12
Hana
Intenté no darle más vueltas al tema para dirigir toda mi atención a las clases y las prácticas que tenía esa semana. Después de huir de Ethan y tratar de olvidar la aparición de Taehyung que me había besado con ansias para automáticamente después desaparecer, sabía que necesitaba centrarme en algo que no fuera él. Por suerte, ese día iba a hacer una fiesta de pijamas con Anabel y Hailee. Preparé una mochila con algo de ropa y lo necesario. Me puse cacao en los labios antes de coger el móvil y mirar la hora. Aún me quedaban unos minutos para salir, así que decidí hacer una videollamada rápida con mis amigas de Seúl.
—¡Han! —exclamó Yooa con una de esas sonrisas suyas enormes que alegraban a cualquiera. Sus ojos azules estaban casi cerrados del todo y sus pequitas se habían acentuado al elevarse sus mejillas.
—¡Nuestra pequeña pero adulta bebé! —gritó Siyeon con su pelo lleno de trabitas de colores para aguantarse el flequillo. Ambas estaban tan pegaditas que casi no había espacio entre ellas. Son adorables, pensé.
—¡Hola! —exclamé con entusiasmo—. ¿Cómo están? —Quise empaparme de ellas, de mis mejores amigas, de mis chicas.
—Pues como es lógico, echamos de menos tu delicioso kimchi, Han. —Siyeon hizo un puchero. Yooa le golpeó.
—¿Cómo le dices eso? ¿No has pensado en que puede que ella nos eche mucho de menos y no por la comida, idiota? —Siyeon la miró con mala cara y reí. Las echaba demasiado de menos como para molestarme por la broma de Siyeon.
—Yo también las echo mucho de menos, chicas. A veces se me hace difícil levantarme a desayunar cuando no tengo nuestras largas conversaciones de buena mañana —admití. Yooa esbozó un puchero.
—¿Verdad? Yo echo de menos nuestra alianza de estudio Hayoo. —Su puchero se hizo inmenso y yo la acompañé. Nuestra alianza Hayoo, era básicamente un pequeño grupo de estudio que nos habíamos hecho Yooa y yo para avanzar más rápido con las asignaturas. Estudiábamos en el salón de nuestro piso compartido, con una pizarra enorme y todos nuestros apuntes tirados en la mesa. El nombre de nuestra alianza no era más que los nuestros entrelazados.
—Estudiábamos un montón cuando lo hacíamos. —Siyeon agitó las manos.
—Ya basta de este pastel. —Reí. Era típico en ella quejarse de no estar incluida en la alianza cuando ella misma decidió no unirse—. Ahora nos tienes que contar con detalles qué has hecho en Francia, ¿no? Algo como por ejemplo... ¡¿Un ligue francés?! —Mi cuerpo se tensó. ¿Cómo se quedarían al saber que el ligue que había tenido era de todo menos francés y que encima lo conocían?
—Qué va. —Siyeon se cruzó de brazos. No valía la pena mencionar lo de Taehyung. Si quería olvidarlo, tendría que hacer como si no hubiera sucedido.
—Te mandamos a Francia para que encontraras pareja, Hana. No puedes fracasar en la misión. —Yooa soltó una carcajada.
—Siye, cielo, déjala respirar. —Siyeon rodó los ojos—. Lo importante son otras cosas ahora, ¿no? Como por ejemplo que nos cuentes qué tal esa salida con tus compis de Erasmus al parque de atracciones...
—Es verdad, ¡nos tienes que contar cómo es que acabaste con Taehyung allí, tía! El campus está ardiendo ante el hecho de que hayas salido con él. Tendremos que protegerte cuando vuelvas. —Y aunque sabía que lo de Siyeon no había sido con malas intenciones, mi corazón se aceleró. Vivía en un espejismo donde parecía que Taehyung y yo éramos otras personas completamente distintas a las que vivían en Seúl, pero no era así. Él no dejaba de ser Kim Taehyung, ese chico con cientos de chicas detrás de él que tiene sexo sin sentimientos con muchas personas y yo no dejaba de ser esa Kwon Hana cuadriculada que solo quería sacar buenas notas para poder hacer sentir orgullosa a su madre. ¿Por qué me había intentado convencer de lo contrario? Si ya era mala idea el hecho de haberme acostado con él, después de saber que había mucha gente que sabía que habíamos estado juntos en Francia, me hacía ver que era aún peor de lo que creía. No quería meterme en ese rollo, no quería que nadie hablara de mí.
—Hemos acabado con el mismo grupo de amigos —dije con nerviosismo e intenté que las chicas no se percataran de ello.
—¿Entonces has hablado con él? —preguntó Yooa con curiosidad.
—Muy poco. —Parece que solo somos capaces de tener sexo, así que no tenemos mucho tiempo de hablar, quise decir.
—Así tienes a alguien con quien hablar que te resulte conocido, ¿no? Lo peor son las arpías de la universidad que no dejan de crear rumores —dijo Yooa con algo de molestia.
—Ni que hubieras follado con él, joder. —Abrí los ojos al ver que había dado justo en el clavo. Tenía que cambiar de conversación cuanto antes o se darían cuenta de mi nerviosismo porque me conocían a la perfección.
—Ya... —Intenté sonreír—. ¿Y ustedes qué tal?
—Con muchos trabajos y poco descanso —respondió Yooa y agradecí que no mencionaran nada del cambio de tema—. ¡Ya nos han dicho dónde vamos a hacer las prácticas!
—¿Y están contentas? —Ambas asintieron—. ¡Me alegro mucho! —Yooa sonrió—. Espero que les vaya muy bien.
—Seguro que sí —dijo Yooa sin dejar de sonreír.
Justo después de eso, miré el reloj.
—Tengo que irme, he quedado con Anabel y Hailee. A ver si en uno de estos días podemos hablar más. —Siyeon alzó las cejas.
—¿Nos eres infiel con otras mujeres?
—No seas idiota. —Reí—. Para mí ustedes siempre serán las más importantes de todas mis amigas aunque Jungkook tiene un rinconcito especial... —Yooa rio.
—Pásalo bien, cielo. Necesitas también relacionarte con alguien más que no seamos nosotras. Ya nos cuentas qué tal te va. —Siyeon sonrió de lado antes de asentir.
—No te desmadres demasiado. —Reí.
—Descansen mucho, ¿vale? —Ambas asintieron—. Las quiero muchísimo.
—Y nosotras a ti. —Sonreí.
No veía la hora de estar con ellas de nuevo.
La noche con las chicas estaba siendo mejor de lo que esperaba. Entre conversaciones, mascarillas faciales y canciones de Katy Perry seleccionadas por Hailee, lo estaba pasando increíblemente bien. Sobre todo ante el dúo de mis amigas mientras cantaban California Girls con bandas para peinar el pelo hacia detrás y dos mascarillas coreanas para los granitos. No pude evitar reír mientras me daba golpecitos en la cara para quitarme el líquido sobrante de mi mascarilla.
—No puedo más —aseguró Hailee quien estaba hiperventilando después de que la canción acabara y empezara E.T. Tomó asiento a mi lado.
—Casi se me sale un pulmón —exageró Anabel y Hailee rio. La rubia se recostó en el suelo.
—No exageres —dijo. Le quité la mascarilla.
—Date pequeños golpecitos para que se absorba todo el líquido —dije.
—Tengo que ir contigo a Corea para comprar estos productos maravillosos. Te envidio mucho —admitió Hailee—. Adoro el maquillaje y los productos de belleza.
—Entonces te encantaría vivir allí. ¿Sabes que en mi universidad hay tiendas de esto? —Hailee abrió los ojos y miró a Anabel, quien también se había quitado la mascarilla.
—Resulta que nací equivocadamente en Reino Unido y no lo sabía. —bromeó y reí. Anabel se sentó con las piernas cruzadas.
—Lo cierto es que te dejan la piel preciosa. —Asentí ante sus palabras después de quitarme la banda del pelo y apretar un poco mi coleta. Cuando me vi en el espejo, recordé el día en el que Taehyung había tirado de ella cuando lo hacíamos y tuve que agitar la cabeza para eliminar ese pensamiento. Ese día era mío y de las chicas. No podía permitirme que él se entrometiera.
—Pero en serio, tenemos que ir a Corea —indicó Hailee—. Igual que a Reino Unido y Escocia.
—Sería un viaje muy divertido... Lo cierto es que el sitio al que más lejos he ido es Francia. Solo he visitado Seúl y las Islas Jeju en Corea —admití—. No he viajado mucho.
—Entonces es una idea todavía mejor —dijo con una sonrisa—. ¿Qué te parece, Bel?
—Todo lo que sea pasárselo bien me apunto. —Hailee rio.
—Eres un caso aparte. —Se encogió de hombros—. ¿Siempre has sido así?
—Mi madre siempre me ha dicho que soy una inquieta, así que sí. Dudo que en el futuro pueda asentarme en algún sitio sin subirme por las paredes.
—Yo también lo veo difícil —añadió Hailee—. No por el hecho de que sea como tú, sino porque siento que no tengo nada planeado para mi futuro. Se me hace difícil pensar en casarme, formar una familia... Hikari, por ejemplo, tiene pensado hasta cuándo se va a casar y cuántos hijos quiere, ¿no es una locura? —Sonreí de lado. Hikari era una de nuestras compañeras de Erasmus que venía de Japón y lo cierto es que siempre había hablado con claridad de esos temas a pesar de que no tenía pareja.
—Claro que lo es, ¿quién en su sano juicio querría tener hijos? Los bebés y los niños son un incordio. No, no. —Agitó las manos—. Podré tener diez perros y diez gatos, pero nunca niños. —Anabel siempre había sido clara con el tema. Y la verdad que se notaba que no le gustaban.
—Yo no tengo tan claro lo de no tener hijos, pero aún así... Se me hace imposible decidir algo como eso ahora mismo. Solo tengo veinticinco años, aún me queda tiempo, ¿no? Pero hay gente que está tan centrada en las edades y en los logros que hay que tener... Supongo que al ser mujeres y saber que tenemos que renunciar a mucho por ser madre, nos preocupa.
—Yo creo que es porque no tenemos pareja —zanjé—. Es verdad que Hikari no tiene, pero una vez la vi con unos niños y entendí que quisiera tenerlos, se la veía cómoda —expliqué—. Yo te entiendo, Hailee. Sé que me haría ilusión, pero no tengo a nadie con quien quiera hacerlo y si soy honesta, tampoco siento que es el momento para tenerlos o tomar la decisión de tener ahora esos planes de futuro. —Ella asintió.
—Puede que tengas razón. Pero en parte me agobia. Solo me quedan cinco años para los treinta y no tengo a nadie. ¿Por qué la sociedad es así con nosotras? Odio que tengamos que cumplir ciertos criterios para poder ser aceptadas por el mundo. —Anabel se cruzó de brazos.
—Pues yo creo que no puedes vivir tu vida a costa de lo que los demás crean que debes hacer. Por ser madre con más de treinta no vas a ser peor. Igual que tampoco vas a ser peor persona por no casarte nunca. Tienes que vivir tu vida, Lee.
—Odio admitir que tienes razón. —Y en realidad sí que la tenía.
Anabel alzó las cejas.
—Pero en serio, lo peor que puedes hacer es agobiarte por las expectativas de los demás sobre ti, te lo dice alguien quien tuvo que lidiar con las opiniones de su madre por ser diferente a las demás mujeres. Sin embargo, al final me aceptó y siempre se alegra por mí. A veces es mejor salirse y no fluir con la corriente. Es divertido. —Se encogió de hombros y eso me hizo sonreír.
—¿A tu madre le costó aceptar que eras lesbiana?
—Bastante —dijo ante la pregunta de Hailee—. Se rompió su esquema de "familia perfecta". Mi madre es bastante religiosa, esperaba que me casara en la iglesia, tuviera hijos y un matrimonio para siempre, pero todo se rompió al ver que me gustaban las mujeres. Supongo que es normal que reaccionara así, pero gracias a mi padre quien es más abierto de mente, lo entendió y lo aceptó. —Se encogió de hombros—. Ahora quiere que tenga novia. —Hailee rio.
—Supongo que eso es bueno, ¿no? —Anabel asintió—. Mi hermana se quedó embarazada con diecinueve años —explicó—. A mi madre le pasó algo parecido, al principio se quedó un poco sorprendida y no quiso saber de ella, pero luego la convencí porque yo sabía que mi hermana no quería quedarse embarazada tan pronto. Gracias a eso, mi hermana pudo tener un sitio donde vivir y un apoyo. El chico que la dejó embarazada la abandonó con el bebé, pero yo la admiro mucho...
—Cualquiera que puede salir adelante con un bebé sola es admirable —admití—. Yo tengo que decir que mi madre es bastante abierta con estas cosas. Mi primer novio está con un chico.
—¿En serio? —preguntó Anabel sorprendida. Asentí.
—Mi madre enseguida lo aceptó y fue curioso. Su madre sí que se sorprendió bastante.
—Es que es para sorprenderse —admitió Hailee—. ¿Y tú no te sentiste mal por ello? Quiero decir, era tu novio. —Me encogí de hombros antes de reír.
—No me quedó otra que aceptarlo —dije entre risas—. Salíamos juntos desde la adolescencia, así que bueno, es normal que él no supiera lo que quería. Además, éramos mejores amigos así que todo complicaba las cosas.
—Yo me hubiera sentido engañada —bromeó Anabel y yo reí.
—Al principio me sorprendió pero luego me di cuenta de que es normal. Los gustos son tan complicados que no lo culpo por haberse confundido. —Anabel rio.
—Tiene gracia —agregó. Asentí.
—¿Has tenido muchos novios, Hana? —preguntó Hailee con curiosidad.
—Pues el único estable de verdad fue él —expliqué—. Estuve con dos personas más durante la universidad, pero nada muy serio.
La primera había sido Sunny, mi compañera de habitación. Fue la primera chica con la que estuve y gracias a ella acepté que no solo me gustaban los chicos. El hecho de que Jungkook hubiera aceptado esa parte de sí mismo, me había ayudado a mí a hacerlo también, así que era un alivio que pudiera comprenderme y que por fin, yo pudiera aceptar que eso que había sentido por ciertas chicas no era sólo porque fueran "guapas". Con ella estuve durante mi segundo año de grado y duramos poco más de seis meses. Era bastante controladora y no soportaba que estuviera con mis amigas, así que decidí tomar las riendas para salirme de esa relación tóxica. Fue un alivio que también se fuera de la universidad y así tener más motivos para separarnos.
Tiempo después, Yooa, Siyeon y yo fuimos a un meeting, un evento que se llevaba mucho en Corea entre los universitarios. Consistía en ir con un grupo de gente de otras carreras y estaba hecho para conocer a personas nuevas, pero en general, se utilizaba mucho para ligar. Siyeon nos había suplicado ir porque quería conocer a gente nueva y ver si con suerte, conseguía pareja. Y la tuvo, porque conoció a su actual novio Jooheon y yo a su mejor amigo, Changkyun. Lo cierto es que Changkyun había sido un cielo. Me trataba genial, siempre quería que quedáramos y me cuidaba bastante, pero por alguna razón, después de salir por unos meses... No sentía que me enamoraría de él. Me gustaba, pero no creía que pudiera sentir algo más que eso, así que decidí que era mejor que estuviéramos separados.
De resto, no había estado con nadie de manera casual. Taehyung era el primero con el que me acostaba sin que fuéramos algo más, algo que empeoraba todavía más la situación y me hacía afirmar que por mucho que no quisiera aceptarlo, aquello no era solo sexo sin sentimientos.
—No me lo creo —zanjó Anabel—. Eres preciosa, como mínimo tendrías que haber tenido treinta novios. —Hailee rio.
—No seas exagerada. A lo mejor han sido líos casuales... —Negué con la cabeza.
—No es que necesite estar enamorada de alguien para acostarme con él, pero si no tengo confianza, no puedo hacerlo. —Sentía que mentía, porque acababa de descubrir que no era verdad. Taehyung no contaba con ninguno de esos requisitos y aún así lo había hecho con él, así que ya no sabía si me conocía a mí misma en realidad. O solo estaba muy confundida respecto a él.
—Te entiendo, Han. Pero yo sí que tengo que tener sentimientos de por medio, ¿sabes? Siento que el sexo es muy íntimo, así que quiero compartirlo solo con quien me quiera por igual —admitió Hailee.
—¿Soy la única que puede acostarse con cualquiera? Bueno, con cualquier tía, por supuesto.
—No está mal, Anabel. Creo que también tiene que ser divertido poder pasarlo bien con alguien sin sentimientos de por medio. Te envidio por eso.
—Qué va, después hay gente que se confunde —se burló y ambas rieron. A mí no me hizo gracia puesto que sentía que era de ese grupo, de las tontas que se confunden.
—¿Y ustedes han tenido muchas parejas?
—Yo no —admitió Anabel—. Salí con una chica en el instituto pero no fue algo largo, siempre han sido rollos. Ya les dije, soy muy cambiante.
—Yo sí que tuve una relación como Hana de bastantes años. Salí con mi vecino desde los dieciséis hasta los veinte. Luego de ahí, algunas parejas de poco tiempo que acabaron mal. —Se encogió de hombros—. Pero ahora mismo estoy bien sola, me siento libre. Tuve pareja muy joven y sentía que su opinión era la mía.
—Te entiendo, me pasaba igual —agregué. A pesar de que mi relación con Jungkook parecía haber rozado la perfección, era cierto que en muchas ocasiones no me sentía del todo libre—. Ahora sí que me siento libre.
—Y yo. Así que, ¿por qué no celebrarlo con una ronda de chupitos? —Y reí porque sólo Anabel podría ser capaz de decir eso con una diadema de orejitas de gato sobre su cabeza.
Juré esa noche que jamás perdería el contacto con esas chicas que poco a poco se iban haciendo hueco en mi corazón.
Hola, ¿qué tal están?
Aquí tienen un capítulo para conocer un poquito más la vida de Hana y sus amistades tanto del Erasmus como de Corea + sus dilemas internos. Siento que da una pinceladita más concreta de cómo es Hana y cómo se desenvuelve en el mundo... Espero que lo disfruten.
Pronto llega una de las partes que más me gustan aaaa, qué ganitas.
Un abrazo enorme♡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro