Enero
El diario y una presentación cordial

Jade Sallow

Querido diario:

A día de hoy siento la soledad más presente que nunca.

Estar solo debería ser bueno cuando es por elección propia, pero cuando es el entorno que te hace sentir solo, la cosa cambia drásticamente.

La verdad, es que siento que me lo merezco. Pero a la vez no, ¿raro? Yo también lo creo. Todo empezó por el beso con mi hermanastro —pausa dramática—, se que seguramente si fueras una persona estarías tan lejos de mi como todos mis amigos, pero intenta entenderme y no juzgarme. Ocurrió sin previo aviso. Como si de un imán se tratase. De la misma forma que sabes que te vas a chocar contra la pared, y aceleras con más fuerza. Eso nos sucedió, sabíamos que estábamos actuando de forma equivocada, pero se sentía tan bien...

Sabes, nunca he sentido todas las partes de mi mundo encajar tan perfectamente bien. En sus labios, en sus brazos, podía sentirme la persona más diminuta del universo, pero al mismo tiempo la más inquebrantable.

Debería repugnarme el hecho de haberme besado con mi hermanastro... pero digamos que ese pensamiento ya no hace parte de mi ser. Ahora, me preocupa el típico: ¿qué  dirán los demás?

Dependemos de la aceptación ajena para sentirnos bien con nosotros mismos. No solo en una relación, sino con todo en general. Con nuestro cuerpo, nuestra manera de vestir, el corte de pelo o inclusive los estudios. Si no encajas con el alrededor, no eres apta para ser aceptada en la regla establecida por el mundo en el cual vivimos. ¿Te imaginas cómo sería una sociedad libre, querido diario?

Ya se que vivimos con mil y un derechos que demuestran que el ser humano es libre de hacer legalmente lo que le plazca. Pero, todos sabemos que esto no es cierto.

Sin ir más lejos, centrémonos en mi propio entorno.

¿Tú crees que si fuera libre de hacer exactamente lo qué yo quisiera, mis amigos reprocharían el acontecimiento con Isaac? ¿Si realmente pudiera hacer lo que me plazca sin importar nada, Félix se obsesionaría con adelgazar? ¿Realmente Amy haría todo lo que hace sin la presión contante de su madre? Y Teresa... ¿de verdad tendría que haber luchado por unos derechos que deberían ser ya normalizados? ¿Si fuéramos libres, estudiaríamos, trabajaríamos, tendríamos hijos y viviríamos en una casa?

Nada es decisión nuestra, por lo tanto somos libres hasta donde nos permiten los gobernadores. Vivimos encarcelados, mas, por salir a la calle y poder hacer vida normal se creen que no. Pero, a mi no me engañan. Demasiado lista soy como para caer en su juego.

La soledad tiene de estas cosas, te permite reflexionar y percatarte de cosas a tu alrededor que ni siquiera te importaban.

No obstante, dejemos de lado la sociedad y centrémonos en una cosa: en mi.

Querido diario, desearía que todo se arreglase en un abrir y cerrar de ojos. Poder deshacer el daño causado, tanto a mi novio como a mi mejor amiga, pero sin tener que arrepentirme del mejor momento de mi vida. También, me gustaría poder saber donde estará mi hermanastro, y decirle que me hace falta, siempre me ha hecho falta. Gritarle a mi madre delicadamente que quizás llegue a enamorarme de Isaac, pero que eso no cambiaría nuestro hogar. Ojalá poder huir, unos días igual que el ojiazul.

Todo son lamentos, lamentos en vano que nunca podrán ser solucionados sin acciones previas.

Acciones que no puedo dar a cabo, porque ninguno de los dañados me deja acercarme a ellos. He intentado de todo en estos últimos días, mensajes, llamadas, cartas, y obviamente dirigirme a ellos en persona. Pero, es todo en vano. Y los entiendo, mas tambien necesitaba intentarlo más de una vez.

En fin, te estoy escribiendo esto con lágrimas en los ojos, porque la vida es injusta.

Los amores prohibidos tienen de esto. No te permiten estar con la persona que sientes que es la correcta, pero si puedes amar a la que te llena, pero Ali mismo tiempo deja un vacío dentro de ti.

Dylan... mi amor platónico. Mi novio, ex, en realidad. Por supuesto que lo quiero diario, si esa es tu pregunta existencia. Aunque, si te digo que Isaac en segundos me ha hecho sentir lo mismo que Dylan en semanas, ¿me creerías? Fue efímero y fugaz, pero está tan adentro de mi, que parece un bucle permanente, del cual no soy capaz de salir.

Ese es el efecto que tiene Isaac en mi.

Me hace sentir débil, debido a todo lo que llega a ser capaz de decirme cuando discutimos, pero también es pura dinamita que logra arrasarme y hacer que me rinda a sus pies con tan solo un roce de labios.

Fue tan mágico y inexplicable, que creo haberme expresado de mil maneras hablando de este tema.

Al menos, sigue existiendo una cosa positiva en mi vida que me mantiene firme y sana; las porristas. Curiosamente, allí logro saciar mi mente y tan solo disfrutar. Mientras escucho la música, mi cuerpo se mueve acorde al ritmo y tan solo le permito que fluya al compás. Ni Sam, ni Julia están logrando que me desagrade entrenar. No permitiré que las personas decidan por mi que debo o no hacer. Si quieren pisarme, que me pisen, pero que también estén preparadas para verme brillar. Porqué soy una jodida estrella, y soy inalcanzable cuando me lo permito. Y resulta que, con mi pasión, permito sentirme superior que las demás.

Creo que es suficiente por hoy, ¿no?

Se que nunca serás capaz de contestarme a mis preguntas, por lo tanto son cuestiones retóricas.

Aún y así, debo darte las gracias por poseer mis secretos, desahogos, llantos y risas grabados entre páginas. Prometo que, si algún día llego a terminarte, te publicaré para que el mundo pueda leerte. Porqué, esta no es mi vida, diario. Es la tuya, únicamente te pertenece a ti, por mucho que yo sea la protagonista. Sin ti, nada de esto seria posible.

Por lo tanto, gracias por permitir que te escriba y al mismo tiempo, por leerme entre letras.

Con cariño,

Jade Sallow.

Teresa Blythe

—¡Ya estamos en casa mamás!

—¡Hola cariño! —dijeron al unísono—, ¿Aurora, verdad? Estábamos deseando conocerte —dijo Gigi.

Unas horas antes

—¿No crees que llevamos varias citas ya? —sonreí—, no me mal interpretes, me encanta todo de ti y obviamente quiero seguir conociéndote —sentí como mis mejillas enrojecían—. Pero veras, les he hablado mucho de acerca de ti a mis madres y me gustaría presentarte a ellas —mordí el labio interior—. No tiene porque ser hoy, ni esta semana, ni este mes...

—¡Te crees que no quiero conocer a tus progenitoras? ¡Es obvio que si! —se tiró encima de mi cuerpo—, solo estaba pidiendo que quisieras dar ese paso. Quizás es precipitado, pero eso no le quita el factor sorpresa. Por mi, las conozco hoy.

—¿En serio? No quiero que te sientas presionada belleza, de verdad. Yo solo estaba sugiriendo una presentación formal a las personas que me han dado la vida —acaricie su mano delicadamente mientras la miraba enamorada.

—No hay personas en el mundo que desee más conocer que tus madres, boca —se levanto rápido del asiento—. ¿Qué haces aún ahí sentada? ¡Vayamos ha verlas!

Actualidad

—Madres, ella es...

—¡Aurora! —interrumpió Fiona mientras abrazaba a mi invitada—, al fin te conocemos cielo. Nuestra hija se hace de rogar cuando quiere —río.

—Mamá... —hice énfasis al final—, al menos ya estamos aquí las dos.

—Por favor, Aurora, siéntete como en tu casa.

—¡Gracias! —se sentó en el sofá como si realmente fuera el de su casa—. Verán, quería decirles primeramente que las admiro un montón. Cuando Teresa me explicó la particularidad de su familia, me quería morir de amor. Es adorable, ¿no? Que hayan sido capaces de superar todos los obstáculos que las permitía estar juntas, y aquí están ambas, ¡juntas y felices! —sonrió tiernamente—. Además, son un ejemplo a seguir para muchas parejas lesbianas por el hecho de tener una hija. Es un valor inimaginable, sinceramente. Ojalá todas las parejas homosexuales se permitan a ellos mismos el tener un primogénito, ya sea suyo o adoptado. Y, claro está, gracias por haber creado al ser humano del cual estoy enamorada, porque ha cambiado mi vida de la noche a la mañana inesperadamente, y sinceramente, ya no me imagino mi vida sin ella —respiro fondo, se levantó del sofá y se arrodillo delante de mi—. Con su permiso, Fiona y Gigi —las miró mientras las nombraba—, Aurora, ¿aceptas ser mi pareja formalmente? Puede ser tan descabellado como el hecho de estar hoy aquí en tu hogar conociendo a tus mamás, pero... no me imagino puedo aguantar más no poder presumirte como mi pareja, decirle a mis amigas que eres tú la chica de mis ojos y poseer la gran suerte de gritarle al muno lo tanto que te quiero. Por todo eso y más que no hace falta que las adultas escuchen, ¿me harías el honor de ser tú novia?

—¡Qué? —mis lagrimales ya estaban llorando desde el minuto uno en que soltó la primera propuesta formal—, ¿cómo se te ocurre aún dudar? ¡El honor lo tengo yo por ser la novia de la chica mas especial de toda Pulana, Europa y del mundo entero! —la abrace como si no hubiera un mañana—. Te quiero muchísimo, mi niña.

El sonido de las palomas empezó a ser notorio por toda la sala, haciendo que ambas nos separáramos y riéramos de la situación.

—Referente a tu discurso, cielo —habló Gigi—, todo es difícil en esta vida. No obstante, lo que realmente vale la pena, merece dicha lucha, ¿cierto?

—Además, tú misma acabas de luchar por lo que sientes, al pedir a nuestra pequeña en noviazgo —se acercó lentamente a nosotras dos—, sois la viva imagen de nosotras, cuando teníamos vuestra edad. Seréis tan felices cuanto os lo permitáis, y duraréis tanto cuánto os cuidéis mutuamente. Es lo único que hicimos, y mira donde estamos ahora. No hay duda de que, en un futuro os veré a ambas en un altar y vestidas de blanco. Vuestras miradas lo dicen todo a gritos, y por supuesto, una madre lo sabe todo —presumió mientras se colocaba bien el cabello.

Todas nos reímos delante del comentario de mamá.

—Gracias, por permitirme ser parte de esta familia —se sonrojó Aurora—, y, ojalá que si. Ojalá su hija sea mi futura hija —sonrió mientras sus ojos se cristalizaban.

—Déjate de formalidades, cariño. Trátanos por tú, o por nuestro nombre —sonrieron ambas de esta vez.

tras haber experienciado uno de los mejores momentos de mi vida, hablamos del tema que tenía al grupo dividido.

—Yo sinceramente pienso que ninguna de las dos está actuando bien, pero si vamos a pensar Isaac tiene parte de la culpa —escupí—. Sin embargo, Amy debería tener la capacidad de querer más a una amiga que a un novio, o amigo con derechos. Llevan toda la vida juntas, ¿te imaginas echarlo todo a perder solo por un chico? Jamás se me pasaría tal cosa por la mente. Somos casi adultos, ya no tenemos la edad de enfadarnos por estupideces —suspiré—. Además, no tengo ninguna duda de que Amy, perdonaría mucho antes al chico que a su mejor amiga, porque ella es tan testaruda... no logra entenderlo. Esos dos, actuaron mal. Pero no deben ser juzgados por una acción que sucedió sin planearla. Pudieron evitarlo, si. Mas, si sucedió, también es por algo. No permitiré que la Jade esté sola, ni triste, y mucho menos que se siga rebajando a esos dos. Si no la quieren perdonar ahora, cuando sean capaces de hacerlo; lo harán. Pero mientras tanto, ella también debe seguir siendo feliz, querer ir al instituto y poder reírse durante el día. Ninguno se merece sufrir por el daño causado. Tan solo deberían hablarlo entre todos como personas adultas y civilizadas. Si bien que, Amy es demasiado niña para eso, y Dylan demasiado inmaduro. En cambio, Isaac es muy inestable como para tomar las decisiones correctas. Entonces, la única pieza cuerda en todo este puzzle es la enana, y si los demás no hacen nada por arreglarlo, tampoco ella debe seguir intentándolo. Todo tiene su tiempo, todo llegará.

—No puedo estar más de acuerdo contigo, Tere —habló mi novia—. No obstante, no olvidemos que esos dos a los ojos del mundo y de sus propios padres son hermanos y siempre será complicado que puedan tener una relación sería y sea a. No me quiero ni imaginar las dificultades que podrían tener ambos a lo largo de su vida solo por eso. Si las parejas distintas ya sufren bastante, imagínate siendo hermanastros sin lazos de sangre.

—Lo acabas de decir, amor —trague en seco—. No son hermanos.