16
Hana
Definitivamente había sido una locura y en ese punto de la historia, ¿valía la pena seguir perdiendo el tiempo en creer que podría alejarme de Taehyung?
Me di una ducha rápida y me puse otra ropa distinta a la anterior. Anabel me ayudó a secarme el pelo hasta que decidimos salir y nos encontramos a Hailee junto a Lukas en el camino.
—Me ha dicho Jacob que se cayeron en el lago... ¿Estás bien? —Asentí.
—Se ha mojado casi que enterita, como tú al verme —dijo Anabel mientras alzaba las cejas y Hailee como siempre rodó los ojos. Lukas soltó una carcajada.
—Lo importante es que estén bien —dijo Lukas junto a una sonrisa—. Los profesores han suspendido los juegos y les han proclamado ganadores a ambos. Tenían que haber visto la cara de Ethan.
—¿No lo has grabado?
—No, tía. No seas tan mala —dijo Hailee.
—Joder, quería reírme de él —se quejó Anabel. Justo después de eso, Hailee me abrazó.
—Creo que lo mejor será que vayamos ya a la cabaña antes de que esta pequeña mujer se nos ponga enferma o algo.
Caminamos a nuestra cabaña y nos encontramos con los chicos. Mi corazón se aceleró al ver a Taehyung con su pelo un poco húmedo y con la ropa cambiada. Cuando nuestras miradas se encontraron me puse nerviosa hasta el punto de olvidar por una fracción de segundo lo confundida que me había dejado el día anterior respecto a lo que había pasado entre nosotros con esa frase final y lo dispuesta que había estado a besarlo después de reírnos como si fuera cosa de siempre.
No podía negarlo. Taehyung me hacía sentir cosas. Cosas que eran imposibles de evitar. Cosas que no podían controlarse. Me había empeñado en que debía alejarme, en que así podría seguir adelante, pero no tenía solución. Me sentía especialmente atraída por él desde el primer momento que lo había visto. Sin embargo, el hecho de saber que aquella situación se salía de lo que normalmente haría, me ponía tan nerviosa hasta el punto de pensar que evitarlo era lo mejor. Aunque no se pudiera evitar. Ni siquiera el destino me dejaba hacerlo.
—Después de todo esto, creo que nos merecemos unos aperitivos y algo calentito, ¿no? —dijo Hailee y eso me despertó de mis pensamientos. Todos asentimos a su pregunta y decidimos reunirnos en una de las cabañas.
Taehyung y yo volvimos a mirarnos, para después apartar la mirada y actuar como siempre. Aún cuando había pasado todo en un segundo.
Los días en el campamento pasaron casi como un suspiro y esa noche, sería la última que pasaríamos allí. Los profesores habían organizado una fogata y habíamos pasado una tarde-noche cargada de historias, conversaciones, nubes quemadas, canciones, alegría... Debía admitir que había sido una experiencia increíble.
Ante el hecho de que estaba un poco saturada y cansada, decidí levantarme para volver a la cabaña e irme a dormir pronto. Sabía que si no recuperaba las horas de sueño que me había arrebatado Anabel con sus largas historias de miedo inventadas, no sería capaz de rendir en el viaje en caravana que aún nos esperaba.
—¿Quieres que te acompañe? —preguntó Hailee después de que la abrazara quien estaba hablando con algunas de las chicas del Erasmus. Negué con la cabeza.
—No te preocupes, Lee. Estaré bien —aseguré. Ella sonrió antes de asentir.
Abracé mi cuerpo cuando empecé a caminar cerca del lago. Sentir no solo la brisa fría de la montaña, sino el dulce sonido del lago que se mecía con ella, fue una sensación que necesitaba tener después de esos días de locura. Así que fue un gran alivio estar allí, sola, tranquila. Me paré delante del reflejo de la luna en el agua y las preciosas estrellas. Ese día eran menos claras por culpa de la luz de la luna, pero aún así, increíbles. Cerré los ojos mientras disfrutaba de esa tranquilidad y respiré hondo antes de sonreír. Me quedé solo por unos minutos ahí hasta que decidí que era hora de volver a la cabaña.
—Hola, Hana. —Di un respingo al sentir una voz masculina tras de mí. Cuando me giré, me encontré con la sonrisa de Ethan—. ¿Te he asustado?
—Estaba metida en mis pensamientos. —Sonrió. Se colocó a mi lado, a una distancia prudente y miró hacia delante como yo lo había hecho. Y me incomodó. No quería estar ahí a solas con él, menos después de lo que había pasado entre nosotros la última vez.
—Al final no pudimos saber qué equipo ganaría, ¿eh?
—Lo siento, fue culpa mía —me disculpé. Él negó con la cabeza antes de mirar hacia el lago.
—No es tu culpa, Hana —zanjó—. Yo soy el que tiene que disculparse. Creo que me pasé un poco la última vez que nos vimos. Solo quería conocerte más y terminé siendo un idiota. —Sus palabras me sorprendieron, no creía que sería capaz de disculparse después del tiempo que había pasado. Sonrió de lado—. ¿Te parece si olvidamos lo que pasó? —Y aunque quise responder que sí, solo pude apartar la mirada. ¿Había sido tan idiota como para no merecerse una disculpa?
Nos quedamos en silencio hasta que él volvió a hablar.
—Quizás ahora todo tenga sentido. —Sus palabras me obligaron a mirarlo. Fueron solo unos instantes en los que pude apreciar la oscuridad de sus ojos verdes que contrastaba con su sonrisa—. Todo es culpa de Taehyung. —No me había gustado el retintín en sus palabras.
—¿Qué? —pregunté justo al instante—. ¿Por qué dices eso? —Se encogió de hombros.
—Puede que sean cosas mías. Tenía la impresión de que eras diferente, Hana, pero resulta que eres igual que todas las demás. —Sonrió con maldad. Y sentí que Anabel tenía razón. Ese chico no daba buenas vibras.
—¿Qué dices, Ethan? —Sus palabras habían acelerado mi corazón. ¿Acaso nos había visto? Quise convencerme que no nos había visto, pero si no fuera así, ¿por qué diría esas palabras?
—No sé qué me da más asco, pensar en que seas como cualquier otra tía o que Taehyung haya tocado algo que yo quería. —"Algo". ¿Me estaba tratando como a un objeto sin valor? ¿De qué iba?—. Es una pena, Hana. Podríamos haber sido una pareja perfecta. —Me miró de una manera que me hizo sentir desnuda—. No eres más que una diversión para Taehyung. ¿Es solo porque es atractivo? Es una mierda de persona. —Pensé en ignorar sus palabras. No era más que un chico ofendido por no ser el centro de atención y que otra persona le robara el protagonismo. Sin embargo, sus palabras me dolieron. De alguna forma o de otra, esa necesidad que tenía de alejarme de Taehyung como si él fuera aceite y yo agua, no era más que por el hecho de que yo sabía que no significaría nada más para él, y si tenía en cuenta de que no era de las chicas que tenía solo relaciones sexuales con alguien, sabía que en cualquier momento me confundiría y echaría a perder todos mis esfuerzos de mantenerme al margen, además de salir con un corazón roto. Pero no podía huir.
Kim Taehyung era como una droga y sabía que a medida que más lo probaba, más adicta me volvía a él. Por mucho que pusiera delante de mí cientos de muros, solo hacía falta que mantuviéramos la mirada por unos segundos de más para que sintiera la necesidad de aferrarme a sus brazos para toda la vida. Y eso era algo que no podía controlar, por mucho que lo intentara. No podía controlar nada de lo que había pasado, ni de lo que pasaría. Los sentimientos son incontrolables. Igual que un día estás como si no pasara nada, al siguiente puedes estar completamente prendada de otra persona. Así llegan, sin avisar. Y puede que incluso, termines enamorada de la persona menos indicada. Y sabía que no podía hacer nada por ello. Lo había intentado. Sin embargo, ahí estaban esas ganas de estar con él. Esas ganas de no separarme de su lado. Que no sabía si era solo los sentimientos que me producían que él me tocara o si era simplemente su presencia. Pero no podía ignorarlo.
Aún así, escucharlo en voz alta, había sido duro. No solo porque eso ponía en palabras lo que había estado pensando por días, sino porque suponía que en cierto modo, una persona como Ethan, podía tener razón con sus palabras. No obstante, no pude evitar sentirme enfadada. Aún si tenía razón, era mi vida y él no tenía ningún poder sobre ella. No podía permitir que me pisoteara solo porque él se hubiera encaprichado en mí. Y tenía que admitirlo, volvía a odiar que hablara así de Taehyung cuando no tenía ninguna razón aparente para hacerlo.
—¿Sabes qué, Ethan? Yo sí que no pensaba que fueras el tipo de persona que eres, pero solo con tus palabras demuestras la poca decencia que tienes. Te guste o no, esta es mi vida. Yo soy la única persona que puede decidir lo que hace con ella. Decisiones que no te incumben. Actos que aunque sean erróneos, no debería de importarte. Y no me vengas con que lo haces de buena fe, porque lo único que has hecho es criticar las acciones de alguien como si tú tuvieras algún poder sobre esa persona —dije de carrerilla y parecía que él no se esperaba que fuera a responderle—. Antes de enfocarte tantísimo en la vida de otra persona, ¿por qué no te dedicas a enfocarte en la tuya? Puede ser que nadie se fije en ti porque tú estás mucho más ocupado en vidas ajenas que no te incumben que en la tuya propia. Así que te invito a que guardes tu opinión para quien le importe. —Estaba furiosa. No quería escuchar su respuesta, así que decidida, me moví para caminar hacia las cabañas y alejarme de él. Pero eso no fue un impedimento para que él atrapara mi muñeca y me retuviera allí—. Suéltame, Ethan —pedí. Pero él no se movió un ápice, solo sonreía con descaro, como si para él fuera increíble que toda esa situación le estuviera ocurriendo.
—Resulta que la chica asiática tiene boca para hablar. Pensaba que no sabías utilizarla, Hana. Al menos no para eso. —No podía creerlo. Me estaba sorprendiendo demasiado el tipo de persona que era—. ¿Tanto te gusta Taehyung? ¿Eres idiota? Solo te está utilizando y yo lo único que intentaba era ayudarte... —Traté de zafarme, pero solo conseguí que me pegara más a él. Empezaba a asustarme, no tenía dudas de que Ethan tenía más fuerza que yo.
Negué con la cabeza y me reí.
—Plantéate ir a un psicólogo, Ethan. Lo necesitas —zanjé y conseguí zafarme.
Justo cuando pensaba huir, la única persona que no debía estar implicada en esa conversación apareció al lado de nosotros.
—¿Qué haces, Ethan? —preguntó con el ceño fruncido. Genial, lo que menos necesitaba era una pelea de espadas para ver quién era el más macho de los dos.
Él se rio al ver a Taehyung.
—¿Vienes a salvar a tu princesa? ¿Te crees un héroe? Por favor, Taehyung, cuando te canses de ella solo será otra de las chicas con las que habrás follado y pronto buscarás a otra que te dé lo que necesitas. —Cerró el puño y Ethan sonrió de lado. Lo estaba provocando.
—Ethan, para o avisaré a los profesores.
—¿Qué te ha dicho? —preguntó con preocupación Taehyung, algo que en realidad no esperaba para nada. Y yo no sabía qué hacer. Me encontraba entre la espada y la pared. Y si era sincera, lo menos que me esperaba era estar en una situación como esa cuando ya todos éramos adultos. Me sentía de nuevo en el instituto.
—Venga ya, Taehyung. No te hagas el bueno, te da igual. A ti lo único que te importa es un jodido lugar donde meter la polla, no te escondas como un niño bueno. Te importa una mierda Hana. —Supe que ya no había marcha atrás. Lo que sucedió fue muy rápido, pero demostró algo que hubiera preferido no saber en ese instante. No. No tenía que haber pasado. Sin embargo, así fue. Me dio la prueba de que toda esa situación se estaba saliendo de madre y que tenía que controlarla fuera como fuese. Pero ya no podía hacerlo.
Empujé a Ethan lejos de Taehyung cuando este se movió como si tuviera intención de pegar al pelirrubio, de manera que me había quedado entre los dos, con la espalda apoyada en el pecho del chico que llevaba días instaurado en mi cabeza. Ethan casi pierde el equilibrio, pero su expresión lo dijo todo. Sin palabras, había demostrado de qué lado estaba y ni siquiera tenía sentido. En ese punto, ¿quién era peor de los dos?
—Es increíble, Hana. ¿Taehyung era quien iba a pegarme y me has empujado a mí? Eres igual que él —dijo con desprecio.
—Me da igual lo que pienses, Ethan. Nada de esto te concierne, te guste o no. A veces hay que aceptar que las cosas no salen como uno quiere y quizás es momento de que te des cuenta de que debes seguir tu vida. Te pido por favor que no me molestes más, ni te acerques a mí o hablaré con los profesores del Erasmus —dije a pesar de los nervios que sentía en mi interior. Él resopló antes de negar con la cabeza. No dijo nada antes de dar media vuelta y desaparecer de allí.
Cuando quise darme cuenta, mi corazón latía a mil confundido. ¿Qué significaba todo aquello? ¿Acaso quería saberlo? ¿Acaso quería responder esa pregunta? No quería afrontarlo.
—Hana yo... —Me encontré con su mirada preocupada y supe que seguramente, dentro de esas cientos de capas, se escondía un chico al que quería conocer. Seguramente. Es más, no tenía dudas de que si las cosas fueran distintas estaría feliz de haber encontrado a alguien como él. Pero ¿por qué era todo tan difícil? Había obstáculos. Sabía que yo los ponía, pero lo hacía para no salir dañada porque era consciente de lo que decía Ethan. Era consciente de que Taehyung iba de flor en flor sin motivo aparente. Pero algo en mí me decía que no solo podía ser por eso. Que... Que todo tenía una explicación. Y era una confusión que no tenía sentido.
Tiré de su mano y lo llevé a la cabaña. No tardé en besarlo en un instante donde todo se iba de mi control. Era como si estuviera buscando una respuesta. Una solución. Algo que me dijera: «todo esto es más fácil de lo que crees». Y en realidad, lo era. Podría simplemente decirle lo que sentía. Escarbar en él. Pero tenía miedo. Y debía ser consciente de ello. Taehyung me siguió el beso hasta que acabamos encerrados en su habitación. Me senté sobre él mientras la ropa empezaba a desaparecer y ambos hacíamos como si no hubiéramos vivido una situación que debíamos haber explicado. Como si yo no hubiera sentido miedo de que Ethan pudiera hacerme daño. Pero en ese momento, lo menos que me importaba era él.
—Hana... —murmuró. Quería entender con esas palabras que Taehyung era consciente de que eso estaba mal, pero no hizo nada por pararme. Yo solo estaba ida.
Me moví sobre él con ansias mientras escuchaba sus gemidos y respiraciones entrecortadas, mientras sus ojos oscuros y felinos me miraban con tanto brillo y admiración, mientras pensaba en que lo menos que quería era solo tener a Taehyung de esa manera, pero que era muy pronto para aceptarlo o tan siquiera pensar en que ya hacía mucho tiempo que me había metido en él sin importarme el dolor que pudiera llegar a sentir. Y para cuando quise darme cuenta, llegó al orgasmo.
—Lo siento, Taehyung. Pero de verdad que no puedo seguir con esto. —Fue lo único que alcancé a decir cuando salí de él sin esperar a acompañarlo. Cuando lo dejé con ese vacío que había sentido cuando él se apartaba, cuando me daba cuenta de que solo era otra más.
Lo escuché seguirme, pero yo no miré hacia atrás. Porque tenía que seguir decidida antes de que fuera demasiado tarde como para no poder levantar cabeza.
Hola, ¿qué tal están?
Wow, sin duda, este es uno de los capítulos más intensos de esta historia y uno de los que más me costó escribir, porque no quería que quedara como la típica relación triangular o en la que ella acaba dañada, pero en parte, quería incluir esa situación en la que a veces nos vemos por desgracia involucradas en personas que no tienen nada bueno que darnos. Y jo, tristeza total de que Hana pusiera el límite, pero a la vez, la comprendo, necesita escarbar un poquito más en el corazón de Taehyung para entenderlo...
¿Qué les parece?
Un abrazo enorme♡
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