Cap. #43 "La conquista del Espíritu"
Entré con Splinter al Dojo y ambos tomamos aciento. Estaba algo nerviosa, el hecho de que mi maestro me pidiera hablar con él sólo significaba una cosa... Algo había hecho mal.
Splinter: Supongo que sabes por qué te llamé. -Dijo seriamente una vez que ambos nos sentamos. Pensé por un momento.
Rose: Pues, no podía saberlo con exactitud. Pero, supongo que... Algo hice mal. -Alzó sus orejas un poco y sólo pensó.
Splinter: Buena teoría. -Dijo aún sin expresión. -¿Tienes idea de lo que hiciste mal? -Suspiré apenada, claro que lo sabía. Le miré.
Rose: Tal vez tenga una idea. - Dije mirando el suelo. Sólo se dedicó a prestar atención. -Si, Sensei. No debía buscarla, lo sé. -Confecé esperando a que no se molestara.
Splinter: No sólo eso. -Le miré. -Como lo mencionó mi hija, perdiste tu tiempo dialogando en lugar de investigar lo que debías descubrir. Te arriesgaste en tu misión.
Rose: Lo sé, Sensei. Sé que podía irme con facilidad, pero no pude hacerlo, algo me incitaba a quedarme.
Splinter: Rose. Durante este tiempo te he estado conociendo al igual que mis hijos. Tienes tu ética y la educación que te dotaron tus familiares. Sabemos que eso te impidió hacerles más daño del que les hiciste aunque a ella no le interesara en absoluto. -Bajé mi mirada lentamente. -Anteriormente viviste con ella y te demostró la falta de importancia que tiene hacia ti, es considerado de tu parte preocuparte por ella, sin embargo, no significa que debes estar detrás todo el tiempo.
Rose: Lo sé, cometí un error, no debí buscarla.
Splinter: Yo entiendo tus intenciones. Pero, a veces tu error más grande es el ser abiertamente correcta.
Rose: Si, lo sé. Debo dejar que ella se vea. -Me miró un segundo. Suspiró.
Splinter: Tu entrenamiento es el de un Ninja. Una persona que se mueve por las sombras sin dejar rastro, que no transmite emociones con sus enemigos y que su único objetivo es vencer y llegar a salvo a casa.
Rose: En serio lo lamento.
Splinter: Acertaste en tu error, pero en realidad hay uno que abarca casi siempre. -Dijo sorprendiendome, eso no lo sabía. -Eres muy parecida en Donatello especificando este error.
Rose: ¿Podría decirme cuál es?
Splinter: Es sencillo, como dije, tienes tu ética, clasificación de a quién atacar y a quien no. Pero, un Ninja siempre debe ser invisible ante las misiones sin importar a quien tenga que quitar del camino. No me refiero a que apalees a toda la ciudad, el Clan Hamato siempre ha hecho lo corrrecto. Pero lo que estoy tratando de decir es que tu mente es un problema.
Rose: ¿Mi mente?
Splinter: Analizas demasiado. Sé que tomas en cuenta el lugar donde peleas, las armas que llevas y la clase de persona con la que estás peleando. Por esa razón no podías ser capaz de atacar a los mutantes del Clan del Pie, sólo podías ver el hecho de que son grandes y fuertes, por lo que no te permitías demostrarte lo que eres capaz. No confías en ti misma. En este caso, estuviste analizando cómo entrar a una casa y te olvidaste de ocultarte, así que fácilmente te descubrieron. Además, como se trataba de un pariente, analizabas las posibilidades de defenderte y no dañarla, eso te desventajó frente a ella. Tomaste en cuenta a tu familia, el futuro de ella y de su esposo. -Me miró fijamente. Era impresionante, tenía razón. -¿O me equivoco? -Negué ligeramente.
Rose: No, Sensei. Es cierto.
Splinter: Analizar la situación es una parte fundamental de un buen ninja, pero tu piensas más de lo que peleas.
Rose: De acuerdo. -Dije apenada, ese error era de todos los días. -Intentaré corregirlo, Sensei. - Dije al hacer una pequeña reverencia. Él pensó.
Splinter: Para asegurarme de eso, te tengo una propuesta. -Dijo antes de ponerse de pie. Pensé y le miré curiosa. -Harás una prueba.
Rose: ¿Una prueba, Sensei?
Splinter: Un ninja antes de controlar a su cuerpo, debe dominar su espíritu. Sólo así, te enfocarás en el objetivo de ser un Ninja, estar a tono con la naturaleza para estar en paz contigo. Dominarás tus errores y aprenderás a manejarlos, es una prueba delicada, pero eficaz. La conquista del espíritu.
Rose: Un momento. Ya había oído sobre eso. Sensei, esa prueba es para Ninjas y yo sólo soy una estudiante aún.
Splinter: Esa es la propuesta que quiero compartirte. -Me puse de pie, quería saber de qué se trataba. -Cómo tengo entendido, tu estancia aquí es sólo temporal hasta que tus padres lo decidan. Tu entrenamiento ha sido muy bueno, eres una excelente aprendiz. Pero tu error es lo único que te impide ser más. Un Ninja confía en su fuerza y habilidades. Así que esto es lo que propongo, si pasas la conquista del espíritu con éxito, te ascenderé a Kunoichy. - Me sorprendí totalmente, no lo esperaba.
Rose: ¿Ku- Kunoichy? -Decía asombrada.
Splinter: Naturalmente eres muy buena dominando tu cuerpo y en el Taijutsu, pero tu falta de confianza te debilita. Pedes ser más si dominas tu espíritu. Es una de las 18 disciplinas Ninja. El Seishin Teki.
Rose: Vaya, supongo que... Esto llevó días de meditación.
Splinter: Así es. Esta prueba es delicada, así que necesitaba confirmar.
Rose: Acepto su propuesta, Sensei.
Splinter: Buena decisión. La prueba consiste en alejarse de la zona de confort y salir al bosque a interactuar con la naturaleza.
Rose: ¿Bosque? -Pregunté curiosa, entonces comenzó a explicarme exactamente a lo que se refería y muchas otras cosas más. Estaba dispuesta a tomar el reto, quería enorgullecer a mi maestro.
Cuando todo terminó, me encargué de enterar a Donatello. Cuando supo la propuesta, se asombró como yo. Se enorgulleció grandemente y comenzamos a hablar al respecto.
Pasaron tres días después de esa charla. Las tortugas se encargaron de aconsejarme respecto a la comida en el bosque y sobre las batallas espirituales. Todo sonaba a locura, pero confiaba en mis amigos y mi Sensei.
Splinter decidió que iríamos a la casa de verano de April y que haríamos de ese bosque el lugar para la prueba. Leonardo nos acompañaría para supervisar.
Estábamos en la salida, despidiendo a todo el Clan. Los tres teníamos pequeñas bolsas con cosas, era lo básico para dormir y para comer. Yo en cambio, tenía artículos para usar en el bosque, como telas, un martillo, hilo y aguja, entre otras cosas como la pintura, la cual usaría en un punto que Splinter me diría.
Splinter: Mientras estoy retirado, Miwa estará a cargo. -Dijo el maestro mirando a todo el Clan a excepción de Casey. Miwa escuchando, asintió con respeto.
Karai: Si, padre.
Splinter: No patrullarán hasta que regresemos. -Les pidió. April se acercó dándole algo en sus manos.
April: Aquí tienen las llaves de la casa, Maestro Splinter. Espero que se sienta como en casa. -Dijo antes de volver con el resto de las tortugas. Splinter asintió.
Splinter: Te los agradezco, April.
Leo: Mikey, no toques mis historietas. -Dijo Leonardo una vez que se colocó en medio de Splinter y yo. Mikey le mostró la lengua.
Rafa: Tranquilo, Leo. -Dijo acercándose al menor para tallar su cráneo. -Yo cuido que no se acerque. -Mikey intentó soltarse, al lograrlo, miró a Splinter tiernamente.
Mikey: ¿Pero, podemos pedir Pizza?
Splinter: Donatello se encargará de eso. - Una vez mencionandolo, decidió hablar liberando su tensión.
Donnie: Sensei, ¿No puedo ir con ustedes? -Preguntó preocupado. Le miré conmovida y me acerqué a él.
Rose: Donnie, serán sólo tres días aproximadamente. -Dije intentando calmarlo, me miró aún preocupado.
Donnie: Pero, puedo ayudarte. -Miró a su maestro insistente. -Puedo cuidarla cuando esté en peligro y les daré informes de ella. -Le imploró a su padre mientras yo le tomaba de brazos esperando a que me mirara de nuevo.
Splinter: Justo por eso tienes que quedarte. -Le aclaró el maestro. Donnie suspiró mirándome casi rendido y decepcionado.
Leo: Descuida, Donnie. -Le dijo Leo. -Yo me encargo de eso. -Donnie no quitaba su mirada de la mía. Le sonreí levemente.
Rose: Estaré bien. Confía en mí. -Le dije sin despegar nuestros ojos.
Leo: Será mejor subir al fiesta-móvil, Sensei. -Le dijo el líder a su padre. Ambos comenzaron a caminar.
Splinter: Cuidense, hijos mios. -Dijo amablemente antes de retirarse. Tenía que irme.
Donnie: Te extrañaré. -Dijo conmoviendome. Alcé las cejas, no tenia de que preocuparse. -Ten esto, es una identificación falsa. -Me la dió directamente en la mano. Me dediqué a mirarla. -Cuando salgas por la frontera asegúrate de tener lentes oscuros y dar ésta identificación. -Volví a mirarle. -Nunca digas tu nombre real. -Asentí.
Rose: Te lo agradezco. Te contaré todo cuando regrese. -Dije empezando a retroceder.
Donnie: Ten cuidado, mucha suerte. -Asentí, me despedí de todos y corrí detrás de Leonardo y Splinter.
Debido a que era de día, tuve que condicir la camioneta llamada "El Fiesta-Móvil". Leonardo y Splinter se escondieron en la parte trasera, yo me encargaría de todo mientras llegábamos.
Al llegar al límite de Manhattan, tenía que pasar por un lugar dónde me afirmarían mi pase.
Encargado: Buenas tardes, señorita. -Saludó el hombre de la caseta. Yo tenia puestos los lentes oscuros, le miré.
Rose: Buen día. -Respondí.
Encargado: Su identificación, por favor. -Dijo colocándose en la ventana. Saqué lo pedido y se lo dí. Lo analizó y entonces asintió. -Adelante, tenga buen viaje. -Dijo al regresarme la identificación. Asentí y entonces seguimos nuestro camino a la granja de la familia O'Neil.
Pasamos todo el día en el auto camino a la casa. Cuando llegamos era muy tarde, era casi media noche. Sacamos lo empacado y entramos al lugar. Era muy grande, muy agradable.
Estando dentro, Leonardo llevó las cosas a nuestros respectivos lugares, a lo cual, le ayudé. Luego comenzó a limpiar.
Rose: Bien, Maestro. ¿Qué procede ahora? -Pregunté frente a él, quien se encontraba en el sofá frente a la televisión.
Splinter: Has estado conduciendo todo el día, es tarde. Descansa, mañana empezaremos.
Rose: Hi, Sensei.
Splinter: Hasta mañana. -Dijo antes de retirarse a una habitación. Busqué a Leo y cuando le encontré decidí hablarle.
Leo: Lamento la suciedad, no habíamos venido desde hace tiempo. -Dijo algo apenado mientras recogía las cosas.
Rose: Déjame ayudarte. - Dije antes de comenzar a recoger con él.
Logré despertar a las 8:00 a.m. la mañana siguiente, ver el bosque por la ventana había sido maravilloso. Parecía una broma estar ahí. La luz del sol era radiante y el hermoso color de las plantas era muy agradable.
Salí de la casa sentándome en una banca que tenían ahí. El aire era diferente, era más puro. Me preguntaba cómo empezaría con la prueba
Después de que el líder y el maestro despertaron, nos reunimos en una parte para hablar sobre la prueba. Estaba por empezar.
Splinter: Escucha con atención. Ésta prueba trata de tu enfoque espiritual y dominar tus debilidades. Deberás pasar días en el bosque, sobreviviendo con lo que la naturaleza te ofrezca. No llevarás nada más que una de tus armas. -Asentí.
Leo: Toma esto. -Dijo Leonardo al darme un celular de caparazón, inmediatamente recordé a Donatello. -Nos comunicaremos las dos noches para que nos digas todo y por si surge un problema. -Dijo una vez que recibí el objeto. Miré al Sensei.
Splinter: Debes mezclarte con la naturaleza por 3 días, entrenar con ella y meditar. Después, debes formar una nueva armadura y preparar a tu espíritu, mente y cuerpo a enfrentar una pelea igual a una real.
Leo: Cuando enfrentes a tu enemigo espiritual, no te alteres. Puede parecer real, pero no lo es, solo es el plano espiritual.
Rose: Gracias, Leo. -Pensé un momento. -Sensei, ¿Qué arma sugiere que lleve?
Splinter: Buena pregunta. Ten esto. -Entonces me dió una soga. La miré confundida, no podía comprender cómo algo tan simple podía ayudarme. -Siempre has tenido armas muy sofisticadas, aprenderás que incluso la rama más pequeña puede ser un arma.
Leo: Para empezar, debes enfocarte en lo que debes dominar además del espíritu.
Splinter: Ya hablamos sobre tu error. Analizas demasiado, razonas demasiado, te obstrulles como el tronco en un río delgado. Confia en tu cuerpo, confia en ti. Sé el río, sé cómo el agua que fluye. Adaptarse a la situación sin usar tu mente, un Ninja confía en su alrededor al ser uno sólo con él y en sí mismo. -Asentí con una reverencia. -El agua nunca se detiene, tu tampoco te detengas.
Rose: Les agradezco las instrucciones y el consejo. -Me levanté. -Prometo dar lo mejor. Splinter suspiró.
Leo: Llegó la hora. -Dijo Leonardo.
Splinter: Sé que encontrarás la victoria. -Asentí. -La prueba había comenzado.
Rose: Hi, Sensei. -Entonces me dirigí directamente al bosque.
La conquista del espíritu comenzó. Seguí las instrucciones del Maestro, meditar, hacerme una con la naturaleza. Me ponía a reflexionar en la cima de los árboles, era algo difícil, el viento era fuerte y no me permitía concentrarme. También meditaba en el suelo, las visitas de las ardillas eran inesperadas, pero no les tomaba importancia. Podía pensar por varios minutos, era relajante.
Explorar el bosque adaptándome sin necesidad de usar el cerebro era algo que no comprendía, pero tomaba en cuenta que tarde o temprano viva a aprender. Después de meditar, exploraba el bosque.
Tomé un tiempo de entrenamiento, salté por los árboles como si fueran tejados de edificios y atacaba a los árboles más delgados para practicar mi fuerza.
Horas después del entrenamiento, seguí explorando el bosque. Decidí buscar algún río o lago, si quería comprender la metáfora de mí Maestro, tenía que acercarme.
Después de horas, no logré encontrar mi objetivo. En medio de la nada, sólo miré los árboles reflexiva, tenía que seguir entrenando. En mi hombro derecho estaba la cuerda, la miré y me pareció tener una idea.
Ejercitar mi intuición con los ojos vendados, sería prueba de la adaptación que llevaba hasta ese momento. No era mala idea. Me vendé los ojos, tomé la cuerda y la lancé atorándola en los árboles para viajar por el bosque a siegas por el aire, a sólo dos árboles de camino, un temor me invadió y me desvendé provocando mi caída al suelo. Ese temor, era falta de confianza.
Intenté de nuevo, pero siempre que mis ojos estaban cerrados, sentía que estaba por chocar con algo. No podía hacerlo con los ojos vendados. Una disciplina Ninja es el Chi Mon o Geografía, tenía que adaptarme a mi entorno. Además, la intuición también era una parte muy importante que aveces descuidaba.
El primer día, había sido duro. Entrenar todo el día, meditar y caminar por todo el bosque.
A el segundo día, repetí la rutina. Entrené mi confianza, seguí vendandome los ojos para practicar también mi intuición.
Las horas pasaban, igual los entrenamientos, la explotación también se llevó a cabo y ese día tampoco encontré un lago o río.
Los cambios que logré, fueron sencillos, mi meditación era profunda y mi intuición era algo buena.
Al final de la segunda noche, ya era un poco más confiada, pero aún necesitaba entrenar. También se habia vuelto un día duro, pero con potencial.
El tercer día, lo comencé con mucho entusiasmo, debía seguir meditando. Me dediqué a eso durante la mañana y al terminar comencé sesión de entrenamiento intuitivo. Repetí el entrenamiento de la soga y los árboles, me permití viajar sin temor, esperando al momento en que mi intuición decidiera detenerse.
Me permití caer al suelo después de minutos de viaje. Entonces decidí empezar con el verdadero reto. Permanecí de pie y aún con los ojos ciegos sólo dejé que mis sentidos actuaran. Por un momento, podía escuchar el viento, las hojas moverse, mi cabello siendo manipulado por el aire, también pude sentir los árboles que me rodeaban, el suelo que no pisaba. Sin quitarme la venda, decidí intentar atacar un árbol débil para partirlo con ayuda de la katana que tenía. El reto era; saber dónde estaba sin ver.
Caminé lentamente aún usando mis sentidos esperando a que mi intuición me ayudara. Minutos después, me detuve, tomé la cuerda y la lancé con fuerza a mi derecha, tomé la katana que tenía y la lancé igualmente. Me desvendé los ojos y al lograr ver, exitosamente había atacado un árbol débil. Estaba emocionada. Me acerqué al árbol y tomé mis armas una por una. La cuerda había dejado una gran marca en el tallo del árbol, cosa que me sorprendió. La tomé del suelo, la miré y sonreí. Esa fuerza era mía, era impresionante.
Comencé a enrollar la cuerda, hasta que sentí algo. Miré frente a mí y pude ver un ciervo. Permanecí mirándolo, era precioso, nunca había visto uno en persona.
El ciervo permaneció quieto, sólo mirándome como yo a él. En mi bolsa tenía una raíz comestible, lentamente la saqué para no auyentar al animal y al tomarlo estiré el brazo llamando su atención.
Di dos pasos acercándome para que comiera de lo que le ofrecía. En un momento se dió la vuelta a mi izquierda y al pasar detrás de un árbol, desapareció.
Perpleja miré el árbol. Terminé de enrollar la cuerda, me la coloqué en el hombro derecho, me giré y al regresar hacia atrás me topé con el ciervo. Me sorprendí al instante. Tomé de nuevo la raíz y aprovechando que estaba muy cerca, se la dí. La tomó y comenzó a comerlo, mientras lo hacía, intenté acariciar su cabeza, tuve temor al inicio, pero me permitió tocarlo. Era muy suave.
Rose: Por tu pelaje oscuro, supongo que eres un ciervo de especie Sika. -Le dije aún acariciándolo. -¿Quieres ayudarme en mi reto? -Dije antes de sonreír un poco y acariciar su cuello, seguía comiendo. Entonces recordé algo. -Un momento. Leí en un libro que los ciervos son guías espirituales, que coincidencia, ¿no? -Dije antes de soltarlo. Me miró y entonces caminó para irse, le observé hasta que se cruzó con un árbol y volvió a desaparecer, me sorprendí de nuevo. Era extraño.
Seguí con mi exploración, entrené en el camino con la cuerda atacando los árboles que se cruzaran, era sorprendente. Sólo se trataba de manejar mi fuerza, precisión y velocidad de la mano y la soga.
Horas después, encontré al ciervo de nuevo. Estaba caminando lejos de mí. Algo me pidió que lo siguiera y lo hice, caminé intentando alcanzarlo, pero no logré hacerlo pues desapareció una vez más. Al dejar de correr, decidí que debía comer algo, miré mi perímetro y entonces descubrí que a mi izquierda había un río grande. Etusiasmada lo miré, después de tanto buscar, lo había encontrado.
Me acerqué al río y me senté recargándome en el tallo de un árbol para ver las aguas, saqué los frutos que llevaba en la bolsa y almorcé.
Una vez terminando decidí ver el río, nunca había visto uno en persona, era probable que podía aprender si seguía observando. Así que lo hice.
Pude descubrir muchas cosas, como dijo el maestro, el agua fluyendo no se detiene, no se obstrulle, no se pudre, es fuerte, veloz, silenciosa y muy bella.
Tenía que fluir, mi símbolo espiritual era la del agua, tenía que aprender a no detenerme para no pudrirme. No rendirme. No podía creer que mi mente fuera una razón de obstrucción, habitualmente era una herramienta, lo bueno, era que podía usarla, pero no en exceso. Todo era algo confuso, pero fascinante.
Tomé una piedra, la miré y la arrojé con fuerza al río. Pude ver que la corriente de agua no se detenía, curioso.
Antes del anochecer estuve buscando un lugar donde dormir, durante horas de camino, pude encontrar un lugar dónde parecía haber tenido una fogata, estaba llena de polvo así que no era reciente. Recordé a las tortugas y sonreí, era su fogata.
Una vez encendido el calor, la luz de la noche despierta y yo sentada en el tronco junto al fuego, recibí una llamada en el T-Phone. Era Leonardo. Cada noche me llamaba para hacer un reporte.
Rose: Hola, Leonardo. -Respondí gustosa de escucharlo.
Leo: ¿Que tal tu tercer día?
Rose: El bosque es fascinante, hay mucho que ver y los árboles son más cómodos de lo que creí.
Leo: ¿Meditaste en los árboles? -Preguntó curioso.
Rose: Así es, también entrené sobre ellos. Esta tarde logré atacar un árbol débil en una zona que no podía ver, es decir, tenía los ojos vendados.
Leo: Oh, genial. Estás avanzando. -Dijo sorprendido. -Lo estás haciendo excelente, aprobarás. ¿Dónde vas a dormir?
Rose: En un tronco con fogata que encontré por aquí, supongo que era de ustedes.
Leo: ¿Hay árboles sin corteza y hongos regados? -Confusa miré a mi alrededor.
Rose: Extrañamente, si. -Dije al notarlo, confusa dejé de mirar. -¿Que hicieron? -Pregunté curiosa.
Leo: Mikey lo hizo. -Aclaró algo nervioso. Sonreí levemente.
Rose: Debí suponerlo. -Dije recordando a Miguel Ángel.
Leo: Bueno, Splinter te manda saludos.
Rose: Agradécele de mi parte.
Leo: Y... ¿Ya descubriste algo nuevo?
Rose: Encontré un río hace rato, nunca había visto uno. También vi un ciervo sika, comió de mi mano. -Calló un momento.
Leo: ¿Un ciervo? -Preguntó curioso.
Rose: Así es.
Leo: Wow. Entonces vas por buen camino, Rose. Mañana será un gran día para ti. -Asentí aunque no me viera.
Rose: Gracias, Leo. -Bostecé para mí y entonces hablé. -Buenas noches.
Leo: Descansa. -Colgué y procedí a descansar.
En la mañana siguiente desperté en el tronco, me levanté sentándome entre mis piernas y me dediqué a meditar. Cerré los ojos y dejándome llevar por el sonido del silencio, transporté mi mente en los pensamientos más profundos. De pronto, sentí algo extraño, una vibración, era una presencia, abrí los ojos y pude ver de lejos al maestro sprinter acercándose a mi. Lo extraño era que su cuerpo estaba casi transparente y de colores azulados. Me levanté esperando a que llegara.
Rose: Maestro. -Dije asombrada. -¿Qué está haciendo aquí? -Pregunté confusa al comenzar a ver todo su cuerpo, no era posible que estuviera tan transparente.
Splinter: Tranquila, mi cuerpo está meditando en la granja. Separé mi espíritu de mí cuerpo por que tenía que verte. -Me asombré. Eso no era posible según las leyes de... todo.
Rose: Wow, supongo que es un nivel más alto de dominio espiritual. -Dije aún mirando su cuerpo.
Splinter: Que algún día alcanzarás. -Le miré. -Acompañame, debo hablar contigo. -Asentí y le seguí, caminamos lentamente por el bosque. -He estado observándote estos días y has hecho un gran trabajo. Entrenar específicamente en tu debilidad es algo muy apreciable.
Rose: Lo lamento, Sensei. -Me coloqué frente a él. -Pero, no comprendo como puede decir que mi trabajo es bueno. Me siento cada vez más lejos. Mi intuición... temo que se equivoque, y... Y mi confianza... yo... -Entonces colocó su mano derecha en mi hombro izquierdo mirándome y haciéndome callar.
Splinter: Aunque no lo creas, lo estás haciendo bien. La intuición nunca es lo principal, pero nunca se equivoca. Y sobre tu confianza quiero hablarte. -Suspiré.
Rose: Le escucho, Sensei.
Splinter: Eres muy capaz de muchas cosas, Rose. Eres fuerte, audaz, veloz, muy ágil, una excelente aprendiz. Pero, tu no lo vez. No confías en tu capacidad y lo sé por qué lo has demostrado en muchas ocasiones. La primera vez que el Clan del Pie te secuestró, no creiste ser capaz de salir, pero te salvaste y también a Leonardo. Donatello me comentó que antes de la prueba de manejo, tuviste tus dudas, pero conseguiste tu licencia. Te aseguro que, también en Londres dudabas de ti.
Rose: ¿Lo cree? -Pregunté algo curiosa y sprprendida. Asintió.
Splinter: Estoy seguro. Cuando tu director te dió el reto de vivir, tu no te creiste capaz de adaptarte y aprender de un nuevo lugar. Ahora, eres la salvadora de muchas personas e incluso de nuestro Clan. -Miré el suelo. -Si quieres ser un Ninja, debes confiar en ti, por que tus capacidades son ilimitadas. -Le miré de nuevo.
Rose: ¿Enserio?
Splinter: Confía en ti, confía en tu entrenamiento. Fluye como el agua, déjate impulsar sin analizar demasiado. Es importante que lo hagas.
Rose: Por lo que tengo entendido, hoy es mi enfrentamiento con el adversario espiritual... ¿No es así?
Splinter: Y vengo a confirmarlo. -Me soltó. -Espero que tomes en cuenta mi consejo, depende de ti vencer. Nosotros elegimos que es lo que nos detiene y lo que nos impulsa.
Rose: Hi Sensei. Le agradezco grandemente.
Splinter: Te esperaremos en la granja, confío en ti.
Rose: Seré como el agua, se lo prometo. -Asintió y frente a mí desapareció.
Permanecí mirando la nada dejando que una pequeña lágrima saliera de mí mejilla. No podía creer la razón que el maestro tenía, me conocía más de lo que yo. Quería hacerle enorgullecerse.
Fruncí el ceño para mí, era hora de empezar.
Tomé mis cosas y creé mi propio traje de pelea. Con telas dentro de mi mochila, hice una capa azul simulando al agua que me cubriría, modifiqué una blusa que llevaba conmigo con colores claros, tomé mis botas y las desarmé creando unas nuevas, tenía otro par en el apartamento, así que no me importó. Mi cinturón me lo coloqué donde siempre, dejando como armas la cuerda y algo parecido a una katana, sólo que era más grande, un machete a decir verdad.
Me recogí el cabello y finalmente creé pintura con flores silvestres para detallar mi vestuario y mi rostro. Con vendas, formé mis protectores de manos y una manga de cuerda para que mi mano no sé irritara por usarla tanto.
Terminando, creé un gran cartel estilo Japonés, donde estaría el símbolo "Mizu" o en español "Agua".
Coloqué mi cartel en un punto sin árboles, dejé mis cosas y me dediqué a meditar preparando a mi espíritu a encaminarse a la verdadera prueba. Terminando la sesión, tomé camino al bosque para buscar a mi adversario.
Por varias horas caminé sin encontrar nada en absoluto. Seguí hasta llegar a una cascada alta, era hermosa. Me dediqué a verla sólo un momento.
De pronto, escuché ruidos. Cerré los ojos y pude presentir vibraciones. Escuchaba pasos veloces, saqué mi Katana en defensa y volteé hacia atrás en pocisión. Volví a escuchar movimiento, así que decidí cerrar los ojos para identificarlos mejor. Podía escuchar tallos de árbol siendo raspados, estaban trepando. Abrí los ojos y con la soga tomé una rama y la corté provocando que cayera para hacer ruido y despejar un poco las hojas de los árboles, pude ver a Ninjas sobre los árboles. Cuando notaron que los descubrí, bajaron dos para atacarme, uno frente a mí y otro detrás. Me incliné al suelo pateando las piernas del que se encontraba a mis espaldas y con la soga tomé el cuello del que se encontraba frente a mí para jalarlo velozmente hasta el suelo y patear a ambos. Luego, otros tes se presentaron rodeandome. Con la soga cree círculos haciéndoles retroceder y al sacar el machete perforé al más cercano para amarrar a los tres con la soga y lanzarnos hacia el agua de la cascada soltándolos. Cuatro se colocaron detrás, pude sentirlo. Con el codo izquierdo noquee al primero detrás de mí para que al estirar el brazo mi puño golpeara al que estuviera al lado. Tomé al tercero del cuello y con todo su cuerpo los golpee a todos como si se tratara de un bat. Finalmente cada que vencía a un ninja, se esfumaba convirtiéndose en polvo violeta. No había más Ninjas al parecer, la pelea había sido fácil. Al menos, hasta ese momento.
Detrás de mi se encontraba el río que llevaba hasta la cascada. Pude sentir que alguien se acercaba. Algo comenzó a brotar del agua, por lo que retrocedí mirando lo que salía. Eran cuernos que comenzaron a revelar un rostro enorme y conocido. Rocksteady.
Rose: Dientres. -Dije para mí. No esperaba a ese adversario.
Rocksteady: Parece que voy a disfrutar esto, amiga pequeña. -Dijo con su tipico asento chocando su puño con la palma de su otra mano. Asombrada sólo le miré como se acercaba, retrocediendo poco a poco.
Corrí lo más rápido que pude adentrándome al bosque, en el camino tomé la soga y la lancé a una rama de un árbol, detrás de mí el rinoceronte corría velozmente, jalé de la soga y permanecí en la rama. Al notar que se acercaba, volví a lanzar la soga atándola a otra rama y tomando provecho del balanceo, golpé en el cráneo a mí adversario, repetí el mismo movimiento tres veces. Desgraciadamente no había herida alguna. Él al notar mi estrategia, decidió correr hasta el próximo árbol al que até la soga y lo derribó haciéndome caer junto con mi herramienta hasta el suelo. El gran animal siguió corriendo y quedó frente a mí furioso, sólo le miré perpleja.
Me levanté inmediatamente tomando la soga, intenté atacarlo, pero tomó la soga y la jaló poniéndome en sus manos. Tomé el machete y lastimé sus manos haciendo que me soltara, inmediatamente soltó un golpe a mí pecho tan fuerte que me hizo flotar hacia atrás dirigiéndome al precipicio de la cascada.
Durante la caida, hablé conmigo en mis pensamientos. Sabía que no podría.
Solamente con ver a mi adversario, sabía que estaría perdida. Imaginé a mis compañeros de Clan burlándose de mí y también la decepción de mi maestro y segundo padre, no quería ni pensar en la decepción de Donatello.
En un suspiro, sentí una presión en el abdomen que me confundió y detuvo mi caída. Confundida miré a mi alrededor y noté que la soga aún estaba atada en mi cinturón y que formó un camino hasta la cima de la cascada. Algo comenzó a jalar, sacándome de ahí, no era Rocksteady. Al subir, noté algo que me dejó totalmente sorprendida, un humanoide ciervo, era el mismo al que había alimentado. Me ayudó a subir por completo y permanecí mirándole, me miró seriamente sin decir nada.
Detrás de él, salieron cuatro siluetas familiares de colores diferentes. La primera, anaranjada, era Miguel Ángel con un traje de ramas. La segunda, rojiza, era Rafael con otro traje distinto. La tercera, azulada, era Leonardo con arco y flecha y una capucha. Finalmente la cuarta, morada, era Donatello con máscara y un hacha.
Comencé a reflexionar al verlos. Cada uno representaba un símbolo espiritualmente. Mi símbolo, era el agua. Agua, una materia prima de la naturaleza, sus moléculas se adaptan a cualquier espacio, se encuentran en ríos y mares donde su movimiento es constante. Movimiento, fluidez, fluir. El agua fluye, no se detiene, su corriente nunca para sin importar donde esté o quién.
"Sé como el agua que fluye" escuché al maestro en mi mente. Me dí cuenta. El agua es tranquila, como el bosque. Es feroz, como el fuego. Nada la detiene, como al viento y es tan fuerte como una montaña. La diferencia entre el agua y yo, era la putrefacción, el agua se pudre cuando la obstrulles, pero yo tengo la elección de pudrirme. Yo elijo lo que me detiene.
Cerré los ojos para seguir meditando, el ciervo ya había desaparecido. Tenía que confiar en mi, ser como el agua y no detenerme. Rocksteady era un tronco enorme que estaba por detener mi corriente, pero, eso no lo hiba a permitir. Me repetí a mí misma, "Voy a vencerlo".
En un suspiro, luces de colores aparecieron, algo me invadió haciendo a mi pecho enderezarse y mis ojos tornarse totalmente blancos.
No era poder, no era ningún ataque sorpresivo, era mi espíritu. Los cielos comenzaron a sonar, se abecinaba una tormenta. Algo en mí se había encendido. Por extraño que me pareciera, me dividí en dos. Mi espíritu y mi cuerpo se habían separado, sólo que podía tener control de ambos estados al mismo tiempo. Fruncí el ceño, tenía que usar eso a mí favor y vencer a mi adversario.
Corrí totalmente dispuesta hacia él tomando la cuerda y atándola a un extremo a el árbol más cercano y así ocultarme en camuflaje. Rocksteady sólo permaneció mirando la nada. Con ayuda de la cuerda me coloqué frente a el en posición sin armas, mi espíritu se colocó detrás de él si que se percatara.
Rocksteady: Parece que te gustan los golpes fuertes, niña pequeña. -No podía contestar, al parecer sólo tenía poder sobre los dos cuerpos pero no sobre mi habla.
Preparó sus puños, estaba listo para lastimarme. Le di el gusto de que se acercara, mi espíritu subió años árboles, una vez que él estuvo frente a mí, tomé provecho de mi tamaño y me deslicé debajo de su entrepierna detrás de él, con la soga até su cuello y comencé a jalarlo para ahogarlo. Mi espíritu lo atacó enfrente al bajar de un árbol para patear su quijada y su abdomen. Tomó el machete del suelo y comenzó a dañarlo, bueno, rasguñarlo. Desgraciadamente, no duró mucho. Comenzó a gritar, estaba por deshacerse del nudo. Ambos cuerpos, corrimos alrededor de él confundiéndolo. En un momento le tomé de los cuernos y él desesperado comenzó a correr intentando quitarme de arriba. Até más fuerte la soga y comencé a trepar por varios árboles creando una red muy grande amarrando casi todas sus extremidades. Una vez terminando de inmovilizarlo, mi cuerpo físico y el espiritual se convirtieron en uno sólo, tomé el machete, con un grito me impulsé y trepando por su pecho traspasé su cuello con el arma, de dolor comenzó a gritar, tomé más firme el arma para moverla rápidamente y cortarle la cabeza. Finalmente, todo el mutante se volvió polvo así como los Ninjas. La soga se soltó al no tener nada a que aferrarse y yo permanecí de rodillas en el suelo. Mis ojos aún permanecían blancos por un segundo no tuve poder sobre mi cuerpo, era algo extraño. Cuqndo logré tener control sobre mí, me enderecé y finalmente mi morada se tornó la de siempre. Me sentía, diferente, era una emoción que por fin podía sentir de mí, orgullo. Nunca me había enorgullecido de mi misma a pesar de tantos logros.
El agua aún caía del cielo, alcé mi rostro cerrando mis ojos dejando que me tocara la piel, estaba en paz. Pude pasar la prueba del espíritu. Fui capaz de dominarlo y de confiar en mi. Vencí a Rocksteady a pesar de su fuerza sorprendentemente mayor a la mía al igual que su tamaño, si lo hice en lo espiritual, lo lograría en lo real. Algún día. Splinter tenía razón, sólo integrándome a la naturaleza y a mí espíritu, podía estar en paz. Sonreí satisfecha y orgullosa. Logré fluir como el agua, logré hacerlo.
Abrí mis ojos y me topé con el ciervo humanoide, le sonreí e hice una leve reverencia agradeciéndole. Él imitó mi movimiento y al desaparecer dejó una manzana. Sonreí para mí, ahora estábamos a mano.
Regresé al lugar donde tenía mi mochila y mis cosas. Tomé el cartel del símbolo Mizu y me lo coloqué en la espalda con ayuda del cinturón. Me puse la bolsa comenzando a caminar.
Con la frente en alto y mi felicidad enorme, llegué a la granja de April. Leonardo y Splinter estaban sentados fuera. Cuando ambos me miraron, se levantaron y con una sonrisa me recibieron.
Leo: Bienvenida, Rose. -Dijo orgulloso al abrazarme, correspondí y entonces comenzó a oler mi rostro algo confundido. -¿Que...?
Rose: Usé flores para el maquillaje. -Asintió comprendiendo, me soltó y sonrió.
Leo: Buen trabajo. -Susurró antes de retroceder y darle pasó al maestro. Cuando le vi, enderecé mi postura firmemente.
Rose: Maestro. -Dije antes de hacer una reverencia. -Lo he logrado, justo como usted dijo, he vuelto victoriosa. -Dije aún en reverencia, me tomó del hombro y le miré regresando a mí postura.
Splinter: Hiciste un gran trabajo, nunca dudé de ti. -Dijo con una sonrisa.
Rose: Lo sé. Por eso, quiero agradecerle por su apoyo, por creer en mi antes de que yo lo hiciera. Usted me mostró de lo que soy capaz, le agradezco sus consejos. -Dije enormemente agradecida, nada de lo que era en ese entonces pudo haber sido posible sin él.
Splinter: Yo te agradezco por ser una aprendiz que no retrocede ante una orden y que escucha los consejos de quien sabe más. -Sonreí. -Eres una chica ejemplar, Rose. Te felicito por tu logro. -Suspiré profundamente.
Rose: Aún no puedo creerlo, Sensei. Es decir, en el bosque, logré llegar a un nuevo nivel que no creí nunca alcanzar. -Dije aún asombrada del acontecimiento anterior. Leo frunció su ceño.
Leo: ¿Nuevo nivel?
Rose: Mi espíritu se separó de mi cuerpo, pero pude conservar el control de cada uno. -Ambos se miraron. -Fué sorprendente.
Splinter: Impresionante, si que mejoraste con ésta prueba.
Leo: Ahora que terminó, podemos regresar a casa.
Rose: Sólo permítanme darme una ducha, la pelea fué agotadora. -El maestro me soltó el hombro y asintió.
Splinter: Adelante, nos espera un largo camino.
Y así fué. Me duché, guardamos nuestras cosas y nos dirigimos a Nueva York de regreso sin problemas. Llegando a la alcantarilla, Splinter y Leonardo llamaron a todo el Clan, a excepción de Casey y April debido a que no se encontraban, para comenzar una pequeña ceremonia. En lo personal, no tenía idea del por qué, hasta que todos nos encontramos ahí.
Justo como en la ceremonia en la cual me hicieron parte del Clan, yo me encontraba frente al Sensei y detrás se encontraban las tortugas, más al fondo, se encontraban Miwa y Gami.
Lo había olvidado por completo, la condición era convertirme en Kunoichy si pasaba la prueba. La emoción durante la ceremonia fué enorme, Splinter siempre tenía la lengua llena de sabiduría. Habitualmente, en esas ceremonias, se le asignaba un arma al Ninja, pero en mi caso, Splinter confesó que no me daría un arma gracias a algo que aprendió de mí. Un Ninja tan sorprendente y lleno de capacidades, no necesitaba un arma específica para describirlo. Sus palabras casi me provocaron las lágrimas, me felicitó por tantas cosas que nisiquiera yo podía recordar o creer.
Finalmente, era una Kunoichy. Una Mujer Ninja digna del Clan Hamato.
Después de eso, todos mis compañeros me felicitaron enormemente. En especial alguien a quien esperaba más que nadie.
Donnie: ¡Rose! -Exclamó Donatello antes de abrazarme y cargarme ligeramente de la felicidad, obviamente le correspondí. -¡Pasaste la prueba! Estoy orgulloso de tí. -Decía mientras me tomaba de los brazos y yo de sus codos.
Rose: También yo lo estoy, aún no puedo digerir esto, es... demasiado bueno para ser verdad. -Dije aún emocionada.
Donnie: Sólo tenías que creer en ti. Ahora eres una Kunoichy, nadie puede obtener este papel en tan poco tiempo como tú, ni siquiera Karai. -Dijo con una enorme sonrisa, asentí.
Rose: Lo sé, por ahora, sólo quiero creer que esto es real. -Dije antes de suspirar y sonreír, tenía que calmarme.
Donnie: Tienes que contarme todo. -Dijo de pronto, sonreí.
Rose: Lo haré con gusto. -En eso, Mikey llegó con muchas cajas.
Mikey: ¡Llegó la pizza! -Exclamó emocionado, al parecer estábamos por celebrar al estilo de las tortugas.
Por fin, después de meses de entrenamiento, era completamente libre de mi temor. Nunca creí que cinco días serían suficientes para hacerme recapacitar.
La confianza era importante, nunca creí que lograría tenerla en mi misma, nunca me esperé que sería el dato fundamental de mis logros y mi impulso a nuevas metas.
Mi nuevo papel era lo más importante, pues con él podía ser capaz de lograr más metas las cuales aún tenía en la mira. Estaba dispuesta a crecer más de lo que ya estaba creciendo.
Pero, bueno...
Ya veremos que pasa.
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