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Cap. #16 "Descubrimiento Auxiliar" (Metamorfosis)

A veces uno cree que puede hacer las cosas solo, es un pensamiento que muchos adoptan como si fuera una prenda de ropa. O incluso, lo hacen inconcientemente, quizá por que toda su vida han estado solos, o por qué nadie a su alrededor les toman enserio, o quizá sólo por que así las cosas podrían no... ¿Salirse de control?
Bueno, saben a qué me refiero.

Yo era una de esas personas. Creía que podía hacer todo solo, pero Rose me enseñó que a veces es importante tener una compañía de soporte.
Desafortunadamente, cuando se alió al clan del Pie, olvidé ésta importante lección casi de inmediato.

La traición de Rose era algo más que difícil de digerir, o al menos para mí. Mi clan, O más bien mi familia estaban confundidos al respecto, unos molestos y otros desanimados. Por mi parte, quería dedicarme a saber qué era lo que ocurría.
Como siempre, estaba dispuesto a recuperarla sin ayuda.

Sentía que ninguno de mis hermanos podría ayudarme o que simplemente por la situación, no estaban de humor. Seguro por qué seguían pensando en el por qué de tan fría traición.

Y siendo sincero, aunque estaba totalmente dispuesto, no tenía ni idea de cómo traerla de vuelta. Ni siquiera sabía cómo... Ya saben, empezar.
Solo existía algo de lo que estaba seguro. El que Rose volviera, era una idea muy difícil de lograr. Una meta que quizá, sería posible en un tiempo totalmente indefinido. Es decir, su mutación era complicada y la actitud cerrada que demostró en el trono de destructor, ni se diga.
Era un caso totalmente diferente.

Nada me confirmaba una probabilidad exacta de traerla de vuelta y cuánto me costaría. Así que, hice algo extremo, lo que era correcto, hablar con sus padres.

¿Al final podrían odiarme? Claro que sí.
¿Que si me golpearía el Señor Harrison? Probablemente.
¿Que me culparían de todo? Definitivamente.

Pero, aunque había muchos resultados negativos, era mucho más responsable decirles lo que estaba ocurriendo que mantenerme callado. No podía permitir que de nuevo Rose pasara por otra travesía así por debajo del ojo de sus padres. Además, pensé que era muy alta la probabilidad de que ella nunca les contara ésto.

Mantener los pies en la tierra había sido imposible al no evitar ver sus pasos en su jardín o escuchar sus risas en las azoteas en las que estuvimos un día. Fué hasta que llegué a la puerta de la mansión Harrison Blake cuando pude volver a tomar mi posición. Tomaba el aire suficiente esperando tener más valor.

Acerqué mi puño a la puerta dudando un segundo de golpearla, y después de negarme con la cabeza, toqué la puerta tres veces esperando que nadie de la servidumbre me viera. Finalmente escuché un par de pasos por el otro lado y cómo la perilla abría la puerta.

Nada alteraba más mis nervios en ese momento que el sonido de la puerta abrirse, curiosamente, se revelaron poco a poco unos ojos diferentes a los Harrison.
-¿Justin? -se me escapó la pregunta al verlo frente a mí. Alzó las cejas

- Donatello. -sonrió sorpresivo abriendo la puerta con más calma. Pero a pesar del recibimiento, su aparición sólo había provocado un abismo de preguntas en mi mente, digo, ¿Que hacía él en casa de Rose? -Tienes suerte de que no viniera hoy la servidumbre. Adelante, pasa. -Aún con esa sonrisa, que por cierto sentía algo nerviosa, abrió un poco más la puerta permitiéndome el acceso.
El interior se sentía más grande de lo que acostumbraba, así que el abismo mental seguía presente.

-¿Y los señores Harrison? -giré la cabeza hacia Justin, quien miraba el suelo con sus manos dentro de los bolsillos.

-No están. -mencionó mientras caminaba a la cocina y yo le seguía el paso. -Tuvieron una junta muy importante y me pidieron cuidar la mansión aprovechando mis vacaciones. Pero seguro regresarán en unas horas -. El olor de la cocina y de toda la mansión no me ayudaba, no podía evitar ver a Rose a cada paso. - Porfavor, siéntate-. Aún con mi mente en el cielo pude escuchar la invitación y no dudé en hacerlo, pero al esfumarse aquella sensación, solo fué reemplazada por un nudo en el estómago. Mis deseos de irme, aparecieron. -¿Está todo en orden?

-Lo siento, estaba... pensando. -estiraba mis brazos contra las rodillas, mirándolas.

-Veo que no viniste con Rose, pero dime, ¿Cómo está? -mi mirada se desvió, había olvidado que su última llamada justo antes de la mutación, lo que sólo aumentó el nudo en la garganta. -Y Lynx, ¿Se mejoró? -Y... la tensión estomacal. Las dudas volvieron, pensando desde la reacción más tranquila hasta lo peor, pero ya no podía retractarme. Rasqué mi nuca mirando ahora el suelo antes de girar hacia él y sólo notar lo atento que me miraba, provocando un suspiro largo de mi parte.

Le conté todo lo que ocurrió de forma resumida, pero lo suficientemente específica para aclarar cada aspecto físico y circuntancial. Justin nunca despegó su mirada de mí, era... extrañamente inexpresivo. Su silencio provocaba solamente más tensión.

-Ahora todo el clan está confundido después de la paliza que nos dió. Y aún no estamos seguros del porqué ocurrió todo ésto. -concluí. Su expresión no se inmutó. -Vine aquí para decírselo a sus padres, no para alarmarlos, solo para que estén enterados... -La tensión había vuelto ya escuchandome en voz alta, ¿Acaso perdí la cabeza? -...esque, sé que puedo hacer algo, pero no sé cuánto me lleve hacerlo. Una mutación es... complicada. -Justin alzó las cejas levemente cerrando los ojos junto con una mueca y se recargó en su asiento.

-Así que... Rose mutó, Lynx murió y ahora ese "Destructor" la tiene...ehm, ¿Esclavizada? -Miré a otra parte fugazmente. -Si, es... Algo difícil de digerir -. Su tono era reflexivo, algo analítico. Se aclaró la garganta.

-Pareces tranquilo -. de inmediato negó con la cabeza.

-Hay que ser realistas en que la alteración de un tercero estaría lejos de ayudarte. -Me miró. -Lo lamento, Donatello. No puedo imaginar las dificultades por las que pasas, mental y emocionalmente hablando. -Suspiré.

-Por ahora sólo quiero hacer lo correcto. No pueden seguir viviendo en una mentira sus padres, menos ahora que ella y ambos ya eran... algo unidos.

-Escucha... -se quitó los lentes poniéndolos en la mesa. -...creo que no deben saberlo.

-¿Qué?

-Me escuchaste. -Aclaró. -Tus intenciones con Madeline y Connor son aceptables, pero no lo hagas. -No pude evitar girar mi cabeza ligeramente en negación, una gran confusión crecía en mi mente.

-¿Perdiste la cabeza?

-Escucha, tú haces bien en venir, enserio. Pero los conozco mejor. Si optas por ignorar mi petición, aparentarán tranquilidad cuando no la hay. El día que Rose nos contó sobre el monstruo que le provocó el coma, sus padres agradecieron que tú la salvaras. Pero, en su ausencia, la paranoia y la reflexión inundaban sus días.

-Cielos. -mirando el suelo, confirmaba que quizá si había cometido una equivocación.

-No me mal entiendas, confían en tí y por eso le permitieron regresar a Nueva York a pesar de lo que ocurrió. Solo les ha sido difícil aceptar que es una Kunoichy y la idea de que esa era su vida. Y si saben ésto... -Suspiró. -Creo que se provocaría algo más grave.

-¿Cómo qué?

-No lo sé, han estado bajo mucha presión éstos días. Quizá les provoque algo físico por el estrés o que pierdan la cordura al punto de arriezgar sus empleos orillando la caída de la empresa. Connor no se detendría hasta tener a su hija de vuelta, y ambos sabemos que la ciencia de un mutante es muy diferente a la ciencia con la que trabaja, sólo lo volvería loco-. Me miraba firmemente, era notable que no quería ver a la familia Harrison desmoronarse. Dejé ir un poco de aire liberando la tensión que sentía, la visita no logró mi objetivo, si no que le quitó el sentido. Afirmé con la cabeza antes de levatarme.

-Bien... será mejor que regrese. -me dirigí a la salida.

-No creas que tu viaje fué en vano. -mis pasos cesaron justo ante la puerta. -Dame un minuto. -Corrió desapareciendo de mi vista, haciendo audibles sus pasos por las escaleras abriendo así mi curiosidad por sus intenciones. Me acerqué al inicio de las mismas, tratando de identificarlo con la mirada.

-¿Qué estás...? -subí y miré que estaba en la que solía ser mi habitación, bueno, la de huespedes.

-Ambos regresaremos a Nueva York. -Pude notar que empacaba a toda velocidad.

-¿Estás loco? -entré a la habitación. -Connor y Madeline te van a matar.

-Dejaré una carta, lo van a entender.

-¿No me escuchaste? Linyx es un arma letal ahora, ni tú ni el otro Justin pueden hacer nada para convencerla de nada.

-Por ahora el otro Justin está ocupado con su nueva vida submarina. Y me quedó muy claro el asunto de Linyx. -seguía empacando rápidamente, negué con la cabeza, ¿Enloqueció?

-No creo que Rose necesite de ambos. -Se detuvo y se irguió mirándome.

-Ella no, pero tú si. -Hice una mueca mirando a otra parte. No era una buena idea, además, Justin y yo no nos entendíamos del todo. Estaba seguro de que no estaba haciendo eso por mí.

-Escucha, sé que aún sientes algo por ella, pero eso no significa que... -Su maleta se cerró fuertemente, se acercó para verme de frente.

-Donatello. Sin ella, tus conocimientos son insuficientes -le miré directamente, algo ofendido. -Puede que conozcas todo acerca de una mutación y al clan que la tiene ahora. Pero yo conozco a los animales y los secretos del mutágeno. Te guste o no, necesitas a un Zoólogo. -Se equivocaba. Probablemente su ayuda tampoco sería suficiente. Pero, Justin era igual o más necio que Rose.

Regresando a Nueva York, tuve tiempo suficiente para recapacitar y digerir el hecho de que muy probablemente, vería a ese sujeto todos los días. Antes, únicamente soportaba su presencia con Rose como intermediaria, ahora debía averiguar como lidiaría con él yo solo. Me preguntaba muchas veces "¿Por qué accedí a esto?" pero era tarde.

-Bienvenido a mi hogar. -Después de vernos en el aterrizaje, habíamos acordado vernos en su edificio, en la ventana de su habitación de hecho. Igual que cuando visitaba a Rose.

-Es extraño entrar por aquí. -Admití al entrar y cerrar la ventana.

-Es sólo una abajo de la que acostumbras. -Me miraba de forma aburrida, extrañamente así se ponía cada vez que trataba de hablar de mi relación con Rose. Supongo era normal. -Vamos, estoy hambriento y seguramente tú tambien. -Girando los ojos irritado por su comentario, le seguí y miré el apartamento.

-Así que aquí vives.

-Bueno, si se puede decir. Por ahora será sólo mío ya que mis padres están ocupados. -Seguía caminando hacia la cocina, yo trataba de no parecer muy fisgón mirando a todas partes.

-Parece ser más grande que el apartamento de Rose.

-Es lo curioso de éste edificio. Los primeros pisos incluyen escaleras, los penúltimos pisos tienen dos habitaciones, pero el último piso sólo una habitación. -Miré el sofá y me dejé caer sobre él. Justin estaba en la cocina prácticamente frente a mí. -Tienes suerte, hay pizza congelada y un horno bastante bueno.

-Suena bien. -Me sonrió un poco con una mueca antes de comenzar a calentar, yo por mi parte, me dejé sumergir en mis pensamientos un segundo. -Dijiste que también avisarías a tus padres, ¿Cierto?

-Oh, no. Ya tengo 18 y soy prácticamente un adulto, así que no me manejan como antes. -Suspiré de golpe, no sé por qué pero aquel comentario me había parecido algo absurdo.

-Un adulto que vive en casa de su madre, interesante. -Me miró fulminante. No pude evitar soltar una ligera risa.

-Ahórrate la broma, Donatello. Suena patético pero es lo que tengo. -Alcé las cejas aún sonriendo. -Y si preguntaste para asegurarte de que no dijera nada sobre Rose, déjame decirte que lo tengo controlado. -Era extraño cómo no podía entender mi sarcasmo a pesar de que él era igual o más hilarante que yo.

-No te lo tomes personal, sólo estoy jugando contigo. Sabes que gradezco tu discreción al respecto.

-Sólo quiero que quede claro, nunca podría decirles algo cómo; "Hey mamá, papá, Rose ahora es un mutante y voy a ayudar a una tortuga a recuperarla... Por cierto, quizá me maten unos cuantos ninjas." -Citaba usando una voz infantil. No pude evitar fruncir un poco el ceño mientras lo hacía, era muy raro éste sujeto. -No, no. Eso haría que mi padre me mandara al manicomio. Ambos perderían la chaveta si me escuchan decir algo así.

-¿Quién dice "chaveta"? -Pensé. Miré hacia otro lado para no ofenderlo, comencé a mover ansiosamente una pierna.

-¿Y tu padre? Supongo que él si debe saberlo.

-Está algo sorprendido aún ¿Sabes? No quiero que se preocupe demasiado. Puede que él también... "Pierda la chaveta". -Dije sonriéndole algo burlón. De nuevo me miró fulminante.

-Ríe lo que gustes. No es malo ampliar el vocabulario, Donatello Hamato.

-Como digas, Griffin. -Le sonreí algo irritado. -¿Hamato? Ese ni siquiera era mi apellido. -Pensé de nuevo.

-Bien, se está horneando. -Se sacudía las manos animado. -Ahora, hablemos sobre lo que vinimos. -Se dirigió al sofá frente a mí, colocando los codos sobre sus rodillas -¿Cómo planeas hacer que Rose vuelva a tu clan? -La pregunta era bastante complicada, no pude evitar resoplar negando con la cabeza.

-Pues, estoy analizando primero la razón de su cambio de bando-. Me imitó y negó con la cabeza rápidamente por un segundo antes de mirarme curioso.

-Tampoco lo entiendo, ella no haría algo como eso.

-Hace tiempo el clan del pie usó una especie de gusano, uno que te esclaviza si se entraba en tu sistema. -Ahora era Justin quien me miró algo extrañado. -Le ocurrió a mi media hermana. -Aclaré.

-Entiendo, entonces el gusano es parte de tu hipótesis.

-Si, pero... Hay algo más. Siento que hay algo diferente.

-¿Diferente en qué sentido? -Reflexivo comencé a contar con los dedos.

-Fué burlona, abusó de su fuerza y fué muy amenazante.

-Creí que ella era así con cualquier contrincante.-Negué con la cabeza.

-Sé que no suena lógico, pero me refiero a que parece no ser ella misma. ¿Rose te comentó sobre April antes?

-Estoy al tanto de O'Neil. Tiene habilidades, ¿No?

-Si, bueno, April dijo que no sentía a Rose... aunque la tenía enfrente. -Justin retrocedió la espalda recargándola en el mismo asiento en el que estaba.

-Eso suena... aterrador. -Asentí. Él pensó sólo un segundo antes de verme. -Me gustaría que el otro Justin estuviera aquí, él sabría que responder ante ésto. -Le miré interesado.

-Cielos. También tiene habilidades psíquicas, ¿Cierto?

-Déjame... Recordar algo que él hubiera dicho antes. -Cerró los ojos, fruncía el ceño y se tomaba del cráneo. -De acuerdo, creo recordar algo. -Abrió sus ojos y al despegar sus manos, me miró. -Una vez él dijo que podía sentir todas las entidades a su alrededor. Que por cierto modo extraño, se podía sentir una escencia única en cada persona. Recuerdo que dijo que podía sentirme aunque estaba inconsciente el día que me conoció, pero cuando el Kraang me metió a aquella máquina... -bajaba el volumen de su voz, confundiéndome. Permaneció viendo el suelo.

-¿Qué? -pregunté ansioso.

-Dijo que no podía sentirme, pero nunca entendí por qué. Digo, el Kraang pasó mis recuerdos a su nuevo cuerpo. Pero, supongo que mi cuerpo no estaba vivo hasta que me sacaron de ahí... -De nuevo bajó el volumen. Fruncí el ceño, no habló por unos segundos.

-¿Qué? -Era imposible comprender a qué se refería con esos silencios tan largos.

-No será que... ¿Le borraron la memoria?

-¿La... Memoria? -Parecía una teoría absurda. Le miraba más extrañado.

-No sé... Quizá de cierto modo... Eso explicaría lo que dijo April. -Negué con la cabeza.

-No creo que Destructor...

-Ya sé que es una conclusión precipitada. Pero dime, ¿El clan del pie tiene algún... Profesor, doctor, alguna mente maestra?

-Hay una persona, un mutante. Pero es muy torpe.

-Si tiene un laboratorio, podríamos ir a investigar. -Alcé una ceja. -No lleguemos a conclusiones, simplemente averigüemos desde éste punto. -Aún pensando bien en lo que estaba proponiendo, le miré reflexivo, levantando mis manos deteniendo su discurso.

-Aguarda, aún no entiendo siquiera de a qué te refieres o por qué crees que le borraron la memoria.

-Justin creía que cada persona tiene una escencia única. Es decir, se sienten diferentes. Según su teoría, cada persona es lo que es gracias a todo lo que ha vivido, al menos las cosas más importantes, ya que influyen en el carácter, las decisiones y su forma de pensar.

-Y sin todo eso, una persona puede perder lo que es...

-Exacto.

-De acuerdo, sé dónde está su laboratorio. -Ante eso, asintió de inmediato varias veces, cómo un infante emocionado. -Partiremos al anochecer.

-GENIAL. -Comenzó a frotar sus manos. Yo le miraba con extrañesa.

Una vez que el sol se ocultó, fuimos al laboratorio de Backster Stockman. Por desgracia, no llegamos en el tiempo que había premeditado, pues para ninguno de los dos resultó ser un buen viaje.

-Llegamos. -Durante todo el recorrido, Justin no paraba de hablar sobre Rose y todo lo divertido que hicieron cuando estuvimos separados. Probablemente eran celos, pero sentía que quería molestarme a propósito.

-Genial, es incómodo estar aquí arriba. -se quejaba en un tono arrogante. Rodé los ojos.

-Ya bájate de mi caparazón. -dije aburrido, sentí cómo me fulminó con la mirada.

-Eso hago, relájate. Te cansas muy rápido para ser un artista marcial. -Era irritante como todo el tiempo remarcaba sus conocimientos de lo que fuera posible mencionar. Ni siquiera yo hago eso con mis hermanos.

-Oye, tenemos que guardar silencio, ay que ver si hay alguien primero antes de entrar.

-Oh, claro, lo siento. -Se disculpaba con un tono sarcástico. Después de mirarlo fulminante, me acerqué al primer acceso hacia el interior que hubiera en el tejado, Justin me siguió y se colocó frente a mí, saqué el escáner. -Eso es...

-Nos permite saber si hay alguien aquí. -Esperé a que hubiera alguna respuesta en el escáner, pero al notar que todo estaba despejado, miré a Justin y me levanté. -Bien, entremos.

Entonces se subió a mi caparazón... De nuevo. Y bajamos desde ese primer acceso.

-Ahg, tengo que enseñarte a ser útil para ésto. -Me miró ofendido, yo sonreí para mí.

-No es tiempo de bromas, Donatello.

-Debemos encontrar alguna evidencia. La que sea nos es útil. -Bufó antes de ver a su alrededor.

-Éste laboratorio es muy grande. -Ambos analizamos el lugar con la mirada, recorriendo cada parte, por un momento, sólo sentí cómo se detuvo. -Oye, esas son sillas de tortura.

-Lo sé. -Mirándolas fijamente, me dí cuenta de que tenían algo curioso. Me acerqué y una vez que Justin se acercó a dónde yo estaba, vimos las marcas que perforaban el metal.

-Está... Zarpado. -Justin pasaba sus dedos por sobre ellas.

-Sin duda tuvo que estar en ésta silla. -Afirmé. Justin sin dejar de observar y tocar, contestó.

-¿Cómo estás tan seguro? A lo que sé, el clan del pie tiene muchos mutantes.

-Los mutantes que tienen garras son muy distintos entre sí. Rahzar no entraría en esa silla y menos sus muñecas en esas agarraderas, Garra de tigre podría entrar, pero sus manos son muy gruesas, no podría hacer esas marcas ni apretando los puños.

-Entonces debió ser ella.

-Separémonos. No tenemos mucho tiempo y debemos recaudar toda la información que se pueda. -Justin sólo afirmó y se retiró de ahí. Yo permanecí viendo la silla, verificando si había otro rastro de ella o alguna otra cosa.

Justin se dirigió al escritorio caminando lentamente, era inevitable notar todas las notas dispersas en él. Había papeles por todas partes y múltiples pares de lentes protectores, los cuales tomaba con curiosidad mirándolos fijamente. Sin darse cuenta, una de sus manos aterrizó en el teclado y para su sorpresa, la computadora se encendió.

Yo por mi lado pude notar que la silla tenía un par de pelos marrones. Pasé mi mano sobre ellos para tomarlos y los guardé en una bolsa de plástico. Caminé rodeando la misma silla, notando un casco. De este, salían varios cables de colores, parecía ser un casco neurólogo. Lo tomé con ambas manos, analizando si era viejo o nuevo.

-¿Qué es lo que hacen con ésto? -Me preguntaba aún con el casco en mis manos, nada tenía sentido.

Justin analizaba la computadora, específicamente, una ventana ya abierta con una sóla opción en el centro que decía "Comenzar proceso". El programa era desconocido, no tenía idea de lo que era capaz de hacer. Así que miró las notas, viajando con la mirada entre todas ellas.

Una vez que miré más profundamente el casco, me dí cuenta de que estaba enlazado a un cable bastante largo, el cual se dirigía hacía una especie de lámpara alta. Era muy extraño, parecía ser de algún set de iluminación fotográfica, o algo así, pero... Nunca había visto una lámpara tan extraña. No entendía cómo era que el casco y la lámpara tenían relación.

Justin leía las hojas, tenían frases confusas para él. Parecían no tener sentido alguno. Entre tanto, logró distinguir una frase; "Activar cada dos meses" lo que le desconcertó y despertó su curiosidad ante la idea de ver qué era lo que pasaba si activaba aquel botón que el monitor mostraba. En eso, pude notar que la lámpara estaba conectada a la computadora también, Justin me miró notando exactamente lo mismo, a lo que miró la nada en reflexión, tomó un par de aquellos lentes y de golpe me miró.

-Donatello -le miré. -Cúbrete la cara. -Confundido, ví cómo presionó el botón. Me cubrí como dijo, protegiéndome de la repentina luz que comenzó a emanar de aquella lámpara. La habitación de iluminó como si del sol se tratara, cada pared se tornó blanca por un instante, desapareciendo cualquier sombra existente, y en un segundo, las luces volvían a su estado original. Las paredes, se tornaron blancas cuatro veces, repitiendo el mismo proceso. Una vez volviendo a ver el color en la habitación, miré a Justin, quién se quitó los lentes con una mirada perpleja, sin expresión, totalmente horrorizado. -No es posible... -volvió a ver las notas algo alterado, comencé a caminar hacia él.

-¿Estás loco? Pudieron vernos. -Exclamé alterado, Justin aún en la misma expresión, miró el monitor y notó que aquel sistema había vuelto justo dónde empezó, como si estuviera programado para repetir el proceso. Negaba con la cabeza. -¿Griffin?

-Por más que creí que mis teorías eran una locura, no lo son. -Miraba la pantalla aún atónito.

-¿De qué hablas?

- Yo tenía razón. -Un escalofrío recorrió mi cuerpo, congelándome.

-¿Lo... Dices por... el casco? -Mi voz temblaba.

-Si, bueno... No es tan sencillo como creímos, es... Es peor.

-¿Por qué?

-Esa luz, ese flash. -La señalaba. -Mi padre lo usaba para experimentar con animales. Con un sólo flasheo podíamos hacer que un animal cambiara, como si se formateara. -Yo miraba la lámpara, mientras explicaba. -Esa cosa, es capaz de llegar al hipocampo, de alterarlo y resetearlo.

-No puede ser, eso es sólo ficción.

-Son reales. -Tomó uno de los lentes y me los dió. -Ésto protege de las luces a quien los porta. Es el mismo procedimiento que mi padre hacía. -Mientras hablaba, miré aquella silla. -El casco, el flash, la silla con esposas. Todo... Todo tiene sentido ahora.-Miré cada uno de los elementos dichos, y ahora sabiendo el proceso, no pude dejar de imaginar cada escenario, cada grito de desesperación, cada movimiento desenfrenado que seguramente provocó aquellos zarpasos. Podía imaginar su miedo por el secuestro, su dolor ante los golpes de quienes la sentaron y amarraron, sus gritos que imploraban para que la luz no se encendiera y con la desesperada esperanza de que alguien la salvara. Pude sentir las luces encenderse, haciéndome cerrar los ojos junto con mi imaginación, sintiendo incluso, su último grito de llanto interrumpido en seco por aquello que en un instante, le arrebató su vida.

¿Por qué? ¿Por qué no estuve ahí?
¿Por qué no ignoré las indicaciones de mi maestro, y peleé contra la voluntad de mis hermanos?
¿Por qué no le hice caso a mi intuición? Yo sabía que ella estaba vulnerable, sabía que algo le pasaría... ¿Por qué lo ignoré?
No debí hacerlo, yo permití todo ésto.
Gracias a mi debilidad, ellos la secuestraron, la torturaron, la destruyeron...

Podía escuchar latidos fuertes y constantes en mis oídos, sentía mi estómago revolverse, no podía respirar. Y con una sensación de ardor en el esófago, golpeé el escritorio con todas mis fuerzas.

-¡MALDITOS! -Se escuchó el grito por todas las paredes. Justin de inmediato me miró firme.

-¡Hey, hey, hey! Tranquilízate. -Susurraba y movía sus manos tratando de tomar mis hombros y seguirme el paso mientras arrasaba con la mesa y lo que hubiera enfrente.

Quería encontrarlos, estrellarlos contra el pavimento, matarlos, desmembrar su cuerpo, hacerlos sufrir, quería hacerles lo mismo o algo peor.

-¡LE BORRARON LA MALDITA MEMORIA! -Malditos, ella no merecía ésto, maldita sea, no lo merecía.
Y ahora, ella ya no estaba.
Y era mi culpa, solamente mi culpa.

-YA LO SÉ. -Me detuvo ambas manos. -Yo también estoy furioso, yo mejor que nadie sé el riesgo de éste proceso. Sólo uno de esos flashes puede paralizar el cerebro de alguien. -Trataba de verme a los ojos, pero ni siquiera yo podía distinguir nada más que mi respiración agitada.

-Ésto es sólo un experimento para tí, ¿No es cierto?

-Idiota, dijiste que debíamos ser prudentes. ¿En qué parte de tus indicaciones entra ésta rabieta? -Me soltó ambas manos, mirándome aún firme, incluso algo molesto. -Entiendo lo que sientes, ésta impotencia, la culpa... -Negué con la cabeza.

-Rose no merece ésto. -Mi voz se entrecortaba en un suspiro.

-Rose... Ya no está. -Dijo realista, antes de tomarme de un hombro. -Lo lamento. -Agregó en un suspiro. Miré la nada de nuevo y sólo caminé a la silla, pasando mi mano con lamento. -¿Qué piensas hacer?

-Le diremos al clan, tienen derecho a saberlo.

-Y... viendo la situación, también los Harrison. -Solté un suspiro, asintiendo.

Ante ésto, no nos quedó de otra, más que volver a las alcantarillas. No había nada que hacer... Era lo mejor.

-Donatello, ¿Me quieres explicar dónde pasaste la noche? -Era el sonido de mi padre recibiendome, paralizado por su regaño, le miré. Una vez que Justin se colocó junto a mí, se molestó un poco más. -¿Y POR QUÉ ÉL ESTÁ AQUÍ? -Exclamó fuerte, a lo que me encogí de hombros avergonzado. Justin igual.

-Ah... Señor, buenas noches. -Dijo Justin con la voz temblorosa. Splinter le miró un segundo y en eso me miró a mí.

-Será mejor que lleves a éste joven a...

-¡NO! No... Está bien, Splinter. -Interfirió Shinigami colocándose en medio de ambos. -Es un conocido y es confiable. -Splinter los miraba, Shinigami alzaba las cejas y Justin le sonrió aún nervioso.

Splinter me vió de nuevo, le sonreí nervioso, finalmente suspiró y sólo se acercó a mí. Tanto Shinigami como Justin exhalaron tranquilos.

-Sé que debe estar molesto, Sensei. Pero necesitaba traer a Justin. -Lo dicho no ayudaba, pues aún me miró con seriedad.

-¿Quieres explicarnos qué sucede? -Exigió Rafa desde su asiento, el resto de mis hermanos dirigieron su mirada a mí, ejerciendo algo de presión.

-Fuí... A Londres para ver a los padres de Rose.

-Bien recuerdo que pediste ir una noche. Pero demoraste DOS. -Agregó Splinter aún molesto.

-Fuí yo el culpable de eso. -Excusó Justin en mi defensa. -Le pedí que no dijera nada. Los padres de Rose son algo... inestables y lo mejor era guardar silencio.

-Eso no explica por qué mi hijo llegó una noche tarde.

-Yo le pedí que me trajera. Me habló de... Linyx. Así que decidí venir para ayudarlos a descubrir qué es lo que ocurre con ella. -A eso, todos comenzaron a comentar.

-Eso no tiene sentido, ¿Quieren descubrir por qué nos traicionó? -Preguntaba Leo.

-Sobre eso... -Dije lentamente, estaba nervioso.

-¿Ya investigaron? -Preguntó Rafael.

-Donnie me dijo que April mencionó algo de "No sentirla a pesar de verla". -Dijo Griffin al ver a April esperando su confirmación con alguna mirada o movimiento. -Mi amigo Justin es psíquico también. Así que pude llegar a una teoría y eso permitió que armemos una hipótesis.

-Decidimos que sólo ir al laboratorio de Backster podría confirmar nuestras teorías. -Dije aún lentamente, Karai y Shinigami no dejaban de mirarme, podía sentir su desesperación para que acabara.

-¿Entonces? -Preguntó Karai. Respiré hondo.

-No es nada... Agradable. -Agregó Justin, preocupando a mi Sensei.

-¿Qué sucedió? -Preguntó finalmente. Le miré evitando quebrarme.

-Le borraron la memoria, Sensei. -Lo dicho, sorprendió a todos los presentes sin excepción. Karai, miró el suelo. Leo miró la nada, Rafa y Mikey se miraron entre ellos, Shinigami sólo se paralizó un segundo y April cerró los ojos. Casey sólo observaba la conversación.

-¿Enserio? -Preguntó Mikey preocupado.

-Eso lo explica todo. Su actitud... Su mirada. -Hablaba Karai para sí.

-Me miraba confusa cada que mencionaba su nombre, no sabe quién es Rose. -Agregó April.

-Y sus habilidades son las de un miembro del clan del pie. - Comentaba Rafa mientras miraba a Leo quien asintió levemente frunciendo el ceño.

-Entonces la secuestraron mucho tiempo antes de que la volviéramos a ver. -Leo se lamentaba, mirando también a Karai.

-Destructor presumía su nuevo juguete. -Mencionó Karai furiosa.

-Blake no nos traicionó. -Se lamentaba también Shinigami. Nuestro maestro, estaba paralizado. Creo que estaba igual de devastado que Justin o quizá como yo.

-Al igual que con Miwa, Destructor puso a Rose en nuestra contra.

-Y es muy fuerte. -Dijo Mikey acariciándose sus heridas.

-Un cambio de bando es una cosa, pero ésto... Creo que la hemos perdido para siempre. -Suspiró Splinter. Karai negó.

-Padre, podríamos hacerla entrar en razón. Quizá... Cómo lo hicieron conmigo. -Karai trataba de ser optimista, Splinter negó.

-Pero en tu caso, existían evidencias, Miwa. Pero con Rose, o más bien, Linyx... No duramos más de una semana con ella como mutante y no tenemos nada para hacerla ver que era una humana antes de ser una lince. -Las chicas bajaron la cabeza sabíamos todos que tenía razón.

-Creí que estaba loca por no poder sentir a Rose... Y lo peor es que tampoco pude entrar a su mente como antes. -April comentaba su punto de vista, Justin frunció el ceño mirándola.

-¿Qué dijiste? -April le miró confusa, yo igual. -¿Cómo que no podías entrar a su mente? -La pregunta me pareció extraña.

-Pues, puedo entrar a la mente de quien quiera, paralizarlos o... Algo. Pero esa noche no pude con ella, como sí estuviera...

-Bloqueada. -Dije de pronto, una idea llegó a mi mente, ¿Era posible?

-Sí, algo así. -Concluyó April.

-Lo lamento, chicos. -Dió Justin el pésame. Leo se acercó tomándole del hombro.

-Lo mismo digo, gracias por ayudar a Donnie. -Entonces, sumergido aún en mis pensamientos, me di cuenta de que los elementos eran claves. El procedimiento de borrar la memoria, su condición, su mutación... Esperaba no equivocarme.

-Si hubiera una forma de regresarla, créanme que...

-La hay. -Interrumpí a Justin. Todos me miraron cansados, ante sus ojos, una vez más estaba levantando falsas esperanzas.

-¿Que estás diciendo, Donatello? -Reclamó confuso Griffin. Lo miré de golpe.

-Ven conmigo. -Lo tomé de un hombro y lo llevé a mi laboratorio.

-¡Oye! Acaba de... ¿Qué le sucede ahora? -Excusaba Shinigami confundida, Leo sólo negó con la cabeza.

-Déjalos, Donnie no lo superará.

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-Donatello, ¿Que sucede? No debes hacerte ésto, lo único que nos queda es aceptar. -Justin explicaba moviendo sus manos algo alterado, yo no dejaba de caminar en círculos.

-Hay algo de la mutación que no te dije.

-¿Qué cosa?

-¿Recuerdas la razón por la que el Kraang perseguía a Rose?

-Tu pregunta no parece tener sentido... -Le fulminé con la mirada. -Ok, según yo recuerde fué debido al mutágeno azúl que ya no existe más que... -Antes de terminar, se dió cuenta de su respuesta. Me miró frunciendo el ceño. Yo alcé mis cejas indicando que ya había entendido. -Están mezclados ambos mutágenos. -Dijo al llegar a su conclusión. -Pero, ¿Cómo vamos a confirmarlo si ella...?

-Rose ya lo hizo por nosotros. -Frunció el ceño confundido otra vez. -Verás, antes de que escapara, ella misma se dió cuenta de ésto y al mismo tiempo supo que esa mezcla de propiedades permite que el sistema completo sea regenerable. Ella misma se desgarró el cuello y ví cómo los tejidos volvieron a unirse en tan sólo segundos. -Justin movía su cabeza rápidamente.

-¿Pero, regeneración celular? Espera, dame un momento. -Me callé un segundo. Esperando a que hablara. -April dijo algo de no poder entrar a su mente. Eso tendría que ver con el hecho de que los mutágenos protegen su producto, ¿Cierto?

-Eso es cierto, si. Aunque... Si April no pudo entrar en su mente, ¿Por qué Destructor sí? -Me miró sorprendido, sabía igual que yo que eso no tenía sentido.

-Desgraciadamente no podemos traerla para verificar... -Pensamos un segundo, hasta que él recordó algo que le hizo verme con ojos tan abiertos como cuando Mikey comió pizza por primera vez. -¡Lo tengo! -Exclamó antes de dirigirse a mi computadora, yo confundido le miré y lo seguí.

-¿Que estás...? -Extrañamente buscaba algo en la red, yo sólo lo miraba.

-Mi padre hizo un artículo hace años, sé cómo acceder y sé que puedo verlo. Necesito leer un fragmento en específico y... ¡Ahí! -Comenzó a leer mientras hablaba bajo entre dientes.

-Supongo que tiene que ver con la pérdida de memoria en los animales.

-Es justo lo que creí. Alguien hizo una pregunta que mi padre colocó en el artículo. Sobre la posibilidad de que un individuo recupere su memoria en sólo caso de que sea funcional en las personas. Mi padre contestó que era muy poco probable, pues el hipocampo requiere de tejidos especiales en el cerebro que en ese entonces no se sabia identificar. Por lo tanto, simplemente se contestó que no se regeneran. -Era algo extraño lo que decía, pero trataba de comprender.

-Aguarda, la regeneración consiste en volver a unir los tejidos después de una abertura o herida.

-Así es, y durante años se ha creído que los daños al cerebro son irreparables. ¿Recuerdas la nota?

-¿La nota?

-¡Si! La que estaba en el escritorio cuando llegamos. Donnie, el sistema lo tienen preparado para cuatro flasheos. Y está programado para hacerse cada cierto tiempo. -Por un momento, me dí cuenta del rumbo que ésto estaba tomando.

-Entonces, sólo así pueden borrarle la memoria...

-Todo el producto que toca al mutágeno, es protegido. Y con el grado de regeneración celular que parece que tiene, es entonces muy probable que Rose... Siga ahí. -A eso, nos miramos un minuto. Era una locura.

-No puede ser. -Suspiré dos veces antes de sonreír, pero me contuve. -Esos flasheos les están dando a Destructor lo que quiere. Ella pierde la memoria... temporalmente.

-Donnie, debemos destruir la máquina.

Lo haríamos, de verdad estábamos concientes de lo que estábamos por hacer. Aún no podía creer que en verdad Rose seguía dentro de Linyx aún después de lo que habíamos visto. Aunque sabía que esa conclusión aún era una hipótesis, estábamos decididos a tomar el riezgo y de intentar. Vaya, ahora tenía que soportar al cabeza hueca de Justin Griffin. Pero al mismo tiempo, sabía que sólo así, podríamos lograr algo.

Una vez más, mi orgullo me había cegado tontamente, y ésto me hizo recordar la valiosa lección de Rose, ¿Cómo era posible que aún en su ausencia, siguiera restregando en mi cara que necesitaba ayuda?
Nada nos detendría,
No la ignoraría de nuevo, no ésta vez.

Y aún recuerdo nuestra frase...
"Todo estará bien"

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