Thieves in the Night
"Muy bien, chicos, ya basta de diversión", dijo Freddy levantándose de su cama junto a Foxy, "No olvidemos porque estamos aquí"
"Sí, sí, la misión... El Amuleto... Magia... Blah, blah, blah, ¿podemos esperar a qué traigan la comida primero?", comentó Foxy con desinterés.
"¡Claro que no! Nos encargaremos de este asunto enseguida... Si tenemos suerte, podríamos volver a la isla mañana, y al día después, seríamos los nuevos gobernantes de este lugar", exclamó el ojiazul con una sonrisa.
"Ahora hablas como papá...", comentó Fred sin mirar al castaño mientras se acercaba a su maleta para desembalar su excesiva ropa.
Freddy se quedó en silencio unos segundos. A pesar de que odiaba que lo compararan con su padre, el joven villano toda su vida deseó ser como él, o incluso mejor. Los sentimientos de desagrado y orgullo se mezclaron dentro de él, por lo que no tuvo más opción que hacer lo que siempre hace... Esconder lo que siente.
"Como sea...", habló de forma monótona el ojiazul, "¿Por qué no mejor vienes aquí y nos muestras dónde esta el Amuleto Mágico, idiota?"
Fred levantó la mirada de su valija para ver a sus tres amigos mirándolo. Se incomodó un poco al respecto.
"De acuerdo", dijo el pelinegro con puntas azules mientras se acercaba al enorme espejo que colgaba en la pared del cuarto, "Pero les advierto que hace años que no uso un espejo de esta forma"
El joven villano se paro frente al espejo, cerró los ojos, y extendió sus brazos hacia el espejo. Sus manos de pronto comenzaron a brillar, una luz azul como su cabello rodeo sus manos. Entonces, él recitó frente al espejo a medio hechizar...
"Espejo, espejo...
En la pared...
¿Dónde está el Amuleto...?
Quiero saber..."
De pronto, la imagen del adolescente reflejada en el espejo comenzó a deformarse. Fred volvió a adoptar una postura normal mientras dejaba al hechizo actuar. Una luz irradiaba del centro del espejo. Hasta que una imagen clara comenzó a formarse dentro de este.
Era el Amuleto Mágico...
"¡Ahí está!", exclamó Bonnie viendo en el espejo.
"Sí, pero solo vemos el Amuleto, no vemos dónde está", regañó Foxy.
"Les advertí que hace tiempo que no hechizo un espejo", se justificó Fred mientras se dirigía al espejo, "Espejo, aléjate un poco"
La imagen del Amuleto comenzó a ampliarse. Uno podía ver una sala y al Amuleto en un podio en el centro de ésta.
"No reconozco nada de esto...", susurró Bonnie, "¡Me aburro!"
"Aléjalo un poco más, hermano", pidió Freddy.
"Espejo, aléjate solo un poco más", ordenó Fred al espejo frente a él.
La imagen en el espejo se amplió un poco más. El Amuleto ya no se veía, ahora en su lugar, un enorme lugar parecido a un monumento con puertas de madera y vidrios en el medio eran claras en la imagen. A través de aquellos vidrios se podía apreciar muchos corredores y pasillos, y a un guardia de seguridad vigilando dentro. A un lado de las puerta de madera había un gran letrero que decía; "Museo de las Reliquias"
"¿Museo de las Reliquias?", se preguntó Foxy, "¿Dónde es eso?"
"Bueno... De camino a esta asquerosa escuela pude ver donde este edificio quedaba", animó el pelinegro, "No está muy lejos, como a un kilometro"
Para Freddy eso era suficiente. Se acercó a su valija, y de entre sus ropas, encontró el libro de hechizos que Cami le había dado antes de salir de la isla.
"Tal vez necesitemos uno que otro hechizo de aquí ", dijo Freddy hojeando las páginas del libro, "Esta noche nos encargaremos de ese Amuleto"
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La noche había caído en el reino. En la habitación de los villanos yacía un carrito de comida, lleno de platos y cubiertos encima de este. Pero aquellos platos estaban completamente vacíos.
"¡Eso estuvo delicioso!", exclamó Foxy, acostándose en su cama, listo para una siesta.
"No te acomodes tanto, Fox", habló Freddy sacudiendo el hombro de su amigo para que no se durmiera, "Tenemos cosas que hacer"
"Y creo que ya es el momento", comentó Bonnie mirando el reloj de pared, "Faltan 20 minutos para la medianoche"
"Ya están todos dormidos", dijo Fred, mirando en su espejo mágico de mano, "Es ahora o nunca"
"¡Vamos!", ordenó Freddy tomando su libro de hechizos y saliendo del cuarto seguido de sus amigos.
Entre todos los pasillos y corredores, ellos corrieron lo más rápido que podían, haciendo el menor ruido posible para no despertar a nadie.
Rápidamente salieron de la escuela, y siguieron las indicaciones del pelinegro de acuerdo a lo que veía en su espejo mágico. Sabían exactamente qué camino seguir para llegar hasta donde ellos querían.
Después de un par de minutos corriendo por las calles, los cuatro villanos habían llegado a su destino... El Museo de las Reliquias.
Sin embargo, al contrario a lo que Fred había dicho, había alguien despierto dentro del salón. El guardia de seguridad estaba ahí, atento mirando las cámaras de seguridad, de espaldas a las puertas de madera.
"¡Fred! Creí que habías dicho que no había nadie despierto, ¡inútil!", susurró el joven castaño a su gemelo.
"¡Pues no lo vi a él!", contestó el pelinegro con puntas azules, mirando por las ventanas de las enormes puertas de madera que impedían su paso.
De pronto, el guardia volteó la mirada de las cámaras, al escuchar un ruido sospechoso. Los villanos alejaron de las ventanas rápidamente antes de que el guardia los viera, y se ocultaron detrás de las puertas de madera.
El guardia, al no ver nada, volteó su mirada devuelta a las cámaras de seguridad. Los adolescentes volvieron a acercarse a las ventanas, al darse cuenta de que el guardia ya no los veía.
"¿Y ahora qué hacemos?", susurró Foxy molesto, "No lograremos entrar si ese guardia sigue ahí"
"Bonnie...", susurró el ojiazul a su amigo, "¿Crees poder-?"
"Bueno...", interrumpió Bonnie al joven villano, sabiendo a que se refería, "...Hace tiempo que no lo hago pero estoy seguro de que lo lograré"
Entonces, el pelimorado levantó una de sus manos, y con su dedo índice apuntó al guardia, que ni se percataba de que lo estaban hechizando. Una chispa azul salió de la punta de su dedo, y entonces, Bonnie recitó:
"Escucha con atención...
Pues no lo repetiré...
Cuando termine este hechizo...
Dormirás hasta el amanecer..."
Una luz destelló en el dedo del villano, y al segundo después, el mismo destello se alumbró en la frente del guardia.
El hechizo hizo efecto, y de pronto, antes de que se dieran cuenta, el guardia ya estaba profundamente dormido.
"¡Buen trabajo, Bonnie!", felicitó Fred, "Por una vez tu habilidad de dormir sirvió de algo".
"¡Andando!", exclamó Freddy momento en que iba a abrir la puerta. Sin embargo, otro obstáculo se les enfrentó... La puerta estaba cerrada con seguro.
"¿Tiene que ser una broma?", exclamó Foxy muy molesto. Pero claro, Freddy no se iba a dar por vencido. Sujetó el libro de magia en sus manos, y hojeó las páginas hasta encontrar un hechizo que podría funcionar.
"De acuerdo...", suspiró el ojiazul, un tanto nervioso por dentro;
"Puerta cerrada...
Me obedecerás...
No me moveré...
Pero te abrirás..."
En ese instante, el seguro de la puerta mágicamente se destrabó y las puertas de madera gigantes se abrieron en dos segundos.
Los otros tres villanos se impresionaron y con unas palmadas en la espalda para felicitar al castaño, entraron corriendo al Museo de las Reliquias.
Freddy solo se quedó allí en silencio, asombrado de que su hechizo funcionó. Después de sonreír para sí mismo unos segundos, siguió su camino corriendo detrás de sus amigos.
Así, los cuatro adolescentes corrieron por todos los pasillos, buscando por todas partes el Amuleto. Lamentablemente ahora sí que estaban perdidos.
De pronto, Foxy pudo ver un letrero que indicaba el salón de los villanos.
"¡Chicos, por aquí!", exclamó el pelirrojo a sus amigos, para guiarlos al salón. Los otros villanos corrieron detrás de su amigo, llegando al salón mencionado. Sin embargo, no era lo que esperaban encontrar.
Al entrar al salón, ocho relucientes estatuas llamaron la atención de los cuatro infiltrados.
"Un segundo... ¿Somos nosotros?", preguntó Bonnie impresionado por las estatuas. Los cuatro amigos se detuvieron para observar las estatuas detalladamente.
La estatua de Foxy yacía en una de las esquinas, junto a sus hermanos Mangle y SpringTrap. Los tres se veían imparables juntos, haciendo honor a su reputación de los mejores ladrones de la historia.
La estatua de Bonnie estaba en la otra esquina, junto a la de Cami. Los dos hacían un gran equipo con los hechizos mentales, y claro, eran temidos por ello.
Y por supuesto, las estatuas de los gemelos al medio de todas, junto a su padre. Los Fazbear, con la reputación de los peores villanos en toda la existencia, lo más crueles y despiadados.
"¡Hey!", se quejó Fred viendo su réplica frente a él, que obviamente estaba al lado de la de su hermano, con la de su padre en medio de ellos dos, "¡Mi nariz no es tan grande! ¡Y soy mucho más atractivo que esto!"
"Esta estatua no refleja mis músculos", agregó Foxy, "¿Quién fue el tarado que esculpió estas porquerías?"
Bonnie miró las estatuas de todos sus amigos, hasta que su mirada cayó en la réplica del joven ojiazul. No pudo evitar sonreír con ternura como esa estatua reflejaba la misma expresión de Freddy cuando tiene miedo pero intenta ocultarlo.
"Bueno, chicos", dijo Bonnie finalmente, "Aquí no está el Amuleto, vamos a buscarlo"
Los otros jóvenes concordaron con su amigo, se voltearon y siguieron su camino fuera del salón... Excepto uno.
Freddy se quedó en silencio, frente a la estatua de su padre. El rostro de William expresaba maldad y también indiferencia, y con su cetro se mostraba imponente. A Freddy le costaba ver a su padre así. Tenía miedo de fallarle, y verlo frente a él, imponente y cruel, le hacía sentir realmente intimidado.
Las últimas palabras de Morado antes de irse de la isla resonaban en su cabeza...
El destino de nuestro regreso al mal está en tus manos... No lo vayas a arruinar...
Él no sabía qué hacer.
El joven ojiazul se acercó a la estatua de su padre y lo observó en silencio, temeroso, inseguro, deseando que William estuviera ahí con él.
Look at you, look at me, I don't know who to be~
Father...~
Is it wrong, is it right? Be a thief in the night~
Father!~
Tell me what to do...~
Entonces, los segundos se volvieron horas. Todo a su alrededor pareció desaparecer, nadie más que la estatua de Morado y él. En una milésima de segundo, Freddy cerró los ojos y sintió un rayo caer frente a él y de pronto una voz familiar se escuchó en el salón. En el momento en que el castaño abrió sus ojos, vio a su padre frente a él, sonriéndole divertidamente y riendo malévolo.
"¡Ay, hijo mío!", se rió William bajando del podio en donde estaba, "¡Que gracioso eres!"
"¿¡Papá!?", Freddy no podía creerlo, ¿En verdad era él?, "¿¡Q-Qué haces aquí!? ¿¡C-Cómo!?"
"Eso no importa", sonrió el hombre mayor, "Sé que necesitas que aclare tus pensamientos"
"N-No necesito tu ayuda", tartamudeó nervioso el joven villano.
"No eres buen mentiroso, Freddy", murmuró Morado acercándose a su hijo mayor, "¿Acaso no sabes quién soy yo?"
"¿Nuestro líder?"
"¡Tu padre, tonto! ¡Yo te crié! ¡Yo te formé!", exclamó William en la cara del joven villano, "Te conozco mejor que nadie..."
"N-No es cierto", tartamudeó nervioso Freddy.
"Oh, claro que sí", sonrió el pelinegro mientras se alejaba de su hijo y subía nuevamente al podio, "Sé que quieres ser un villano digno de admirar"
Freddy observó a su padre sonreírle con picardía. Los nervios comenzaron a esparcirse por su cuerpo, y no lo podía evitar.
"No debes angustiarte... Solo debes hacer lo que te diga", sonrió el mayor jugando con el cetro en su mano.
"¿Estás seguro?", preguntó el ojiazul menor.
"¡Por supuesto!", exclamó Morado acercándose al adolescente, "Don't you wanna be evil, like me?~"
"¿S-Sí?"
"¡Vamos! ¡Dilo con ganas! ¡Con toda la maldad que tienes adentro!", gritó el pelinegro en la cara de su hijo mayor, sujetando su mano para llevarlo al podio junto a él, "Don't you wanna be ruthless!?~"
"¡Sí!"
"and rotten!?~"
"¡Sí!"
"and mad!?~"
"¡Claro que sí!", gritó Freddy, "¡Y es más, seré mucho mejor villano que tú!"
"Sí claro, y tal vez...", sonrió Morado entregándole a su hijo su cetro y enderezando sus hombros para que sintiera la grandeza en él, "...seas el mayor villano de todos los tiempos, y seas el gobernante de este lugar"
Freddy suspiró fascinado. Cuando sujetó el cetro de su padre se sintió invencible e imponente. Y cuando William sujetó sus hombros detrás de él, sintió que por fin tenía el orgullo de su padre. Se sintió dichoso, cruel y malvado. Rió malévolo imaginando tener a todo FNAF esclavizado. Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos cuando Morado le quitó el cetro y lo bajó del podio.
"Pero no es tan fácil...", advirtió el hombre mayor, ahora con su cetro en mano nuevamente, sobre el podio, "Y para conseguir lo que quieres, ya sabes que tienes que hacer..."
"¿El Amuleto Mágico?"
"¡Exacto!", exclamó William mirando a los ojos a su hijo, "Solo si me consigues el Amuleto Mágico, serás tan malvado ¡like me!~"
El mayor villano que había habido en el reino de FNAF comenzó a reír como si no hubiera mañana. Su malévola risa parecería escucharse por todo el castillo. Aquella risa resonaba dentro de la cabeza del joven villano. Era tanta la presión en ese instante que Freddy cerró los ojos como en un principio lo hizo. La risa de su padre cada vez se escuchaba más distante y de pronto escuchó a alguien llamarlo por su nombre.
"¡Freddy!"
El castaño abrió sus ojos azules y volteó la mirada para ver a su hermano gemelo a la salida del salón, con una sonrisa en su rostro.
"¡Ven rápido! ¡Encontramos el Amuleto!"
Freddy estaba confundido. Decidió voltear nuevamente la mirada para ver donde estaba su padre, y al contrario con lo que esperaba encontrar, vio a la estatua de William, exactamente igual que cuando entró al salón.
Todo fue su imaginación...
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-Natta
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