40
Hana
Hola Hannie:
Tenía miedo de lo que nos podía deparar en Las Vegas, pero más me aterraba cagarla y hacerte creer de nuevo que no me importabas o que solo era capaz de tocarte. Pero para mi sorpresa, Las Vegas nos dio algo más significativo, una cercanía que trasciende lo físico y algo con lo que siempre me quedaré.
No puedo poner en palabras lo que ha significado este viaje para mí, pero sí puedo decirte que la conversación que compartimos fue suficiente para percatarme de que no puedo dejar esta lucha, no solo por mí, sino por ti. Porque los días grises se convierten en color cuando tú trazas con un pincel sobre el lienzo de mi vida. Porque me complementas. Tú siendo una persona completa ajena a mí y yo igual. Somos dos círculos que se fusionan, preparados para ser y no voy a dejarte escapar, porque aunque sea egoísta, solo quiero que tú seas, la única para mí y yo el único para ti.
Tal vez nuestros caminos se separen de nuevo por un tiempo, pero tengo la certeza de que pasó lo que tenía que pasar y de que no me arrepiento de nada. Este viaje me ha dado un nuevo Kim Taehyung y una nueva razón por la que luchar. Así que tan solo espero que llegue pronto ese día en el que marque tu número y empecemos la primera página del libro de nuestro amor de cero.
Gracias por ser como eres. Gracias por aparecer en mi vida. Jamás me cansaré de decírtelo, pero el cielo te envió para que me hicieras más feliz y no tengo ninguna duda de ello. Solo siento tenerte que hacer esperar, pero te prometo que valdrá la pena. No porque yo sea la persona más valiosa del mundo, sino porque pondré todo de mí porque tus días sean igual de coloridos como tú haces los míos.
Atentamente,
Tae
Después de aquel beso que había significado todo y la pequeña charla que tuvimos antes de separarnos, traté de disfrutar de esos últimos momentos en la fiesta de cumpleaños de Lukas, antes de que tuviéramos que despedirnos. No sabía cómo me sentía, si estaba triste por dejar esa vida después de seis largos meses, si ya sentía nostalgia ante el hecho de que sería la última vez que estaríamos todos juntos y dejar ese lugar significaría empezar una vida adulta que no sabía si quería llegar a tener o estaba preparada para tener o si estaba completamente feliz de estar allí aunque todo se acabara, pero intenté no buscar explicaciones.
—Y tal como todos temíamos, ha llegado este día —dijo Jacob antes de tomar asiento a mi lado. Después de cientos de bailes, ya se había acabado la fiesta y allí solo quedábamos aquellos seis que habíamos sido desde el inicio.
Era curioso pensar en cómo una invitación inocente de Anabel a una salida con el grupo de Erasmus, me iba a llevar a tal grupo sincero de amigos. Solo necesité una pequeña charla con Hailee para saber que la adoraría y otra con Lukas para sentir una especial conexión con él. Solo fue cosa de poco tiempo que Jacob se uniera al grupito al haber hablado con anterioridad con Lukas y traerse consigo a Taehyung, al que había obligado a estar allí. Era cierto que esa última intromisión me causó cierta incomodidad en un inicio, pero gracias a ello, había acabado a su lado y eso me hacía feliz después de todo. Estaba feliz de haber ido a Francia y haber vivido esa increíble experiencia. Me llevaba recuerdos increíbles. Desde las noches de fiesta, las salidas por las calles de Francia, las fiesta de pijama con las chicas y las compras de ropa, el parque de atracciones, las caravanas, el viaje a Las Vegas en verano, la fiesta de Hailee y Lukas... Se habían hecho un hueco en mi corazón y deseaba que aunque fuera el último día de Erasmus, no significara que fuera el último en nuestra amistad.
—Seis meses que han sido un suspiro —agregué y él asintió. Lukas mientras tanto servía algo de alcohol.
—Las cosas buenas siempre se acaban rápido, ¿no? —Cuando nos miramos a los ojos no dudé en asentir. Echaría de menos ver todos los días sus ojos brillantes, sus bromas, sus idioteces, sus teorías... Sin duda, la vida sin Jacob diariamente no sería lo mismo.
—Por eso no tengo pareja —bromeó Anabel.
—Claro solo por eso. —Anabel hizo un puchero ante las palabras de Hailee.
—Me amas.
—Ya veremos. —Pero sonrieron. ¿Qué haría sin esos toma y daca de ellas? No lo sabía. Sin duda, esas dos chicas se habían ganado un hueco especial en mí. Habían sido esa representación de mis amigas de Corea pero en Francia. Anabel había sido quien me había llevado hasta ahí, para incluirme y tratarme con cariño, cuidar de mí, darme sus consejos... Echaría en falta sus bromas y su sinceridad. Con Hailee, había creado una amistad mucho más fuerte que con ninguno. Su forma de cuidarme, de hablarme... Echaría en falta las noches hasta tarde con conversaciones de todo y de nada, sus abrazos, su compañía. Sería una de las que más echaría de menos.
—¡Es mi cumpleaños, no quiero este pastel! —exclamó Lukas mientras arrastraba las letras al estar muy borracho. Reí. Lukas era otro que sin duda, no olvidaría jamás. Quizás era con el que menos hablaba, pero eso no quería decir que fuera prescindible. Era una persona de confianza, de esas que te apoyaban con los ojos cerrados y que te escuchaban con delicadeza. Echaría de menos sus bromas, la forma que tenía de ser junto a Jacob y lo bonito que siempre hablaba de Alemania.
—Parece ser que el azúcar no ha ayudado —bromeó Taehyung. ¿Y qué podía decir de Taehyung? Sabía que el Erasmus no había sido el único que había influido en mi manera de verlo, pero estaba claro que ese había sido nuestro inicio de verdad. Pensar en el hecho de que si no hubiera decidido ir, no me hubiera acercado a él, me aterraba. Al principio me había obsesionado en que no podía estar con él, que era solo placer, pero me di cuenta de que ese chico era todo lo que quería. Que me gustaba. Que lo amaba. Y estaba feliz por eso, más que nunca. Mi vida con Taehyung en ella era mucho más especial. No sabía si ese sería nuestro final, pero estaba segura de que echaría de menos verlo. Porque no verlo significaba que quizás sí era nuestro final, y no quería eso.
—No lo sé, pero en realidad... —dije con la voz entrecortada. En cualquier otra ocasión, esa Hana tan sensible me hubiera dado escalofríos, pero en ese instante, no podía evitar sentir ganas de llorar—. Gracias por todo. Han sido lo mejor que me ha pasado en este viaje. Ojalá sigamos juntos por mucho tiempo. —Hailee hizo un puchero antes de levantarse y abrazarme.
—Claro que sí, cielo. Este no es el final. Quizás no podamos vernos con tanta frecuencia... Pero no es el final por nada del mundo. —Sus ojos brillaban. Anabel se acercó a nosotras y me abrazó también con fuerza.
—Siempre seremos los seis que estamos aquí. —Sonreí. Lukas asintió.
—Claro que nada cambiará.
—Yo me aseguraré de que sea así, pienso venir cada mes a Francia para que nos veamos. —No dudé en reír ante las palabras de Jacob.
—Es el final de una etapa, pero eso no quiere decir nada —agregó Taehyung—. Yo también estoy muy agradecido por tenerlos. —Todos los presentes sonreímos.
—Es un sentimiento general —agregó Anabel.
—Les quiero, chicos —dijo Hailee ya con lágrimas en los ojos.
—Yo también —agregó Lukas. Jacob rodó los ojos antes de acercarse a abrazarnos.
—No me hagan llorar. —Reímos después de que se unieran los demás.
Y me sentí tan feliz que quise atesorar ese momento para siempre.
Hola Hannie:
Te escribo lo que creo que será la última carta que recibirás por mi parte, digo "creo" porque me he aficionado a hacer esto y no hay marcha atrás...
Se acaba nuestro tiempo en París y la idea de dejar de vernos me carcome un poco por dentro, ¿seré capaz de soportarlo? No lo sé, y tampoco quiero pararme a pensarlo. Solo estoy agradecido por todo esto, por decidir haberme ido de Erasmus y tener la jodida oportunidad de acercarme por fin a ti, poder conocerte, poder sentirlo todo. Gracias, Hana. Eres tan especial para mí que a veces me da demasiada rabia el hecho de que todo no pueda ser más fácil.
No sé qué nos deparará a partir de ahora, pero quiero que sepas que estoy muy orgulloso de ti, de que hayas podido acabar este Erasmus, de que hayas sacado las mejores notas que podías haber tenido, de que te vayas a graduar, de que hayas crecido tanto... No puedo dejar de pensar en que eres una mujer increíble. Así que disfruta del tiempo que pasarás en Busan con tu familia, con tus amigos, diviértete y sé muy feliz, Hannie. Es lo que más deseo. Y quién sabe, quizás al final de toda esta historia, seamos tú y yo los que tengamos la oportunidad de seguir caminando juntos.
Atentamente,
Tae
Dejar aquel que había sido mi hogar durante seis meses, no había sido algo fácil. Cuando empecé aquel camino, creí que solo sería una experiencia más sin ningún tipo de repercusión en mi vida, pero estaba completamente equivocada. Me había llevado no solo cientos de conocimientos nuevos, sino unas amistades preciosas y una nueva versión de mí misma de la que estaba orgullosa.
Sin embargo, no me sentía triste del todo. Mi vuelta a Corea marcaba una nueva etapa que comenzaba, un nuevo inicio que conllevaba ganas y miedo. Pero era un inicio. Un cambio. Así que eso me entusiasmaba más de lo que podía admitir.
Ver a las chicas de nuevo y a mi piso, fue algo que me llenó de alegría. Ambas estaban felices de tenerme en Seúl, de que pudiéramos disfrutar de los últimos meses que quedaban hasta que nos graduáramos y yo me fuera de allí. Serían extraños, puesto que en solo unos días entregaría mi trabajo final y estaría de Busan a Seúl hasta que fuera el momento de graduarme con mis compañeros, pero sin duda, era el tiempo necesario que tenía para mentalizarme de lo que se me vendría pronto. Así que antes de que pudiera darme cuenta, ya había llegado febrero y con ello se había llevado un año y traído otro con nuevos propósitos. Se había llevado consigo también mis veinticuatro años para iniciar lo que mi madre llamaba los veinticinco inviernos, puesto que mi cumpleaños fuera el 17 de enero siempre había estado marcado por el frío infernal. Y ya me encontraba con ese vestido rojo que mis abuelos me habían comprado para graduarme.
—Estoy nerviosa —aseguró Yooa, quien ese día tendría que hablar frente a todos los alumnos. Siyeon posó sus manos sobre sus hombros.
—Estás preparada. Además, es nuestro último día como estudiantes de Veterinaria, solo deberías sacar tu preciosa sonrisa. —Y no dudé en sonreír ante eso para después abrazarla.
Ver a Taehyung tan guapo en esmoquin, fue algo que me dejó sin habla. No lo veía desde la fiesta de Halloween y no dudaba que aunque sabía que no era así, se había puesto mil veces más guapo desde la última vez que lo había visto. Me sonrió al verme y lo sentí tan cercano que casi no parecía que hubieran pasado meses desde que nos vimos. Solo fui capaz de devolverle esa sonrisa bajo las miradas curiosas de mis mejores amigas.
La celebración fue simplemente perfecta. Mi madre lloró tantísimo que pensé que llegaría a deshidratarse, pero por suerte, Jungkook había hecho lo posible por apoyarla mientras Jimin le daba todos los pañuelos que traía encima. Y yo también lloré, para qué mentir. Por fin, seis años de puro estrés habían acabado y no podía estar más orgullosa de haber llegado hasta allí. Nos sacamos una foto juntas y luego, una con mis familiares. Mis abuelos lloraron muchísimo.
—Hannie —escuchar su apodo en mi dirección me hizo estremecer. Casi parecía como si hubiera olvidado su voz con el paso del tiempo. Pero no era así. La recordaba a la perfección. Recordaba a la perfección cuánto amaba escucharla. cuánto amaba que me llamara así. Y cuando lo miré, no dudé en que podrían pasar años, pero nuestra conexión jamás, jamás, se rompería—. ¿Nos hacemos una foto juntos? —Su pregunta tan directa me dejó sin habla y lo miré por unos instantes. Los ojos curiosos de una mujer castaña que estaba cerca a él se posaron sobre mí y me sentí nerviosa, puesto que no tenía dudas de que se trataba de la madre de Taehyung dado al parecido, cosa que me hizo sentir como si tuviera que estar perfecta para darle una buena impresión. Sentí las manos de mi madre apoyarse en mi cintura para empujarme con suavidad.
—Claro, cielo. ¡Yo se las hago! —exclamó con ilusión y no dudé en mirarla. «¡Qué entrometida, mamá!» pero ella no pareció entenderlo.
Taehyung me sonrió cuando lo miré a los ojos y después de eso pasó su brazo por mi cintura para pegarme a él. Yo imité su gesto con los nervios a flor de piel. Hacía meses que no sentía sus manos tocarme, su calidez... Solo tenía el recuerdo de ese beso que nos habíamos dado la última vez y se sentía tan lejano que casi parecía un sueño. Pero claro que quería tocarlo. Sentirlo... Deseaba hacerlo y soñaba todas las noches con ello entre los recuerdos.
Tendría que darle las gracias a mi madre más tarde por hacerme dar el paso.
—¡Me encanta! —exclamó mi madre después de sonreír al ver la foto—. Tienes una sonrisa preciosa —le dijo a Taehyung—. ¿Cómo te llamas? —preguntó. Aunque las dos sabíamos que no necesitaba preguntárselo. La miré con incredulidad.
—Taehyung —dijo con una sonrisa—. ¿Puedo verla? —preguntó con máxima educación, cosa que me resultó hiper atractiva, si era honesta. Parecía como si tratara de darle una buena impresión a mi madre y eso era muy buena señal. Mi madre le enseñó la foto. Era simplemente perfecta, una foto donde parecía que éramos una pareja más, y eso aceleró mi corazón.
—Yo también quiero verla —canturreó esa mujer que me había mirado con curiosidad—. ¡Me encanta! —aseguró. Ambas se miraron—. Quiero tenerla.
—Se la pasaré a Hana para que se la pase a Taehyung —dijo con seguridad, casi como si se conocieran de toda la vida.
—¿Tú eres Hana? —preguntó con curiosidad. Asentí con cierto nerviosismo.
—Y yo su madre, encantada —dijo antes de hacer una reverencia. Ella también la hizo.
—Yo soy la de Taehyung —respondió a su reverencia—. Es un placer conocerlas a ambas. Felicidades, Hana. Me alegra mucho que te hayas graduado con tan buenas notas... —Sonreí sin dudarlo antes de hacer una reverencia.
—Gracias —respondí sin saber qué más decir.
—Mamá vamos a... —Pero cerró la boca al instante. Me miró con curiosidad antes de sonreír de lado. Era un chico un poco más alto que Taehyung, de cabello castaño claro y hoyuelos. Se daba un parecido con la madre de Taehyung—. ¿Están ocupados?
—No, ya nos íbamos, ¿no, Tae? —Él asintió—. Ojalá pudiéramos hablar más.
—No se preocupen, todos estamos tratando de organizarnos para celebrar este día, es normal —dijo con suavidad mi madre—. Seguro que tendremos alguna otra oportunidad de hablar mejor. —Quise pisarla con fuerza por hacer ese tipo de comentarios. Sin embargo, la madre de Taehyung asintió antes de sonreír.
—Yo también lo creo. —Y esa sentencia por parte de ambas me dejó demasiadas preguntas.
¿Por qué estaban tan seguras?
—No tardes, cariño —le dijo a Taehyung antes de hacerme una reverencia a la que respondí.
—Lo mismo te digo, Han. Jungkook podría comerse a Jimin y no de esa manera que pensamos si no vienes pronto. —Solté una carcajada antes de asentir.
—De acuerdo, mamá. —Ella sonrió antes de despedirse de Taehyung y luego caminar en dirección a mi familia.
Miré a Taehyung y él me sonrió.
—Por fin nos graduamos, ¿eh? —dije casi sin poder creerlo.
—Es difícil pensar que somos ya veterinarios. —Sonreí y asentí.
Nos quedamos en silencio antes de que él hablara.
—Hana... —Me miró con cierto nerviosismo que me hizo comprender que era trascendental. Se rascó la nuca—. Tengo algo que decirte.
—¿El qué? —pregunté con curiosidad. Él respiró hondo.
—En París... Lo sabrás en París. —Ladeé la cabeza.
—¿En París? ¿Vas a dejarme con la duda hasta ese momento? —Sonrió con pillería antes de encogerse de hombros. Quería besarlo desesperadamente.
—Valdrá la pena. —Recordé lo que me había dicho en su carta «La espera valdrá la pena». Y no dejé de pensar en ello.
¿Era el momento de dar el paso?
Hola, ¿qué tal están?
Bueno, con el final, les dejo a ustedes también con la misma intriga que Hana por saber qué será lo siguiente... ¿Se lo esperan?
Espero que la estén disfrutando y de nuevo perdonen por el retraso de los días, tengo tantas cosas en la mente que se me despista, me pondré un recordatorio para que no se me pase y no tenga que disculparme más ayyy, si es que lo peor es que solo tengo que entrar a wattpad y darle al botoncito de publicar :(
¡Un abrazo enorme!♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro