XIII "cause and consequence"
"Causa y Consecuencia "
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Abordaron el Quinjet sin demora con los hombres que quedaban con vida, Leonor avisó a sus superiores su exitoso resultado donde unas cuantas muertes no les eran relevantes y lejos de generar algún tipo de culpa, estaba orgullosa del logro de la menor, su proyecto estaba dando frutos.
Pero por otro lado en sus impredecibles emociones, predomina la furia, repitiendo una y otra vez la traición de la morena luego de creer que llevaban un avance en su relación.
Sus besos, sus caricias, sus gemidos y cuando detuvo todas sus acciones para preguntarle si estaba bien, pudo ver preocupación en sus orbes castaños...
¿Todo había sido un engaño?...
No la dejaría alejarse aunque así fuera, volverían a ese lazo que las unió en su niñez aunque tuviera que usar la fuerza.
Aún presa de sus pensamientos, Leonor se dedicó a limpiar la sangre seca del rostro de la menor, aún había fallas que podrían afectar su salud en una mayor escala, tenía que buscar una solución para revocar los efectos secundarios, sino la perdería y sería algo que no podría aguantar.
Donde tras aparecer la noche llegaron a prisión, encaminando a las reclusas en aislamiento, exceptuando a la menor y a Verónica quien seguía inconsciente.
La pelinegra la llevó a su oficina mientras manda a uno de los guardias por el Dióxido de Litio, el cual que le inyecta a la morena y no demore en despertar.
Sus ojos se encuentran al hacerlo aunque con diferentes reacciones, una clara molestia que busca calmar y la otra con miedo de lo que pueda esperar a ella y sus compañeras.
——Intestaste huir de mi Verónica, habrá consecuencias——dice sin bajar la intensidad de sus azulados y fulminantes orbes
La nombrada se levanta al tragar todas las emociones y pensamientos que la pudieran nublar para quedar frente a frente, lista para cualquier castigo ya que el sufrimiento físico cada vez le era más soportable por lo que la miro desafiante, acción que termino de molestar a la azabache.
Ya habían probado de todo con ella, golpes, cortes, quemaduras, látigos, encierros denigrantes, dejarla sin comer por dias, ahogarla al cubrir su cabeza con una toalla a la que le tiran agua y las infernales sesiones de electricidad donde hubiera preferido que su mente hubiera olvidado todo para sólo ser sufrimiento físico pero al parecer la vida también quería atormentar su corazón ya trastornado.
¿Qué más podían hacer?
——Haz lo que quieras——murmura Verónica entredientes y sin abandonar la altivez en su mirar
——No lo haré yo, sino tú——la mayor sonríe de lado al sacar una pistola de su cinturón donde la castaña mordió el interior de su mejilla y no demostrar inquietud al temer lo peor de la sádica presidenta
——Está cargada——murmura Leonor, analizando en detalle sus reacciones o buscar hacerlo ya que la mirada de la menor aún a ella le parecía indescifrable
Los guardias estaban afuera, Leonor se había encargados que lo suficientemente alejados, un riesgo que necesitaba correr al querer ver si Verónica sentía algo por ella en realidad donde si la menor no aprovechaba la oportunidad de terminar con su vida, significaba que ya era suya en todos los sentidos.
——¿Qué planeas? ¿Una prueba de fé?——exclama admirando el arma, acertando precisamente en los deseos de la pelinegra—Se que no te debo disparar, sólo me traería problemas peores aunque quisiera hacerlo
——Es para ella——Leonor señala a la novata quien estaba encadenada a una silla con la boca tapada con un lazo, sollozando aterrada
Verónica sudo en frío con su respiración fallando debido a la presión en su pecho, le había tomado cariño y a pesar de su traición la consideraba la hermana menor que nunca tuvo.
Era tan sólo una joven condenada si, por un robo a un auto que terminó siendo fatal por no saber que había un bebé a bordo hasta que fue demasiado tarde...
Y su verdadera condena fue conocerla a ella, nunca la debió meter en esto.
Quería terminar con su vida, ella fue la que se convirtió en un monstruo e incluso hoy asesinó a dos docenas de hombres sin escrúpulo alguno...
Ella es quién merece morir y quizás al hacerlo alfín se sentiría libre de sus tormentos...
Pasaron eternos minutos de trance en la morena por lo que la mayor decidió actuar.
——Sino lo haces tu, lo haré yo y no seré compasiva——advierte entredientes
Verónica toma una bocana de aire para llenar sus pulmones por completo, cerrando sus ojos para poder ver los recuerdos de su vida pasar mientras elige solamente los buenos y es irónico que aún muchos de ellos sean de la rusa que debía haber olvidado.
Apuntó a su cabeza, quería un tiro definitivo pero una abatida azabache le impidió cualquier acto.
——Si te atreves a dispararte te juró que...——Leonor dice con la voz ronca y dirá mientras retiene la angustia como pánico instalados en su garganta——Te juró que a Lilith y Elena las torturare hasta la muerte
Verónica ya sin poder resistir más deja caer sus lágrimas sin filtro alguno——¡No puedo!——solloza pero la mayor no se conmovió con ello y en cambio la cólera se apoderó de su semblante
——¿Por qué la defiendes?, Te traicionó sin inmutarse——gruñe al apretar la mandíbula, queriendo matar a la joven por mano propia
——Es mi amiga, no le haré daño——asegura la castaña
——Entonces deberas acabar conmigo porque no me voy a retractar——dice la azabache al verla a los ojos directamente y ella poder ver la angustiosa ansiedad bajo los orbes zafiro, cayendo en un dilema nuevo de querer apoyarla o terminarla
——Leonor se que te lastimé, perdóname en verdad lo siento ya que me arrepentí desde el primer momento cuando estuvimos juntas pero necesitaba alejarme de este lugar, debes entender que...
——¡Basta!—— Leonor la interrumpe al sentirse confusa con sus palabras, no quería dejarse caer por ellas, no podia——Decide ya——murmura seria al disparar con total frialdad la pierna de la joven de la disputa para Aída gritar de dolor
——¡No!——la Stark solloza—— ¡¿Por qué haces esto?!——dice histérica al tomarla de la camisa
——Te hago más fuerte——murmura Leonor para empujar su cuerpo contra el arma——Quien muera es desicion tuya, la misión es volverte mejor
Verónica muerde su labio hasta sentir el sabor de la sangre, estaba entre la espada y la pared, no sabía que hacer y debia actuar rápido antes que la menor se desangre.
Atreviéndose a mirar a la pelinegra a los ojos pero esta vez en esa oscuridad que los caracteriza, notó un nostálgico brillo oculto bajo esos muros que lo protegían. Ella no tenía la culpa de estas reacciones, fue criada de esta forma, no conoce otra forma de actuar. Y precisamente eso era lo que le evitaba odiarla como quisiera y debería, sentía una empatía inevitable junto a las ganas de cambiar sus tormentos para ver como era tras esas máscaras.
Pero por otro lado Aída era una niña aún, era vulnerable a los caprichos de estas personas, una simple marioneta más.
Verónica suspiró queriendo ahogar su llanto para acercarse a la aterrada chica mientras acaricia su cabello, buscando calmar sus lágrimas.
Mientras Leonor apretaba los puños hasta tener los nudillos blancos de la frustración y enojo por la acción de la joven Stark, ¿Por qué a ella le demostraba ese amor?
Verónica al percibir su respiración más serena, comenzó a tararear una canción de cuna en el idioma natal de la menor.
——Tawaquf eran albika'
"Déjate de llorar"——la castaña seca sus lágrimas
——Yalla, Yalla, habibibi
"Vamos, vamos, mi amor"——canta al acariciar su cabello
——Rafraf bijanahik mithl gamma
"Agita tus alas como una paloma"
——Wayatir 'iilaa alhuviya
"Vuela a la libertad"——Ve como la chica cierra los ojos y los suyos se cristalizan
——Yalla, yalla habibibi
"Vamos, vamos, mi amor"
La takhaf 'akthar
"No temas más"——Sus lágrimas corren sin más como el sollozo atorado en su garganta——perdóname——murmura Verónica casi inaudible al apretar el gatillo directo en su corazón, la muerte fue instantánea como la abatida reacción de la atónita espectadora
——Moriría de todas formas——exclama más para sí, buscando convencerse y no caer en la inevitable culpa de haberse convertido en la asesina de su amiga
La azabache en cambio trataba de calmar su ansia, Verónica no quiso matarla, después de todo si le debía tener algún aprecio.
Quiso tomar su mano y abrazarla, ignorando rotundamente el cadáver a su lado.
——no me toques——la menor se corre altiva sin querer mirarla, estaba devastada——Quiero ir a aislamiento——exigió, necesitaba estar a solas y llorar hasta romperse, disculpándose con el alma de la pobre chica a la que le arrebató la vida
Donde Leonor no pudo forzarla al sentir un nudo en su garganta que se lo impedía, dejando que se la llevaran a la celda.
Verónica una vez cerrada la puerta sintió todas las emociones golpearla con fuerza, cayendo al suelo de rodillas con la culpa carcomiendo su mente y corazón.
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——¡Le digo que yo puedo manejarlo!
——No me subas la voz, Leonor——murmura la rubia mayor——Verónica necesita mano dura y tú estás demasiado blanda últimamente
——Basta, yo se manejarla——la pelinegra vuelve a interponer su cuerpo entre los pasos de su superior mientras su mirada se torna desafiante
——Tal vez debería reemplazarte, olvidas la regla más importante——acerca su rostro hasta su oído——No interponer las absurdas emociones——sus pupilas se dilatan ante la histeria
Leonor asiente resignada, apretando su mandíbula al tener que dejarlos pasar.
Los guardias llevan a la morena sin problema ya que no opuso ninguna resistencia, tenía la vista pérdida como sin vida, lo que la azabache pudo notar con amargura.
Nuevamente en la sala de torturas, ya había perdido la cuenta de sus visitas a ese lugar, al igual que las cantidades de marcas en su cuerpo.
——Bienvenida otra vez——sonríe sadicamente, Hawley——Hoy aprenderás a no morder la mano de tus dueños
Hace una seña y los hombres le ponen un collar eléctrico.
——Aunque si eres buena, no tendremos que llegar a la fuerza innecesaria——dice con una siniestra dulzura mientras peina su cabello——¿Vas a Cooperar?
——Vete al diablo——diablo escupe sus palabras la menor, mientras la rabia poseía su mirada
——Bien——exclama la rubia y sonríe al mover la manilla del control
Para agujas incrustarse en su cuello y traspasar sus principales nervios donde deja pasar una corriente eléctrica directamente en ellos.
Veeonica se retuerce del dolor en su puesto mientras siente todo su cuerpo quemarse por dentro, donde Leonor quería detenerla pero al alzar la mano la rubia con clara amenaza en sus ojos, se queda inmóvil.
——¿Vas a obedecer?——Hawley levanta su cabeza al tomarla del cabello, su nariz sangraba por la intensidad de los volteos——¡Responde!——grita al jalar más aún el agarre
——s...i——Verónica exclama como puede para ser soltada
——Perfecto——la señora sonríe complacida ——Traiganla——murmura para los centinelas traer una niña consigo, la que pataleaba una y otra vez para librarse de ellos, inútilmente al ser tan pequeña.
Verónica al verla sintió el mundo estremecer ante pánico, era ella, la chica que le ayudó en la India.
"Estos malditos"
——La encontraron husmeando cuando fueron por ti, ¿Es amiga tuya?
La niña levanta la mirada encontrando la cara conocida entre las demás personas donde sus ojos se llenaron de lágrimas al hacerlo.
——¡Dijiste que me cuidarías!... Que eras buena, ¡Me mentiste!——sollozaba la pequeña sin dejar de patalear, ahora queriendo golpearla
Verónica no reaccionaba, estaba perdida en la culpa y el terror de verla sufrir debido a ella.
Era tan solo una niña sin culpa de nada, un ser inocente y puro que tiene toda una vida por delante.
——Sólo debes acabar con ella, es una mini rata con una vida despreciable, le harías un favor a ella y su miserable familia——asegura la rubia sin una pisca de emoción en su mirada
——¡Eres un ser despreciable!——Verónica se levantó histérica, soltandose de las cadenas al adaptar su cuerpo al hierro con las llamas azules que brotaban de su cabello y ojos, los que no demoran en llorar sangre ante la intensidad de sus poderes
Estando dispuesta a matar a la dueña de sus tormentos aunque muriera en el intento es detenida por su propio cuerpo al sentir el dolor aumentado con la lluvia de electricidad que sufrió su cuello, traspazandola por todos sus nervios.
Cayendo al suelo mientras grita desesperada con la sangre brotando también de su boca y nariz, escupiendo grandes cantidades del líquido vital.
Donde Leonor corrió a tomarla en sus brazos cuando comenzó a convulsionar.
——¡Déjala ya!——suplicó la pelinegra sin importarle mostrarse vulnerable ni retener sus lágrimas de terror de ver a la chica que ama al borde de la muerte
——Aún no me ha pedido perdón——exclama Hawley al levantar los hombros como si nada
——¡La vas a matar!——Leonor gritó con la voz ya quebrada
Donde Hawley al ver como Verónica no parecía dar tregua alguna en pedir clemencia, detuvo los volteos y la convulsión también cesó con ello.
Verónica parpadeó abatida, mientras seguía sostenida con fuerza pero pudiendo sentir como los brazos que la aprisionaban, temblaban ligeramente.
——Veo que eres una rebelde, pues te vas a enterar——La rubia se levanta hacia ella
Y Leonor gruñó como una fiera, apretando a la menor contra suyo, mientras mira desafiante a la mayor, dispuesta a sacar su arma en cualquier momento.
Donde los hombres la retienen antes de cualquier locura, alejandola de la chica Stark quien cayó de golpe al suelo al hacerlo.
——Ahora si cumplirás——murmura Hawley al inyectarle un líquido negro que la hizo desmayar
Donde en tan sólo cuestión de minutos, Verónica abra sus ojos y se levantar la cabeza en su dirección.
——Mata a la niña——ordena la señora con una siniestra sonrisa en su contradictorio rostro dulce
La castaña se levantó y caminó hasta la menor sin emoción alguna en su mirada mientras su mente ya no le pertenecía.
La niña pataleaba, lloraba, suplicaba y gritaba aterrada pero no era escuchada, la mujer que conoció no era ella misma en estos momentos.
Y sin una pisca de remordimiento en sus actos, forma una punta afilada en su mano para degollar a ésta, manchando su cara de sangre como su alma cuando se enteré de sus actos.
La mujer de edad sonrió y aplaudió feliz de su logro.
Alusión que acabo en cuanto el cuerpo maltratado falló cayendo una vez más al frío suelo.
——Ya es todo por hoy, llevensela——demandó para los encargados subirla a una camilla camino a enfermería.
——En cuanto a ti Leonor, deberías pensar en tus actos no es bueno defender a una enemiga, Verónica simplemente es nuestra arma
——Eso no le incumbe——dice la pelinegra entredientes
——Date cuenta, ella te odia, es inútil quererla, sólo saldrás lastimada y cuando lo hagas, estarás más perdida que si yo, te matara por dejarte llevar por tus emociones——aseguró la rubia mientras la veía de reojo
——Se lo que hago——bramó la menor
——No me digas que no te lo advertí——Hawley exclama en su oído antes de irse
La pelinegra no demora en ir con la menor, mandandola a su cuarto mientras ella iba por lo necesario al hospital.
Una vez en su habitación dejó las cosas en la mesita de noche, para cortar con cuidado sus prendas.
Sumergió un algodón en alcohol para limpiar sus heridas como la sangre seca, puso pomadas en los hematomas que decoraban diferentes zonas de su cuerpo debido a la electricidad ejercida.
Y finalmente le puso una bata ligera para arroparla en su cama.
Suspirando al ver su rostro que aún con sus ojos cerrados se podía apreciar la angustia plasmada en ellos, acarició sus mejillas como cabello con suma delicadeza, antes de inyectarle su dosis de dióxido de Litio.
——Tranquila, ya estás a salvo——murmuró la pelinegra al verla despertar sobresaltada para la menor alejarse con una punzada en su cuello que la hizo chillar
——No debes hacer movimientos bruscos——exclamó la ojiazul mientras buscaba alcanzar su cabello y poderlo acariciar en su calma pero la joven no se lo permitió
——¡¿Por qué haces esto?!——dice Verónica ya harta de su situación, no sólo su sangre la manchaba sino la de inocentes y aún no sabía que sus manos asesinaron a la pequeña niña que quiso proteger
——¿Qué cosa?——exclama la pelinegra sin voz ya que se sabía perfectamente a que se refería
——Te comportas como una hija de puta y me torturas de todas las formas o no evitas que lo hagan——murmura la joven histérica——y luego vienes preocupada de mi estado, ¿Qué te pasa?, ¿Estás demente acaso?
——Yo——dice la mayor casi sin voz por formarse un gran nudo en su garganta que dificultó la salida de cualquier oración
——Me odio por no poder odiarte, ¿Sabes?, Eres despreciable contigo, conmigo y el mundo pero no pude matarte cuando tuve la oportunidad, en cambio maté a mi amiga para condenar a una pequeña niña a las manos de esa maldita sádica que obedece en todo
——¡Te amo!——confiesa Leonor ya desesperada——Desde que te conocí que lo hago, ¿Aún no lo entiendes?
Verónica ríe en seco ante lo dicho por la principal auspiciadora de sus tormentos——¿Entonces por qué me haces daño?——exclama al hilo
——No sé como lidiar con lo que me haces sentir, nunca me había interesado nadie y siempre me dijeron que estaba mal hacerlo——explica sincera mientras con su mirada busca demostrar la veracidad de sus palabras
——No es excusa para lo que me haz echo, todo lo que he sufrido es gracias a ti
——Sólo cumplí mi deber, si no...
——¿Si no qué? Deja de buscar excusas para lo que no tiene perdón Leonor—murmura la menor con furia de verla pero nota de paso unas minúsculas manchas en el cuello de la pelinegra, estaban en dos filas rodeandola, todas perfectamente iguales; las que la hacen volver en sí
Eran las marcas del collar que usaron con ella, también la habían torturado y seguramente fue por su causa.
——¿Qué te hicieron?——dice al pasar la yema de sus dedos sobre estas con la culpa golpeándola y dormir su cólera
Donde Leonor la mira y al notar sus ojos aguados por ella, no puede evitar desmoronarse ahí mismo, frente a esos orbes castaños que anheló tanto.
Verónica no esperó en rodearla en un abrazo, haciendo un poco de presión para que se pudiera desahogar en su cuello. Mientras su corazón, mente y consciencia tenían una nueva lucha dentro suyo, una que no parecía dar tregua alguna.
En lo que Leonor se debatía en una encrucijada de sus creencias bajo su estricta y sádica crianza como parte del proyecto Fénix de Hydra, como del amor que sentía por la joven objetivo de su misión desde que la conoció siendo una dulce niña de rizos castaños, donde la tierna sonrisa con falta de dientes de leche, abrió una puerta que desconocía en su corazón.
Pero de ahí el dilema, su cariño estaba prohibido como cualquier muestra de sentimientos, Verónica Stark era la niña pródigo de su causa y para lo que la entrenaron toda su vida.
Tuvo que formar parte de las torturas de su amada, encomendarlas y algunas veces practicarlas pero con cada vez, una cuchilla se enterraba en más profundo de su pecho en cuanto lo hacía. Pero no había de otra, no podía ir en contra de Hawley o Verónica sufriría el daño aumentado por su culpa como cuando la comenzaron a drogar para manipularla y como ahora que la tiene en brazos, temblorosa por un abuso auspiciado por sus superiores.
"¿Qué podía hacer más que curarla de sus daños?"
——Ayúdame, no sigas más con ellos——una sonrpendida azabache la escuchó decir, para sentir su mundo temblar ante la propuesta para ella inimaginable, estaba acostumbrada a la forma de vida que tenía hasta ahora, creció en base a castigos físicos y mentales, era algo natural por lo que nunca en su mente se le ocurrió una posibilidad de huida.
——¿Qué dices?——murmura la ojiazul aún abrazada a la menor, dejándose en embriagar de la fragancia natural que desprende
——Huyamos juntas, vámonos de este infierno——propuso Verónica al buscar su mirada y con ella la positiva a la necesidad de huir del lugar de sus tormentos, de los tormentos de ambas
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