27
Hana
La noche de locura en la fiesta de Shrek y el día de celebración del cumpleaños de Hailee había llegado a su final. Hacía días que no la veía, su hermana y su madre habían venido a pasar el tiempo con ella y no se dejaba ver el pelo. Pero estaba feliz. Había podido conocerlas, a ambas y a la pequeña Luna, la sobrinita de Hailee. Y ante lo ocupados que estaban todos, me había sentido de pronto un poco sola esas últimas semanas antes de volver a casa. Con todos, me refería también a Taehyung, por supuesto, a quién no veía desde la fiesta, algo inusual, por lo que no podía dejar de pensar en ello.
No había dejado de rememorar esa tarde en la que me había contado que tenía altas capacidades. Una tarde tan normal, tan sencilla, pero que en realidad lo había significado todo. Sin quererlo, Taehyung me iba dando pequeñas partes suyas que resultaban ser tesoros para mí. Que me demostraban que a pesar de que creía tener una imagen nítida de quién había tras todas esas capas que lo protegían, Taehyung escondía a una persona que era mil veces mejor de lo que podría pensar. Y eso, me dejaba una sensación agridulce.
Conocer a Taehyung era un regalo del que no podía quejarme. Tenía que admitirlo: lo adoraba, cada día más. Aún no estaba preparada para admitir que lo que sentía por él no era algo insignificante, pero sabía que a cada momento que me acercaba a él, más tenía la sensación de que no quería alejarme. Así que, conocer partes nuevas de él simplemente me emocionaba. Por otro lado, sentía miedo. Conocerlo me llevaba a saber que con poco más, estaría dispuesta a dejar todo por él y eso me aterraba. Solo ante la idea de pensar que había una posibilidad de que Taehyung no sintiera lo mismo, me hacía querer llorar. ¿Qué haría en esa situación? ¿Sería capaz de vivir con la idea de que yo no sería nada para él más que una chica con la que acostarse? Sentía que a pesar de todo lo que había estado trabajando en mí, aún no estaba segura de poder asimilar su rechazo o su abandono.
Cuando salí de las prácticas me encontré con unos nubarrones negros horribles, cosa que me hicieron suspirar. Si tenía en cuenta que era verano, era completamente normal que no llevara un paraguas encima. Avancé a paso rápido por las calles para que no me pillara la lluvia que estaba segura que caería en cualquier momento. Y tal como lo había pronosticado, las pequeñas gotas iniciales se convirtieron en una lluvia que me estaba calando hasta los huesos. Agradecía no tener nada más importante en el bolso que mi móvil, porque sino estaba segura de que se hubiera empapado tanto como yo. Casi cuando estaba a punto de llegar a la calle de la residencia, estalló un trueno que me hizo dar un respingo y que aceleró mi corazón. Ya solo me faltaba que toda aquella situación se convirtiera en una tormenta de esas que tanto me aterraban y que hacían mis piernas temblar cuando no estaba refugiada en ningún lugar. Otro estruendo. Otro. Miles de ellos siguieron mientras yo corría ya con casi las lágrimas en mis ojos del miedo y con la sensación de que por mucho que avanzaba, parecía no llegar nunca a mi destino. Estaba asustada. Temblorosa. Sentía incluso ganas de vomitar. ¿Por qué tenía que pasarme justo eso a mí sola? ¿Sin el cobijo de mi madre que siempre tenía en momentos así?
Estaba tan concentrada en llegar a la residencia que no pude evitar que mi cuerpo se chocara con el de otra persona que caminaba por la calle y mi bolso se deslizó por mi hombro hasta llegar al suelo.
—¡Mira por dónde... —Pero me quedé callada al instante. El rostro de Taehyung de preocupación se hizo presente y mi corazón se aceleró con intensidad al verlo. Estaba ahí, justo cuando más lo necesitaba. Aunque me resultó tal como ver a un fantasma, porque desde la última vez que lo había visto, hacía días y sentía que quizás se estaba alejando de mí. Como suponía que pasaría algún día. Porque después de todo, al igual que yo me daba cuenta de que se acercaba, seguro que él también se había percatado de ello y eso significaba a su vez que si se alejaba, probablemente era porque no quería eso de mí. Por eso no había podido dejar de pensar en él. En mí. En nosotros.
Solo el sonido de la lluvia se instauró entre nosotros. Una lluvia que a mí ya me tenía completamente calada y que a Taehyung casi igual, puesto que a pesar de que llevaba consigo un paraguas, era tan intensa, que ya apenas le servía de resguardo. Me sentí como si estuviera en una película. En una de esas en las que los protagonistas se encuentran bajo la lluvia en una espiral romántica en la que suena la canción perfecta. Ambos hablan. Ambos se profesan su amor. Se besan con el sabor de la lluvia y se quedan juntos para siempre. ¿Bonito no? Pero nadie te contaba qué pasaba en realidad en situaciones como esas. Di otro respingo ante el sonido de otro estruendo y sin pensarlo me tiré a los brazos de Taehyung como si él fuera lo único que necesitaba para estar protegida. Ni siquiera me importó que nosotros no fuéramos esos protagonistas. Ni siquiera me importó que quizás él jamás sentiría todo lo que yo sentía por él. Solo lo hice. Solo mostré la versión más vulnerable de mí misma y deseé que lo único que pasara ese día, es que Taehyung no rechazara el hecho de que deseaba estar entre sus brazos.
—¿Te dan miedo las tormentas? —preguntó y yo asentí. Me miró a los ojos por unos instantes antes de pasar su brazo por mi cintura, como si tratara de abrazarme y tirar de mí. En un movimiento que me hizo temblar, pero ya no por el frío o el miedo, sino por lo mucho que empezaba a querer a ese chico que estaba frente a mí.
Sin pensarlo, me metió en su habitación. Dejó su mochila justo a la entrada de la puerta y después de quitarse su abrigo mojado, me quitó el mío. Mi bolso acabó junto a su paraguas empapado. Taehyung me obligó a quitarme las zapatillas y los calcetines.
—Métete en la ducha —ordenó—. Yo te dejaré algo de ropa. —Mi corazón se aceleró. A pesar de lo que creía que me produciría el hecho de estar desnuda en la ducha de Taehyung después de lo que ya habíamos hecho allí más de una vez, tuve una sensación completamente contraria a la de la excitación. Mis mejillas ardían, pero por el hecho de que él hubiera sido tan protector. Esa manera en la que me había ordenado que me fuera a la ducha, había sido simplemente... Perfecta. ¿Ese era el Taehyung que me faltaba por conocer? ¿El que se preocupaba por los demás?
Cuando salí de la ducha, me encontré con algo de ropa que Taehyung me había dejado. Estuve a punto de desfallecer cuando me la vi puesta. Me quedaba holgada. Holgada pero con esa sensación de que así era porque no era mía. Calentita. Con su olor. Con su perfecto olor. Tuve que llevarme las manos a la cara cuando me vi reflejada en el espejo. ¿Por qué todo aquello me estaba dejando con el corazón tan en mano? Peor fue cuando Taehyung me vio. Esa ligera sonrisa que se había cernido sobre sus labios, contrarrestaba esa expresión de seriedad que se había instaurado en su rostro cuando nos habíamos visto casi en la entrada de la residencia.
No tardó en indicarme que me sentara, con un chocolate caliente que había preparado.
—Yo también voy a ducharme, ya vengo. —Asentí antes de que se levantara de mi lado.
Tuve que llevarme una mano en mi pecho. ¿Era normal que un corazón latiera tan rápido? ¿Era normal sentirse así por alguien? No tenía sentido alguno. Era una locura. Una completa locura. Pero no podía controlarlo. No podía controlar esa sensación de calidez que se había instaurado en mi pecho solo con la existencia de ese chico que jamás pensé que me gustaría de verdad.
Verlo con su pelo húmedo y su ropa cambiada, fue incluso peor.
—¿Tienes frío? —preguntó con curiosidad. Negué con la cabeza cuando él dio un sorbo a su chocolate, a casi centímetros de mí.
Nos quedamos en silencio. Ambos con la compañía contraria. Me recreé en la imagen de que eso se repitiera cada día de mi vida. Taehyung y yo. Yo y Taehyung. ¿No sería perfecto? ¿No sería perfecto entregar cada día de mi vida a ese chico? Tenía que estar loca por pensar así.
—Gracias, Taehyung. No tenías por qué hacerlo —dije con timidez. Él me miró con cierta curiosidad—. Menos cuando casi te grité... —Él soltó una carcajada antes de negar con la cabeza. Estaba tan guapo cuando sonreía con tanta sinceridad, con esa sonrisa cuadrada tan perfecta.
Di un nuevo respingo ante un nuevo estruendo y él me miró.
—A mi hermano también le dan miedo las tormentas —dijo con suavidad—. Era el único momento donde podía hacer de hermano mayor con él... Lo llevaba a nuestro fuerte y le contaba historias graciosas. —Cuando me miró con esa profundidad tan suya, mi corazón se aceleró incluso más. No pude evitar llevarme una mano hasta él, gesto que él observó. Sonrió de lado—. Por eso estás aquí. Sentí que debía protegerte como lo hacía con él.
—¿Protegerme como a una hermana? —bromeé insegura. Era bonito que quisiera protegerme, pero la duda de que lo hiciera solo porque le hubiera recordado a su hermano, me había dado cierta inseguridad.
—¿Tú te acostarías con tu hermana? —preguntó con curiosidad y me sentí algo idiota. Miré el chocolate caliente. ¿Por qué era tan absurda la inseguridad que sentía sobre mí cuando se trataba de él? Sus largos dedos se posaron sobre mi barbilla y me obligaron a mirarlo—. Solo quería protegerte porque me importas, Hannie. Y no precisamente como una hermana. —Me quedé sin palabras. Más cuando sus dedos se alejaron de mi piel y me miró desde el respaldo de su sofá. Aparté la mirada.
Mis ojos se detuvieron de nuevo en esa caja. Esa caja que siempre parecía estar en el mismo sitio, que siempre parecía tan íntima. Me pregunté qué podría haber ahí para tratar de no pensar en las palabras de Taehyung. Esas palabras que siempre lograban ponerme nerviosa. ¿Las decía en serio? ¿Las decía porque solo quería quedar bien? Mi corazón quería aferrarse al hecho de que él también sentía lo mismo, pero mi mente se esforzaba en hacerme creer que no merecía la pena sufrir por él.
—Entonces, ¿por qué lo haces? —pregunté sin pensar. Por alguna razón, quería escuchar algo de sus labios que me hiciera tomar una decisión: alejarme antes de que todos aquellos sentimientos terminaran por forjarse como amor, o quedarme ahí y que todo mi amor fuera solo por y para él.
Taehyung sonrió y apartó la mirada. Pareció pensarlo por unos segundos hasta que se encogió de hombros y me miró.
—No lo sé, Hana. Nunca lo he sabido. Todo lo que se trata de ti es un misterio para mí que intento descifrar y el hecho de pensar en que puedo sufrir de nuevo me detiene hasta que vuelvo a la casilla de salida otra vez. —Sus palabras me dejaron sin ninguna. ¿Eso era lo que quería oír? ¿Eso era lo que quería que él me dijera?—. Pero lo peor es que cuando te tengo delante no puedo evitar dejar que todo pase y nada tenga control. Por eso quise protegerte. Porque deseo hacerlo. Aún cuando sé que no soy capaz de hacerlo para siempre. —Lo miré. Quizás más tiempo de lo que debía, pero lo hice. Lo hice para tratar de entenderlo. Para tratar de descubrir por qué él me decía algo como eso. ¿Es que acaso insinuaba que estaba confundido? ¿Que quizás también había sentido lo mismo que yo? Pero su cambio de conversación evitó que pudiera ser capaz de preguntarlo—. ¿Ya has cenado? Podría hacer algo de comer.
—Me parece bien. —Fue lo único que pude ser capaz de decir. Taehyung se levantó de mi lado. Y me dejó ciertas dudas. Pero con la sensación de que eran dudas que se acercaban más al camino final. Y cuando lo vi concentrado en la cocina desde el sofá me lo pregunté.
¿Quizás es que ambos estábamos en el mismo punto?
¡Hola! ¿Qué tal están?
Aunque me puse muy pesada diciendo que una de las partes más especiales y más que me gustaban eran la del campamento-caravanas, esta, también está dentro de una de mis favoritas y en el próximo capítulo, sabrán por qué (les dejo con el hype).
Espero que la estén disfrutando tanto como yo.
Un abrazo enorme♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro