro Astureño—Lily disfruta que su hijastra la haga partícipe de los preparativos para la fiesta de máscaras de este año por lo que se encuentra con un par de anteojos y una eterna lista de diseñadores de moda

—El oro es un color tan de la temporada pasada, todas las chicas de Nightingale irán así—completa dando un vistazo por lo que la mujer rubia asiente dándole la razón

—¿Yamila?—la rubia levanta la revista colocándose en su rostro como si eso fuera útil para esconderla de su padre—¿Porque no estas en el Constance?—bajando la revista con una mano Nathaniel reprocha con una ceja enarcada

—Tengo un extraño virus que me martilla la cabeza—responde tras aquellos anteojos Chanel de láminas cobre y aunque parece no necesitarlos para tanto es un buen toque de dramatismo

—Se llama resaca—interviene Gastón entrando al loft con un una chaqueta de costura dándole un toque un poco más formal a su día—no te hagas la desentendida, hace días que llegas a deshoras con la europea

—Yam...—reprocha su padre una vez más sin saber cómo retener a su pequeña que ya no es tan pequeña

—¿Que? Yo solo quería darle una buena bienvenida ya que todos parecen odiarla—pone ojos en blanco y continúa buscando ideas de máscaras—te agradaría su personalidad si la conocieras

—Si y con razón—excusándose busca un par de carpetas del mueble principal utilizado especialmente para requisitos del legado de su padre

—¿Taza de café?—Lily corta la pelea que avecinaba a juzgar por qué la rubia estaba por levantarse de su lugar dispuesta a obtener la razón

—Gracias, mamá. Pero solo necesito un par de papeles parece que tenemos al embajador de Italia como huésped en el hotel, podría ser un inversionista. El llegará a la noche y su hijo me esperara en recepción

—Fantástico—pensando en las posibilidades Lily recuesta la cabeza en el pecho de su ahora esposo

—Bueno si es un posible inversionista ¿porque no hacemos una cena de bienvenida?—Nathaniel da una idea ocasionándole a Gastón una enorme sonrisa pues ahora que Max ha vuelto la ventaja a llevar los negocios de su padre es crucial

—¡Eres un genio, Nathaniel!—chocan los cinco—volveré a la 9 con ambos, gracias...—formando una línea con los labios duda un poco hasta que se decide a lanzarse a los brazos de su padrastro—Gracias, nos vemos esta noche

—¿Viste eso?—habla orgulloso hacia su ahora esposa una vez que el chico ha bajado por el ascensor y Yamila ahoga un suspiro tomando su bolso del sofá

—Los veo esta noche—deja un beso en cada mejilla de los adultos—prometo no llegar tarde—Sin tiempo de pedir explicaciones sus padres la miran retirarse con prisa hacia la salida del loft al mismo tiempo que teclea la pantalla de su móvil

Una vez en el lobby Lévidieb levanta la mano mostrando una seña obsena hacia su hermanastro mayor quien levanta la vista dejado un suspiro y negación de cabeza al notar como siempre se sale con la suya. Una vez en las afueras del Palace la rubia se mantiene buscando con la mirada a Macarena mientras sostiene un paraguas sobre sus mechones rubios, de un momento a otro un azabache se coloca debajo de él sobresaltandola

—Perdona, ¿podemos compartir el paraguas? Es que no puedo mojarme, no ahora—el joven de rulos pregunta con la voz agitada pues parece haber corrido por varias cuadras antes de que el agua llegara al suelo

—¿No deberías pedir disculpas antes de meterte en mi paraguas?—ella enarca una ceja mientras el chico de ojos casi verdes sonríe para después rascar su nuca

—Perdóname, soy un desastre—señala su pecho haciéndola sonreír con un poco de fastidio—¿Sabes en donde queda el New York Palace?

—Detrás de ti—señala el gigantesco edificio provocándole un bufido—adiós...—se despide sin más subiendo a la limo en donde Macarena la espera

Dany Meyers, Manhattan
28 Liberty NY

—De todos los lugares en Manhattan ¿venimos a Meyers?—con una mueca de desagrado Emilia toma su taza de café llevándola directamente a sus labios

—Me encanta la vista y a mi me encantan sus postres—responde con total naturalidad robando un poco del desayuno de su chica quien al escuchar aquellas últimas palabras enarca una ceja retándolo

—Te encanta la mesera...—habla para sí misma sin mucho éxito pues Claudio ya ha elaborado una sonrisa respecto a sus celos

—Yo le encanto a ella—replica levantando su mentón—y no es como que puedo culparla—enalteciendo su ego sonríe mostrando su dentadura perfecta hacia la mesera que ya ha guiñado un ojo de manera coqueta

—Y te encanta que le encantes—pone ojos en blanco y cuando el de ojos claros está apunto de besarla cubiertos caen sobre los platos de cerámica causando un sonido para nada placentero seguido de un tono de llamada

—Un segundo cariño—alejándose hacia un lugar más privado responde la llamada de su padre dejando a la castaña observar una escena dramática

—¿Es una puta broma? Te dije que no quería hacer la película—un chico de ojos azules y vestuario de tono olivo reprocha a la mujer de cabellos chocolate—solo quiero ir a la NYU y tener una experiencia universitaria como un chico normal

—Pero no eres un chico normal, Yankel. Este es tu momento ¿entiendes? Esta película es adiós al vampiro adolescente y hola al Óscar—la mujer hace un juego de cejas ocasionado que el chico ponga ojos en blanco—bien dejare que lo pienses. Solo recuerda que tienes a Larry King hoy

—Genial—deteniendo sus pasos observa a los periodistas tomar fotografías desde las afueras del restaurante pues podrán subir a la terraza pero no pasar al interior—¿tu los llamaste?

—Yankel, cálmate

—No me digas que me calme—replica con la voz dura y obteniendo los ojos de la linda chica a su costado—¿porque siempre haces esto?

—Disculpa...

—¿¡Que!?—girando la cabeza con rabia responde y al notar lo grosero que ha sonado pese al rostro confuso de la chica Campbell, Yankel decide calmarse—perdona, ¿en donde están mis modales?...Hola

—No te preocupes—sonríe—Sal por la cocina, da vuelta a la izquierda, luego a la derecha y encontrarás un ascensor de servicio que te lleva directo al otro lado del edificio así saldrás a la avenida Sullivan. A mi hermano lo siguieron hace un par de días y nos aprendimos todas las salidas traseras

—Gracias...—ensancha sus labios en una sonrisa hacia Emilia quien lo encuentra un tanto encantador—¿Tu hermano es....?

—Max Campbell, el jugador de fútbol en España—abre los ojos con impresión—si, el ama el deporte con fama y el resto optamos por el anonimato 

—Bueno, espero verte de nuevo—ríe ante las palabras de la castaña colocándose una chaqueta de tono avellana listo para seguir su consejo

—No olvides a Larry King—recordando su próxima entrevista en televisión la mujer de los ojos verdes señala a lo que el solo suspira cansado y desaparece por la cocina—eso fue asombroso, fuiste como una consejera de divas—risas—Soy Kenny Davis, publicista de Yankel y su hermana mayor

—Soy Emilia Campbell—dan la mano como saludo

—¿Estudias es la ciudad?

—No, lo he pospuesto un año. Se suponía que llevaría los negocios de mi padre pero soy la más chica de mis hermanos así que...elegí mal tiempo y ahora estoy buscando trabajo—entrecerrando los ojos una idea brillante enciende en su mente

—Mm...interesante, ¿has pensado en publicidad?—obteniendo toda su atención ella parece tomarlo como la oportunidad de su vida para rebelarse contra su familia caída del cielo

—Listo, perdona ¿en que estábamos?—tomando asiento Claudio observa con el ceño fruncido a manos chicas compartir miradas

—Mi tarjeta, llámame si te interesa—tomando su bolso sale por la puerta principal deteniendo a los periodistas y así mismo dejando a una Emilia pensativa sobre su futuro

Central Park, Urban Oasis
4:20 pm

—Ugh, Max no deja de enviarme mensajes—mirando por cuarta vez la pantalla de su móvil la del fleco suspira continuando con su helado—¿sabes? Extraño la secundaria cuando mis únicas preocupaciones involucraban el cotillón y que lápiz labial utilizar

—Extraño que fueras mi novia falsa en el cotillón—gaston completa siendo su turno de tomar una cucharada de helado de frambuesa

—Lady Caterine—recordando niega con vergüenza—¿como se me pudo ocurrir ese nombre? Y de no ser por tu hermano y los tragos de ayer por la noche hoy no estaríamos charlando sobre esto

—Hablando de mi hermano...¿me darás una explicación?—delfi con vestuario casual se hace la desentendida—Vamos, te vas con Max al saber que su novia no volverá porque debía resolver un asunto familiar a distancia, dejándome en un bar ¿pretendas que crea que nada pasó?

—Fue un beso—Campbell pone ojos en blanco tirando a un cesto público el resto de su helado—y fue un gran error que no intento repetir...lo prometo—a segundos de responder una llamada obtiene su atención

—No, no. Delfi dame ese teléfono—arrebatándolo de sus manos cuelga la llamada deseando que los celos no sean visibles—no puedes hablar de él, pensar en él, ni verlo...

—¿Vas atarme a una banca hasta que regrese a España?—reprocha molesta comiendo su helado con rapidez pese a la molestia que le provoca que gaston la cuide demasiado para su gusto

—Te voy a llevar a un bar y nos pondremos ebrios. Hasta quedar perdidos

—¿No dijiste que hoy harías una cena de bienvenida para el embajador de Italia?—el varon presiona los párpados recordando la importancia de esta noche—¿vas a dejar pasar esta oportunidad?

—Te salvaste de una buena resaca—ríe divertida después de saborear la última cucharada de helado—Oh no, tienes...—señala sus labios a lo que Middleton frunce el ceño—esta por...—intenta explicar pero ella parece mover la lengua sin éxito alguno por lo que gaston ríe pasando un agradable momento a su lado

—Ayúdame—da un saltito mientras sus labios se ensanchan en una sonrisa—no me dejes pasar el ridiculo—quedándose quieta el de ojos cafés utiliza el pulgar limpiando la comisura de sus labios

—Ya está, perfecta

—Gracias ¿que haría sin ti?—deja un beso sobre su mejilla para después bajar la cabeza y rebuscar algo en el interior de su bolso, sin percatarse que su mejor amigo la observa de una manera tan peculiar que cualquier otra persona se derretiría por dentro ya que parece concentrarse en cada detalle que la hace ser ella misma y de lo cual las ganas de ser sincero crecen cada vez más.

Bellagio, Casino Lodge
6:15 pm

—¿Has jugado?—dando un vuelta sobre si misma Macarena sonríe a lo grande observando la luces del lugar

—¿Bromeas?...mi hermano es Gaston Campbell, no sé jugar pero si estafar—la rubia guiña un ojo levantando una tarjeta de crédito para después tomar su muñeca llevándola al centro del casino en donde parecen jugar solo expertos o turistas perdiendo excesivas cantidades de dinero

—Me encanta este lugar—Soirse muerde su labio inferior mientras ambas caminan mirando hacia las luces resplandecientes del techo. Ambas inesperadamente chocan con un chico de gran altura que iba en dirección de vuelta a su asiento y derramando la mitad de su trago

—¡Ma stai attenti cazzo!—después de gritar molesto relaja las facciones de su rostro reconociendo a una de ambas vagamente por lo que señala y se hecha a reír—chica del paraguas, veo que te gusta interrumpir

—Ya somos dos—empuja con fuerza sujetando a Macarena de la mano y tomando su lugar en la mesa a lo que los demás chicos las observan con curiosidad y confusión

—¿Que creen que hacen?—chasquea los dedos como símbolo de necesitar otro asiento a lo que uno de los encargados del casino no tarda en resolver, pues no siempre tienes al mismísimo hijo del embajador italiano—no pueden entrar a la mitad de un juego

—Sin teléfonos—Yam se dirige a la de ojos verdes que se mantenía sumergida en su pantalla colgando llamadas de Max

—Cierto, disculpa—guardándolo en su bolsillo Soirse arrebata las cartas de las manos del de ojos casi verdes quien tan solo logra bufar—veamos...¿Cuanto apostaremos? ¡Uh! ¿Se conocen?

—Cinco mil dólares—Lévidieb levanta la barbilla sin titubeos después no reconocer el juego que el chico ya tenía avanzado pero si observar las caras nerviosas de sus oponentes—si, es el idiota que se metió en mi paraguas esta mañana

—Te dije que no podía arruinar mi imagen y no apostarás cinco grandes en la primer ronda, estás loca

—Si vas a correr el riesgo que valga la pena, ¿sino que caso tiene?—la europea susurra sentada entre ambos a lo que Yamila sonríe hacia ella y entonces el chico parece sonreír hacia ambas dándose por vencido

—Más les vale que nos llevemos hasta el maldito casino—relajándose bromea un poco dispuesto a conocerlas

{...}

—¡Claudio! ¿¡Que te sucede!?

Ibas a dejar que este cualquiera te quitara todo tu dinero—reprochando el novio de su hermana grita en un susurro logrando que los otros dos se levanten de inmediato mientras por su parte el hijo del embajador solo suspira imaginando lo que se viene

—No era mi tarjeta—sonriente levanta la pequeña tarjeta de color oro en alto y mostrándose un nombre bastante familiar

—Ya veo, gastas el dinero de Emilia, tú hermana y a sus espaldas. Bien hecho Yam—aplaude con ironía provocándole dos ojos en blanco—nos vamos de una vez y así cuando entres a la limo se la devuelves que nos espera para ir al Palace

—Pero que pesado, si la estamos pasando bien

—Mira, tu eres nueva en todo esto así que no opines. Además no creo que a Max le agrade mucho saber que su novia no responde a las llamadas porque se encuentra apostando el dinero de su suegro—señala la otra tarjeta electrónica en mano

—Ugh, eres de lo peor. Vámonos maca—de nuevo unen palmas caminando en dirección a la salida

—¡Hey! ¿¡Me dejarán así!?—mueven los hombros sin importancia olvidando qué hay veinte mil dólares en juego lo cuales alguno de ellos está prácticamente apunto de perder

Lotte New York Palace
Madison Ave, 9:00 pm | Loft Presidencial

—Suéltame me estás lastimando—logrando alejar la mano masculina Macarena bufa revolviendo sus cabellos lacios de tono miel mientras Max tan solo niega con la cabeza en decepción—¿¡Que!?

—Te deje más de cien llamadas en todo el día y no respondiste ninguna de ellas, dices que tú tienes todo bajo control pero no veo que hagas tu parte

—¡Hago mi parte! Soportándote como mi novio cada maldito día desde que llegamos a Manhattan—Max pone ojos en blanco sin soportar sus caprichos—dijiste que obtendría el dinero que necesito para sacar a mi hermano de rehabilitación pero lo único qué haces es pasarte los días con este intento de ex novia tuya

—¡Me estoy encargando!—gritando en un susurro le provoca una risita irónica—Gaston es la clave para todo esto y Delfina...un bache en el camino que no puedo ignorar ¿no lo entiendes?

—Lo que entiendo es que estás hipnotizado por esa chica y no avanzas en lo que prometiste, no he tenido mi pago inicial y a mi hermano lo tratan como un puto conejillo de Indias en Alemania así que más te vale que esto sea rápido de otra manera seré yo quien diga lo que sucede

—Entonces no ganaría ninguno de ambos, sabes lo poderoso que es mi padre y si le pido que chasquee los dedos lo hará y no volverás a ver a tu hermano—la de ojos verdes traga con dureza alejándose del chico—ahora ve y haz tu parte en vez de venir a lloriquear

* * *

—Tienes que estar bromeando...—hablando para si misma Yamila sonríe asombrada observando con el entrecejo al hijo del embajador conocer formalmente a los padres de Gastón

—¿A quien le hablas?

—Jesus—bromea a lo que Nicolo pone ojos en blanco por su actitud y así mismo decide ir y tomar asiento en su lado de la mesa. La rubia aprovecha que el azabache está solo sumergido en la pantalla de su móvil para acercarse—Ciao, Yamila Lévidieb—levanta la vista con asombro—Piacere

—Ramiro D'Angelo—responde sosteniendo su mano para después jalarla y cortar la cercanía. Así mismo pregunta sobre si oreja—¿también eres dueña de esto? No dejas de sorprenderme

—¿Recuperaste mi dinero?

—Lo triplique...un par de veces—guiña un ojo mostrando la pantalla de su móvil la transferencia

—Así que el riesgo valió la pena—a punto de responder es interrumpido por la figura de otro chico casi tan alto como el que mantiene el rostro con molestia hacia ambos

—La cena esta por comenzar...—Yamila sonríe irónica ante la escena de celos por lo que sujeta la mano de Ramiro llevándolo a la mesa

—Sorpresa—Macarena se detiene en seco para después reír ante la figura de Ramiro—doble sorpresa—corrige mostrando en su teléfono la transferencia bancaria del dinero ganado en el casino. La de ojos verdes sonríe a lo grande con emoción

{...}

—No, yo...deje la universidad. Mi padre prefiere que me dedique a observar cómo funciona la embajada y manejar un par de negocios familiares—respondiendo a la pregunta de Lily, Ramiro parece hacerlo con dureza y evitando equivocarse en alguna palabra de lo ensayado previamente—estar aquí por unos meses será como un respiro

—Te encantará pasar unas vacaciones aquí, Yam y yo amamos Manhattan—Macarena responde colocando una mano sobre el hombro de la chica que acaba de conocer pero ha hecho un click interesante

—Puedo imaginarlo, es especial los casin...—reconociendo la siguiente palabra que está por decir amabas chicas utilizan la punta de sus tacones para golpearlo en la espinilla por debajo de la mesa entonces sus rodillas la golpean

—¿Todo bien?—yam actúa con falsa preocupación a lo que él solo sonríe de la misma forma y Claudio parece no estarse divirtiendo—debió ser un calambre

—Veré si el postre está listo

—Te acompaño—obteniendo miradas en todos los presentes la de ojos verdes parece tragar con dureza—estoy en un detox por nuestro viaje y necesito charlar con el chef sobre un par de cosas—gaston asiente no muy convencido pero la deja seguirlo

* * *

—Querías charlar sobre Max ¿cierto?—Soirse suspira pesadamente—pude imaginarlo porque no se dirigieron una palabra en toda la cena y tú parecías estar más interesada en Nicolo

—Me atrapaste—hace un mohín de labios—me preocupa nuestra relación, quiero decir, todo era distinto en España es cierto que nuestros tiempos no coincidían la mayoría de las veces por sus entrenamientos con el fútbol y yo con mis diseños pero...ahora que tenemos tiempo siento que nos alejamos aún más

—Max es un tipo difícil, créeme es mi mellizo—sonríe triste—nunca sabes que es lo que quiere y cuando lo sabes resulta no ser lo que parece...pero veo que eso no es lo que te preocupa

—Es delfi—juega con sus manos recargándose de un muro de mármol mientras Campbell la observa con interes—no tengo ningún problema con ella, parece linda si ignoras como sus amigas parecen querer estrangularme—risas—pero no tenía idea lo difícil que es que tu novio pase más tiempo con ella que contigo

—¿Lo dices por el otro día en el bar?

—Y por sus llamadas—obteniendo un entrecejo por parte de Gastón continúa—¿no lo sabías? Todas las noches Max hace una llamada a españa para contactarse con su padre pero últimamente lo único que escucho es el nombre de tu amiga

—Creí que Delfina había entendido que debía alejarse de él—sin evitar el enojo en sus venas golpea la pared

—Al parecer no, se que esto te sonará infantil pero...si quisiera hacer algo para que ellos se alejaran ¿estarías dispuesto a ayudarme?—levanta la mirada con asombro pero los celos son un arma de doble filo que no podemos evitar sostener en alto

—Por el bien de todos...lo haría—Macarena sonríe de manera dulce y Gastón corresponde acercando su mano derecha para unir ambas palmas en un trato que solo traerá futuros problemas

¿Ideas para lo que se viene?

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