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LA CHICA MALFOY SONREÍA AMPLIAMENTE  mientras miraba la cena que tenía frente a sus ojos, esa noche Regulus la había sacado de Hogwarts por unos extraños pasadizos ocultos, los cuales la llevaron hacia las afueras de Hogsmeade, en donde en medio del bosque se encontraba una mesa llena de los distintos platillos favoritos de la rubia, un ramo inmenso de rosas rojas y alrededor de la mesa había hermosas velas aromáticas para iluminar el lugar. 

—Esto es hermoso Reggie...—murmuró la rubia.

—Me alegra que te haya gustado—le sonrió Regulus—¿Están buenos los codornices? 

—¿Bromeas?, esto es un fangar—respondió Lydia—Solo que si esta un poco pasado de perfumado.

—¿Cuantas gotas de esencia de rosas se le ponen?

—Solo cuatro—rió la rubia.

—Rayos, Kreacher siempre lo ha preparado con cinco, no creímos que una gota hiciera mucha diferencia. 

Lydia estiró su mano para tomar la de Regulus y darle un leve apretón: —Está delicioso Reg—el chico Black le sonrió levemente y ambos pudieron sentir como sus mejillas se calentaban a sentir sus manos unidas—Realmente agradezco mucho que hayas hecho esto por mi, sobre todo cuando sabes lo que significan los codornices para mi.

Regulus no hizo más que tomar la mano de la rubia y acercarla a sus labios para dejar un tierno beso en ella, lo que provocó que Lydia sintiera una extraña presión en el estómago. 

Los codornices en salsa de pétalos de rosa era el platillo favorito de Lydia desde que tenía tan solo cuatro años, recordaba perfectamente como cada veinticuatro de diciembre se la pasaba en las cocinas de la mansión Malfoy viendo a su madre preparar tal platillo para la cena de Navidad, y por más de que los elfos domésticos intentaban cada año sacar a la señora Lucille de la cocina, cada año la mujer Malfoy se rehusaba completamente, para ella la Navidad era una fecha importante que se pasaba en familia, por lo cual la familia era quién debía de realizar el platillo de esa noche. 

Todo cambio cuando Lucille Malfoy murió cuando Lydia tenía tan solo ocho años, desde entonces Abraxas Malfoy prohibió a los elfos volver a preparar codornices, ese era un recuerdo de su esposa muerta, aquella que tanto amó en su momento. Y desde su amada esposa murió, jamás volvió a pasar una cena navideña con sus hijos, mientras Lucius y Lydia cenaban solos en el comedor, su padre se encontraba en su oficina o en su trabajo. 

Durante las primeras semanas después de que fue anunciado su compromiso ambos comenzaron a contarse cosas personales para conocerse un poco más, conocer a la persona con la cual formarían una nueva familia y con la cual se casarían un mes luego de graduarse de Hogwarts, y en una de las tantas historias de su infancia que le contó Lydia a Regulus, fue esa, la trágica historia de los codornices para su hermano y su padre, pero que para ella tenía un significado demasiado especial.

La rubia creía que al ojigris se le había olvidado por completo, pero al parecer no fue así. 

—Ly, la razón por la que quise organizar esta cena es porque tengo algo muy importante que decirte—la rubia dejó los cubiertos a un lado de su plato y posó sus manos en su regazo para mirar fijamente a Reg, este suspiró—Lo que te dije la otra noche en la sala común era cierto, llevo enamorado de ti desde que tenemos..., ¿cuantos? ¿nueve años?—Lydia soltó una pequeña risita mirándolo con adoración—Eres una mujer excepcional, realmente me encantaría fueras mi esposa y la madre de mis hijos, me encantaría verte seguir tu sueño de ser una pintora talentosa, verte en galerías vendiendo tus pinturas, todo eso mientras llevas mi anillo en tu mano izquierda, pero para eso...—Regulus metió la mano dentro de su pantalón y sacó una pequeña caja de terciopelo azul, la abrió dejando ver un precio anillo dentró de esta—¿Te casarías conmigo, Ly?, no por cumplir con nuestros padres, no por el juntar nuestros apellidos y nuestras riquezas, no por seguir con las tradiciones puristas. Tú, Lydia Evangeline Malfoy, ¿Te casarías conmigo? ¿con Regulus Arcturus Black? 

La rubia miró fijamente a Regulus a los ojos y luego volteó a ver el anillo, no necesito verlo por más de diez segundos para saber qué se trataba de un anillo de oro blanco con pequeños diamantes incrustados a los lados, y que la piedra principal era un zafiro azul violeta de aproximadamente treinta quilates. 

Dejando el anillo de lado, la chica Malfoy se puso de pie y caminó hacia Regulus, y un acto de impulso, se sentó sobre las piernas del azabache y lo tomó del rostro para juntar sus labios en un apasionado beso.

Regulus se sorprendió, pero tampoco puso resistencia, los labios de Lydia era algo que el chico Black había deseado probar desde hace años, tenían un sabor exquisito a frambuesas, no sabía diferenciar si era un sabor natural de la rubia o se debía al vino que estaban bebiendo, pero no importaba cuál de las dos era, después de tantos años estaba besando a la mujer que amaba. 

Lydia, por otra parte, podía sentir una presión en su estómago, como si un kilo de pirotecnia la hubiera encendido dentro de ella, no tenía palabras para expresar todo lo que estaba sintiendo mientras mantenía los labios de Regulus unidos a los suyos. 

Luego de un par de minutos de besarse sin parar, se separaron por la falta de aire, y la rubia platinada mirando al chico Black a los ojos no hizo más que susurrar un:

—Si. 

MARX.BLACK

━Nota de la autora:

hello!

Feliz Navidad mis amores!!

Como regalo de Navidad les traigo el final del segundo acto de Roses, y qué mejor manera que con un beso de Reg y Ly, y con Ly por fin aceptando estar enamorada de Regulus.

Pasenla lindo en estas fiestas navideñas amores, nos veremos en el tercer acto de Roses, el cual estará enfocado luego de la graduación de Reg y Ly, jeje...

Opiniones y teorías aquí...

Kisses! <3