ะ16
Jungkook secó sus lagrimas mientras aplaudía emocionado con las demás personas.
Cuando Yoongi bajó del escenario y se acercó a la mesa, Jungkook se levantó y lo abrazó, rodeando sus brazos en su cuello mientras ocultaba su rostro en su cuello y sentía los brazos de Yoongi hacer presión en su cintura.
—Y-yoongi.— sollozó.
—Sabes que haría cualquier cosa para ti y solo por ti Mr Lindo.— le susurró Yoongi a Jungkook en su oído.
Los aplausos se intensificaron con silbidos cuando ambos se besaron. En cuanto se separaron, Jungkook sonrió con sus mejillas sonrojadas.
—El postre está listo.— el mesero se acercó a ellos con una sonrisa. —Síganme.
Jungkook estaba algo confundido, sin embargo, se dejó guiar por el mesero mientras caminaba con sus dedos entrelazados con los de Yoongi.
El mesero los guió hasta lo que parecía ser un segundo piso y luego les abrió la puerta de la habitación.
—Disfruten.— dijo haciendo una reverencia antes de irse.
Yoongi le sonrió a Jungkook mientras entraban. El castaño no dejaba de sorprenderse al ver lo acogedor que era esa pequeña habitación y lo hermosa que era la terraza llena de rosas con una vista espectacular a la ciudad, y una pequeña mesa en el suelo con lo que parecía ser el postre.
Bananas y fresas con chocolate caliente y helado de piña.
Ambos se sentaron en los cojines, Jungkook cruzó sus piernas entre lagrimas y miró al cielo.
—¿Podrías apagar las luces?— preguntó Jungkook, y antes de sentarse a su lado, Yoongi obedeció, dejando a oscuras todo, solo quedaba la pequeña vela que calentaba el chocolate.
El castaño suspiró.
—Esto es hermoso.— dijo mientras miraba a las estrellas y la luna junto con la vista de la ciudad.
—¿Te gustó?— preguntó Yoongi.
Jungkook sonrió, encogiéndose de hombros.
—N-no sé como explicártelo.— dijo entre sonrisas, su voz temblaba. -Es... magnifico... Jamás me había sentido así en toda mi vida.— Jungkook hizo contacto visual con Yoongi. —Nadie había hecho algo así por mi.
El pelinegro se acercó a un más a él hasta pegar sus hombros, luego unió sus frentes y acarició su cabello, Jungkook cerró sus ojos suavemente.
—Y prometo seguir haciéndote más cosas como estas, por que mereces mucho más.
Jungkook suspiró, imaginándose a Yoongi con aquella angelical voz, cantándole más canciones, tocándole el piano, haciéndole nuevas bebidas, consolándolo, ayudándolo, mimándolo siempre sin que él se lo pidiera.
Yoongi era todo lo que había querido alguna vez. Era perfecto.
—Jungkook, te amo.— le susurró Yoongi, rozando sus narices.
Yoongi era demasiado perfecto para él. Jamás aceptaría una alma podrida como la suya.
—Lo siento.— Jungkook sollozó.
—¿Que sientes?— preguntó Yoongi suavemente, separando sus frentes.
El castaño se hizo a un lado mientras se hacia bolita. No sabia si decirle a Yoongi las cosas que Yugyeom y él hacían todas las tardes.
Si lo hacia tal vez Yoongi dejaría de amarlo, pero era mejor así. No quería engañar a Yoongi cuando él fue tan amable y puro él. Tenia que saber con qué lidiaba.
—Perdóname.— Jungkook se meció mientras negaba con su cabeza. —N-no puedo...
Yoongi frunció su ceño y se acercó a él.
—Jungkook...
El pecho del castaño subía y bajaba rápidamente.
—Y-yugyeom...
Yoongi estaba confundido, solo le prestó atención.
—Él me hace acostarme con h-hombres...— sollozó, Yoongi tragó saliva, mirando con real confusión a Jungkook. —Me prostituye...
Yoongi sacudió su cabeza.
—¿Q-qué?
El castaño sacó su celular y revisó los chats con Yugyeom para mostrarle la conversación del día en que se acostó con su profesor.
Yoongi simplemente no podía creerlo. Su corazón se rompía en miles de pedazos al no darse cuenta rápidamente por lo que sufría Jungkook.
Frunció su ceño cuando leyó hasta tres clientes por día en los días que seguían y ya no quiso ver más.
Todo era muy grave, de un caso tonto se había pasado a convertir en algo como eso y para colmo, también había atrapado a un pedófilo.
Yugyeom no solo maltrataba a Jungkook psicológicamente, también físicamente.
Y el castaño no merecía nada de eso.
—No le digas a nadie por favor.— dijo entre sollozos y luego de una pausa, continuó. —Dime, ¿como puedes amar a alguien así? ¿Que está roto y hecho mierda por dentro?
—Jungkook...— Yoongi volvió a acercarse a él.
—No soy especial Yoongi, mi trasero tiene un valor y es usado casi todos los días. Alguien así no puede ser especial...
—¿Lo haces por que quieres o por que Yugyeom te obliga?— preguntó el pelinegro en un tono serio, Jungkook se negó a responder. —¡¡Contéstame maldita sea!!— le gritó Yoongi, Jungkook sollozó con fuerza.
—¡Él me obliga! ¡Me obliga!
Yoongi estaba colmado en ira y frustración. Todo se había complicado y no estaba saliendo como esperaba. Lo único que si sabia era que ahora se encargaría de hundir a Yugyeom y sus clientes en la cárcel.
Yoongi suspiró.
—Jungkook, mírame.— habló, Jungkook lo miró con pesar. —No me importa con cuantos te has acostado, no me importa cuantos tocaron tu cuerpo, te sigo amando y queriendo y juro enserio, que haré que eso deje de ocurrir.
—No se lo digas a nadie.— suplicó Jungkook.
—No lo haré...
Jungkook suspiró profundamente mientras Yoongi lo atraía a sus brazos, recostándolo en su regazo. El pelinegro besó su frente mientras acariciaba sus brazos, Jungkook dejó de llorar progresivamente y se calmó con las caricias de Yoongi.
El pelinegro le susurró.
—Eres muy especial para mi Jungkook, nunca lo dudes.
El castaño le sonrió levemente.
—¿Enserio?
—Hablo enserió.— el pelinegro suspiró. —Te bajaría la luna y las estrellas con tal de tenerte...
Una mano de Yoongi acarició su cintura. Jungkook hizo un puchero que el pelinegro besó, sacándole una sonrisa al castaño.
Jungkook tomó sus mejillas mientras sonreía contra sus labios, sin temor a que Yoongi se apartara como hacia Yugyeom.
Ambos se besaron y se dieron varios picos antes de que Jungkook cambiara de posición, sentándose en su regazo mientras colocaba sus brazos en sus hombros. El castaño se sonrojó al sentirse algo atrevido, pero Yoongi solo le sonrió y sujetó su cintura.
Volvieron a unir sus labios, dándose de aquellos besos suaves y adictivos que a Jungkook le gustaban. Yoongi tomó su barbilla para alejarlo solo unos milímetros.
—De aquí en adelante serás feliz conmigo. Me encargaré de que así sea. Solo necesito que me permitas hacerlo.— le susurró Yoongi contra sus labios.
Jungkook sentía que no podía enamorarse más de Yoongi mientras veía cada uno de sus detalles y el brillo en sus ojos.
—S-si. Acepto.— sonrió Jungkook, volviendo a besarlo.
Yoongi le sonrió y picó los labios de Jungkook varias veces.
—Podría comerte a besos como postre, pero ya tenemos uno aquí.— dijo Yoongi, haciendo sonrojar a Jungkook. —Tengo una idea.— el pelinegro tomó uno de los palillos para agarrar la fresa y la metió solo un poco en el chocolate para que no manchara, luego la colocó entre los dos. —Come.
Jungkook se acercó para darle un mordisco al igual que Yoongi, haciendo que sus labios rozaran. El castaño trató de masticar rápidamente para hablar.
—¡Otra vez!— Jungkook dio pequeños saltos, Yoongi introdujo la banana en el chocolate caliente antes de colocarla entre ambos y darle un pequeño mordisco.
Asi comieron varias de las frutas del postre y dejaron el helado a un lado para seguir besándose. Jungkook enterraba sus dedos en el cabello de Yoongi y el pelinegro paseaba sus manos por toda su espalda, incluyendo su trasero, el cual solo acarició con sus manos.
Jungkook sonrió en el beso, contagiando a Yoongi, quien volvió a acariciar su trasero al encontrar lo adictivo que era tocarlo, haciendo que el castaño se moviera suavemente encima de él.
La cordura de Yoongi se fue cuando Jungkook no le puso limites y dejó que sus labios llegasen a su cuello y sus manos se entrometieran en sus pantalones para tocar su trasero.
Jungkook suspiró, su corazón latió a toda velocidad.
—V-vayamos a tu casa.— jadeó.
Yoongi se detuvo por unos segundos y sin pensarlo, aceptó.
Eso le daría un poco de tiempo a Jungkook para procesarlo todo. No se sentía muy listo para follar con Yoongi.
Cuando llegaron al apartamento de Yoongi y abrieron la puerta. Yoongi la cerró de inmediato para rodear a Jungkook con sus brazos y así seguir dándole besos en su cuello.
El castaño trató de sonreír incluso cuando Yoongi lo recostó sobre el sofá y se entrometió entre sus piernas mientras besaba su cuello y clavículas, pero no pudo hacerlo por mucho tiempo y, algo le incomodó.
—Y-yoongi.— llamó al pelinegro, susurrándole en su oído entre jadeos.
El pelinegro detuvo sus besos algo confundido, Jungkook intentó empujar su pecho para apartarlo. Yoongi se hizo a un lado sin apartar sus ojos de encima y Jungkook se abrazó a si mismo mientras miraba el suelo.
—¿Pasó algo?— preguntó Yoongi.
Jungkook negó.
—No pasó nada, tranquilo. Es solo que...— Jungkook frunció su ceño. —No lo sé...
Yoongi se acercó a él hasta juntar sus hombros.
—Está bien. Te entiendo.— el pelinegro acarició su espalda antes de levantarse del sofá. —Por un demonio.— se estiró. —No debí traerte aquí, se me fue la olla...
Jungkook levantó su mirada con el ceño fruncido.
—¿Que quieres decir con eso?
Yoongi miró a Jungkook, luego sonrió nervioso mientras rascaba su nuca.
—Es que... Yo...
—¿Por qué no me debiste traer aquí?— preguntó Jungkook algo molesto.
El castaño no sabia porqué lo que Yoongi balbuceó lo sacó de casillas.
—M-mi compañera es algo estricta y no quiere que traiga personas al departamento.— el pelinegro mordió sus labios.
—A-ah. Lo siento.— Jungkook agachó su cabeza, algo avergonzado por haber sido duro con Yoongi.
El pelinegro bostezó.
—Ven, regresemos a tu casa antes de que me quede dormido.— Yoongi extendió su mano.
Jungkook mordió sus labios y suspiró profundo.
—S-sé que tu compañera es algo estricta, p-pero ¿no podría quedarme aquí contigo? S-Solo por una noche, mi madre no regresará a casa hoy...
El castaño suplicó mentalmente para que Yoongi aceptara. No soportaría regresar a su casa fría, sintiéndose solo y durmiendo con las sabanas que Yugyeom le compró.
Yoongi sabia que sus acciones tendrían una consecuencia en el futuro y aún así, dejó a Jungkook quedarse.
Jungkook le sonrió de oreja a oreja y se levantó para abrazarlo, rodeando su cintura con sus brazos.
—¡Gracias!
Yoongi acarició su cabello y luego besó la coronilla de este.
—Ven.— tomó su mano para guiarlo a su habitación, pero en medio camino cuando recordó todas las cosas sospechosas que tenia afuera y regadas por toda su habitación, se detuvo.
—¿Que pasó?— preguntó Jungkook.
—N-nada. Espérame aquí y yo te llamo para que entres, me cambiaré. ¿Esta bien?— preguntó acunando sus mejillas en sus manos, Jungkook asintió.
El castaño volvió a sentarse en el sofá mientras miraba todo a su alrededor, sorprendiéndose por la vista que tenia la terraza. Parecían estar en otra ciudad, porque Jungkook no conocía nada de lo que estaba alrededor del edificio y nada se le hacia familiar.
Jungkook frunció su ceño mientras se preguntaba a donde estarían los padres de Yoongi ahora mismo y que clase de padres, el pelinegro tenia como para tener un departamento tan lujoso como ese.
Por otra parte, Yoongi no dejaba de correr por toda su habitación mientras tiraba su ropa al cesto de la ropa sucia, y colocaba sus dispositivos de rastreo y sus armas en una caja fuerte, escondida detrás de algunos libros.
El pelinegro suspiró y antes de llamar a Jungkook, se quitó la ropa para solo quedar en ropa interior y se metió bajo las sabanas.
El castaño siguió su voz hasta dar con su habitación. Sonrió al ver el tamaño de esta.
—Me estoy dando cuenta de que eres un niño rico.— el castaño se cruzó de hombros.
Yoongi le sonrió.
—Ven.— palmeó un lugar a su lado. —Por cierto, duermo sin ropa. Espero no te moleste, si quieres también, te doy tu espacio...
—Está bien.— lo interrumpió Jungkook mientras se quitaba el saco y lo colocaba en la silla del escritorio del pelinegro. 6Yo tampoco.
El castaño procedió a quitarse también los pantalones, pero conservó la camisa. Luego mordió sus labios al ver a Yoongi con su cabeza en la almohada, dándole la espalda. Jungkook se acercó a la cama y se metió bajo las sabanas. Luego tocó con su dedo índice la espalda de Yoongi.
—Y-yoonie.— llamó al pelinegro, temiendo que este se enojara con él.
—Dime.— contestó.
—A-abrázame.— pidió el castaño.
Yoongi gruñó mientras se daba la vuelta, luego le sonrió con pereza.
—Ven.— susurró el pelinegro.
Jungkook, emocionado por no haber sido rechazado, se acercó a Yoongi, pegándose a su pecho desnudo. Luego levantó una pierna y la colocó sobre el pelinegro.
Yoongi rodeó su cintura con un brazo, acariciando su espalda con aquella mano mientras besaba los labios de Jungkook.
—Hasta mañana Mr Lindo.— sonrió contra sus labios.
—Hasta mañana Yoonie.— respondió Jungkook, acurrucándose en su pecho.
El castaño abrió su puño que se encontraba en el abdomen de Yoongi para colocar la palma de su mano ahí. Acariciando con sus dedos suavemente lo marcados que estos estaban mientras sentía aquel fuerte brazo sobre su cintura.
Jungkook sonrió levemente. No se había sentido así de protegido desde nunca. Aquella sensación de dormir acurrucado con alguien que correspondía sus sentimientos y que lo iba a proteger de todo peligro era hermosa.
Jungkook no quería que esa sensación se fuera jamás.
Siempre que sale una escena de dormir juntos me pregunto como se sentirá dkdkdk jamás he dormido con alguna pareja así que idk (y en general nunca he dormido abrazada a alguien) 🤔
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