Querida Miyeon:

Cuando vi tu preciosa sonrisa de nuevo, junto a ese vestido de flores que tanto me recordaba a la primera vez que nos vimos, entendí dos cosas: la primera es que quizás no te merecía y la segunda, que estaba completamente enamorado de ti. Sin embargo, traté de no obsesionarme con la primera. Tú misma lo habías dicho, nos merecemos y no debemos culparnos por errores que cualquier humano tiene. Así que solo me permití ser. Abrazarte, besarte de nuevo frente a la Torre Eiffel, mirarte durante minutos y finalmente, hacer el amor contigo. Recordar lo muy valiosa que eres para mí. Amarte como nunca lo había hecho antes. ¿Y sabes qué? Estaba dispuesto a hacerlo hasta que fuera mi último día.

Te quiero,

Taeho