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Cap. #30 "La Cita" (Fotosíntesis)

Donnie: Bien chicos, ¿me ayudarán?

Rafa: ¿Que ganamos con esto?

Donnie: Por favor, Rafa... Es importante para mí.

Mikey: Ten corazón hermano, yo te apoyo Donnie.

Leo: ¿No crees que esto es algo excesivo?

Donnie: ¿A qué te refieres?

Leo: Cuando querías salir con April, hiciste una gráfica similar a esa en caso de que te dijera que "No". Y hacer otra en caso de un "Si" es algo...

Donnie: April es otra historia, Rose nunca me diría que no. Saben que es muy amable.

Rafa: ¿Entonces sugieres manipularla con su educación a tu favor?

Donnie: Chicos.

Leo: Bien, pero ¿vas a tener que escoger entre todo lo que anotaste en esa gráfica?

Donnie: Ya tengo todo planeado, sólo necesito que uno de ustedes la traiga a la alcantarilla y que los demás se encarguen de nuestros amigos.

Mikey: Yo me encargo de la pizza, hermano.

Donnie: Ah, casi lo olvido. Ayúdenme a ocultar la gráfica, sería vergonzoso que la viera.

Rafa: Sigo creyendo que no funcionará, pero inténtalo si quieres.

Leo: Yo haré que venga, cuenta con nosotros.

Donnie: Gracias, ya casi es hora. Será mejor que vaya a preparar los últimos detalles.

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De nuevo desperté con un dolor inmenso en la espalda y el resto del cuerpo.
No me extrañaba la incomodidad, todo era gracias a los acontecimientos recientes, lo único extraño era el hecho de que ya no me introducía en estado de inconsciencia por cada vez que me esforzaba más de lo que el cuerpo me permitía.

Permanecí en la cama sólo reflexionando mientras mis ojos se dedicaron a enfocarse a los extraños bultos del techo.
Sólo tres días, eso faltaba para que se cumplieran dos semanas de problemas. No quería que mi teoría fuera cierta, tenía un mal presentimiento. Pero de igual forma, no podía seguir exagerando.

Revisé mi celular y en éste estaba registrado el número de mi madre y el mismo mensaje de siempre, cosa que comenzaba a fastidiarme.
De pronto la pantalla se bloqueó y dejó aparecer la foto de Leonardo junto con los botones "Contestar" o "Colgar". Estaba llamando. Presioné "Contestar" y llevé el celular a mi oído.

Rose: ¿Si? -Dije una vez con el micrófono al lado.

Leo: Buen día, Rose. -Respondió amable.

Rose: Buen día. -Dije confusa, era extraño que me llamara. Sólo lo hacía si era por emergencias. -¿Que sucede? -Calló por un momento, cómo si estuviera pensando.

Leo: Me preguntaba si hoy vendrás a visitarnos. -Habló de pronto. Creí que se había cortado la señal.

Rose: Ah, si. -Recordé entonces un asunto pendiente. El mutágeno azúl. -Tengo que hablar con Donnie sobre los experimentos actuales, ¿Por qué la pregunta?

Leo: Karai y Shinigami han estado preocupadas por cómo estuviste anoche, Splinter las castigó de nuevo. -Y no lo dudaba, por detrás podía escuchar a ambas hablar con Splinter. Su gesto fue apreciable.

Rose: Que amables, me encuentro bien. Y entiendo al Sensei, es un padre, si no se le obedece debe usar medidas en creces. Les agradeceré a las chicas cuando llegue. -Entonces eso volvió a callar.

Leo: Mejor se los diré ahora, estarán entrenando todo el día. -Eso me pareció injusto para ellas, pero no podía cuestionar.

Rose: Vaya castigo. -Dije sincera.

Leo: No es nada que no puedan llevar.

Rose: De acuerdo, debería prepararme. -Me senté en la cama. -Los veré allá.

Leo: Hasta luego. -Dijo con una sonrisa, se podía escuchar.

Rose: Adiós. -Dije amable y finalmente colgué. Me levanté de la cama y como siempre me refresqué para ir en camino.

Al llegar a las alcantarillas, saludé a todos como de costumbre. Leo me pidió que no entrara al Dojo, pues estaban aún dentro las chicas y el maestro.
Miguel Ángel se encontraba leyendo cómics, Leo entrenaba en su habitación y Rafael miraba la televisión. Donnie no estaba, otra vez.
Me pareció extraño, quería aprovechar la oportunidad para sacarme de duda lo que me confundía entonces.
Rafael sólo miraba un Show, así que no dudé en preguntarle.

Rose: Rafa... Has...? -Me interrumpió de pronto.

Rafa: Donnie se fue a arreglar algo, no sabemos hasta cuándo volverá. -Torcí mi labio con decepción.

Rose: Vaya... -Dije igual.

Rafa: Él sabía que vendrías, dijo que si quieres puedes entrar al laboratorio. -Mi rostro borró su expresión y entonces alcé mis cejas.

Rose: oh, en ese caso... Gracias. -Asintió y entonces me dirigí al laboratorio.

Una vez dentro, noté que todo estaba normal. Entonces anoté en una hoja del escritorio las reacciones del Mutágeno azul. Hice dos copias, una para él y otra para mí. Esperaba que hiciera lo mismo.

Durante ese tiempo de escritura, tuve tiempo para reflexionar. Sentía que surgían cada vez más dudas, Donnie siempre me confundía, sus acciones me parecían algo extremas y nunca tuve idea de cómo devolverle el favor. Por ejemplo, el día que por primera vez experimenté un resfriado, ofreció su cama para que yo descansará. ¿Por qué? Es su dormitorio, su zona de confort. Me incomodó regresarle el favor haciendo que durmiera a mí lado por encontrarlo helado en el sofá, desde entonces no estaría a mano con cualquier acto. Me aclaró que lo hizo por preocupación, pero eso no me bastaba. Sentía que algo más estaba escondido detrás de sus razones habituales. Pero, ¿Que? Tal vez no conocía la verdadera amistad aún. Era un proceso y lo tenía claro, estaba consciente de que mi mentalidad aún no comprendía ciertas cosas en el ámbito social.
Pero quería entender.

Después de escribir, me dediqué a sacar las muestras de mi bolsa de mano, las coloqué en la mesa en orden y sólo esperé.
Miré a cabeza metálica, estaba en modo de sueño y estaba conectado. No podía hacerle nada.

Por primera vez, pensé en ver el resto del laboratorio. No me había percatado de lo enorme que era, el trabajo abarcaba mucho en mi mente.
Me levanté de mi asiento y caminé hacia los estantes de colección. Miré sus cosas y sus fotos. Muchos de sus recuerdos estaban ahí, sus hermanos, su padre, sus entrenamientos, inventos e incluso April y Casey.

Ver las sustancias que ya estaban fuera, eran interesantes. Sus inventos, sus notas, su vida. No sabía por qué nunca tomé la iniciativa de prestar más atención al laboratorio o a ellos. Las tortugas eran chicos muy agradables, adaptados a la vida de muchos adolescentes que pude ver en la mía. Pero, Donnie era... Diferente a lo que acostumbraba.

Donnie: Si viniste... -Escuché una voz detrás de mí. Al sacarme de mis pensamientos, le miré volteando todo mi cuerpo a su dirección. Estaba parado y normal.

Rose: Lo siento, sólo quería dar una vuelta al resto del laboratorio. -Dije después de alzar los hombros.

Donnie: ¿Nunca notaste nada de eso? -Preguntó refiriéndose a las fotos.

Rose: No. -Respondí apenada. Le miré algo extraño, así que le pregunté. -¿Te encuentras bien?

Donnie: ¿Por qué? -Dijo confuso.

Rose: Estás temblando y tu respiración se acelera. -Confecé señalando levemente su mano vibrante. La miró y la tomó rápidamente.

Donnie: Ah, no es nada... -Dijo nervioso. Miró las pruebas en el escritorio y se acercó. -¡Oh! Que es eso? -Evadió el tema anterior, más no le impedí hacerlo. Me acerqué y tomé el asiento del escritorio. Él se recargó al otro lado.

Rose: Son los resultados de las pruebas que realicé con el Mutágeno azul. -Respondí.

Donnie: ¿Enserio? -Dijo asombrado.

Rose: Hiciste tus pruebas, ¿cierto? -Pregunté interesada, quería comparar los resultados.

Donnie: Por supuesto, pero empecemos con tus teorías. -Asentí.

Rose: Bien, verás... Durante la experimentación pude notar que  la reacción puede variar, todo depende de la clase de contacto que el individuo tenga con dicho líquido. -Sus cejas se alzaron. Se acercó pasando al rededor del escritorio poniéndose a mi lado sin sentarse.

Donnie: Entiendo.

Rose: Todo ser vivo tiene cinco sentidos, vista, gusto, tacto, oído y olfato. Por hoy sólo descargaremos el olfato y el oído. -Asintió de nuevo y sonrió.

Donnie: Descartado. -Dijo con gracia.

Rose: Cuando el individuo está expuesto a un contacto a través del paladar, este se transforma en lo primero que ingiera después del líquido. Lo siniestro de esto, es que desde dentro se transforma lentamente en lo que comió quitándole la vida. -A eso me miró sorprendido. - Si lo toca, la parte con la que tocó se transforma en lo siguiente que toque. Pero si el Mutágeno cubre su cuerpo, su transformación es total, igualmente le quita la vida, sólo que sin dolor. Es inmediato. -Frunció el ceño.

Donnie: ¿Cómo lo que pasó con el cristal?

Rose: Así es. -Cruzó los brazos.

Donnie: Wow.

Rose: Cuando lo miran, no ocurre nada. Pero por accidente una gota de vinagre se derramó en el Mutágeno y explotó creando una pequeña radiación, un pájaro se acercó por la ventana y cuando la vió, sus ojos cambiaron de color después de mirar algo más. -Le miré retrocediendo con todo y silla.

Donnie: Cómo lo que te pasó a ti, la radiación es tan fuerte que transforma con la misma función.

Rose: Al parecer así es.

Donnie: Que curioso, yo también lo noté. -Caminó hacia el otro escritorio. - Y debo decir que descubrí algo. -Crucé mis brazos, sonaba interesante.

Rose: Adelante.

Donnie: La reacción nunca cambia. -Decía recargado en el escritorio. - Cuando está al contacto con un químico, el que sea, sólo...

Rose: ¿Explota el Mutágeno? -Completé su oración, más me miró incierto.

Donnie: No. El químico. -Le miré confundida. -Y si no lo has notado, el Mutágeno protege a su individuo. Por ejemplo, tus ojos. Cuando estuvieron cerca del láser Kraang, también se provocó una explosión. Luego brillaron y siempre estuviste ilesa.

Rose: Es una clase de campo de fuerza.

Donnie: Una muy potente.

Rose: Pero, destruimos el resto que Kraang tenía en su fabrica. ¿Por qué el rayo no me afectó a mí pero a la fuente si? -Torció sus labios mirando el techo.

Donnie: Tal vez por ser originario de la Dimensión "X". -Dijo antes de volver a mirarme. -Y recuerda que tus ojos brillaron, eso no pasaba cuando otro químico tocaba el Mutágeno. -Era verdad. Entonces se restablecía.

Rose: Entonces, se regenera el mismo químico. Tal vez sean las cantidades que se apliquen en impacto. -Me miró. Sólo callaba y asombrado me miraba. Me confundió un poco. - ¿Que... Sucede?

Donnie: Nada, esque... Lo mismo pienso. -Me asombré yo también entonces. -Ah... Pero el Kraang no está conforme con lo que tiene a pesar de tener muchas funciones.

Rose: Quieren un arma, destruir con lo que el ser humano configure su creación.

Donnie: Lo sé. Quieren...

— Algo más sencillo con que atacar. -Dijimos al unísono. Nos miramos sorprendidos. Era muy extraño, nos entendíamos como si... Fueran nuestras mentes unidas en... Una sola.

Rose: Supongo que... Es todo lo que hay que saber. -Dijo algo nerviosa.

Donnie: Si, yo también lo creo. -Hubo un silencio incómodo por un minuto. Por primera vez no hubo tema de conversación. -Creo que terminamos, veré cómo está Cabeza Metálica. -Asentí y sólo permanecí en mi lugar.

Mientras se encargaba de Cabeza Metálica, volví a reflexionar. Había tantas cosas en que pensar.

Donnie: ¿Está todo bien? -Me sacó de mis pensamientos de nuevo. Le miré.

Rose: Sólo... Reflexión.

Donnie: Entiendo.

Rose: ¿Puedo... Compartir algo de ello contigo?

Donnie: ¿Enserio? Claro.

Rose: Verás, hmmm.

Donnie: ¿Que pasa?

Rose: No sé cómo decirlo.

Donnie: Descuida, tómate tu tiempo. Entiendo que estos días has estado muy atareada. No sólo físicamente. -Torcí los labios.

Rose: Me alegra saber que no soy la única que se da cuenta.

Donnie: Tal vez no deberías concentrarte en los problemas, procura aprender algo siempre.

Rose: Y eso es lo que hago. Durante estos días he recuperado, perdido, y conseguido cosas. Pero a pesar de tanto aprendizaje, menos entiendo la vida. -Confecé algo cabizbaja.

Donnie: Oh... -Calló por un momento. -¿Sientes algún vacío? ¿Una nostalgia?

Rose: Me siento igual desde que llegué, lo único que ha cambiado es mi comodidad. Es cómo si me faltara algo aún.

Donnie: Es sólo un proceso. Pero los días buenos llegarán, te lo aseguro.

Rose: Eso espero. -Entonces hubo otro silencio. Donnie pensaba.

Donnie: ¿No te gustaría... Olvidarte de los problemas? -Fruncí el ceño confundida.

Rose: Si los olvido nunca se resolverán. -Dijo sincera.

Donnie: No, me refiero a... Descansar de ellos por un momento. Tomarte un respiro. -Le miré. Tocaba su nuca algo nervioso. -Podríamos salir a alguna parte y... Llevar a cabo algo que tengo en mente desde hace tiempo. -Miré el suelo pensando. Me preguntaba una vez más; por qué se preocupa tanto. Su mirada era nerviosa y su sonrisa también, no podía rechazar su oferta, además, tenía razón. Necesitaba un descanso.

Rose: ¿Que tienes en mente? -Dije con una mueca amable. Sonrió más de lo que ya sonreía y caminó a la puerta.

Donnie: Vamos, te lo mostraré. -Dijo mientras caminaba.

Rose: Pero, no podemos salir. Es de día aún. -Dije confusa.

Donnie: Ya verás mi plan. -Extendió su mano. Me levanté del asiento y le seguí.

Salimos de su hogar después de que él pasará por algo a su habitación, aparentemente estaba frío el aire.
Caminamos por un buen rato, sin hablar. Cuando lo miraba, estaba por poco tembloroso y sudaba también. Estaba nervioso, muy nervioso. No tenía idea de por qué.

Decidí romper el silencio, era extraño verle así.

Rose: ¿Te encuentras bien?

Donnie: Ah... Si, no hay cuidado. -De nuevo hablaba con acento elegante y forzado, decidí preguntar.

Rose: ¿Puedo preguntarte algo?

Donnie: Ah... C-Claro.

Rose: ¿Por que haces eso?

Donnie: Cóm... Digo, ¿Disculpa?

Rose: Justo a eso me refiero, has actuado extraño últimamente. Por ejemplo, ahora hablas de una forma más sofisticada a la que acostumbras.

Donnie: Cielos... -Acarició su nuca otra vez.

Rose: Comprendo si quieres ampliar tu vocabulario, pero sólo lo haces cuando estoy presente. -Afirmé sincera, comenzó a sudar.

Donnie: Ahm... -Me miraba nervioso. Luego suspiró. -Bien, tu ganas. -Se preparó pensando en que decir. - Yo... Sólo quería hacerte sentir cómo en Londres. -Miré el camino. -No estás acostumbrada a muchas cosas y... Tampoco tienes familia aquí. -Fruncí el ceño por un momento. -Perdón si te molesto con eso. -Dijo sobándose la nuca, un silencio se hizo presente de nuevo.

Rose: No me molesta. -Dije antes del silencio.

Quedé perpleja con su respuesta. Otro momento de reflexión se hizo presente, no esperaba eso de su parte. Tomaba en cuenta un "Sólo me adapto a la sociedad" o "Intento cambiar mi habla". Pero, lo hacía por mi comodidad. Una vez más.

¿Por qué? ¿Por qué la dedicación?
Me preguntaba eso muchas de veces en mi mente, más la respuesta nunca llegaba.

Pero de algo estaba segura. Donnie era diferente.
En Londres, cada persona se va por su lado. Se etiquetan unos a otros y en lo personal, me alejaban por ser "extraña". Siempre me pedían que me adaptara a ellos, pero Donnie... Donnie se adaptaba a mí.

Siempre al tanto de mi estado emocional, si me sentía cómoda o si algo me desagradaba. Siempre apoyándome en lo que me proponía, ayudándome con sus recursos. Algo que nadie nunca era capaz de hacer ni en sueños.
Por extraño que me pareciera, esos hechos y sus palabras me parecían más que gentiles.
Me conmovieron.

Una sonrisa salió de mi boca mientras caminábamos, le miré de reojo y estaba nervioso aún. No tenía idea de lo que tramaba, pero estar a su lado me hacía sentir cómoda. Eso me confundía también.

Donnie: Espera. -Se detuvo en seco. Le imité y le miré.

Rose: ¿Pasa algo?

Donnie: Ahm... ¿Podrías cerrar lo ojos por un momento? Por favor.

Rose: Pero...

Donnie: Es parte de mi plan, descuida, te guiaré por el camino.

Rose: De acuerdo. -Cerré los ojos y sentí sus manos en mis hombros. Caminamos por unos cuantos minutos más. -¿Esto es totalmente necesario?

Donnie: Ya verás por qué. -Caminamos un poco más, me soltó y se dirigió a otra parte corriendo, lo supe por los audibles pasos rápidos. -Aún no los habrás. -Dijo justo cuando pensaba en abrirlos.

Rose: Comprendo la referencia de los ojos cerrados, es una sorpresa... Pero qué...

Donnie: Supongo que recuerdas lo que sucedió conmigo hace dos noches.

Rose: Lo recuerdo.

Donnie: Bueno, he estado pensando, en cómo agradecerte. -Fruncí el ceño. Sentí una de sus manos tocar mi hombro. -Listo, ábrelos. -Los abrí. Me topé con un lugar que nunca había visto en las alcantarillas. Contaba con un comedor con manta, cubiertos preparados, un florero con una rosa y un lirio, velas aromáticas y asientos. Detrás se encontraba un estante parecido al de una cocina, todo era de bello parecer.

Rose: ¿Cómo encontraste este lugar? -Pregunté curiosa.

Donnie: Estuve caminando por aquí hace días. Cuando lo encontré, lo limpié y traje unos cuantos muebles que arreglé en el laboratorio.

Rose: Vaya, quedó hermoso.

Donnie: ¿Te gustaría tomar aciento? -Preguntó ofreciéndome una mano. Lo miré y entonces asentí para corresponder a su mano y que me guiara hasta el comedor. Mientras caminábamos, me dedicó la mirada provocando que se cayera junto con una de las sillas.

Rose: Te hiciste daño? -Pregunté preocupada.

Donnie: N-no. -Se levantó inmediatamente algo nervioso, se posó sobre la silla y luego la tomó. -Adelante. -Sonreí con el ceño fruncido algo extrañada por su nerviosismo y me senté en el asiento que me correspondía. Después de ayudarme, se dirigió al estante.

Me dediqué a ver las flores que estaban en la mesa, eran hermosas. Toqué sus pétalos para sentir su suave textura, entonces decidí hablar de nuevo.

Rose: Están radiantes, ¿Cómo las conseguiste? -Pregunté curiosa una vez más mientras las miraba. Él estaba de espaldas, no tenía idea de lo que hacía pero no le di importancia.

Donnie: Un genio no revela sus secretos. -Dijo con gracia. Podía sentir su sonrisa.

Rose: ¿Tienes idea de lo que representa cada flor? -Dije hechizada por su suave textura.

Donnie: Sólo un poco, las rosas significan amor y belleza.

Rose: Así es. -Dije mientras la miraba. -La Rosa siempre ha sido símbolo de pasión desde años inmemorables, su significado puede variar dependiendo su color, más su propósito nunca cambia. Por otro lado, el Lirio representa feminidad y también varía por su color. En este caso es blanco, así que simboliza pureza y honestidad. -Donnie calló sorpresivo.

A pesar de tener conocimiento en el simbolismo de las flores, no comprendía lo que él intentaba decirme con ellas.
Estaba cegada por la falta de experiencia.

Donnie: ¿Desde cuando sabes tanto de flores? -Preguntó curioso. Dejé las flores y le miré.

Rose: Son conocimientos de linaje. Mi familia siempre ha estudiado las flores antes de cualquier otra cosa. -Confecé sentándome hacia atrás.

Donnie: Interesante. Por eso amas tanto la Flor de lis, supongo. -Decía mientras preparaba algo, no sabía que.

Rose: Es probable. -Comencé a tener curiosidad de lo que hacía, pero justo cuando me lo preguntaba, volteó entusiasmado y nervioso.

Donnie: Bien, la cena está lista. -Dos platos en sus manos se hicieron presentes. Spaghetti. Algo así.

Rose: ¿Disculpa? ¿Cena? -Dije confundida. No me lo esperaba, creí que sólo sería una charla.

Donnie: Por favor, no me pongas más nervioso de lo que estoy. -Confesó casi temblando. -Déjame agradecerte a mi manera. -Sonrió nervioso e intimidado.

Rose: Lo lamento, no esperaba nada de esto. -Dije antes de que comenzara a acomodar los platos en el comedor.

Donnie: Sé que lo tuyo son elegantes restaurantes y comida de mil dólares por cada brócoli. -Reí levemente. -Pero aún así, espero que te guste. -Al tener el plato enfrente, no pude descifrar que era. Cuando le miré confundida me sonrió nervioso. -Spaghetti con peperoni. -Le sonreí. Un toque suyo indudable, el peperoni.

Su acto me parecía muy dulce, una cena a la luz de las velas y una charla cálida. No podía hacerle sentir mal, así que sólo probé el alimento a pesar de nunca haberlo probado en casa.

Una sensación fuerte pasó por mi paladar, mezclas de sabores por doquier. Un viaje papilo-gustativo delicioso. Le miré asombrada.

Donnie: No soy un gran cocinero, acepto tus criterios. -Miraba su plato preparando su decepción.

Rose: ¿Tu hiciste esto? -Pregunté después de tragar. Me miró algo nervioso.

Donnie: Si... -Una gota de sudor se asomó por su frente.

Rose: Es una delicia. -Se sonrojó.

Donnie: ¿Enserio lo crees? -Preguntó igual. Le sonreí, era muy dulce.

Rose: Lo es. -Dije antes de tomar un bocado más. Era delicioso. Pude sentir su enorme sonrisa y su inmenso calor en las mejillas.

Pasamos un rato hablando, logró sacarme varias sonrisas con el humor característico que tiene.
Hablamos de experimentos fallidos, planes y sueños. Todo muy agradable.

Donnie: Déjame levantar los platos.

Rose: ¿Necesitas ayuda?

Donnie: No, gracias. -Dijo antes de llevar todo a los estantes. -Debo admitirlo, no creí que aceptaras venir conmigo.

Rose: No podía decir que no, además, necesitaba un descanso. -Tomó una botella.

Donnie: Yo creo que todo terminará pronto. -Dijo antes de sentarse y servir en las copas la bebida.

Rose: Si, también lo creo. -Miré extraño lo que sirvió. Era jugo de uva. -A propósito, sobre lo que te pregunté camino acá... Quiero aclarar que nunca fue mi intención referirme a una inquietud por el hecho de tus cambios. -Confecé algo apenada.

Donnie: Sólo intento que vivas cómo en casa, es lo que yo quisiera si me perdiera en... -Pensó en lo que decía. Estaba por ofenderme sin esa intención. -No importa.

Rose: No, no es eso. Lo que quiero decir es que... No necesitas hacer tantos cambios para hacerme sentir cómoda. Por que, viví en Londres, más nunca fue mi hogar. -Me miró confundido.

Donnie: Ah, no?

Rose: No. Es decir, tienes razón, estoy acostumbrada a ciertas cosas, pero una costumbre no es una zona de confort, sólo una rutina diaria. Y lo que quiero concluir es que... No necesitas hacer todo esto. Por que aquí con ustedes me siento más en confianza, cómo nunca me sentí en Londres con mi propia familia. -Sólo me miró perplejo por aquella confesión.

Donnie: Cielos, eso no me lo esperaba.

Rose: Londres nunca fue lo que creen, el único recuerdo favorable es cuando descubrí el estudio. Sólo eso me agradaba. -Sonrió un poco de lado.

Donnie: Entiendo esa sensación.

Rose: ¿Enserio?

Donnie: Mientras yo crecía aquí, siempre tenía dudas. ¿Por qué de todas las personas y animales que existen en el mundo, yo tenía que ser un mutante? Alguien diferente. A diferencia de ti, yo quería adaptarme a la sociedad. El Ninjutsu fue sólo parte de lo que me hacía tener dudas. Quería ser libre, conocer lo que había fuera. Pero, Splinter me acogió con sus conocimientos y me brindó el privilegio del estudio. Sólo así podía conocer lo que había fuera, eso me...

—Llenava. -Dijimos al unísono. Nos miramos sorprendidos una vez más.

Donnie: Luego la informática, la química y la programación se volvieron mi vida. -Dijo antes de tomar un sorbo de la copa.

Rose: Al igual que a mí. Es por eso que poco a poco me alejé de la vida, por qué... Creí que ya la había encontrado. -Tomé un sorbo yo también. -Cuánta inmadurez, ¿No?

Donnie: Yo no creo que seas inmadura. Después de Splinter que por su edad es así, eres la más madura que conozco a pesar de ser tan joven.

Rose: Tal vez sea por qué sólo me trataban cómo adulto. -Dijo mientras jugaba con la bebida girándola con la copa.

Donnie: Tal vez. Pero, tengo una teoría del por qué. -Me detuve.

Rose: ¿Ah, si?

Donnie: Eres demasiado extraordinaria para la gente. -Dijo mientras pasaba su dedo por la orilla de la copa, me dejó perpleja una vez más. Cuándo se dió cuenta de lo que dijo, se sonrojó de tal manera que comenzó a sudar también. -Ah... Digo, lo siento. Yo quería decir... Esque... Eres muy inteligente, y... Eres genial y... Ay cielos. -Dejó caer su cara sobre la mesa. A pesar de sus nervios extremos, no dejaba de mirarle sorprendida por sus palabras. Nunca lo había visto así, además, nunca nadie me había alagado de esa forma.

Rose: ¿Enserio lo crees? -Dije igual de sorprendida. Alzó sus ojos y me miró aún rojo.

Donnie: Ah... S-si. -Intentó decir entre tartamudeos. Sentí un pequeño calor en las mejillas. El alzó su cabeza y enderezó su postura.

Su cumplido me había llegado a lo más profundo del pecho, sentía que dejarlo hablar sólo a él era algo injusto.

Rose: Gracias... -Dejé la bebida en la mesa. -Nunca nadie ha sido tan agradable. -Se rascó un poco la mejilla.

Donnie: Yo soy quien debe agradecerte, gracias por salvarme a pesar de haber sido tan negativo contigo.

Rose: No hay de qué, somos del mismo Clan. Y también somos amigos. -Al decir eso algo me pareció incompleto, y por la reacción de Donnie, apostaba a que él igual.

Donnie: Lo sé. -Me sonrió, le correspondí la sonrisa. Nos miramos por unos segundos hasta que despertamos. -Ah... ¿cuánto tiempo llevamos aquí...? -Sacó su T-phone y revisó la hora. Su rostro se sorprendió. -Son Casi las 4. -Me miró. Sus palabras me sorprendieron.

Rose: Dices que... Llevamos aquí ¿más de tres horas?

Donnie: Déjame ver, llegamos aquí aproximadamente a medio día con 32 minutos. Son las 3:45... En teoría tienes razón.

Rose: Vaya, tu familia debe estar preocupada.

Donnie: No, descuida. -Se acomodó y cruzó los brazos. Le miré.

Rose: ¿Estás seguro? -Se quedó viendo la nada.

Donnie: No, es mejor que nos vayamos.

Rose: Déjame ayudarte a limpiar. -Ambos recogimos todo y me encargué de guardar los muebles y todo lo que estaba en el comedor mientras Donnie lavaba los trastos. Al terminar, tomamos camino a las alcantarillas.

Cuando llegamos, sus hermanos se encontraban en la sala jugando videojuegos. Ambos entramos, entonces nos notaron.

Leo: ¡Donnie! ¡Por fin llegan! -Exclamó Leo desde lejos, los tres comenzaron a levantarse.

Rafa: Splinter estaba preocupado, deberías hablar con él. -Tomaron camino hacia nosotros.

Donnie: Todo está en orden, sólo salimos un rato.

Mikey: Si, claro. ¿Cómo les fué en su cita? -Dijo Miguel Ángel entusiasmado mientras golpeaba a Donnie con un puño, Donnie se sonrojó y negó. Sus palabras también me confundieron.

Rose: ¿Cita? -Pregunté mirándole. Se sonrojó y comenzó a tartamudear.

Donnie: ¡No! No fue una cita, digo... podría serlo, pero... -Suspiró. -Cielos. ¿Te gustaría esperarme en el laboratorio? Trabajaremos con Cabeza Metálica una vez que hable con el Sensei.

Rose: De acuerdo. -Dije confundida. Tomé camino hacia allá.

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Leo: Conque no fué una cita. ¿No se supone que ese era tu plan?

Donnie: Lo era, pero...

Mikey: Deja de temer, Donnie.

Rafa: Si, no sabes lo que tuvimos que hacer para guardar tu absurda gráfica de la cita perfecta. Sólo perdiste tu tiempo en hacerla.

Donnie: ¡Quieres guardar eso! Es que no lo entienden. Recién reconoce que somos amigos.

Leo: ¿Entonces qué harás?

Donnie: Yo... Quiero darle tiempo. Quiero que se dé cuenta por ella, no voy a presionarla.

Mikey: ¿Y que hacemos con tu gráfica? ¡Tiene de todo! Cita en el parque, el bosque, el zoológico, el tejado...

Rafa: Basta.

Donnie: Tal vez después lo vuelva a intentar. Es muy pronto.

Rafa: ¿No crees que te estás cegando? Puede que ya sienta algo por ti.

Donnie: Hay que darle tiempo a las cosas, Rafa. Si me disculpan... Iré con ella.

Mikey: Olvidas tu gráfica.

Donnie: ¡Solo déjala en mi habitación!
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Me mantuve en el laboratorio mientras Donnie se encargaba de hablar con Splinter. Lo sucedido me confundió. Una cita era para una pareja de enamorados, la intención de él era agradecer primeramente.
A no ser, que me estaba equivocando...

Donnie: Volví. -Llegó de pronto. Me confortó verle pasar, era extraño. -¿Te gustaría entrenar un poco al robot?

Rose: Claro. -Caminó hacia mí y me dió el control, al dármelo pude sentir su mano, me estremeció. Era extraño. - G-gracias. -Dije antes de que él también encendiera su control.

Donnie: Cabeza Metálica, despierta. -Comenzó a caminar a su alrededor para terminar a mi lado. No podía dejar de mirarlo, no sabía por qué. Al momento de tenerlo junto a mi, los nervios llegaron.

Cabeza metálica despertó. Nos saludó, pero no le prestaba atención. ¿Por qué?
Mi corazón latía, una presión se hizo presente. Nervios me abarcaban grandemente y no sabía por qué.
Necesitaba analizarme.

Rose: Donnie... -Me miró, mis nervios aumentaron. -Me temo que... hoy... no podré quedarme. Recuerdo que tengo algo por hacer.

Donnie: Entiendo.

Rose: Te veré después. -Entonces salí por la puerta dejándolo sólo.

Huí de las alcantarillas, corrí hacia la biblioteca. Necesitaba saber. ¿Que me ocurría? ¿Estaba enferma?
Muchas dudas corrieron por mi mente, por más que busqué en los libros no podía hallar una explicación. No sabía cómo buscar.
Libro tras libro, tema tras tema. Una vez más, aprendía sin entender.

Necesitaba ayuda, estaba desesperada.
Seguí leyendo, esta vez sobre amistades y sentimientos.
Era algo que sentía, algo hacia Donatello que no podía entender.

Tras leer lo mismo una y otra vez, me di por vencida.
Eran las 7:00 p.m. cuando opté por quedarme en el tejado de uno de los edificios cerca de la biblioteca.
Sólo reflexionaba sobre lo mismo, quería sacarme de dudas.
Pero en lugar de eso, recordé todo lo que Donnie había hecho por mí. Siempre amable, trabajador, perseverante, protector, inteligente, ingenioso... No podía sacarlo de mi mente.
Tal vez era por el calor que la comida de hace horas había creado, la confianza y el tiempo agradable podían ser la razón por la que me sentía así. Pero no lo tenía claro.

Las calles comenzaban a humedecerse, las nubes se oscurecían. Se aproximaba una llovizna. Tal vez eso podía ayudarme.

Seguí pensando por un par de horas, conseguí un paraguas y aún permanecí debajo de la lluvia en un tejado. Sentía que tal vez todo pasaría en un momento, comenzaba a tranquilizarme, pero alguien se presentó.

Donnie: Aquí estás. -Escuché su voz, los nervios volvieron. Le miré. Llevaba puesta una capa púrpura cubriendo su cabeza y hombros de la lluvia. -Estábamos preocupados.

Rose: Lo siento, estoy... Reflexionando, es todo. -Confecé, pero no le hablaría de ello. Tenía algo de temor.

Donnie: ¿Y estás bien? -Se acercaba, hasta que se sentó a mi lado.

Rose: Estoy confundida, es todo. -Dije sin verle, estaba nerviosa.

Donnie: Cabeza Metálica me preguntó por ti, está evolucionando. -Su comentario me sorprendió así que le miré.

Rose: ¿Enserio? -Dije intentando esconder mis nervios.

Donnie: Le pareció extraño no verte. -Dijo con una sonrisa. De sólo pensar en Cabeza Metálica preguntando por mi, la alegría llegaba.

Rose: Es impresionante. -Dije antes de ver la ciudad de nuevo.

Donnie: Lo sé. El anterior evolucionó más lento, gracias a ti se volvió mejor. -Algo en mí tembló, suspiré. Mientras miraba la ciudad respondí.

Rose: No creo que sea para tanto. -Dije algo temerosa.

Donnie: Y... ¿Por qué la confusión? -Preguntó curioso.

Rose: Preferiría no hablar de ello. -Miré la ciudad aún, no podía verle al rostro. Sentía que era muy arriesgado.

Donnie: Entiendo. -Dijo junto a un suspiro. Un silencio se creó.

Rose: No he dejado de pensar en el almuerzo de hoy. -Dije de pronto, me miró.

Donnie: Tampoco yo. Me sorprende que ninguno padezca de dolor estomacal después de comer lo que preparé. Mikey es el que cocina de mi familia, yo ni siquiera puedo servir jugo de naranja en un recipiente. -Su comentario me dió gracia, sonreí con una risa muy leve. Le miré.

Rose: Sólo necesitas tomar la iniciativa de aprender algo fuera de lo que estás acostumbrado. -Comenzaba a relajarme un poco, más no dejaba de temer.

Donnie: Créeme que la gastronomía es mucho más difícil comparándola con programación. -Alcé los hombros, torcí un poco los labios.

Rose: Lo mismo creía, algún día te mostraré lo que sé. -Dije mirándole algo desafiante, a lo que alzó la ceja.

Donnie: Eso quiero verlo. -Sonreímos con las miradas cruzadas, la lluvia era lo único audible y su extraña capucha le hacía verse más interesante. -No queremos que te resfríes de nuevo, ¿Te acompaño a tu apartamento? -Dijo de pronto, desperté.

Rose: ¿No te molesta? -Pregunté cómo si no me hubiera distraído.

Donnie: Para nada. -Se levantó y me extendió la mano para ayudarme, una vez levantada nos dirigimos al edificio.

De camino hacia el apartamento hablamos de muchas cosas, volvimos a reír unas cuantas veces, de nuevo teníamos un momento muy agradable.
Cada minuto que pasaba con él, me calmaba. Era como... Un tranquilizante. Era extraño. No sabía porque.
Al llegar al tejado, bajamos al balcón de mi ventana y ambos nos quedamos ahí.

Donnie: Bien, llegamos. -Dijo después de bajar conmigo. Algo me pasaba, sabía que debía entrar, pero algo me lo impedía con verle.

Rose: Lo sé... -Dije algo indecisa mientras me recargaba en la reja.

Donnie: ¿Qué sucede? -Preguntó al ver mi confusión. Le miré igual, por alguna razón algo me pedía que me quedara o tal vez me pedía que entrara, no estaba segura.

Rose: ...No lo sé. -Dije sincera. Miré el suelo.

Donnie: Mira el lado bueno, terminó el día y no ha ocurrido nada malo. -Alcé la mirada al cielo, fruncí el ceño. Era cierto, todo estaba en orden a excepción de mi guerra mental.

Rose: Es verdad. -Dije disimulando.

Donnie: Te lo dije. -Agregó sonriente. Le miré de nuevo. Debía hacer algo.

Rose: Donnie, no te... -Me miró. -No te agradecí por lo que hiciste hoy. Eres muy gentil. Gracias. -Realizó una mueca.

Donnie: No hay de que. -Respondió antes de sonreír de nuevo. Nunca había notado la separación de sus dientes centrales, era... Tierno.

Rose: Buenas noches. -Me dí la vuelta y caminé hacia mi ventana intentando abrirla. Decidí acabar con mi inseguridad.

Donnie: Espera... -Escuché su llamado. Volteé para mirarle, se acercó y con sus grandes brazos me abrazó.

Quedé perpleja, sólo mirando la nada.
Sentía todo, su respiración, la textura de su piel, sus brazos rodeando mi espalda y sus dedos cerrados evitando tocar cualquier área indebida.

Donnie: Gracias de nuevo, por salvarme. -Dijo en un susurro.

Mi corazón latía fuerte. Sentía una vibración interna en el abdomen acompañada por el calor de mis mejillas.
Mis brazos estaban un poco alzados por la sorpresa, poco a poco comencé a ceder para corresponderle. Al hacerlo, se separó de mí.

Donnie: Lo siento. -Dijo apenado acariciándose la nuca.

Rose: N-no hay problema... Y no hay de que. -Intentaba no titubear, Me sonrió. -Buenas noches. -Abrí la ventana. Comencé a entrar.

Donnie: Te veré mañana. -Escuché a mis espaldas. Estando dentro de la habitación, le sonreí y asentí.

Con esfuerzo, Donnie decidió irse. Cuando lo hizo, sentí una especie de... Vacío. Una presión en el pecho se hizo presente, una sensación que nunca había experimentado. No era dolor, era una simple presión que resaltaba los latidos.
Una vez más, era extraño.

Cerré la ventana y su cortina, me preparé para dormir y mientras lo hacía reflexionaba. Me daba curiosidad esa presión y no sólo eso.
La lluvia me acompañaba con sus repentinas lloviznas y gotas pesadas, al igual que yo, estaba desvalanceada.

En la ducha recordé una clase de Biología cerebral, cuando se liberan los elementos dopaminérgicos cerebrales en la zona del hipotálamo que provocan una sensación gratamente agradable y así representar el cambio de etapa en el agrado de una persona a otra. El hipotálamo es la zona que se encarga de los sentimientos. La dopamina es la encargada de liberarse cuando se trata de una atracción a alguien, uno se da cuenta al momento de elevar a una persona y sus virtudes, no ver sus errores.
Era eso, todas las señales y los síntomas eran parte de lo que recordé de aquella clase. Todo apuntaba a una cosa, estaba... Estaba enamorada.

Me sentí algo liberada al entenderlo, pero era algo difícil de aceptar. Donnie era mi amigo, si mis nervios aumentarían cada vez que estuviera con él, sería vergonzoso. ¡Dientres, siempre estoy con él!
Pero recordar cada momento, era muy bello.

Tal vez sólo era el calor de aquel almuerzo y las risas que provocó en mí, tal vez sólo estaba muy confundida por tantos problemas y el tenerlo al lado me hacía pensar otras cosas. Pero de algo estaba segura, nunca había experimentado eso con nada ni nadie, tenía que ser real.

Aunque tenía la respuesta, aún tenía dudas que al mismo tiempo intentaba responder. ¿Por qué de Donatello?
Tal vez por su adaptación tan tierna.
¿Por qué no conocía este sentimiento hasta ahora?
No estaba preparada, tal vez por qué nunca había convivido tanto con alguien al punto de sentir confianza.
¿Qué dirían mis padres si supieran eso?
Esa era otra historia.

Quería comprender muchas cosas, si sería ese mi último enamoramiento y cómo saber si vendría otro. Quería saber por qué se necesitaba de ese sentimiento y por qué su propósito.
Pero entonces recordé, el corazón actúa por razones que la razón no puede entender. Con eso tuve que abstener mis deseos de saber, sólo podía aceptarlo y vivir lo que fuera necesario para comprender poco a poco.

Pero, bueno.
Ya veremos qué pasa...

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