XXXIX "Love? This is not the time for it"
"¿Amor?, No es tiempo para ello"
Tanto Natasha como Brenda desconfiaban una de la otra a pesar de estar cooperando en una asociación de paz, al menos hasta cada una recuperar a si chica. La rusa llevaba un chaleco antibalas mientras guardaba cuchillas entre muñequeras bajo sus mangas, además de dos pistolas aseguradas entre su cintura y el chaleco, mientras la rubia no estaba lejos de su situación...
El camino fue silencioso en seguir la pista de la agente, sumergiéndose en un vasto bosque entre las montañas donde pudieron divisar la cabaña tras un largo tiempo.
La casa parecía normal y no tenía siquiera una reja de protección mientras no se divisaba ni un solo guardia...
Algo no cuadraba, Verónica nunca dejaría pasar un detalle tan importante a pesar que el bosque ocultará la cabaña, seguramente tenía un tipo de seguridad que no había notado hasta ahora.
——Espera——detuvo Natasha a la rubia antes que se pudiera acercar al sitio, estando a centenares de metros de distancia, sacó su arma y la aseguró con un silenciador, escondiéndose entre la hierba alta disparó hacia algún punto de la casa, pudiendo ver una luz infrarroja tan minúscula como la bala en unos metros.
Para al acercarse ver como esta estaba completamente desintegrada, Verónica nunca dejaría de sorprenderla. Una sonrisa inconsciente se posó en sus labios.
——¿Casi morimos rostizadas y tú sonríes?——bufa la rubia indignada y la rusa la mira mal antes de su rostro tornarse neutral, debía disimular mejor pero tratándose de la Stark parecía una misión imposible
——Haz silencio——demandó la pelirroja al escuchar un ruido de motor a la distancia para divisar la silueta de Verónica con Leonor a sus espaldas pero lo que captó su atención fue el niño, era ese chico al que todos buscaban, el hijo del presidente en retención por Ross.
Su cabeza valía oro, ¿Qué hacía con ellas?, la respuesta era obvia pero la menor sería incapaz de involucrar a un niño en sus planes, no arriesgaría a un inocente...
——Están usando al niño de salvoconducto——comenta Brenda a su lado
——Debe ser plan de la desquiciada——musita la rusa entredientes
——Verónica fue quien lo retuvo en un principio, ¿hablas de ella, no?——la rubia encarna una ceja y la mayor gruñe
——Ya se están alejando lo suficiente, hay que seguirlas——murmura la rusa
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——Záitsev debería llegar a media noche——comenta la Stark mientras revisa en su tableta claramente alterada——acostumbra a ir acompañado pero una vez allí cada uno se va por su lado mientras esperan la hora de su reunión, nosotras debemos llegar antes para reananalizar sus probabilidades de escape, plantar la distracción e ir por él tras rodear a sus hombres-comenta la castaña, repasando su plan mientras Leonor la mira de reojo por el retrovisor como estaba concentrada en explicar, y no pudo evitar sonreír.
——¡Es un camión de helados!——murmura William emocionado al pegarse a la ventana, mientras pasaban por un parque donde estaba la gran furgoneta que mencionaba
——Aléjate de la ventana——gruñó Leonor para el pequeño saltar asustado en su puesto, mientras se acomoda nuevamente en el asiento, mirando a través de rabillo de su ojo como se alejaban de ello
Verónica no pudo evitar una punzada instalarse en su pecho con ello, William tan sólo era un niño, el cual había pasado meses encerrado con desconocidos, con las amenazas de Leonor y las discusiones que compartían por ello, necesitaba un momento en el cual se sintiera como el pequeño que era, sin el miedo ni angustia acechando.
——Esta todo bien calculado una pequeña desviación no será perjudicial——murmura Verónica
——No le cumpliremos el capricho a William, es ridículo
——Tan sólo tomará unas horas, estamos disfrazados y para que llegue la noche aún falta mucho
——No, Verónica
——¿Entonces tu plan es mantenernos encerrados?, ¿Qué a cambiado desde la prisión a esto?——gruñe la Stark y la azabache frena el auto bruscamente cerca de la acera para el menor chillar asustado
——¡¿A qué viene eso ahora?!
——Dijiste que no te cuestionara si quería tu ayuda pero esto ya es demasiado
——No te dejaré partir, Verónica——murmura Leonor entredientes
——No me iré, necesito acabar con Hawley——aseguró la menor——pero deberán haber cambios
——¿Todo esto es por ese niño?
——Sólo es un niño, déjalo vivir como tal y no trates de traumar su infancia como lo hicieron con nosotras——murmura la Stark y Leonor suspira, recordando cuando conoció a la castaña de pequeña
——Bien, si así se callan——resopla la azabache y Verónica le sonríe como al pequeño
Los tres salieron antes mientras el cuarteto de hombres de Leonor se quedaban vigilando desde los autos.
Y la castaña sonrió al ver al niño emocionado mientras admiraba maravillado todos los sabores que habían.
——¿Puedo elegir dos?——murmura William y sus ojos brillan
——Puedes elegir tres si deseas—— sonríe la Stark
——Si el niño vomita lo tiro por la ventana——dice la azabache y la menor le mira mal
——No le hagas caso
El pequeño asintió mientras elegía, decidiéndose por menta, berries y dulce de leche, para ahora ella estar en duda de cuáles elegir y se emociona al igual que el menor al ver sus sabores favoritos en la despensa.
Leonor sonreía al ver su expresión que se asemejaba a la que siempre llevaba cuando era una niña, la emoción con la que cada vez la miraba, como sus grandes ojos castaños brillaban.
Verónica pidió uno de café, chocolate, crema y caramelo para sentir la pesada mirada zafiro sobre sí.
——¿Te comerás todo eso?——murmura incrédula
——¿Por?, ¿Me vas a tirar por la ventana si vomito también?——rió y la mayor negó sin dejar de verla
——¿No vas a querer uno?——dijo para Leonor ver hacia los helados como si fueran un completo misterio
——Espera, ¿Al menos haz probado alguno?——pregunta la Stark al ladear la cabeza con la cuchara en la boca
——¿Debería?——murmura la azabache y la menor no puede evitar sentirse mal, su infancia con restricciones fue el paraíso comparado con lo que debió sufrir Leonor
——Claro que si, el helado es genial, elige uno——murmura ahora emocionada y no deja reaccionar a la ojiazul cuando le ofreció un bocado del suyo
——Es muy dulce——murmura al arrugar la nariz por el helado de caramelo y Verónica la ve indignada
——Se me olvida que disfrutas la amargura——bufa la castaña——elige alguno de la despensa entonces
——Quizás quiera uno de cucarachas——murmura el niño y Verónica no puede evitar un ataque de risa golpearla
Verónica necesitaba salir a tomar aire y alejarse de la verdadera casa de muñecas perfecta que estaba creando Leonor.
Hace años que no tocaba piano y la mayor le había obligado a ello, sino William sufriría las consecuencias, y en cuanto la melodía comenzó, no pudo evitar recordar a la rusa con ello, la última vez que había tocado un piano había sido para ella, con la canción que le había compuesto, cuando ambas aún estaban juntas, a su manera pero era una sensación tan dulce que ahora parecía solo un producto de su imaginación. Aún podía sentir el calor de Natasha al abrazarla por la espalda mientras lo hacía, su cuello se erizó al recordar los besos en su nuca, comprobando que el cuerpo también poseía memorias...
Y mordió su lengua fuertemente al sentir la nostalgia apoderándose de sus ojos que estaban por cristalizarse. Escuchando por encima de la música que Leonor no se sentía, volteando disimuladamente a comprobarlo pudiendo al fin soltar un suspiro.
Dejo pasar un par de minutos para dejar de tocar y partir al patio, buscando el tan ansiado aire fresco mientras William la recibió desde afuera feliz, pero antes que pudiera salir, la voz de sus tormentos y a la vez dilemas, retumbó a sus espaldas.
——¿A dónde crees que vas, Verónica?
——¿Ni siquiera soy libre de tomar un poco de aire?——gruñó la menor ya harta pero calló al ver como el rostro de la azabache se ponía pálido y sus orbes zafiro se abrían de par en par, ¿Ahora que le pasaba?
Siguió la dirección de su mirada para en el piso encontrar una cucaracha paseando como si fuera su casa, el cuerpo de Leonor pareciera temblar al verla moverse.
——¿Te dan miedo las cucarachas?——pregunta la castaña sin poder creerselo——¿Es en serio?
——Son repugnantes—murmura en un hilo de voz la mayor——aléjate de esa cosa
Verónica quedó incrédula mientras recordaba la manía de la pelinegra por el orden y limpieza, no tardando en comprender su fobia, con suma gracia. Por lo que salió al patio con una sonrisa burlesca en los labios que aumentó al ver a Leonor tratar de seguirla pero detenerse al tener que acercarse al insecto.
——¿Luego de todos estos años tu debilidad era una simple cucharacha?——murmura la Stark antes de romperse en un cuadro de risa sin cesar mientras Leonor solo se limitó a fruncir el ceño y abultar los labios
En cuanto el niño se acercó en base a las risas de la castaña y al comprender su euforia, sonrió para tomar al insecto entre sus manos a la vista de una ya abrumada pelinegra.
Y Verónica al ver como Leonor parecía estar al borde de desmayarse, trató de regañar al niño pero le fue inevitable, no podía dejar de reír hasta su estómago doler.
La castaña reía tal como el pequeño a su lado mientras la mayor se cruzaba de brazos pero una sonrisa al ver a Verónica tan alegre a su lado no pudo evitar posarse en sus labios.
Una imagen que reflejaba una familia dulce a la vista de los demás, mientras una espectadora en especial sintió una punzada traspasando su corazón ante la escena.
¿No se suponía que se había marchado por obligación?...
Se veía tan feliz al lado de ese monstruo que le dolía, aún más al recordar el momento que tuvieron antes que Leonor apareciera.
¿Todo ese cariño podía dedicárselo también a esa?...
Verónica le había confesado que la quería, si ahora estaba con ella podría enamorarse para ya nunca volver a ser suya.
No lo permitiría...
Jamás dejaría que Leonor se quedara con su amada porque esa sonrisa dulce no le pertenecía.
Así medida por sus celos y rabia no gatilló en pensar más allá, sacando su arma y apuntarle a la única persona que interfiere en su amor por Verónica.
Pero al hacerlo pudo ver que la rubia a su lado planeaba lo mismo, aunque apuntando a la Stark en su caso, debiendo dirigir su arma a la cabeza de Brenda.
——Ni se te ocurra——gruñó la rusa al hacer presión con la pistola
En sus miradas apareció un fuego infernal con el cual ansiaban calcinar a su contraria para ya estar ambas apuntándose y listas para dar el primer paso en caso de traspié. Pero antes de cometer alguna locura, escuchan la conmoción a la distancia.
Las chicas avanzaron junto al niño en cuanto un gran perro se les acercó, corriendo para la castaña quedar petrificada.
Un día en prisión estaban más preocupadas de lo normal por Leonor haberla visto cuando una reclusa se le declaró a Verónica, Lilith y Elena le acompañaban, siendo testigos de como el rostro de la directora se deforma pero sudan frío al ella no decir nada, retirándose de la escena tras fulminarla con la mirada.
Ahora no sabían que podrían esperar, solo tenían la certeza que sería horrible por decir lo menos...
Esa misma tarde acusaron por tráfico de drogas a la misma chica, encontrandola tras los guardias revisarla junto a sus cosas, kilos de cocaína. Y claramente no era una coincidencia que estuvieran justamente con ella.
Verónica no sabía que pensar más que Leonor buscara castigar a Elizabeth, la cual no había pecado más que en declarar sus sentimientos.
No pudo hablar con la directora en todo el día, no le permitió el acceso. Para al llegar la noche sus miedos y suspenso querer colapsar al todas las rejas ser cerradas mientras los guardias se llevaban a Elizabeth justo al frente de su celda.
Ellos la dejaron para salir de lugar y pasar unos minutos de agonizante silencio mientras la chica temblaba asustada por cual pudiera ser su destino, pero ni en sus peores pesadillas pudo haber imaginado al grado que llegarían estos...
La reja principal fue abierta para dejar pasar un grupo de seis perros de gran tamaño, corriendo como bestias de la que sus colmillos escurre baba.
Y estos sólo tenían un objetivo en mira...
Elizabeth.
Y sus gritos no se hicieron esperar en cuanto estos se abalanzaron sobre la chica.
——¡No!——la menor lloró al caer de rodillas al piso, tratando de forzar la reja en abrir mientras veía en primera fila los caninos desgarrando la carne de Elizabeth
Pero todo fue en vano, los animales no se detuvieron y nadie se los llevó.
Deformaron su cuerpo a pedazos por los que se pelearon, y su sufrimiento sólo cesó cuando dejó de vivir...
Esos desgarradores gritos de dolor la perseguirán por siempre...
El cuerpo de Verónica tembló mientras sus mejillas pálidas se llenaron de lágrimas que corrían sin cesar.
Dos almas se rompieron por verla sufrir de ese modo...
Y tan sólo salieron de su conmoción en cuanto la menor formó su mano en metal al el animal abalanzarse, seguramente para jugar pero estaba demasiado trastornada como para poder verlo, y de un sólo golpe el perro cayó inconsciente para su dueña no tardar en llegar, gritando abrazada al can.
Siendo el momento para Leonor tomar a la conmocionada chica como al niño de vuelta al auto antes que más personas aparecieran y se convirtieran en un blanco fácil para Hawley.
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Había llegado la noche y habían llegado a las fiesta, donde Verónica se había mantenido en silencio, un nudo estaba atorado en su garganta mientras su pecho parecía querer afixiarla, los gritos aún retumban en su mente, mientras estaba al lado de quien los causó sin ningún tipo de remordimiento en su actuar siniestro.
Y se odiaba por no poder alejarse no culpar a Leonor debidamente, porque después de todo era la organización que la crió en base a torturas como explotación mental, ¿Qué podía reclamarle?...
Sintió la pesada mirada de la mayor y mordió el interior de su mejilla, aclamando a calmar sus emociones amargas para concentrarse debidamente en la misión, era lo que importaba.
Llevaban ropa a juego mientras Verónica lleva un vestido burdeo con drapeado en el escote como en la espalda que estaba completamente descubierta, Leonor se había encargado de ayudarla a tapar las cicatrices, la que llevaba un traje burdeo entallado junto a una camisa de encaje del mismo tono, como eran los guantes de ambas, sólo que los de la mayor llegaban a las muñecas, los de la Stark tapaban la mitad de sus antebrazos.
Revisaron el perímetro de reojo, corroborando los puntos que ya tenían en sus planes, pero lo que nunca pudieron esperar fue que aparecieran dos visitantes muy peculiares.
Verónica se quedó estática al reconocer a la rusa en una cabellera larga y rubia, regañandose mentalmente en cuanto sus latidos comenzaban a acelerarse inconscientemente, recordando su último encuentro con las mejillas adoptando color, pero se mantuvieron ocultas con su máscara. Aunque Leonor al estar al su lado notó su conmoción y enfureció al fijarse en la causa.
La mayor tomó su muñeca, dejando un ligero tirón en advertencia, pero la castaña estaba demasiado abrumada como para quejarse por ello.
Y se congeló al ver la acompañante de Natasha quien le dirigió una sonrisa burlesca, la cual le provocó náuseas, recordando inevitablemente a su madre con ello, esa expresión era la que usaba cuando las peores torturas se avecinaban.
¿Qué hacía Natasha con ella?...
La rusa quedó en una especie de hipnosis en admirar a la menor a la distancia, definitivamente el color rojo era su favorito, sólo odiaba que la primera en verlo fuera esa mujer pero ya no quedaba nada para poder llevársela consigo.
——Nos están mirando——susurra Brenda a su lado——ya verás como vendrá sola a ti, sólo sígueme la corriente——dice para no dejarla contestar en cuanto la tomó por el escote de su vestido y la atrajo contra suyo, besandola apasionadamente
Verónica sintió su corazón ser traspasado por una estaca, era demasiado como para poder asimilarlo...
Si bien ella misma le había dejado el camino libre a Natasha y esclarecido literariamente que encontrara a alguien para amar como necesitaba por no poder dárselo, no evitaba el dolor asfixiante que la arremetió, siendo peor al tratarse de la hija de su peor enemiga y con quien se habían declarado la guerra abiertamente.
La pelirroja estaba al tanto de lo que sufrió en sus manos, y como Brenda a estado detrás suyo para cazarla como un trofeo a Hawley. Y esta acción, o que simplemente congeniaran solo podía traducirlo como una traición, siendo más desconcertante para su alma de lo que pudiera haber esperado.
La sangre inundó su boca debido a la presión de sus dientes en el interior de su mejilla, y sus ojos parecían quemarla al retener las lágrimas que querían salir, se sentía tan tonta por decaer ante algo tan superficial para su verdadera misión pero no podía evitarlo, aunque lo deseara con todas sus fuerzas.
——¿Lo ves?——exclama Leonor en su oído——Únicamente me tienes a mi, cariño, yo nunca podría cambiarte por nadie, porque en mi mundo tan sólo existes tú——murmura la pelinegra al acariciar su cabello
Y la delicadeza con lo que lo hizo terminaron por desorientarla, no entendía nada de lo que sentía su corazón en estos momentos siendo una mezcla agridulce de sentimientos contradictorios.
No quería seguir con ello, no era el momento ni tenía la fuerza para enfrentarlo, debía poner su mente en blanco como su corazón y pensar fríamente con los ojos puestos únicamente en sus planes, nada más debía importar.
Así Verónica no respondió más que para alejarse de todo mientras trata de concentrarse en vigilar el sistema de seguridad del lugar, el cual ya había hackeado para obtener las cámaras, donde esperaría la llegada de Záitsev y sus secuaces.
Natasha la separó de si en cuanto el beso se alargó, y todo su arrepentimiento en hacerle caso a Brenda la golpeó con creces al ver como el rostro de la Stark trataba de no deformarse ante la angustia, sintiendo sus amargos síntomas como propios y aumentados al ser la causante.
Sólo quería correr hasta ella y explicarle todo, decirle cuanto la quería y besarla en frente de todos.
——Ve por ella, yo me encargo de distraer a Leonor——sonrió la agente a su lado
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Verónica estaba sentada en la barra con una cocacola a medio beber junto una orden de papas fritas, tras el incidente con el perro no había comido y desde que estaba con Leonor las veces que lo hacía eran escasos, porque le era inevitable pensar en la prisión cuando la hacía comer con ella luego de sus noches o en recompensa tras haber recurrido en las torturas de Hawley o haber herido a alguien que quería solo por el hecho de acercársele.
Trataba de poner atención en las cámaras reflejadas en su móvil alterado para no ser rastreado, pero sus pensamientos rotando entre Natasha y Leonor se lo dificultaban con creces.
Además que había visto a Brenda rondearla a la distancia hasta que de un momento a otro salió de su vista por completo.
¿A dónde había ido?
El ruido de la silla a su lado fue su respuesta, sacando su arma para esconderla entre su cuerpo y la barra mientras apuntaba a la rubia sin siquiera voltear a verla.
——Un movimiento y estas acabada——exclama la Stark para meter una papa en su boca——no querrás armar una carnicería innecesaria, puedes decirle a tu madre que me perdiste de vista
——Que hambre, ¿Tú novia no te da de comer?——murmura la rusa a su lado y Verónica se tensa ante sus florecientes nervios , no habia esperado que se le acercara tan rápido, recurriendo a morder su lengua para retener cualquier tipo de emoción
——Digamos que ella es de caviar y champán mientras yo de hamburguesas y una cocacola helada——comenta la Stark mostrando un semblante sin expresión alguna aunque por dentro tuviera un verdadero torbellino
Natasha mordió su labio inferior, tenía preparado un mundo de frases que decirle pero tan sólo al tenerla a su lado estos habían sido borrados.
——¿Por qué estás justamente con ella?——no pudo evitar preguntar la menor, el nudo en su garganta había aumentado
La rusa alcanzó a ver un rastro de sentimientos en la mirada se la Stark, pero fue efímero, pero había demostrado una angustia arrasadora que presionó aún más su pecho, la había herido una vez más.
——Yo...——Natasha suspiro al su voz salir temblorosa——Te dije que te apoyaría en esto y acabaría con Hawley, lo de Brenda ha sido una estrategia para llegar a ti
Verónica se quedó en silencio sus palabras sólo habían logrado confundirla más y su mente estaba demasiado nebulosa como para responder coherentemente.
——Gracias a ello pude venir a buscarte para llevarte conmigo, su cabeza es tuya, no permitiré que se te acerque——asegura para alcanzar la mejilla de la menor antes que pudiera reaccionar y dejó suaves caricias en esta, ganando la mirada de la Stark quien se quedó hipnotizada en sus esmeraldas——sólo ven conmigo——susurró para acercar su rostro al suyo, dejándose llevar por el fuerte imán que la atraía a su cuerpo y escencia.
Verónica entró en si al sus labios estar a centímetros de rozarse, corriendo la cabeza mientras se aleja, concentrándose en calmar el frenesí de su corazón.
La rusa la miró desconcertada y se dió cuenta del anillo de brillantes en su dedo aún sobre el guante de encaje, era igual al que había visto en Leonor cuando Brenda fue a buscarla hace un rato.
Esos anillos son de compromiso, toda su juicio se nubló ante la rabia por ello, no, Verónica no podía estar con ese monstruo...
¿Pero si es verdad?...
¿Si ya se habían besado y estado juntas?, ¿Verónica la aceptó?
Los celos terminaron apoderándose de su juicio, tomando bruscamente la muñeca de la Stark, quien quedó abrumada ante las esmeraldas con un inmensurable brillo incinerar ante las chispas que parecían fulminarla.
——¿Qué es esto Verónica?——musita Natasha entredientes mientras las posibles escenas de Leonor y la Stark no salían de su mente
——No me tomes así——exclama para el nudo en su garganta terminar por explotar y su voz quebrarse mientras sus orbes se cristalizan sin más——tú no
Las palabras de Verónica la hicieron volver en sus cinco sentidos para romperse al verla al borde del llanto por su culpa, soltando su muñeca inmediatamente y sentir sus lágrimas acumularse al ver el tono rojizo que iba a adoptar, deteniéndose a acariciar la zona afectada.
——Perdón, Ronnie, es sólo——suspira besando su muñeca, para fijarse en más detalle en la menor y como había perdido peso considerablemente desde la última vez que la vio, seguramente no comía bien al tener que estar junto a Leonor, era claro que no estaba a gusto y ella había desconfiado tan solo con una provocación——Perdóname por malinterpretar todo
——Ya que estás aquí necesito tu ayuda——murmura Verónica al reincorporarse y mostrar un semblante frío como el hielo
——Haré lo que necesites
——El niño al que todos buscan está conmigo, Leonor lo trajo como salvoconducto pero no está seguro cerca de ell...——la menor baja su cabeza, mordiendo su labio inferior antes de seguir——Sólo es un niño, debe estar con sus padres
——Claro que te ayudaré a regresarlo con ellos, pero tú vienes conmigo, no te dejaré ir Ronnie
—No, yo me quedaré, debo hacerlo porque es la única forma que tengo para llegar a ella
—Pudes vengarte a mi lado
—No quiero que ellos lleguen a ti— murmura la menor sincera—y no puedo dejar sola a Leonor ahora, ella está enferma por mi culpa, y todo lo que ha pasado también lo es, si se comporta como una demente es porque le hicieron daño por mi causa, desde que era una niña y estoy realmente confundida por amb...
——Nada de ello puede ser tu culpa——Natasha la abrazó al ella tratar de retener sus lágrimas por lo que su cuerpo temblaba, acarició su espalda suavemente——No tienes que preocuparte por ella, no después de lo que te hizo
——Es mi deber hacerlo——murmura la menor al inhalar una última vez su perfume a jazmín para empujarla fuertemente, haciéndola caer de golpe a suelo en cuanto sintió una sutil ráfaga avecinar.
Y al quedar en la posición donde antes estaba la rusa, formó su abdomen en metal, no tardando en chocar una navaja contra su piel.
Encontrando la mirada furiosa de Leonor a la distancia.
Natasha no comprendió nada de la acción de la menor contra suyo hasta ver el cuchillo caer y voltear a quien lo lanzó, era ella.
¿No era que Brenda la iba a distraer?...
——No debes cuidarme, yo soy quien debe cuidar de ti——exclama la rusa al recordar su último momento con la Stark
——Debo crear la distracción mientras tu aprovechas de irte, William necesita a su madre
——¿Y tú, Ronnie?, ¿Cómo podré mantenerte a salvo si te esmeras en alejarte?——murmura Natasha al conectar sus miradas
——Yo sé cuidarme sola——aseguró la Stark al sacar dos pistolas escondidas entre el drapeado del escote de su espalda——Ahora sal
Exclama para comenzar a caminar mientras reparte tiros al aire.
Leonor no demoró en alcanzarla mientras la imitaba.
——Los quiero todos boca abajo y cubriendo su cabeza——Verónica exclama al hacer mímica——Imaginen que hacen yoga, concentrebce en su respiración mientras pueden llamarla la posición fetal
——¿Qué haces?——gruñó Leonor ya a su lado
——Planear la distracción——le susurra la menor
——Concentrate en lo que debes entonces, ve a vigilar yo voy por el dinero——la ojiazul se queda mirando a la Stark, la que no se había movido——¿A qué esperas?, Ve ya
——Tienes un afán por ponerte sobre mi, creyendo que me puedes gobernar mientras yo debo obedecer sin rechistar, ya estoy harta de ello——Gruñe Verónica al arrugar la nariz, ahora que William estaría a salvo no tenía porque seguir haciendo lo que la pelinegra quisiera.
La mayor la miró en advertencia pero la castaña no se intimidó.
——Las cosas desde ahora van a cambiar, ¿Iguales o cada una sigue el plan por su cuenta?——musita al encarnando su ceja mientras Leonor la veía incrédula tal como los espectadores
——¿En serio tendremos está conversación ahora?——dice sin poder evitar una mueca
Un grupo de hombres infiltrados entre los rehenes trataron de levantarse y las chicas se miraron, eran los secuaces de Hawley.
——Tú sigue, yo voy por él——exclama la Stark y antes que Leonor pudiera detenerla, le dispara en la pierna a uno de los hombres para abrir fuego y dejar a la mayor a retenerlos mientras se abre camino hasta el ruso
——¡Ven aquí, ahora!——gritaba la ojiazul a sus espaldas mientras esquivaba los ataques y disparaba a los que alcanzara, gruñendo al estos aumentar y tener que esconderse para seguir la lucha como bajar la cantidad que siguió a la menor.
Natasha quien se había ido con el corazón en mano, se devolvió corriendo al oír los disparos, encontrando a Leonor luchando con agentes de Hydra mientras llegaba Brenda a socorrerla, la que también usaba un disfraz para no tener que dar explicaciones a su madre.
¿Qué era lo que planeaba en verdad esa mujer?... No tenía tiempo para pensar en ello, debía encontrar a Verónica antes que pudiera pasarle algo.
Avanzó al piso superior, antes de llegar a la azotea revisando cada paso mientras chocaba con los agentes inconscientes por la Stark, una sonrisa de orgullo se posó en sus labios, cada vez la sorprendía más con sus capacidades pero no quitaba el hecho que pudieran herirla y el peligro era mucho mayor al tratarse de Hawley.
Un grito de Verónica la hizo saltar, corriendo con el alma pendiendo de un hilo mientras sus pies temblaban a cada paso.
——¿Cómo llegaste a mi, mocosa?——exclama una voz que provocó un extraño escalofrío en la pelirroja
El hombre empujó a Verónica contra una habitación tras haberle dado una corriente de energía , al tomarla por sorpresa y Natasha le apuntó, pero quedó estática al reconocerlo.
Su cuerpo se congeló y sus memorias arrasaron con su mente, recorriendo su alma como un tsunami mientras no dejaban de aparecer una por una.
Recuerdos de un ser despreciable del cual no podía permitir acercarse a la Stark por nada del mundo.
Era Yaroslav Záitsev...
Su mayor entrenador en la habitación roja...
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