taeho
Querida Miyeon:
Me sentía en una nube y no dejaba de contar los días en el calendario en los que esperaba a que volvieras de Daegu con tus cosas. Quería que llegaras ya. Que por fin empezáramos con los preparativos de la vida que tendríamos aquí, en nuestra preciosa Francia, en nuestra amada París. Y no podía dejar de sonreír. Todo estaba teñido de colores intensos que dejaban atrás esa vida en blanco y negro que había vivido durante años. Así que no podía evitar desear que esos colores siguieran incrementando. Que tú y yo fuéramos uno.
Te quiero,
Taeho
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