Noviembre🧪
Noviembre
La jornada de la ciencia
Finalmente llegó la jornada de la ciencia en el instituto Marshall que tenía a todos los alumnos ansiosos. Esta celebración se celebra hace más de veinte años todos los doce de noviembre. Consiste como su nombre indica; en exponer un invento ya sea maqueta, dibujo o alguna cosa macabra y exponerlo delante del recinto escolar. El mejor premio, gana la cuantía de doscientos euros y un trofeo donde están los demás ganadores de antiguos años. Es por ese motivo, que todos querrían participar ya que el dinero les vendría fenomenal en diversas ocasiones. No obstante, solo podían concursar aquellos alumnos que poseían buenas notas.
En el caso del grupo de amigos, participarían tan solo Jade y Teresa por sus excepcionales calificaciones, en el equipo de fútbol participaría Dylan y otros chicos más que no recuerdo bien su nombre y en el de las porrista también participarían evidentemente Julia y Sam.
Jade al ver todos los concursantes pensó en la mala suerte que tenía en su vida y lo odioso que llegaban a ser las simples casualidades.
A las diez de la mañana el director del instituto comenzó a dar el mismo discurso que el año anterior, y el otro; digamos que la originalidad no era lo suyo.
—Uno, dos, probando —habló en barbudo—, ¿todos me escuchan? —todos los alumnos asintieron—. Sean bienvenidos al día de la ciencia de nuestro querido instituto. Como saben, todos los años son seleccionados los mejores alumnos para este evento, ya que no cualquiera conseguiría presentar algo decente digno de observar —sonrió mostrando comprensión—, cada participante estará en su puesto presentando su proyecto y cada alumno podrá observarlo o experimentarlo si así desean —bebió un trago de agua—. A la una de la tarde tendrán un banquete en el comedor donde llenarán evidentemente sus tripas y seguidamente junto a sus profesores anunciaremos los ganadores. Sin más interrupciones, ¡disfruten de la jornada de la ciencia! —se escucharon aplausos provenientes del público.
Todos los participantes se aposentaron en sus puestos y cada alumno, profesor o docente escolar fue pasando por cada uno.
—Hola Dylan —saludó al profesora de biología—, dime, ¿que has hecho este curso?
Dylan era escogido año tras año pero jamás llego a estar entre los tres mejores, sin embargo al muchacho nunca le molestó no ganar, le encantaba crear algo para el mundo y ser el centro de la atención ni que fuera por unas horas. Y vaya que si lo era.
—Este curso he decidido crear un detector de mentiras de vierta manera invisible —contesto radiante.
—Interesante —añadió el profesor de filosofía—, explícanos más.
—Este es el Mementi —enseñó el pequeño aparato—, como ven, es tan pequeño que cabe perfectamente en el orificio de sus oídos. Por dentro esta hecho de aluminio y por fuera esta cubierto de silicona para que nadie se percate de nuestro pequeño artilugio —encendió el Mementi—. Como ven, si esta encendido emite una pequeña vibración que es solo perceptible en nuestros dedos, una vez lo colocamos en nuestros tímpanos el mismo escucha únicamente las palpitaciones de nuestro corazón como si de un estetoscopio se tratase. Se que es algo simple y fácil de crear —añadió—, pero es muy útil para saber si algún amigo nos miente en alguna ocasión o si un alumno hace trampas debido a sus palpitaciones incontroladas —soltó una leve carcajada.
—Ingenioso —sonrió Meredith, la profesora de biología—, además si le añades la inquietud de la persona más la repetición absurda de las palabras tendrás un completo pleno, ¿no es así?
—Exactamente profesora, el Mementi es tan solo un complemento más. No obstante, si alguien no sabe de esos efectos que acaba de mencionar típicos de cuando mentimos, con escuchar el ritmo acelerado de las palpitaciones de cualquier individuo se Sabra perfectamente.
—Sin duda que esto supera la patata que transmitía luz del año pasado Dylan, enhorabuena —añadió el profesor y se marcharon a ambos.
Aquí entre nosotros el moreno estuvo desde el mes de junio idealizando un invento que causaras la impresión de los alumnos y de sus profesores, y por una vez en años logró hacerlo y su euforia se sentía a millas de su aposento.
Sam se aposentaba junto en frente del chico y sintió felicidad por la felicidad del moreno.
—¿Sam? —mencionó la entrenadora—, ¿nos presentarías tu obra?
—Oh —dejó de mirar así a la replica de Isaac—, con gusto.
Sacó un maniquí donde el mismo estaba vestido con un traje de porristas lleno de lentejuelas, brillantes y en una escala de rosas.
—Uau, es preciso —añadió la entrenadora.
—Gracias —se sonrojó la rubia—, es un traje realizado con plásticos reutilizados en la parte de las lentejuelas y los tejidos eran de ropa que ya no vestía y o me quedaba pequeña. Gracias al material utilizado en los brillantes permite al mismo ser impermeable —miro a su obra maestra y sonrió—. Ya saben como es nuestro querido clima en Pulana, en unos instantes hace sol y en cuestión de segundos cae una llovizna increíble. Por lo tanto, el vestido no es solo para evitar lavarlo y que aparezcan manchas casi imposibles de deshacerse, el objetivo es que cuando estemos en la cima y este lloviendo, ninguna de nosotras pase frio o nos provoque un resfriado al día siguiente. Digamos que de este modo consigo velar por la salud de nuestro equipo —en sus ojos se podían ver pequeñas lagrimas de orgullo por haber conseguido crear algo tan bello.
—No tengo palabras Samantha, no solo has hecho algo por tú equipo si no que has utilizado materiales reutilizables y es simplemente maravilloso.
—Gracias entrenadora.
—Ganes o no hoy, espero que estes dispuesta a crear quince más para todas las chicas del instituto, ¿te parece bien?
—¡Por supuesto que si! —saltó sin poder controlarse—, nada me haría más feliz —sonrió de oreja a oreja.
—Lo notó cielo, mucha suerte.
Y así siguió su camino la entrenadora dejando a una de sus mejores alumnas con un gran reto personal que le hacía tan feliz como estar en la cima de una pirámide.
La profesora de historia se acercó a la pelirroja para preguntarle acerca de su obra maestra.
—Enséñame tu obra maestra Teresa.
—No diría que es una obra maestra —contestó tímidamente—, acérquese —la profesora se acercó a su portátil—. Miré, esta es una pagina web realizada exclusivamente para los alumnos del instituto Marshall. Usted sabe perfectamente lo aficionada que soy a la historia de nuestro mundo ya sean guerras o cursis económicas, entonces, decidí recorrer toda internet y todas las librerías y adjuntarlo todo en un mismo sitio —miro a su profesora y continuó—. Como puede ver, esta todo dividió por años, épocas y causa histórica. En cada una de ellas, describo perfectamente todo lo sucedido en dicho tiempo problemático de nuestra especie mas lo que debemos saber para realizar exámenes de esta metería por simples trabajos. Tan solo quería compartir mis conocimientos y poder ayudar a los demás alumnos de Marshall.
—No podrías tener una idea más brillante que está, de verdad que eres una verdadera enciclopedia sobre estos temas, inclusive sabes más que yo Teresa —sonrío orgullosa su profesora.
—No es para tanto —respondió rechazando todo tipo de halagos.
—Vaya que si lo es —cruzó los brazos ante la respuesta de su alumna—, es tan brillante que quedes o no calificada se abrirá tu web al instituto, y no quiero oír un no o cualquiera tipo de negación como respuesta.
—De acuerdo —se rindió la pelirroja—, compartiré mis conocimientos con el resto.
La profesora de la pecas le brindó una última sonrisa a una de sus mejores alumnas y siguió camino por demás puestos de los alumnos.
—Hola entrenadora —respondió la morena—, ¿quiere que le presente mi proyecto?
—Adelante Jade.
—Bien, se trata de una lentilla con visión de microscopio, ¿se imagina poder microorganismos sin la necesidad. Se mirar a través de un aparato? Le diré que es posible graciosa a mi invento. El mismo esta creado con el mismo material que se crea una lentilla, pero con resolución de un microscopio evidentemente —enseño el minúsculo artilugio—. El mismo tiene que ser un secreto ya que en la industria causaría un gran impacto y aún estoy testando si podría provocar algún tipo de problema a nuestra vista, pero tras testarlo en mi misma durante unos minutos se que durante ese tiempo nada de malo pasa, pero no estaría demás saber si se puede manejar igual que una lente para la vista.
—Es... —la entrenadora buscó una palabra pero no la encontró—, no tengo ningún tipo de palabra en mi vocabulario que tenga la capacidad de describir tu gran invento. Podrías mejorar la ciencia tan solo con este minúsculo invento, ¿te das cuenta de ello?
—Claramente, pero necesito asegurarme de la protección de la vista antes de realizar un paso más —añadió la enana.
—Es el mejor evento que he visto en lo que llevamos de mañana, muchas felicidades Jade, ¡espléndido trabajo!
Mientras la profesora se iba la ojiverde se quedó observando su pequeña lentilla mientras sonreía como una niña pequeña que acababa de recibir una muñeca por su cumpleaños.
Aquí entre nosotros, no describiré como fue para la mejor amiga de la capitana del equipo de las porristas porqué sería humillarla de una forma irracional y no hace falta. Simplemente, la pequeña Julia decidió presentar un dibujo que no tenia ni pies ni cabezas para la jornada denominada ciencias. Pero ojo, si fuera el día del arte la muchacha habría ganado el primer premio sin dudarlo ni tan solo una vez... sin embargo, no era el caso. Y allí se encontraba la rubia consolando a su mejor amiga y maldiciendo a todos los alumnos capaces de ha ver tanto daño psicológicamente solamente por presentar un espléndido dibujo que no estaba de acuerdo con las bases de aquel día. En fin, una serie de eventos desafortunados para la chica de cabello rizado.
En cuanto los profesores y los alumnos terminaron finalmente de mirar cada parada que contenía una maravilla científica —unas claramente mejores que otras—, prosiguieron a almorzar todos juntos en el comedor.
En este, al llegar todos se encontraron con una gran variedad de comida. Había desde lasaña de carne a marisco como langostino. Todos sabían que el instituto poseía grandes cantidades de ganancias gracias a las mensualidades de sus alumnos, pero vamos, ¿langosta? Incluso yo diría que es exagerado. No obstante, así de exagerado era nuestro querido director barbudo.
Jade y los demás se sirvieron a su gusto y se sentaron juntos como de costumbre, evidentemente con la falta de un miembro presente llamado Amy.
Ella, se encontraba en la mesa de los deportistas junto a Isaac, Dylan y todos los demás. No me mal interpretes, todo el mundo tiene derecho a llevarse con quien desea y siente que le hace bien, sin embargo, en el caso de Isaac y Amy todos sabían que de allí tan solo podría colapsar un gran caos. Por otro lado, los chicos que habitan discutido por Jade se encontraban en la misma mesa pero en ambas puntas de ellas evitando todo tipo de mirada. En general, en esa mesa cualquiera que pasara por allí sentiría un perfecto aroma a rabia y ira.
En cambio, en la mesa de los amigos desde la preescolar solo se oían carcajadas y diversas felicitaciones por parte de sus amigos por la elaboración de la pagina web y de las lentes microscópicas. Ambos sabían que sus amigas eran tan talentosas como parecían, mas para ser del todo sinceros ninguno de los dos jamás se había imaginado que sus amigas fueran capaces de crear algo que ca,binaria la vida de mucha gente, en ese entonces los chicos sintieron orgullo por sus amigas.
La enana de la mesa que se mostraba completamente feliz por fuera, internamente estaba combatiendo una de las batallas más complejas en sus diecisiete años de vida. Su mejor amiga, estaba allí con el mujeriego de su hermanastro y por mucho que intentara evitar que la misma se dañara de esa manera, era inevitable. El físico perfecto de su amiga era atrayente a los ojos azules de su hermanastro y así les iba. Todo el mundo que los mirará se percataba de que ambos no estaban enamorados el uno del otro, más compartían algo más que unas simples salivas bocales. Eso no era amor, y la muchacha de cabellera larga tan solo deseaba que su mejor amiga sintiera que era el amor de verdad, por mucho que ni ella misma supiera con certezas que se siente. No obstante, era consciente de ese sentimiento no se basaba tan solo en sexo.
Se preguntaba hasta cuándo duraría toda esta farsa de su hermanastro y hasta que momento permitiría que ella fuera su sumisa. Porque bajo sus ojos, Jade solo podía pensar en que Amy estaba en un trance de Cincuenta sombras de Grey, mas desde luego esta historia no acabaría tan bien como en esa trilogía, sino que Amy sufriría un dolor tan inmenso que podría causar el caos de su estabilidad mental. Y eso intentaba evitar la chica de ojos verdes, lo realizaba con todas sus fuerzas, pero todos los intentos eran tan solo eso; intentos.
(...)
—Uno, dos, probando —habló el director por el micrófono—, ¿me escuchan? —todos los alumnos asintieron por segunda vez en l,a jornada—. Visto los artilugios y inventos que han creado cada uno de nuestros participantes este año y tras llenar nuestra barriga de deliciosa comida, proseguiremos a decir los cuatro mejores clasificados. Los cuatro, recibirán una medalla de sus respectivos puestos y estarán en la columna de la ciencia, mas tan solo el primer clasificado recibirá el trofeo y la cuantía de dinero —abrió el sobre causando intriga entre los alumnos—. El cuarto clasificado es... ¡Teresa Jill!
Todo el público aplaudió y la cuatro ojos subió a la tarima para describir su proyecto y agradecer el premio.
—¡Muchas gracias a todos por este grandioso premio! Espero que la web de historias les será tan útil en los estudios como en la vida, verán que al final, aprender hasta es divertido si es de una manera ordenadas y eficaz —sonrío ampliamente y el director le colocó la medalla hecha de aluminio.
—¡Felicidades Teresa! Ahora ya no tienen excusa para suspender en historia —todos los alumnos rieron en unísono—, bien, el tercer clasificado es...¡Jade Sallow!
Todos los presentes realizaron el mismo acto que antes.
—¡Es la primera vez que ganó algo! —todos rieron—, en cuanto las lentes estén libres de peligro, les permitiré a cada uno hacerme pedidos para poder así admirar microorganismos sin la necesidad de un artilugio tan grande como es el microscopio —por un momento la pequeña miró a su mejor amiga—, quizás de ese modo se percaten de cosas que con sus ojos no son capaces de ver —el director le colocó la medalla de bronce.
—¡Felicidades Jade por tu primera victoria en la vida! —río el director—, continuemos. La segunda clasificada también es una chica...¡Samantha Gilbert!
—Yo...no se que decir —la rubia comenzó a llorar sin poder controlarse—, tan solo les puedo dar las gracias y les garantizo que cada una tendrá un traje re utilizable y impermeable que hará lucir perfectamente nuestros cuerpos en el aire —el director le coloco la medalla de plata.
—¡Felicidades Sam por recurrir a materiales reutilizables! Es un gran invento sin duda alguna. Y por último, el gran ganador es... —el barbudo miró unos instantes al público y todos mostraban caras de curiosidad por el nombre que iba a deducir en tan solo unos segundos—, ¡Dylan Zas!
No se que sintió exactamente el moreno al escuchar su nombre, pero lo que sintió la pequeña enamorada de Zas retrataba a la perfección el significado de la palabra orgullo.
No le importaba haber quedado en puestos más bajos si así, el amor de su vida podía simplemente ganar esa cuantía de dinero y ser retratado como algo superior a un jugador de fútbol americano. Simplemente sentía un cosquilleó incontrolable en su estomago por la victoria de su chico.
—Es una un tipo de cámara oculta, ¿verdad? —al notar que nadie hablaba supuso que no—, entonces, ¿ahora que digo? —el moreno por alguna razón busco a Jade entre el público y cuando la halló logro empezar a hablar—. Gracias, simplemente gracias. Por elegirme año tras año para participar como concursante y por ser el ganador finalmente —todos rieron—, este premio es mío pero también es vuestro. En cuanto pueda, aceptaré pedidos para un Mementi personal por el coste de cinco euros. Una vez más, os lo agradezco a todos desde el fondo de mi corazón —todo su cuerpo representaban felicidad y en unos segundos el director le colocó la medalla de oro y le brindó el trofeo juntamente a los doscientos euros.
—Felicidades muchacho, lo has logrado pasado cinco años de intentarlo una y otra vez —le chocó la mano—, estoy muy orgulloso de ti.
Todos aplaudieron y el moreno arriba de la tarima en lo único que sé pudo fijar fue en los precisos o ojos que poseía Jade tanto de cerca como de lejos.
Más bien, en ese instante se percató de que no eran sus ojos los bonitos, ya que ojos verdes lo poseen el dos por ciento de la población mundial y quizás era un porcentaje normal —o eso le pareció en ese preciso momento—, era su mirada. La chica de ojos claros estaba a una distancia considerable, pero era la primera vez que el moreno se fijaba en su mirada y no en el color. La muchacha transmitía ternura, afecto, orgullo y un te quiero con sus ojos. No sabría bien como explicarte las capacidad de transmitir dicha mirada, pero sería como si el mismo Gilbert Blythe mirará a Anne Shirley, si sabes de lo que hablo, sabrás a que me refiero con este tipo de miradas. Son las miradas que sabes cuando alguien esta enamorado de ti sin la necesidad de decirlo, y Jade con tan solo mirar a Dylan una milésima de segundos en esa tarde, hizo que el ganador se percatara de las maravillosas casualidades de la vida.
Al bajar de allí él tenía intenciones de ir a hablar con ella, pero un obstáculo denominado Isaac la sacó del recinto con la misma rapidez que se cae un rayo al suelo.
(...)
El hermanastro de la enana la llevó a casa de una manera tan repentina porqué se fijo en su mejor amigo y las intenciones de venir a hablar con la ojiverde, y simplemente necesitaba evitar ese encuentro a toda cuesta aún sin saber el porque de esa actitud.
La muchacha evitó deshacerse de su contacto y de su rapto hacía casa, mas todo era en vano; en unos minutos estaban en casa.
Como de costumbre, su hermanastro se aposentó en el sofá y miró la televisión sin tan solo preguntarle a su hermanastra si quería mirar algo, ni le felicitó por su logro en la jornada de las ciencias.
La ojiverde subió a su habitación sin cuestionar la actitud del ojiazul y llamó a Larissa. La misma, la felicitó una y mil veces por su logró; lo que le reconfortó hasta el rincón más apagado de su corazón.
Una vez finalizada la llamada y explicado los acontecimientos recientes, la enana bajó a cenar un plato de sopa sin despegar la mirada de su teléfono, se acostó y justo antes de dormirse recordó un acontecimiento que cambiaría radicalmente su vida.
En una semana, en tan solo una semana Jade sería mayor de edad.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro