miyeon
Querido Taeho:
Se me hace muy difícil olvidar lo muy nerviosa que me puse cuando volvimos a vernos y nuestras manos se rozaron con suavidad por primera vez. Fue justo una semana después de que supiéramos nuestros nombres. De nuevo, habíamos coincidido en el precioso centro de París. Yo aún estaba repleta del almuerzo que había tenido con mis padres y estábamos de camino al hotel en el que nos quedábamos durante ese tiempo. No sé si te acuerdas, pero nuestras miradas se cruzaron y casi como si fuera obra del destino, mi sombrero voló debido al viento que se había instaurado en la zona y tú lo cogiste al vuelo. Mi corazón se aceleró cuando vi tu preciosa sonrisa con esa característica forma cuadrada tan diferente a la de los demás. Solo me dijiste: «Aquí tiene, señorita Choi. No esperaba encontrarla de nuevo». Juraría que me desmayaría de los nervios y aún no puedo dejar de pensar en cómo fui capaz de responderte: «Gracias, señorito Kim. Aunque yo diría, que más bien fue mi sombrero el que se lo encontró a usted». Tú te reíste y juré en ese instante que jamás alguien podía ser tan precioso como tú. Cuando tomé mi sombrero, tus delgadas pero grandes manos rozaron con suavidad las mías tan pequeñas en un gesto que recorrió todo mi cuerpo. Aún recuerdo tu sonrisa nerviosa y mi risa sutil al darme cuenta de que aquello no podía ser normal. Pero aún así, solo pude desear que ese no fuera nuestro último encuentro, cariño. Me hiciste sentir tanto con un simple gesto, que no me imaginaba lo increíble que podrías hacerme sentir cuando me tocaras de verdad.
Siempre tuya,
Miyeon
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro