—Solía hacer esto de pequeño, me encantaba esa sensación de estar acostado sobre la hierba en un día soleado como este...

Jungkook suspiró. Yoongi lo imitó.

—Es relajante.— habló el pelinegro, viendo las aves del cielo pasar al igual que las nubes.

—Perdóname si esta no fue la idea de cita que tenias pero, de verdad necesitaba esto ahora...

Jungkook mordió sus labios, cerró sus ojos y respiró profundo.

—Para mi está bien.— habló Yoongi, entrelazando su meñique con el de Jungkook. —Esto es hermoso y relajante. Fue buena idea venir a esta hora.

Ambos guardaron silencio para disfrutar del viento que soplaba sobre ellos.

Luego Yoongi añadió.

—Dijiste que antes venias aquí. ¿Porqué ya no lo haces?

Jungkook sonrió suavemente.

—Aquí venia con mi mamá y mi papá a ver las formas de las nubes...

Jungkook no pudo continuar, un nudo en su garganta se formó. Yoongi lo miró atento.

—Estar aquí con las personas que amaba en ese entonces me hacia feliz. Hasta que papá murió...

Las lagrimas de Jungkook mojaron el césped.

—Desde entonces mamá no quiso volver, pero yo si lo hacia, al principio...— Jungkook tomó aire antes de continuar. —Luego dejé de venir por que no era agradable estar solo aquí...

Yoongi miró con atención a Jungkook, queriendo abrazarlo ahí mismo, sin embargo, no lo hizo.

—Me prometí volver con alguien que me amara y que yo lo amase. Jamás vine con Yugyeom...

Jungkook hizo contacto visual con él.

—Este es mi lugar especial, pero ya no lo será. Quiero que sea nuestro.

Yoongi mordió sus labios, su corazón latió rápidamente

Jungkook le sonrió suavemente.

—T-te quiero mucho Yoonie.— su sonrisa se convirtió en un llanto descontrolado, Yoongi se acercó para abrazarlo rápidamente, acurrucándolo en su pecho. —Q-quédate conmigo por favor. Te necesito, no me dejes.— el castaño se aferró a Yoongi.

El pelinegro besó su frente.

—No me iré jamás amor...

Jungkook suspiró al escuchar aquel apodo.

—D-dilo de nuevo.

Yoongi susurró.

—¿Te gusta?

Jungkook asintió.

—Mi amor.— Yoongi acarició sus sonrojadas mejillas con el dorso de su mano, Jungkook se tranquilizó y cerró sus ojos, disfrutando de cada caricia.  —Me quedaré contigo por siempre si asi lo deseas.— tomó su mandíbula con suavidad para alzar su rostro y rozar sus narices, Jungkook abrió sus ojos. —Haré que esos hermosos ojos mantengan su brillo y esos hermosos labios su sonrisa.

Jungkook volvió a cerrar sus ojos, con una sonrisa en sus labios.

—Lo único que quiero ver ahora es tu hermosa forma de ser, no a las nubes.— el pelinegro frotó su nariz con la de Jungkook.

El castaño le robó un beso y susurró contra sus labios.

—Solo no seas muy cursi conmigo, pero nunca dejes de decirme 'mi amor'

—Está bien, mi amor.— Yoongi picó sus labios mientras acariciaba su cabello.

Jungkook amaba estar con Yoongi,  ya no lo quería soltar nunca más. El pelinegro era su ángel caído del cielo.

De repente, el castaño recordó que tenia novio.

Se levantó del césped automáticamente, sentándose a un lado del pelinegro.

—Tengo que terminar con Yugyeom para poder quedarme contigo.

Yoongi se levantó igual.

—¿Hablas enserio?

Jungkook asintió.

—No puedo seguir con él. Q-Quiero algo contigo.— el castaño sonrió nervioso. —Yugyeom nunca me dejará y será difícil hacerlo, pero...

—¿Pero?

—¿T-tú me ayudarás a terminar con él?— Jungkook mordió sus labios. —Q-quiero ser feliz a tu lado...

Yoongi suspiró profundo y asintió.

—Te ayudaré mi amor.— el pelinegro colocó una mano en su pierna.

La alarma que había puesto Jungkook en su celular estaba sonando, indicando que ya tenia que ir al colegio.

—¡Nos tenemos que ir! ¡Vamos!— Jungkook se levantó y ayudó a Yoongi a hacerlo, ambos corrieron al auto y se encaminaron.

Cuando llegaron, se besaron solo un poco más antes de salir. Luego, Jungkook se bajó del auto y frunció su ceño cuando Yoongi no lo hizo.

—¿No vienes?— preguntó.

Yoongi mordió sus labios, tratando de pensar en una excusa rápidamente.

—Se me quedó algo en el departamento. Ya vuelvo.

Jungkook le sonrió.

—Está bien. Te extrañaré.

Yoongi le lanzó un beso.

—Te amo.

Jungkook tardó en responder, pero cuando tuvo el valor de decirlo, lo dijo.

—Yo también te amo.

Y para los segundos siguientes, Yoongi se había ido.

Jungkook soltó un suspiro con una gran sonrisa en su rostro. Ese día había sido el mejor de toda su vida.

Su corazón bailaba de alegría al igual que todo su ser. Se sentía como alguien nuevo, se sentía especial.

Pero aquella felicidad le duraría poco, lamentablemente.

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