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Cap. #40 "Objetos Fugaces"

El año había acabado. Muchas festividades se hicieron presentes después del ataque de Viciozo. El clima se había hecho cada vez más extremo en temperaturas bajas, por primera vez, pude presenciar una nevada. Era hermoso, quién diría que ver caer copos de nieve comprimida sería tan... Mágico.

Las nevadas eran metafóricamente como puertas, puertas que daban entrada a múltiples eventos y fiestas. Navidad, por ejemplo. Esa época era la más conocida y mercantilista, sin embargo, yo nunca había pasado una noche de festejo. Habitualmente en Londres, mis padres y yo salíamos a nuestro jardín y nos dirigíamos al lago a patinar sobre hielo. En ese año, tuve el gran honor de pasar esa etapa con el Clan Hamato como si fuera mi familia, todos se dieron obsequios entre ellos y por la madrugada nos dirigimos todos juntos al lago del Central Park para patinar, esa había sido idea de Donnie y su regalo para mí. Patinamos juntos, otro punto para enamorarme más de él. Era muy detallista. En cuanto a mis padres, sólo me mandaron una carta a Casa de Bryanna junto con un paquete que contenía un libro de mecánica. La carta incluía sus disculpas y las razones del porque no estaban conmigo, desgraciadamente, aún no estaban enterados sobre lo que ocurría con Bryanna así que al final de la carta colocaron el mismo mensaje de siempre; "Que cuide bien de ti, no lo olvides". Eso me ofendía un poco.
Año Nuevo también fué un día muy bello, ver cómo las calles estaban iluminadas y como los parques se llenaban de personas vestidas de gala. Los colores dorado, plateado y negro por doquier eran hermosos, resaltaban en las ventanas y con ayuda de las estrellas todo era espectacular. También tuve el gran honor de festejar con la familia Hamato, en esa ocasión todos salimos al edificio más alto para presenciar algo que tampoco había visto nunca, un espectáculo de fuegos artificiales. Los colores y la grandeza de las luces eran preciosas, simplemente quedé perpleja sin decir nada, me había convertido en una estatua sólo por mirar fijamente el hermoso cielo alumbrado.
Todo había sido bueno, agradable y lleno de paz. Lo único que rebajaba mi alegría, era el hecho de que la familia Harrison Blake nunca había pasado tiempos tan felices como yo con las tortugas en ese entonces, eso me hería internamente. Pero, para suerte mía, logré cambiar el sistema de paqueterías y correo para que mis padres no enviaran cosas a casa de Bryanna, sino, a la mía. Extrañamente ella ya no habitaba ahí. Un día recibí una carta, era efectivamente de mis padres y me decía que guardaban una sorpresa que me llegaría en un día en específico.

Ya era un nuevo año. El aire era nuevo, los árboles, los colores e incluso el ambiente se sentía nuevo. El día del que mis padres hablaban, había llegado. Era 12 de Enero, un día que según muchas personas debía ser el más importante de mi vida, uno que me marcaría por un cambio de etapa. Era mi aniversario, o cómo todos le conocen popularmente; mi cumpleaños número 16.

En Londres y no sólo ahí, siempre me hablaban sobre el por qué los dieciséis años eran muy importantes en la vida de una adolescente. En las chicas habituales, siempre se les hacía una gran fiesta ceremonial para festejar su madurez y florecimiento hacia ser adulta. Mi opinión siempre fué distinta. La madurez nunca es gracias a una ceremonia, una persona puede madurar con las experiencias de las cuales aprende. Además, para flocerer hacia la adultez, uno debe decidir dejar de ser niño y aceptar las responsabilidades que la vida se le dará. Una fiesta así, para mí era... Sin ofender, una idea absurda.

Desperté a las 8:00 a.m. sólo permanecía mirando el techo pensando en lo que mes padres me darían por mi cumpleaños. No, no estaba interesada en el regalo en sí, sino, en la intención de ellos. Quería tener respuestas del por qué no estaban enterados sobre lo ocurrido con Bryanna, tel vez yo tenía que tomar la iniciativa de hablarlo, pero, si lo hacía entonces ya no vería a las tortugas nunca.
Sentí mi celular vibrar, lo tomé sin ver quién era, simplemente contesté.

Rose: Harrison. -Dije aún algo adormilada.

Donnie: Buenos días, Señorita Harrison. -Para cuando escuché la voz de mi receptor, mis ojos se abrieron enormemente y mi pulso subió. Esa voz era música celestial para mis oídos.

Rose: Buen día, ¿Qué ocurre? -Pregunté evitando mi emoción.

Donnie: Oh, nada importante. Sólo que hoy es un día muy especial. -Por un momento olvidé mi cumpleaños, así que me confundí.

Rose: ¿Ah, si? -Pregunté curiosa. Él rió levemente.

Donnie: Sólo quería desearte un... Muy feliz cumpleaños. -Dijo acelerando mi corazón. Sonreí enormemente.

Rose: Vaya, gracias.

Donnie: Y... Tal vez, haya la posibilidad de que hoy pueda decirte que... -En eso escuché un grito de emoción.

Mikey: ¡FELIZ CUMPLEAÑOS ROSE! -Exclamaba junto a su hermano, al parecer se lanzó sobre él quitándole el celular. Me senté en mi cama.

Rose: ¿Miguel Ángel?

Mikey: ¡Ese soy yo, amiga!

Rafa: Oye florecita, no olvides regalarnos pastel.

Rose: Si tan solo tuviera uno, se los daría, Rafa. -Dije con gracia.

Leo: Esperamos que te diviertas hoy, ten cuidado a dónde vayas y disfruta de tu nueva etapa. -Todos sus voces y mensajes eran muy tiernos, me sentía alagada.

Rose: Gracias, chicos. Vaya, yo... Nunca había recibido algo igual. Nunca nadie me había felicitado como ustedes. -Callaron un momento. -Les agradezco mucho.

Donnie: Lo sabemos, por eso queremos hacerte feliz.

Leo: Puede que seas menor que nosotros por un par de años, pero eres la chica más responsable que hemos conocido.

Mikey: ¿Ya puedo abrazarla? -A eso todos le gritaron por su nombre, yo reí.

Rose: Iré a las alcantarillas en cuanto pueda. Tenemos entrenamiento, ¿no es así? -Dije animada, en eso escuché la voz de Splinter.

Splinter: Por hoy no entrenarás.

Rose: ¿Maestro? ¿Por qué?

Splinter: Tómate el día, disfruta de la ciudad y haz lo que más quieras. Debes seguir viviendo no sólo encadenada al entrenamiento.

Rose: Pero...

Donnie: Puedes venir esta noche, así te festejamos todos. ¿Te parece? -Pensé por un momento, entonces sonreí. Ellos tenían intenciones muy buenas.

Rose: Bien, los veré esta noche. -Dije sonriente. -Gracias por su llamada. -Dije aún conmovida. Ellos callaron, creo que sonrieron igual.

Donnie: Hasta luego, cuídate. -Dijo una vez que por fin le dieron su celular.

Rose: Igual ustedes. Hasta pronto. -Entonces colgué.
Permanecí sentada mirando la pared pensando en las tortugas, eran muy buenos amigos, durante ese tiempo nuestro lazo era muy fuerte. Pero, con Donatello todo era diferente. Era como si ambos estuviéramos enamorados uno del otro, se sentía mutuo, tan sincero. Sus miradas eran estacas que me llegaban al corazón y su mirada un largo mar donde podía sumergirme por horas. Al menos, eso sentía yo, pero no tenía ni idea si él sentía lo mismo. Donatello era un caballero, un romántico por naturaleza, así que nunca me percaté de si era real o no.

Me levanté, me duché y me cambié de forma cómoda con mi suéter gris se siempre. Al secarme el cabello me encargué de sentarme en el sofá mientras miraba el noticiero, sólo se contaba que Viciozo había desaparecido, era lo más relevante en la televisión.

De pronto, escuché a la puerta ser tocada tres veces. Supe que no era Justin, él siempre tocaba como si tocara una canción. Me levanté algo confusa, miré por el pequeño agujero de la puerta y luego la abrí al saber que era un hombre que trabajaba en la paquetería.

Trabajador: Buenos días.

Rose: Buen día.

Trabajador: Ahm... -Miró la tarjeta de la enorme caja que llevaba en manos. -...¿Rose Harrison Blake? -Preguntó verificando al destinatario del paquete.

Rose: Soy yo. -Dije algo extrañada. Sonrió y dejó la enorme caja en mi puerta.

Trabajador: Necesito que firme aquí. -Me dió la hoja, la firmé y entonces se retiró. -Gracias, tenga buen día. -Y sólo se fué. Miré la caja. Era enorme. Me pasé al otro lado de la puerta y empujé la caja para insertarla en mi apartamento. Estaba muy pesado. Una vez dentro, cerré la puerta y me dediqué a ver de quién era. Era de mis padres. La etiqueta tenía claramente sus nombres. Al leer, me sorprendí. Era el regalo del que me hablaron en la carta de año nuevo.
No quise abrir la caja, preferí esperar hasta un momento adecuado para abrirla. Tenía curiosidad, pero no quería decepcionarme.
Al final, me decidí por abrirla. La empujé hasta mi habitación y tomé un pequeño cuchillo de la cocina para quitar los adhesivos. Al abrirla, lo primero que noté fué una carta. La tomé, y la leí.

"Querida hija:
Nos apena mucho el no poderte acompañar en este día, hemos estado muy ocupados con el trabajo, muchos inconvenientes se presentaron y a pesar de nuestros intentos siempre hay algo que nos impide nuestro regreso.
Pero hemos decidido vivir en Nueva York un día. Iremos contigo y volveremos a ser una familia sin tantos atrajos, toma este obsequio como un inicio en el camino que hemos decidido tomar. Es posible que te cause nostalgia.

No olvides seguir con tus estudios, cumple la promesa de tu director.

Que Bryanna cuide bien de ti, no lo olvides.
-Connor y Madeline"

Eso era todo lo que decía. Si fuéramos una familia normal, eso me hubiera emocionado. Pero, como yo ya les conocía, sabía que era una mentira. Tal vez habían enviado mis cosas sólo por tener más espacio para su trabajo. Era probable que esa carta hubiese estado escrita por uno de sus trabajadores, lo sabía por qué ellos nunca tendrían ese lenguaje.
Guardé la carta en mi escritorio. Entonces cerré la caja. No estaba dispuesta a ver algo de parte de ellos, internamente, me dolía.

Cuando estaba por recostarme, escuché la puerta de nuevo. Esta vez supe que era Justin, gracias a una canción que tocó en la madera con los golpes. Inmediatamente me levanté y corrí a la puerta a ver por el pequeño agujero. Efectivamente era él. Estaba esperando a que abriera así que lo hice.

Justin: Ah. Estaba a punto de volver a tocar. Da gracias por qué no te golpeé el rostro. -Dijo con gracia y su sonrisa de siempre. Me alegró verle después de el deprimente momento anterior.

Rose: Buen día, Justin. -Dije con una ligera sonrisa.

Justin: ¿Recuerdas... La vez que nos conocimos? -Preguntó con una gran sonrisa.

Rose: Cómo olvidarlo. Estabas exactamente ahí parado mientras me ofrecías un pastel. -Dije recordando. Él asintió graciosamente. Por detrás sacó un pastel púrpura.

Justin: Sorpresa. -Dijo con una voz chillona y alegre. Me sorprendí al ver el postre.

Rose: Vaya, otro pastel. -Dije antes de sonreír.

Justin: Perdona mí falta de originalidad, es un gesto de recordatorio, conocerte fué una de las cosas más geniales en mi vida, así que... -Me sentí algada.

Rose: Eres muy dulce, gracias. -Miré detrás de mí, pensé en dejarlo pasar a mí apartamento por primera vez. -¿Te gustaría pasar? -Pregunté abriéndole camino. Se sorprendió.

Justin: ¿Enserio? Entrar... ¿Adentro? -Reí levemente.

Rose: Si, Adelante. -Se emocionó y tragó saliva. Entró con gusto.

Justin: Dejaré esto en tu cocina. -Dijo dirigiéndose ahí. Me senté en el sofá y apagué la televisión. -Wow, es un muy lindo apartamento. -Dijo mientras miraba todo a su alrededor.

Rose: Si, es muy agradable estar aquí. -Dije sincera. Me miró y se acercó a mí sentándose a mi lado.

Justin: ¿Alguna noticia de tus padres? -Preguntó recordándome el momento anterior. Me decaí un poco, sólo que no lo dejé ver.

Rose: En... Realidad, no. -Dije sincera.

Justin: Vaya cumpleaños. ¿Por qué?

Rose: No tengo idea. Pero, está bien. Estoy acostumbrada.

Justin: Si, lo sé. -Dijo antes de crear un silencio incómodo. Miré mi ventana sólo en reflexión. -Creo que debes pasar algo mejor que esto. ¿Ya desayunaste? -Preguntó amable. Le miré.

Rose: Ah, ¿Por qué la pregunta? -Dije curiosa. Él sonrió.

Justin: Tengo una idea. Mi madre hace rato quería que fuera a desayunar con ella para salir un rato a la ciudad. -A eso comencé a sospechar. -¿Por qué no vienes con nosotros? -Preguntó animado. Negué levemente con la cabeza.

Rose: No, no... Ahm. Es un momento madre e hijo, no podría...

Justin: Insisto. A ella le encantará tenerte cerca, dice que eres una chica genial. -Suspiré pensando. No sabía que responder. -Vamos, no tienes que quedarte aquí sola. ¿Pensabas ir a la biblioteca de nuevo? -A eso me sorprendí, eso planeaba. -Eso creí, ¿aceptas? -Preguntó insistente. Pensé.

Rose: De acuerdo. -Dije antes de sonreír levemente. Él se levantó de golpe exclamando emocionado.

Justin: ¡SI! -Decía victorioso. Sonreí confusa. -Vamos, mi madre debe estar esperando.

Y así fué. Nos dirigimos con la señora Griffin y juntos en su auto nos encaminamos hacia un desayunador que yo desconocía. Habíamos pasado una mañana agradable.

Hayley Scott: Gracias por habernos acompañado, querida. Es agradable tener una vieja amiga aquí. -Decía mientras tomaba de su taza de café, era agradable estar con ellos.

Rose: No, yo le agradezco el haberme invitado.

Hayley Scott: Ah, no, querida. Ese fué Justin. -Dijo ceñalándolo levemente. Algo extraño para mí.

Justin: Al menos me conformo con saber si estás pasando buen cumpleaños.

Hayley Scott: Es verdad, es 12. Recuerdo que cuando eras una pequeña bebé te regalé una botitas azules. Te quedaban divinas. Si no me equivoco, hoy cumples 16 años, ¿no es así?

Rose: Así es.

Hayley Scott: ¿No pensaste en hacer una fiesta?

Rose: No en realidad. -Confecé antes de tomar mi café. Ella asintió comprendiendo.

Justin: Ella cree que no es necesaria una ceremonia para tener madurez. -A eso su madre se asombró.

Hayley Scott: ¿Enserio? -A eso asentí. -Bien, te diré una cosa, querida. Esa opinión es de una joven madura. Creo que en realidad, tu no necesitas eso por qué ya eres una chica grande. -Decía con orgullo.

Después del desayuno, nos dirigimos al centro comercial debido a que la señora Griffin necesitaba algunas cosas para el almuerzo. Durante el recorrido, noté en una vitrina una mochila de colores grices. Era muy linda, era probable que pudiera usar una igual, una vez que ella notó mi interés, se acercó a mí personalmente.

Hayley Scott: ¿Hay algo que te guste? -Preguntó amable sacándome de mis pensamientos. Le miré confusa.

Rose: ¿Disculpe? -Pregunté mientras caminábamos juntas.

Hayley Scott: Me sentiría incómoda si no te doy un obsequio, querida. -Decía colocando ambas de sus manos detrás de su espalda. A eso le miré algo sorprendida.

Rose: ¿Qué? No, no... -Negué con la cabeza acompañando mi expresión con una sonrisa nerviosa. -Señora Griffin, no puedo aceptar eso. Me sentiría incómoda.

Hayley Scott: Linda, llevas casi ocho meses viviendo por tu cuenta. Has sido responsable de tus gastos y es muy bueno, pero, permíteme ayudarte aunque sea una vez. -Se colocó frente a mí tomándome de los hombros. -Si necesitas algo de aquí solo pídelo. -Le miré. -Hablo enserio, eres casi como una segunda hija para mi. -Dijo con una sonrisa. No quería ser grosera, así que sólo le miraba sorpresiva. Bajé la mirada y luego le miré de nuevo.

Rose: Bien. Le prometo que si veo algo, se lo diré. -Dije con una ligera sonrisa. A eso ella también sonrió.

Hayley Scott: Muy bien. Entonces nos llevaremos esa mochila. -Dijo tomando camino de regreso. Le miré sorprendida. Cuando notó mi mirada, sonrió. -Estuviste mirándola por mucho tiempo, supuse que te gustaría tenerla. -Dijo mientras aún retrocedía. Permanecí mirándole sorpresiva.

Rose: Vaya, pues. Si. -Sonreí algo nerviosa antes de seguirla.

Y así fué, me compró la mochila que miraba. Le agradecí apenada debido a que yo contaba con el dinero, pero de igual forma, ella insistía en que lo tomara como un regalo.
Saliendo del centro comercial, nos dirigimos al auto, estábamos cerca del edificio departamental, así que decidí quedarme ahí para seguir mi camino hasta el apartamento. Cosa que Justin y su Madre no tomaron muy bien.

Justin: ¿Quieres... Irte sola? -Preguntaba Justin confundido. Su madre ya estaba dentro del auto sólo mirándonos desde adentro.

Hayley Scott: De ninguna manera. -Decía confusa y sorprendida.

Rose: Es sólo que... Necesito estirar las piernas. -Dije fingiendo dolor estirando mi espalda. -Además, han hecho de mi día muy agradable, se los agradezco mucho, pero, necesito pensar por ahora. -Decía algo apenada. Ambos me miraban.

Hayley Scott: Supongo que tienes razón. Tranquila, te entiendo. Debes estar algo decepcionada por que tus padres no están aquí.

Rose: Así es. Ahm, gracias por todo.

Justin: Al menos permitenos dejarte en tu apartamento.

Rose: No gracias, son muy amables, pero me incomodaría mucho que ambos me acompañaran. -A eso ambos se miraron preocupados.

Hayley Scott: Está bien linda, te entiendo. -En eso cerró su auto y lo encendió. Justin le miró sorprendido.

Justin: Madre, ¿Qué haces? -Preguntó antes de intentar abrir la puerta del auto, más no abría.

Hayley Scott: Cuídala hijo, te veré en casa. -Le miré sorprendida.

Rose: Ah, no. No me refería a... -En eso comenzó a avanzar un poco. Su tono de voz seguía siendo normal, pero esa conducta era extraña para mí.

Hayley Scott: Me lo agradecerán más tarde, los veo en la cena. -Entonces se retiró de nosotros dejándonos atrás. Ambos permanecimos mirando el auto perplejos.

Rose: ¿Qué acaba de suceder? -Pregunté casi en un susurro. Justin aún alarmado sacudió su cabeza y me miró.

Justin: Perdona, Rose. No lo hizo con malas intenciones. Justo esto hizo cuando quería que yo aprendiera el recorrido a casa.

Rose: ¿Encerio?

Justin: Si. Pero créeme, no es para mal. -Decía algo nervioso. Tomé la mochila y con una mano la cargué colocándola en mi espalda.

Rose: Bien, entiendo. -Dije antes de tomar camino. Justin me siguió el paso.

Justin: Aguarda, ¿No vas a decir nada más? -Preguntó curioso. -Es cómo si estuvieras acostumbrada. -Dijo confuso. Le miré mientras caminábamos.

Rose: Para nada, no soy quién para criticar el método de crianza de las personas. -Miré el camino de nuevo, él también, sólo que permanecía escuchando. -Nadie lo hizo con mis padres, así que no tengo el conocimiento suficiente para verificar si algún método es el correcto. Después de todo, esas conductas nos definen en el futuro.

Justin: Vaya, que buen punto de vista.

Rose: Gracias.

Justin: Oye, ¿Puedo hacerte una pregunta? -Asentí permitiéndole hacerlo. -¿Estás... Evitándonos? -A eso fruncí el ceño confusa. -O... ¿Hemos hecho algo que te incomode?

Rose: ¿Disculpa? Para nada. ¿Por qué la duda?

Justin: Es que, ambos nos preocupamos mucho por ti. Ya sabes, no debe ser fácil tener a tus padres lejos.

Rose: Justin, eso no es muy relevante. No tienen por qué preocuparse por ello.

Justin: Está bien, iré al punto. Cuando era Navidad, te busqué a tu apartamento para que no permanecieras sola, pero cuando te busqué, no estabas ahí. -A eso me llegó la tensión. Permanecí mirando el camino. -Te busqué también en la biblioteca de la ciudad, pero tampoco te hallé. Pero lo curioso de esto es, que fué exactamente lo mismo en Año Nuevo. -Me miró. A eso suspiré. -Entiendo que tengas privacidad, pero... No puedes desaparecer sin dejar rastro. -Tenía razón. Pero, no podía decir nada.

Rose: Lo siento, Justin. Es verdad. Y juro que me encantaría decírtelo, pero no puedo. -Dije mientras aún caminábamos.

Justin: Claro, cómo tu hámbito de estudio aquí, ¿cierto? -Decía algo decepcionado, suspiró.

Rose: Lo lamento, pero no lo entenderías. -Dije provocando su incomodidad.

Justin: Si, tienes razón. Justo ahora no te entiendo. -Dijo antes de bajar un poco la cabeza y mirar hacia otro lado. Seguimos caminando un poco. Me sentía mal por él. No sentía que era justo.

Rose: Te pido que comprendas, no es mi intención molestarte. -Dije algo apenada. Nos detuvimos esperando a que la señal del semáforo se volviera rojo para pasar. En eso él me miró.

Justin: No estoy molesto, es sólo que, aveces siento que no tienes la confianza suficiente para contarme ciertos puntos de tu vida. -Dejé de mirarle, entonces me percaté de algo extraño en un edificio. -...No es que te esté asechándo, es sólo que... -Le interrumpí.

Rose: ¿Estás viendo eso? -Suspiró pesadamente. Parecía irritado.

Justin: Rose Harrison, si quieres evitar un tema conmigo, entonces... -Le miré de golpe.

Rose: Justin, hablo enserio. -Señalé hacia el tejado de aquel edificio, estaba casi a tres cuadras. -Mira. -Accedió a mirar, entonces se sorprendió como yo.

Justin: Eso es... ¿Humo? -Preguntó olvidando su enojo.

Rose: ¿Por qué habría humo saliendo de ese edificio?

Justin: Espera, ¿No estaba abandonado? -Entonces escuchamos un estruendo, después, la fuente del humo liberó una explosión de luces. El tejado estaba quemado. Ambos permanecimos perplejos entre la multitud que presenciaba lo mismo. Luego nos miramos. -Será mejor que vallamos a nuestro destino, pronto. -Me tomó de la muñeca y caminamos hacia nuestro edificio. La gente estaba asustada, los autos corrían más velozmente y aquel edificio seguía quemándose. Era extraño.

Tenía que averiguar qué sucedía. La única cuestión, era Justin. Pensé durante el recorrido. Era de día, así que no podía llamar a las tortugas, pero, de igual forma tendría que evitar a Justin y a su madre.
Al llegar a nuestro edificio, le miré seriamente.

Rose: Me temo que aquí debemos separarnos. -Dije provocando que frunciera el ceño.

Justin: ¿Que? ¿Piensas desaparecer de nuevo?

Rose: Te prometo que...

Justin: No. Rose, me estás orillando a hacer dos cosas. Uno, seguirte. O dos, obligarte a que me lleves contigo. -A eso suspiré. Se acercó a mí tomándome de los hombros. -Escucha, sabes lo mucho que me importas. No voy a dejarte sola, mucho menos sabiendo que un lunático debió provocar esa explosión. -Le miré a los ojos alzando la cejas. Él también las alzó. -Vas a llevarme contigo. -Dijo seriamente. Suspiré. Si lo llevaba, sabría muchas cosas, pero, no podía negarme. Entonces, sólo tuve una opción, llevarlo conmigo.

Rose: Bien. Irás conmigo, con una condición. -Comencé a ponerme seria. Él asintió y luego le tomé del hombro con fuerza acercando su rostro al mío. -No vas a decir nada de lo que verás a continuación, a nadie. -Quedó perplejo. -Ni siquiera a tu madre. -Dije antes de alejarlo de mí. Asintió.

Justin: Cuenta conmigo. -Dijo decidido. Le tomé de la muñeca y corrimos hacia el elevador.

Justin era un chico confiable. Así que no diría absolutamente nada. Confiaba en él.
Al llegar a mi apartamento, lo dejé en el sofá mientras me dirigí a mi habitación a vestirme como de costumbre para un patrullaje. Preparé mi cinturón y al salir, Justin quedó anonado.

Justin: Wow. ¿Por... Por que te...? ¿Eso es un bastón de metal?

Rose: Juro que te explicaré todas tus dudas en el camino. -Dije antes de ponerme el suéter gris de siempre ocultando el cinturón. -Vámonos. -Salimos por la puerta y nos dirigimos a las calles.

Estando fuera, podía sentir la mirada de Justin sobre mí. Estaba analizándome, algo que no era agradable a los ojos de los demás, por lo que le miré.

Rose: ¿No crees que es algo extraño el que me mires de esa forma?

Justin: Lo siento. Es que, ahora me siento más perdido que nunca. -Caminó colocándose a mi lado. -Dijiste que me aclararías mis dudas. Pero, después de verte con eso...

Rose: Adelante. Te responderé con la verdad.

Justin: Eres tú la justiciera de la que...

Rose: ¿De la que escriben dos párrafos cada mes? Al parecer, si.

Justin: Simplemente no puedo creerlo. Eso explica el por qué de todos tus desaparecimientos. Sólo que... Aún tengo muchas dudas. Cómo; ¿Por qué te dedicas a esto?

Rose: Justin, por ahora... Debo... Debemos enfocarnos en el edificio.

Justin: ¿Edificio? -Me miró confuso, luego alzó las cejas entendiendo. -¿Quieres ir hacia allá?

Rose: Así es.

Justin: ¿Y cuál es tu plan?

Rose: Entraremos por el estacionamiento subterráneo, después de entrar, iremos subiendo para saber qué ocurre. -Entonces eguimos caminando.

Entrar al estacionamiento subterráneo no fué nada difícil. Justin no paraba de hacer preguntas, obviamente se las contestaba, parecía estar asombrado. Según él, no se lo esperaba por nada en el mundo. Una vez estando dentro del estacionamiento, decidí sacar el escáner para ver si había algo sospechoso.

Justin: Debo ser sincero, sabía que eras una genio pero, no tenía idea de tus inventos.

Rose: Hay muchas cosas que no sabes. -Dije mientras miraba. Sólo que, no había rastro de ningún enemigo. Entonces, recibí una llamada.

Justin: Espera... Que? -Preguntaba confuso por el celular. Nunca nadie me llamaba además de él y su madre, al menos eso creía.

Rose: Harrison. -Dije al contestar, entonces pude escuchar una voz muy alterada.

Donnie: ¡MIKEY! Te dije que no activaras nada del equipo, si Rose se entera de la explosión... -Entonces quedé perpleja. Al parecer, Donnie era el responsable.

Rose: ¿Donnie? -Pregunté algo alarmada, la explosión había sido fuerte y pudo haber heridos. Saber que Donnie era responsable, me hacía molestar un poco. Era una total irresponsabilidad.

Donnie: Ah... ¿Hola? -Dijo al percatarse de que estaba hablando con la persona equivocada. -¿Quién habla?

Rose: ¿Eres el responsable de esto?

Donnie: Ah, ¡hola! Número equivocado. -Entonces colgó. Fruncí el ceño, estaba molesta.

Justin: ¿Quién era? -Preguntó curioso al ver mi molestia. En eso, sentí el escáner vibrar y también percibí un ruido fuerte que se acercaba, podía sentir las vibraciones del suelo. Se acercaba un auto muy grande.

Rose: ¡Cuidado! -Exclamé empujándolo hacia otra parte provocando nuestra caída al suelo. Efectivamente, la pared fué destruida por un auto enorme que cruzó. El tortumóvil. Miré molesta el auto, sabía que Donnie estaba ahí. Justin quedó perplejo. Me levanté de inmediato y caminé hacia allá.

Justin: Rose, ¿Qué haces? -En eso alguien salió del tortumóvil, Donnie. Olvidé por un momento que Justin estaba presente, así que ambos se miraron.

Donnie: Oh, ¡hola Rose! -Decía nervioso en voz baja, rápidamente Justin se puso frente a mí en pose de defensa. Estaba asustado.

Justin: ¡Wow! Rose, aléjate. ¡Es un monstruo! -A eso le miré con una ceja alzada. -Vete sin mí, debo protegerte. -A eso le tomé del hombro.

Rose: Suficiente. -Lo coloqué al lado para ver a Donatello de frente. Me miró confundido. Donnie le miraba con una ceja alzada. Luego me miró.

Donnie: ¿Quien es este? -Preguntó mirándome con el ceño algo fruncido. Al parecer no le agradaba verme con otra persona. Justin asustado le miraba.

Rose: No evadas el tema, ¿Eres el responsable de...

Justin: Aguarden, ¿Qué ocurre aquí? -Interrumpió de golpe. Ambos le miramos. Él me miró. -¿Cómo conoces a este... Este...?

Donnie: Mutante. La expresión correcta es mutante. -Respondió mirándolo con algo de desprecio, cosa que me confundía un poco. Me acerqué a Justin y lo tomé de los hombros.

Rose: Por favor, no te asustes. -Intenté calmarlo. Entonces le solté y volví con Donnie. -Es un amigo.

Justin: Creo que esto explica mucho. ¿Así que con este sujeto pasas los ratos que no te vemos? -Comenzaba a cambiar su tono de asustado a uno algo arrogante. Como si Donnie no fuera alguien lo suficientemente apto. Donnie le miró algo desafiante por su comentario.

Donnie: Así que tú eres Justin, ¿ah? -A eso Justin alzó las cejas.

Justin: ¿El enorme reptíl sabe de mi? -Me miró. -Vaya que si soy importante en tu vida. -Miró a Donnie, quien frunció el ceño. Justin se acercó a él mirándole desafiante. -¿Por qué no supe de ti?

Donnie: Tal vez por qué los mejores momentos se guardan. -Dijo aún mirándole mal.

Justin: Ya veo. ¿Dime, cuál es el nombre de esta enorme bestia? -Me preguntó, más Donnie contestó.

Donnie: Donatello, científico. -Estaban por pelear, eso no era bueno. No estaba en mis planes. Me coloqué entre ambos separándolos.

Rose: Suficiente. Donnie, tenemos cosas que atender. -Dije mirándole, pero ambos seguían sin desconectar sus miradas.

Justin: Creí que eso haríamos tú y yo. -Me dijo sin quitar su mirada a Donatello.

Donnie: Las cosas cambian, pelirrojo. -Era extraño, nunca había imaginado que su encuentro sería de esa forma, Justin era un amante de los animales, pero por alguna razón, Donnie era la excepción.

Rose: Ambos cierren la boca. -Me coloqué frente a Justin mirando de frente a Donnie de nuevo. -Eres el responsable de la explosión, ¿y en lugar de arreglarlo, vienes a discutir con alguien que acabas de conocer? -Me miró algo apenado.

Donnie: Lo lamento, sólo me aseguraba de que todo estaba en orden. Además, debo saber qué clase de personas se relacionan contigo. -Dijo al fulminar a Justin con la mirada.

Justin: Y yo me creía un acosador.

Rose: ¡Justin!

Donnie: Descuida, Rose. ¿Sabías que técnicamente un cerebro vacío tiende más a hacer escándalos?

Rose: ¡Donnie!

Donnie: Bien, escucha. Tenía un equipo preparado, pero Mikey activó todo antes de que estuviera listo.

Rose: Comprendo ese punto, lo que no entiendo es ¿Por qué no quisiste que me enterara?

Donnie: Es tu cumpleaños, no dejaría que patrulles hoy.

Rose: Saben que nunca dejo de lado un asunto importante. ¿Qué tal si hay heridos y ustedes no pueden hacer nada por el hecho de ser de día?

Donnie: Por esa razón vine. Y tengo la plena seguridad de que no me verán por que este edificio está completamente clausurado.

Rose: Bien, pero ahora estoy aquí y hay que remediar esto. ¿Cuál es el plan?

Donnie: Por ahora, subir y recoger todo el equipo sin dejar ningún rastro.

Rose: Por desgracia los encargados de clausurar este lugar ahora están analizando el edificio.

Donnie: No habrá dificultades, sólo hay que tener cuidado y contar con una distracción.

Justin: Oigan, tal vez no me incumba, pero... -Ambos le miramos. -Ustedes son... ¿Pareja? -A eso ambos quedamos perplejos, evitamos sonrojarnos y negamos de inmediato.

-¿Qué? ¡No! -Dijimos al unísono. Luego nos miramos sorprendidos para ver hacia cualquier otro lado.

Justin: Lamento haber sido descortés contigo, Donatello. Pero, si se me permite opinar, tal vez puedan usarme como distracción. -A eso Donnie y yo nos miramos. No era mala idea.

Ideamos un plan. Justin permanecería en ese lugar del estacionamiento, llamaría la atención con ruidos para que las personas que estuvieran arriba decidieran ir a verificar. Donnie y yo iríamos al último piso por todo su equipo, sólo que mientras él juntaba todo, yo permaneceria en vigilancia.

Donnie: ¿Así que ese sujeto es del que tanto me hablabas? -Preguntó mientras corríamos hacia el último piso por las enormes escaleras.

Rose: Así es. -Dije sin verle. Estaba concentrada en el camino.

Donnie: Debo serte sincero, no me agrada del todo. -Le miré. -No esperaba que me tratara como lo hizo. -Volví a mirar el camino.

Rose: Donnie, fuiste el primero que fué hostíl. -Aclaré.

Donnie: Está bien, pero aún así no creí que discutiríamos. -Confesó algo apenado.

Rose: Lo sé, así es Justin. Cuando se altera, molesta o entristece, se deja llevar por instinto. Como un animal.

Donnie: ¿Y eso es sólo una hipótesis? O ¿En verdad está obsesionado con los animales? -Preguntó con gracia.

Rose: Quiere estudiar Zoología. No comprendo como llegaste a ser la excepción. -Comenzábamos a correr menos rápido.

Donnie: Tal vez no le agradó ver a una enorme tortuga con su novia. -Dijo mirándome. Le miré con ojos aburridos.

Rose: Donnie...

Donnie: Me llamó "monstruo". -Interrumpió aún incómodo por aquellas palabras. Le miré seria.

Rose: April y Casey tampoco tuvieron una buena impresión de ustedes. -A eso calló. Sabía que tenía razón. Miró hacia otro lado. -No es tan malo cuando lo conoces, también yo quise cerrarme ante él. Debes darle la oportunidad como yo se las dí a ustedes. -Dije sincera. Él siguió mirando la nada, hasta que me miró.

Donnie: ¿Estás segura de que no eres su novia? -Preguntó algo preocupado. Alcé las cejas.

Rose: ¿Enserio crees que lo sería, siendo que él nos preguntó exactamente lo mismo a ambos? -Pregunté con lógica. Suspiró.

Donnie: Lo siento. Es verdad. -Entonces nos detuvimos. Habíamos llegado al último piso. -Bien, entonces ya sabemos que hacer, ¿cierto?

Rose: Irás por tu equipo y yo me quedaré a vigilar. -Asintió y ambos nos separamos.

No ocurría nada mientras Donnie guardaba sus cosas. Al parecer las personas que habitaban ese lugar estaban muy ocupadas. En un momento, escuché pasos, pero al voltear pude ver que era Justin.

Justin: Hola, ¿Cómo va el trabajo? -Preguntó amigable y muy tranquilo. Confusa le miré.

Rose: ¿No deberías estar con las personas? -Pregunté preocupada por que nos descubrieran.

Justin: Están distraídos. Les dije que había un cachorro lastimado y todos corrieron. -Decía casi riéndose.

Rose: No tardará mucho, tendremos tiempo.

Justin: Oye, tengo una teoría. ¿Eres un ninja? -Le miré sorprendida. -Esque estuve observando tu cinturón y me percaté de que tiene el mismo sello una y otra vez. Además, cuando te pusiste el suéter en tu apartamento, noté las estrellas.

Rose: Wow, ahm. Es buena teoría, pero no soy un ninja.

Justin: ¿Esa tortuga te enseña a pelear?

Rose: Algo así.

Justin: Es increíble. -Decía fascinado. Aunque, yo no le presté atención. Comenzaba a escuchar pasos. Eran las personas

Rose: Ahí vienen. -Dije antes de sacar el bolígrafo. -Te pedí que te quedaras con ellos. -Dije algo disgustada sin verle, estaba esperando al grupo.

Justin: Oye, nadie se resiste ante un cachorro indefenso. Veo que son crueles, tal vez, estén buscándome por que ahora saben que es mentira.

Rose: Si, yo también lo haría. -Entonces se presentaron las personas.

- ¡Oigan! ¿Quiénes son? -Preguntó uno de ellos, parecían ser reporteros. Pero, no habría problema.

Rose: Yo me encargo. -Le dije a Justin antes de lanzarme sobre todos durmiéndolos con el bolígrafo uno por uno. Intentaban forcejear conmigo e incluso pelear, pero en menos del minuto, pude acabarlos a todos. Justin fué testigo de todo.

Justin: Wow. -Dijo sin que yo me diese cuenta. Donnie llegó por detrás de él y con una mano le tapó el rostro.

Donnie: Cuidado con la mirada, niño. -Le soltó y comenzó a caminar hacia a mi con una caja en sus brazos. -No estás viendo precisamente sus ojos. -Le dijo algo incómodo, cosa de la que no me percaté. -Buen trabajo, Rose. -Me dijo alzandome uno de sus pulgares. Siguió su camino y yo le seguí, Justin se emparejó conmigo.

Justin: No creí que fueras tan fuerte. Fue increíble. -Decía aún anonado. En eso, se calló por un momento y me miró algo serio. -Oye, tal vez no me incunva esto. Pero, ¿enserio confías en él? -Dijo susurrando.

Rose: Por supuesto.

Justin: ¿Y no crees que es algo extraño el hecho de que no te dijera el por qué de la explosión o el por qué de su equipo aquí? -A eso fruncí ligeramente el ceño. -No es que quiera ponerte en su contra, pero me parece extraño que nisiquiera te mostrara su equipo justo ahora, mira como lo abraza.

Rose: Seguramente ya he visto ese equipo y por eso no lo muestra.

Justin: Pero, no quería que te enteraras de esto. -Entonces me percaté de que tenía razón. Era extraño.

Rose: Donnie. -Llamé su atención una vez que bajamos y llegamos hacia el tortumóvil. Me miró. -Y ahora, ¿que?

Donnie: Debo llevar esto a... su lugar. -Dijo evitando decir "alcantarillas" Justin no debía saber eso. -Por ahora, terminamos. -Dijo al subir la caja a su auto. Se bajó y se acercó a mi. -Gracias por ayudarme, pero debes seguir con tu día. -Entonces me abrazó. Quedé perpleja mirando la nada. Me sonrojé y me estremecí. Justin por detrás sólo miró perplejo, cosa de la que tampoco me percaté. -Feliz cumpleaños. -Entonces me soltó delicadamente. Se alejó y comenzó a subirse al tortumóvil. -Te veré esta noche. -Dijo mirándome.

Rose: C-claro... -Dije evitando titubear. Entonces se subió y se fué.

Justin: Acabo de percatarme de que es un vagón de ferrocarril. -Dijo curioso a mi lado. Permanecí mirando la nada algo sonrojada.

Nos dirigimos al apartamento y seguimos con el día normalmente. Almorzamos con la madre de Justin y cuando anocheció, me dirigí a mi apartamento, como siempre, mi vecino me acompañaba.

Justin: Rose, ¿puedo preguntarte algo? -Le miré.

Rose: Claro.

Justin: Te gusta, ¿cierto? -Confusa le miré. -Hablo de Donatello. -Quedé perpleja. No tenía idea de cómo lo sabía.

Rose: ¿Qué? -Dije aún sorprendida, él rió ligeramente.

Justin: Tal vez no te conozco del todo, pero te conozco lo suficiente para saber que nunca mirarías a nadie así, además, nunca titubeas. -Solo le miré. Al parecer era algo obvia.

Rose: Supongo que lo hago notar.

Justin: En realidad no. No estaba seguro a menos de que me respondieras. -Miré mi puerta. -¿Justo ahora irás con él? -Volvió a preguntar. -Por que, él lo dijo.

Rose: Así es. Tengo que ir. -Dije antes de mirarle. Sabía que me lo impediría. Pero, sonrió.

Justin: Diría que te cuidaras, pero, veo que sabes cuidarte sola. -Esa respuesta sólo significaba una cosa, ya me entendía. -Disfruta la noche. -Dijo con una sonrisa aún. Le sonreí.

Rose: Gracias Justin. -Dije antes de poner mi mano en su hombro, pero él me abrazó. Correspondí ligera y tiernamente. Me sentía aliviada por que alguien por fin sabía lo que ocurría. Al soltarlo, me adentré a mi habitación dejándolo para que se fuera a descansar.

Justin: Maldito Donatello.

El resto de la noche la pasé con las tortugas. Donnie me confesó que su equipo provocante de la explosión en realidad eran montones de fuegos artificiales programados. Todo eso lo transportó hacia otro edificio, al cual fuimos todos juntos y presenciamos un espectáculo asombroso de luces. Esa fué la segunda vez que presenciaba los llamados fuegos artificiales. Donnie confesó que al ver mi entusiasmo en año nuevo, decidió crear una copia mas grande y que ese era su regalo para mí, algo que, me encantó de su parte. Estuvo muy atento durante la noche, las demás tortugas, Miwa, Gami y Splinter también estuvieron atentos, sólo que, Donnie me trataba de forma especial.
Había sido el primer festejo de cumpleaños y el mejor.

Pero, bueno.
Ya veremos que pasa...

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