Desde que la madre de Jungkook fingió ir al supermercado por algunas cosas y Yoongi apagó el micrófono, el castaño se quedó hablando con el pelinegro de cualquier cosa, haciendo poco a poco a un lado los libros y los apuntes.

Yoongi permitió que aquello ocurriera para recopilar más datos de Jungkook y así examinar su forma de actuar y gestos que por cierto, al pelinegro le parecían algo tiernos.

Cuando su celular volvió a vibrar bajo sus pantalones, lo sacó con el ceño fruncido al interrumpir a Jungkook solo para ponerle en silencio. La señora Jeon ya lo había llamado cientos de veces.

—Creo que son tus padres, tal vez tengas que irte ya.— habló Jungkook algo triste, Yoongi negó.

—No son ellos. Vivo en un piso con una amiga.— Yoongi se estiró para tomar la última galleta.

—Ah...— Jungkook mordió la galleta que tenia en sus dedos mientras sonreía levemente. —Tu novia...

Yoongi se atragantó mientras negaba, haciendo reír a Jungkook.

—¡Para nada! Solo somos amigos...

—Estoy casi seguro de que mientes.— Jungkook se inclinó hacia adelante sin borrar aquella sonrisa de su rostro.

Yoongi cruzó sus brazos sobre su regazo.

—Habló enserió. Ella tiene novia.

Jungkook abrió sus ojos como platos, luego cubrió sus labios mientras se sonrojaba.

—P-perdón. No dije nada...— sonrió nervioso.

—No te preocupes.— Yoongi se encogió de hombros.

Jungkook incrementó su sonrisa, luego tragó saliva y escondió sus manos bajo su sudadera.

—¿Eres soltero?.— preguntó.

Yoongi se inclinó hacia él, dudando si responder. Trató de actuar normal.

—¿Por qué lo preguntas?.

Jungkook se encogió de hombros.

—No lo sé, sabes hacer literalmente de todo, tu novia debe ser muy afortunada y...— el castaño apartó su mirada. —Tal vez sea porque no tengo amigos... Pero me pareces muy interesante...

Yoongi se mostró confuso, prestó aún más atención.

—¿No tienes amigos? ¿Por qué?.— se atrevió a preguntar el pelinegro. —Estaba casi seguro de que tenías muchos.— agregó para disimular.

Jungkook abrazó sus piernas, luego hizo un puchero.

—Mi novio no me deja...

Yoongi disimuló una sonrisa, estaba dando justo en el blanco. Se contuvo de hacer más preguntas directas para no levantar sospechas.

Observó como la sonrisa del castaño se esfumaba poco a poco, ahora se mostraba muy pensativo.

—Soy soltero.— respondió Yoongi para distraerlo, automáticamente Jungkook sonrió, viéndose sorprendido.

—¡¿Enserió?! ¡Pero si eres muy genial y lindo...!

Yoongi ladeó su cabeza mientras reía suavemente, Jungkook tapó sus labios.

—N-no quise decir eso, h-hablo de l-lindo o-porque te ves bien...— trató de explicar Jungkook, rojo de la vergüenza.

—Tranquilo Jungkook, tú también eres genial y lindo. Lindo porque te ves bien.— el pelinegro abrazó sus piernas.

Jungkook escondió su rostro en la sudadera, no podía volver a hacer contacto visual con Yoongi.

—¿Me das tu número? Para seguir contactándonos.— Yoongi se levantó de su lugar y se sentó a un lado de Jungkook, el castaño sacó su rostro de la sudadera y se alejó un poco del contrario al tenerlo en su espacio personal.

El castaño lo pensó dos veces, luego hizo un puchero.

—Mi novio no me deja agregar a personas que él no conoce...

Yoongi frunció su ceño, en definitiva, la señora Jeon no dudaba en sospechar de Yugyeom.

—Pero tú si me conoces y tu celular es tuyo. No de él.

Jungkook tragó saliva, Yoongi tenía razón.

—E-enserio no puedo agregarte.— el castaño mordió sus labios, Yoongi notó sus ojos aguados.

El pelinegro suspiró y pensó en qué clase de relación tenía que tener Jungkook con su novio para llegar hasta el punto de prohibirle por completo las amistades.

—Lo siento.— Jungkook se abrazó así mismo, ahora parecía triste.

Yoongi se sintió enojado, no conocía a Yugyeom pero ya lo odiaba por las cosas malas y sin sentido que le hacía a Jungkook. El castaño no merecía aquello.

El pelinegro colocó una mano en su pierna, Jungkook se estremeció por completo y abrió sus ojos como platos haciendo contacto visual con él.

—No me importa si tu novio no te deja tener amigos, ahora yo soy tu amigo y puedes contar conmigo para todo.— dijo Yoongi.

Más allá de hacerlo porque era parte de su trabajo, Yoongi lo había hecho porque enserio se sentía mal con Jungkook. El castaño era una persona interesante y agradable que valía la pena conocer y tener como amigo.

—Y tú eres mi amigo.— agregó Yoongi.

Jungkook deseaba con todas sus fuerzas que el pelinegro apartara su mano de él.

—N-no puedo.— su voz tembló mientras veía la mano de Yoongi.

—Tu novio no tiene que darse cuenta.— susurró Yoongi mientras le escribía su número en una servilleta y se lo daba.

Jungkook mordió sus labios, ya se sentía bastante distanciado de su novio y no quería abrir aún más la brecha.

—¿No lo estaría engañando?.— las comisuras de los labios de Jungkook se curvaron hacia abajo.

Yoongi quería golpear algo, desgraciadamente ese Yugyeom tenia a Jungkook muy bien controlado, le había lavado el cerebro.

—No me estás besando, no lo estás engañando.— respondió Yoongi, algo enojado.

—¡Chicos ya llegué!.— habló la señora Jeon, entrando a toda velocidad a la casa con algunas compras, Yoongi se apartó rápidamente de Jungkook y se levantó del suelo.

—Déjeme ayudarle con eso.— el pelinegro tomó algunas bolsas de sus mano, la señora Jeon lo miró enojada.

Jungkook secó sus ojos y al igual que Yoongi, ayudó a su madre con las compras.

Yoongi era un buen chico, Jungkook podía notarlo. A él le gustaría agregarlo y hablar con él hasta quedarse dormido porque le haría reír y sentirse intrigado, pero temía que algún día Yugyeom revisase su celular y encontrará aquel contacto extraño.

Jungkook no estaba muy seguro de qué le haría Yugyeom si eso ocurría, pero estaba casi seguro que lo golpearía y se distanciaría más de él.

—Debo irme, se me hace tarde.— habló Yoongi mientras chequeaba en su celular la ubicación de Yugyeom.

Yoongi había logrado ponerle un rastreador al auto del novio de Jungkook y desde entonces, Yugyeom no se había movido con él a esas horas, por lo que el pelinegro debía investigar que estaría haciendo ahora.

Mientras Jungkook guardaba los vegetales en la parte de abajo de la refrigeradora, la señora Jeon tomó a Yoongi del brazo para susurrarle.

—¿Qué demonios haces?.— gruñó.

Yoongi la miró de mala gana y apartó su brazo.

—Sé lo que hago.— susurró de vuelta. —Recuerde agente Jeon, que tengo mejor reputación que usted, creo que merezco más respeto.

—Maldito niño mocoso.— gruñó con el ceño fruncido.

—¡Mamá!.— le llamó Jungkook reincorporándose.

—Dime mi amor.— la señora Jeon sonrió, Yoongi aprovechó para irse, pero fue sujetado del brazo nuevamente y rodó los ojos.

—Soy intolerante a la lactosa, ¿por qué compraste esto?.— preguntó mientras le enseñaba la cajeta de leche.

—Ah mi amor.— su madre sonrió nerviosa. —Me equivoqué, déjalo por ahí...

Jungkook asintió y volvió a darles la espalda. La señora Jeon volvió a susurrarle a Yoongi.

—Te estoy permitiendo meterte en la vida de mi hijo, no hagas una locura o no dudaré en matarte.

Yoongi se apartó.

—No será necesario.— el pelinegro caminó hacia Jungkook para despedirse de él con una sonrisa que fue correspondida. —Recuerda lo que hablamos.

Jungkook asintió.

La señora Jeon esperó a que Yoongi se fuera y se acercó a su hijo.

—¿De qué hablaron?.— preguntó la madre de Jungkook.

—Nada interesante mamá.— Jungkook cerró el refrigerador y luego fue por las latas, debatiéndose si preguntarle a Yugyeom si podía agregar a Yoongi en su celular, o si hacerlo por su propia cuenta.

2/¿?