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Diciembre❄️

Diciembre
La ausencia, el amor y el cambió.

Jade Sallow

Amanecí con un pequeño rayo de sol proveniente del ventanal del salón. La nieve empezaba a cuajar en Pulana, lo que significaba que faltaba poco para la llegada de las fiestas navideñas.

Personalmente no me gusta el frío. Las cosas frías y húmedas me provocan ciertos escalofríos y no hacen que disfrute del día ni del paisaje tan esbelto que nos brinda la nieve. En cambio, la ropa de invierno me parece alucinante. Los abrigos llenos de pluma tan sumamente acogedores, las sudaderas que me llegan casi hasta las rodillas y los tejanos ajustados permiten que no tenga ningún tipo de reacción involuntaria. Para no olvidar que, las botas altas me quedan particularmente bien, diría que hacen que crezca unos centímetros y todo.

Por una vez en mucho tiempo, mientras me dirigía al instituto permití a mis ojos apreciar la belleza navideña.

Las calles estaban parcialmente revueltas en nieve. En los tejados, encima de los árboles y evidentemente en el suelo. Los mismos hogares, al rededor de ellos contenían luces que iluminaba el sitio. Si te adentrabas por los ventanales sutilmente, podrías ver perfectamente los adornos del árbol, el pesebre y otras cosas típicas de decoración. En el momento que mirabas el cielo, flocos de nieve posaban sigilosamente en tu rostro. Si abrías la mano, los mismos se colocaban en ella y se convertían en agua en cuestión de segundos. Los niños corrían y se lanzaban bolas de nieve entre ellos, carcajadas era lo que más se oía por las calles en estas épocas del año.

En cambio, si alguien casualmente se chocara con mi hogar se percataría de la ausencia de adornos, luces y árboles navideños. Recuerdo qué, el año pasado cuando pasamos todos juntos nuestra primera navidad, la adornamos en conjunto. Isaac y yo nos encargamos del árbol y de la casa, mientras que mamá y Mike del exterior. En el momento que terminamos de decorarla, recuerdo que una pequeña lágrima de esplendor se hizo notoria en mi rostro. Era únicamente maravilloso poder presenciar tanta belleza en cuatro paredes de cemento. Parecía nada más y nada menos que mi propia Disney land. Mas, por razones obvias esté año mi fantasía no está aún lista, y quizás no lo llegue a estar.

Mamá y Mike tan solo podrán llegar la noche del veintitrés, lo qué a mi parecer es muy justo como para decorar la casa. No habría la necesidad de despreciar dicho tiempo, si la mañana siguiente ya es nochebuena. Además, un miembro de nuestra familia aún no ha dado ningún tipo de señales de vida. Entonces, es inclusive innecesario celebrar las navidades sin él.

Mientras más me acercaba al instituto, más sentía una presión en el pecho que no desparecía hasta salir de el.

Desde qué empezaron los exámenes estoy particularmente estresada y agobiada. La única persona capaz de relajarme en estás épocas no está y no tiene intenciones de aparecer. ¿Qué por qué me relajaba con él? Créeme, es un acontecimiento que yo misma intentaba entender y era siempre en vano. Mas, se podría decir que me distraía con cualquier tontería.

¿Jade, jugamos un rato a la play?

¿Jade, quieres comer?

¿Jade, puedes parar de estudiar un rato?

¿¡Jade, eres una estupida!?

En cualquier situación, provocaba que dejara de machacarme en intentar entender la filosofía de Kant o el proceso de la mitosis, en ese instante lo único qué nos importaba a ambos era distraernos durante unas horas y dejar que nuestras neuronas descansasen.

Se dice qué estudiar más de tres horas seguidas sin ningún tipo de descanso no es productivo. Y curiosamente, mi hermanastro sabía ese detalle. Así que, tan solo intentaba cuidarme y brindarle un poco de reposo a mi mente con una distracción tan absurda como la comida o un videojuego.

Casualmente, en los peores momentos del instituto, era cuando mejor me llevaba con Isaac. Es curioso porqué, en el insultante que terminaban volvíamos a ser como Tom y Jerry, mas pasado unos meses durante esas dos semanas estábamos tan unidos como mis amigos.

No obstante, ahora no tengo a nadie que me brinde apoyo en estas épocas. Por mucho qué grite ayuda a mis amigos, no será suficiente. Ellos no pueden estar más veinticuatro horas del día pendiente de mi, y tampoco sería una opción. Mamá no llega hasta que las vacaciones empiecen y Isaac...

Suspenderé.

Antes a mi hermanastro le preocupaba que estuviera más de tres horas seguidas estudiando, ahora el problema está en que no soy capaz ni de estar quince minutos porqué él ojiazul siempre me ronda por la mente.

No hay manera de sacarlo.

Ni con cerveza, ni con laxantes, ni con las películas románticas o los libros de terror.

Siempre está ahí, como si de un imán se tratase.

La única solución a mi problema sería que el imbecil apareciera, ¿es absurdo desear tanto ver ese rostro esculpido por los dioses? Soy perfectamente consciente de qué, en el momento que él aparezca en algún sitio y yo noté su presentía, todo volverá a encajar cual mosaico.

Tan solo, necesito que regrese para que pueda tranquilizarme.

Necesito que regrese para poder comer.

Necesito que regrese para poder estudiar.

Necesito que regrese para poder dormir.

Necesito que regrese para saber qué está vivo.

Necesitar a alguien es simplemente agotador. No eres capaz de ignorarlo ni seguir con tu vida porqué hay una ausencia de una persona que básicamente no te deja hacerlo.

¿Será que él también necesita saber que estoy bien?

Porqué desaparecer no es la forma de saberlo.

Y tampoco lo podré saber ahora porque acaba de dar inicio a un día más de exámenes.

¿Qué cojones quería decir ADN y ARN y cuáles con sus diferencias?

(...)

Salí del examen más frustrado que un iceberg cayendo en picado en el océano. Tan solo la música era capaz de salvar las miserable a horas que pasé dentro de esa aula.

Abrí Spotify y dejé que reproduciera en bucle Ocean eyes de Billie Eilish.

Por mucho que el instituto estuviera pintado de todos los coleros excepto en el negro, a mi alrededor solo era capaz de percibir colores oscuros.

¿A eso se le llama estar triste y sentirse sumamente sola?

Estar rodeada de gente mas sentir la soledad más que nunca. ¿Curioso, verdad?

—¡Jade! —habló mi amado haciendo que huyera de mis pensamientos.

—Oh, hola —saqué un audífono y lo dejé colgando.

—¿Todo bien? —entrelazó su mano a la mía—, no te ves con buena cara.

—Si, todo bien —mentí.

—¿Te están yendo bien los exámenes de hoy?

—Por supuesto que si —y volví a mentir—, ¡he descubierto que no quiero ser bióloga!

Soltó una carcajada tan intensa que provocó que todos miraran en nuestra dirección.

—¿Podrías ser más sigiloso cuándo te ríes? —dije divertida—, todos nos están mirando.

—Y ahora nos mirarán más —se acercó a mi y cuidadosamente beso mis carnosos labios.

Podría estar pensando en el beso, en la intensidad del mismo y la perfecta sincronización de nuestras lenguas, mas en lugar de eso en mi mente solo rondaban unos ojos tan azules como el mismísimo cielo.

—Mhm —me separé unos centímetros de sus labios y sonreí—, voy a ver al resto, ¿te vienes?

—Bonita y bendita distracción —colocó una mano en mi mejilla—. No, tengo que ir a hablar con el entrenador. ¿Nos vemos luego?

Asentí y vi como se iba al campo.

Volví a colocarme los audífonos y fui en dirección del recreo donde se encontrarían mis amigos desayunando.

En estas épocas es incluso más horrible asistir a clase ya que, nos separan por apellidos en él aula de los exámenes y ninguno de nosotros tenemos el mismo o parecido. ¡Universo, eres horrible!

—¡Hola, chicos! —silencie la música mientras me sentaba.

—Nos preguntábamos dónde estabas —habló la pelirroja—, ¿qué tal los exámenes de hoy?

—La verdad es que podríamos hablar de otro asunto, ¿no? —bufé.

—¿Te están yendo tan mal cómo los demás verdad? —asumió el cuatro ojos.

—Oh, no —reí sarcásticamente—. Al menos en los anteriores contestaba una pregunta, en el de biología no sabía ni el significado de ADN, ¿¡se lo creen!?

—Vaya, es peor de lo que pensé —añadió Kai.

—Voy a suspender... —dije estirándome en el césped.

—Lo harás —río el castaño—, pero estaremos aquí para recordarte lo lista que eres —tocó sutilmente mi rodilla como muestra de consuelo.

—Además, es solo una mala racha —dijo la pelirroja mientras mordía bruscamente su manzana—. Ya verás que en el próximo semestre te irán maravillosamente bien.

—Si —hablé insegura—, es solo una fase —miré a mi mejor amiga y presencié una aura de tristeza entorno a ella—. ¿Amy? ¿Todo va bien?

—¿¡Amy!? —preguntó nuevamente Félix.

—Oh —despertó de su burbuja gracias al toque en el brazo que le hizo Kai—. Lo siento chicos, hoy no estoy aquí...

—No llevas aquí hace exactamente un mes —admitió Félix.

—Es que... —suspiró—, hace un mes que se marchó.

¿¡Un mes!? ¿¡En qué jodido momento habían pasado exactamente treinta días sin ver sus increíbles ojazos!?

—Estará bien, Amy —brindó apoyo el castaño.

—¿Y eso cómo lo sabes? ¿Acaso te ha dado alguna señal de vida que demuestre eso? Dímelo, porqué a mi no.

»Se marchó sin dejar rastro, sin una nota o una simple despedida. Tan solo empaqueto sus trastos y huyo en su maldigo coche. No pensó en mi, en Jade o en el instituto. Lo peor no es que se haya marchado sin previo avisó, lo preocupante realmente es que no me devuelve ninguna de mis llamadas y ni siquiera lee los mensajes que le envío diariamente suplicándole una señal de vida. Yo solo necesito saber que sigue respirando...

—Amiga, escúchame —habló el mismo mientras nosotros escuchábamos atentamente—. Tendrá sus razones para marcharse.

»Mas estoy seguro que no es por tu culpa ni mucho menos la de Jade. Es por él, no creo que alguien pudiera retenerle en su decisión, tampoco sabemos al cien por cien si no lo llevaba palmeando hace días, semanas o meses. Lo único que podemos hacer es esperar a que regrese o nos brinde alguna señal de vida cuando Isaac esté preparado.

Pero, ni tú puedes permitirte estar así todos los días, ni Jade puede renunciar a sus estudios por no saber la localización de su hermanastro. Las noticias malas corren deprisa, seguramente se encuentre en un retiro espiritual y volverá cuando menos lo esperen.

—¿Pretendes qué siga mi vida como si nada?

—Si, ¿cómo puedo dejar de preocuparme por él? Es mi hermano.

—Chicas, lo que sugirió Kai es que sigan viviendo sus vidas —habló la pelirroja—. Ustedes pueden estar preocupadas o tristes por su ausencia, no obstante; no dejen de vivir los días al límite como lo solían hacer antes de su partida. No es sano, amigas.

—Pero... —habló Amy.

—Fíjense —incitó la misma—, ambas están con una sonrisa en los labios completamente falsa, ninguna de las dos come lo suficientemente bien para descansar por la noche y los kilos de corrector en sus ojeras son demasiado notorias.

—Ninguna sabe el daño que se está causando inconscientemente —añadió Félix.

—Solo queremos que estén bien, por muchos motivos que tengan para no hacerlo —sonrió Kai.

Mire a Amy y vi como me estaba mirando de arriba abajo y mis ojos inconscientemente hicieron una ojeada rápida por su cuerpo.

Era todo cierto.

Ambas estábamos más delgadas de lo normal, nuestros rostros llevaban kilos de corrector para ocultar nuestro insomnio y en nuestras expresiones se notaba perfectamente la angustia que cargábamos durante un mes.

—Haremos una cosa —sugirió Teresa—, nos dividiremos y nos turnaremos a la hora de comer para invitarlas a ingerir alimentos que no serán capaces de recusar.

—Me parece ideal —añadió Kai—, Jade jamás renunciaría a una buena porción de lasaña y Amy...

—Macarrones —interrumpió la mencionada—, hace exactamente un mes que no los digiero...

—Bien, entonces ambas tendrán ganas de comer sus platos preferidos —sonrió la pelirroja—, poco a poco querrán ingerir otras comidas como sopa, saladas y alimentos que evidentemente su salud necesita. En cuanto a dormir...

—El caso se complica —murmuró Félix—, mas el hecho de que tengan el estómago lleno hará con que descansen mejor, aún y así sean solo cuatro horas diarias. Serán pocas, pero serán eficaces.

—Chicos de verdad que...

—No nos reproches nada, Jade —habló el castaño—, hoy por vosotras mañana por nosotras.

Amy y yo asentimos.

Ambas sabíamos que necesitábamos estar unidas a nuestros amigos para así conseguir mejorar nuestra alimentación y descanso.

En cuanto a mis estudios... no tenían solución.

Iba a suspender y aún no era consciente de las causas que podrían haber en un futuro, sin embargo; ¿qué importa si no puedo compartir mis logros con mi hermano?

—Ahora les tengo que contar una cosa —todos miramos en dirección de la pelirroja— es sobre aurora, ella y yo...

Y sonó el timbre interrumpiéndola.

—A la hora de comer les explico chicos —se levantó del césped rápidamente—, ¡mucha mierda para los últimos exámenes!

Los estupidos exámenes.

Necesarios para evaluarnos, pero no evalúan lo que en realidad aprendimos o retuvimos en nuestras pequeñas neuronas, ¿curioso, no?

Los profesores tienen la obligación de escupirnos los conocimientos pero no la de hacernos aprender realmente.

Y luego se preguntan porqué el sistema educativo fracasa, menudos hipócritas.

(...)

No quiero ni mencionar el desastre que ha sido esté ultimo examen, así que sencillamente me dirigía al comedor sin ningún pensamiento concluyente. Tan coló era capaz de pensar en la rabia que sentía por no ser capaz de dar lo mejor de mí en una miserable evaluación.

Cogí una ensalada de la barra de comida, un taco y una manzana. Para ser sincera, no creía que sería capaz de comer algo de mi bandeja, pero aparecer sin nada en la mesa no era una opción.

Mientras brincaba de un lado al otro con mi comida, Teresa finalmente nos explicó qué pasaba entre ella y Aurora.

—Les digo qué Aurora y yo no somos nada, pero... —suspiró—, tiene algo que me saca de quicio y me vuelve loca al mismo tiempo.

»El tierno hoyuelo que se le marca cuando se ríe me parece la cosa más adorable que he presenciado con mis ojos, cuando la abrazo desprende un aroma de vainilla tan agradable que estaría siempre en sus pequeños y delgados brazos. Su piel es tan delicada... cuando la beso en la mejilla se siente como algodón de azúcar. Y por si fuera poco... habla tanto que me contagia su alegría y interés de la nada.

Sabéis perfectamente que odio la infantilidad a nuestra edad, pero que salte en los peatones sin tocar las rayas del suelo y que cuente cuántos coches rojos hay en la estrada... me parece curiosamente gracioso.

Solo se que es particularmente perfecta, en su modo de ser imperfecta.

—Amiga, has caído —dijo el cuatro ojos.

—Bien fondo —añadió Kai.

Reímos todos al unísono mientras que nuestra amiga no entendía nada de lo que habían dicho los chicos.

—Se refieren a que estás enamorada, lenta —hablé divertida.

—Y ni siquiera te has dado cuenta de que lo estabas —añadió Amy—, lo acabas de hacer ahora al describir como te sientes junto a ella.

—Pe-pero, ¿cómo? —hizo una pausa de unos segundos para recapacitarlo—, ¡carajos! ¡Me gusta Aurora Hab!

—Yo no diría que es solo gustar... —reí—, pero asumirlo es un gran paso.

Inconscientemente bajé la vista a mis platos y curiosamente me había comido toda la ensalada mientras Teresa nos explicaba su enamoramiento.

Sin darme cuenta, mi barriga ya no crujía ni dolía.

Un demonio menos con el cual combatir.

—¿Y ahora qué hago? —preguntó preocupada—, nunca me ha gustado nadie, no se como reaccionar. ¿Y sí yo no le gustó a ella?

—Es imposible que no le gustes, solo observa en cómo te está mirando ahora mismo —añadió Félix.

Nos giramos los cinco descaradamente en dirección de Aurora y la misma le estaba mirando tan perdidamente mientras sonreía embobada que describía perfectamente el término gustar.

—Bien —habló el mismo comiendo su plátano—, ahora ya sabes que le gustas.

—No se que procede ahora... —se empezó a sonrojar—, ¿creéis que debería decírselo?

—Deja que ocurra, no presiones nada —admití—. Es obvio que se gustan, pero tan solo llevan unas semanas conociéndose. Ahora que lo sabes, haces planes un tanto más románticos para incitar a que una de las dos caiga rendida en los labios de una —propuse divertida.

—Toda una casamentera —río Kai—, sigue su consejo amiga. Te irá bien.

—Solo espero no fastidiarla y ser la siguiente de la mesa en tener finalmente una pareja, ser feliz y comer perdices eternamente.

—Oh, no todo será un cuento de hadas —suspiró Amy.

»El amor es el sentimiento más puro, pero también el más dañino. Al inicio es todo mágico, solo quieres estar con esa persona y no serás capaz de estar a dos meteos de la misma sin mirarle a los ojos gritando a gritos un beso. Sin embargo, tras ese periodo quizás empiecen las peleas absurdas por razones incomprensibles, pero las reconciliaciones son tan reconfortantes que os unirá a ambas aún más que antes.

Amar significa estar preparada para entregar tu corazón a un segundo y permitirle que lo reconstruya, lo cuide o lo rompa en pedazos. Pero, si no viven la parte mala del amor; solo me espera alegrarme por ustedes y ser consciente de lo muy felices que son ambas juntas.

—Porque te lo mereces, pelirroja. Te mereces ser feliz.

—Amy, yo... —pero no pudo añadir nada más, las lágrimas ya estaban escurriendo por sus mejillas llenas de pecas— ¡mira lo que has hecho!

—Amiga, solo he dicho la verdad —se acercó a ella y la abrazó mientras secaba delicadamente sus lágrimas esparcidas—, se feliz, hermana. Por ti, por mi y por vosotras.

—Busca tú felicidad, nosotros estaremos siempre aquí para apoyarte —sonrío felizmente Kai—, pero antes deberás presentarla al grupo.

—Lo haré —habló mientras se limpiaba la nariz—, en cuanto menos lo esperen Aurora será un integrante más en el grupo.

—Y todos lo estamos deseando, amiga.

Y es así como sucede.

Unos están tan felices que no perciben el dolor que hay a su alrededor, y otros solo esperan poder encontrar un amor tan puro como el de Aurora y Teresa.

Somos la generación de la tecnología y las redes sociales. Todo lo que hacemos, tenemos la necesidad de compartirlo con nuestros seguidores; sean estos cincuenta o cien mil. El caso es que, muchas veces compartimos sucesos que no deberían pasar a un público en cuestión de segundos. Tendríamos que saber elegir qué cosas pueden enseñarse y que ocultar. Mas, ¿si los otros lo hacen por qué Félix no?

El cuatro ojos es tan inseguro, que en su perfil de instagram solo tiene fotos de paisajes o de su pez naranja de mascota.

Sin embargo, al llegar a casa y tras hacer su rutina de entrenamientos, decidió hacerse una foto con un filtro de los miles que hay en las redes.

Lo que sucedió a continuación fue un acontecimiento que sabré como pudo ocurrir, pero ocurrió.

Se fotografió los abdominales que se empezaban a marcar delicadamente en su barriga, se empezaba a notar su mandíbula en lugar de una papada y no poseía en sus ojos las gafas de vista, por lo qué estaba más atractivo de lo normal.

Dudó en publicarla.

¿Y sí no gusto?

¿Y sí creen qué estoy más delgado?

¿Y sí me dejan de seguir mis veinte seguidores?

En medio de tantas preguntas lo único que fue capaz de hacer fue adentrarse en la ducha y brindarse un baño de agua fría mientras pensaba en una estupida foto que podría cambiar su vida —realmente no tendría porqué ocurrir, pero los personajes son un tanto dramáticos—.

Se visitó un chándal para estar cómodo en casa, se tiró en la cama y se detuvo a mirar detalladamente los abdominales.

Se estaba empezando a aceptar a él mismo. Y tenía la necesidad de ser aceptado también por los demás.

¡El no sabes qué hacer con una estupida foto le estaba desquiciando!

Entonces, pensó: si me la tomé, fue por alguna razón.

Y sin más dilataciones, publicó la foto donde reflejaba un gran cambio físico.

Pensad qué quizás para el muchacho no era nada del otro mundo, sin embargo, para mi que lo estoy viendo todo desde afuera, verlo sin barriga y sin lentes es un cambio un tanto drástico. No importaba ni si tenía o no abdominales, solo el hecho de no tener grasa acomulada era un hecho asombroso que describía perfectamente el significado de superación, constancia y perseverancia.

Después de publicar la foto, bajo al comedor donde sus padres habían preparado una cena baja en calorías y persiguieron tranquilamente a saciar sus estómagos.

(...)

Subió a su habitación con la intención de dormir. El cuatro ojos ya estaba posicionado en su forma de dormirse; boca abajo y con la almohada encima de su cara. No obstante, la vibración de su teléfono era tan constante que le empezaba a mosquear.

Lo cogió bruscamente para apagarlo, mas se encontró con mil notificaciones sin ver de instagram.

Abrió la aplicación con temor, pero con muchísima curiosidad. Y en este caso, en esta historia podría decir que la curiosidad por una vez no mató al gato, sino que cumplió uno de sus deseos más ansiados.

La foto curiosamente se había hecho viral en cuestión de tres horas. Gente comentando lo increíble y bueno que estaba ahora, lo guapo y atractivo que era y lo sexy que se veía sin sus lentes. Además, la gente lo halagaba también en sus cuentas compartiendo la foto y comentando: ¿en serio este es Félix Tons?

Se adentró en los mensajes que le habían enviado y miles de personas le pedían consejos de como adelgazar y lograr un físico tan aceptado como el suyo, ¿irónico no?

No quería darle sus conejos a nadie, porqué era consciente de que no era sano hacer ejercicio excesivamente durante horas y días sin descanso.

Sin embargo, pensó que había servido de algo, no fue un esfuerzo y noches sin dormir en vano.

Esas horas de cansancio, se veían aceptadas por la sociedad, gracias a que él mismo estaba empezando a tener un físico increíblemente definido y atractivo. Él deseaba tanto eso qué... simplemente lo logró sin importar las consecuencias que conllevaba el exceso de un mal hábito.

No obstante, tenía una sonrisa de oreja a oreja que reflectaba la alegría por ser aceptado.

Por poder conocer finalmente más personas a no ser sus cuatro amigos de la preescolar. Por lograr al fin ser un chico guapo y quizás tener pareja como si de una película romántica se tratase. Y lo increíble en esto todo, lo que más alucinante le parecía era tener más de cinco mil seguidores en menos de cuatro horas.

¿Así era ser una influencia para los demás?

Porqué si así lo era, Félix estaba preparado para serlo.

Pero, él mundo no necesitaba un Félix como influencia.

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