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Cap. #12 "Fortalecimiento"

 Pasó más de una semana después de lo último que les compartí. Debo decir que todo estaba yendo de maravilla. Extrañamente, en ésta ocasión contaré un episodio casi nada dramático o triste. Quizá más emotivo y nostálgico.

Mis cálculos no fallaron, las practicas con Rose de caminado resultaron como esperaba, al finalizar la semana de ejercicios, Rose pudo caminar por su cuenta. No se imaginan la felicidad que se reflejaba en su rostro cuando por fin logró hacerlo, era como una niña. Mi niña.

El par de días del que les hablaré hoy, precisamente empieza con una mañana atareada. Estábamos empacando todo lo que había en su habitación prestada en las alcantarillas para dirigirnos a donde no creímos regresar tan pronto. Su apartamento.
Rose antes de mudarse, quería agradecerle a Splinter y a mis hermanos. Siempre era muy atenta. Sólo a Mikey le entristeció separarse de Lynx, pero logramos convencerlo de separarse de ella.

Rose prometió visitarnos seguido, después de todo, yo la buscaría para que estuviéramos todo el clan junto. Cosa que todos aceptaron.

El transporte hacia su apartamento fué algo complicado. Fuimos en el Fiesta-Móvil, pero tuvimos que estacionarnos en un callejón para poder bajarme con ella y subir por el tejado mientras que ella subía desde la recepción. Nos encontramos en la ventana de su habitación.

Donnie: Hola, preciosa. -Dije coqueto posado en el balcón una vez que ella abrió la ventana y la cortina. Sonrió de lado con humor.

Rose: Hola, anfibio. -A eso me indigné.

Donnie: Wow, eres muy mala alagando. -Ella rió.

Rose: Anda, entra antes de que alguien te vea. -Asentí y entré. Me puse a ver todo al rededor.

Donnie: Vaya, ésta habitación siempre se ve igual.

Rose: ¿A qué te refieres?

Donnie: Siempre está limpia, incluso huele a... -Olfateé el aire. -...A una rosa en inglés. Y a flor de Lis. -Ella sonrió.

Rose: Bueno, tengo un detergente que tiene el mismo aroma de mi perfume, quizá sea eso. Además de que la Flor de Lis está aquí junto a la ventana. -Miré la flor, le toqué un pétalo.

Donnie: Sigue estando tan hermosa como antes.

Rose: Por que alguien me ayudó a darle vida.

Donnie: Hmmm, ¿Quién será? -Respondí alzando una ceja mirándole, ella alzó las cejas.

Rose: Alguien muy interesante, claro.

Donnie: Me gustaría conocerlo.

Rose: Allá hay un espejo, quizá si te acercas lo verás. -A eso, reí.

Donnie: Eres muy ingeniosa. -Dejé la flor de lado y le besé la frente. -Ahora, ¿Qué hacemos?

Rose: Por ahora sólo cuidar de Lynx. Está dormida, pero hay que darle alimento. -Agregó antes de dirigirse a su mascota.

Donnie: Me quedaré aquí contigo todo el día. Aún sigues siendo mi paciente.

Rose: Ya lo sé, señor doctor. Le agradezco su apoyo. -Me abrazó. -Por ahora le daré agua a la flor... -Dijo antes de comenzar a alejarse hacia la cocina. -...debe estar sedienta. -La seguí y me senté en el sofá a ver a Linx.

Donnie: Sabes, Linx parece ser muy perezosa. -Dije aún mientras miraba a la exótica mascota.

Rose: Es felina, claro que lo es. -Respondió una vez trayendo la maceta y la flor a la barra de la cocina para darle agua.

Donnie: Bueno, quizá estar con Mikey la cansó. -Dije burlón. Ella sonrió.

Rose: Eso es bueno, les hace bien estar juntos.

Donnie: Lo afortunado fue que no se vió con gatito helado.

Rose: Bueno, eso no lo sabemos. -Respondió al terminar y dejar a su planta en donde estaba, me dirigí a la cocina y comencé a revisar.

Donnie: Vaya, al parecer no tienes nada aquí. -Ella salió y se acercó a la barra.

Rose: Por supuesto, estuve más de un mes ausente. -Cerré la nevera y le miré al levantarme.

Donnie: Creo que no podré hacerte tus comidas.

Rose: Descuida, compraré provisiones cuando pueda. Quizá ahora. -Entonces, escuchamos la puerta ser tocada. Ambos volteamos inmediatamente. Me acerqué a la puerta, saqué el Metali-Bo. -Aguarda, no sabemos quien es. -Me sugirió.

Donnie: Hay que averiguarlo. -Dije antes de mirarla y mover la cabeza indicando que le hable. Ella miró la puerta.

Rose: ¿Quién es? -Preguntó, esperamos su respuesta.

—Tiene un paquete. -Dijo un hombre al otro lado. Rose y yo nos miramos, ella se acercó a la puerta y miró por lo que le permite ver a su visitante, entonces suspiró aliviada y me miró.

Rose: Es sólo un paquetero, ocúltate. -Me dijo, asentí y me oculté detrás de la puerta. Ella abrió y recibió. -Buen día, ¿Podría decirme quién es el remitente?

—Uh, no lo sé. Déjeme ver. -El hombre miró su hoja. -Una mujer, Madeline Blake. Es de Londres, creo. -Rose le miró confundida.

Rose: Ah, claro, gracias. -Recibió la caja y firmó lo que tenía que firmar antes de que el hombre se fuera. Una vez terminando, cerró la puerta y puso la caja en el centro de la sala. -Ésto es extraño. -Me acerqué.

Donnie: ¿Sí escuché bien? ¿Madeline lo envió? -Miré la caja analizándola.

Rose: El hombre dijo que sí, pero no estoy segura. -Rose tomó el teléfono de su casa y marcó a su madre.

Donnie: Oye, ¿Qué haces? Recuerda que está enferma.

Rose: Si de verdad lo envió, tendrá que contestar alguien. -Tenía razón. No podíamos arriesgarnos. Entonces, le contestaron. -Santo cielo, ¿Madre? -Le miré de golpe. -¿Ya no estás delicada? Pero, ¿Desde cuando? -Me miró y lo puso en altavoz y se pegó a mi permitiéndome escuchar.

Madeline: Tiene dos semanas que me levanté. -Nos miramos, luego volvimos a escuchar. -No pude localizarte por alguna razón y como no tengo siquiera el número de Donatello, pues decidí esperar a que me localizaras tú. 

Rose: Madre, no. Creí que estabas mal.

Madeline: Por ahora eso no importa, querida. ¿Recibiste mi paquete?

Rose: Justo estaba por preguntarte si tú en realidad lo enviaste.

Madeline: Claro que lo hice, en fin, ahí hay un instructivo y algunas cosas. Por favor, síganlas y no pregunten. -Le miré confundido.

Rose: ¿Qué? Pero... -Me miró también, me acerqué al paquete para comenzar a abrirlo con cuidado.

Madeline: Estaré algo ocupada, cariño. Los veré luego, adiós. -Entonces colgó. Rose y yo nos miramos más que confundidos. Dejó el teléfono y se puso frente a mí junto al paquete.

Rose: Dientres, me siento tan confundida ahora.

Donnie: Al menos sabemos que sí fué tu madre. Se escuchaba atareada.

Rose: ¿Ya pudiste abrirlo?

Donnie: Estoy en eso. -Una vez que lo abrí, ella y yo nos asomamos. -¿Esos son...?

Rose: Pases para abordar... -Dijo confusa. Los tomó y los analizó mientras que yo saqué algo más. -Si, son pases. Pero, no son de avión particular. Son del Jet privado familiar.

Donnie: También hay un abrigo grande y bufandas. también sombreros, zapatos enormes y... guantes. -Nos mirábamos aún en confusión. Ella luego alzó las cejas recordando algo.

Rose: Espera, dijo que había un instructivo. ¿No lo ves ahí? -Me asomé.

Donnie: Bueno, veo una pequeña libreta, ¿Será eso? -La saqué, la abrí y comencé a leer. -Querida hija, espero que cuando hayas recibido éste paquete estés con Donatello presente. Quiero que sepas que algo sorprendente ha ocurrido y alguien me convenció en mostrártelo de una forma distinta a la actual... -La miré. -¿Porqué así?

Rose: No te detengas. -Dijo aún sorprendida. Seguí.

Donnie: Seguramente ya notaste los pases de abordar, no te asustes, pedí al jet que te recogiera cuando te sientas lista. Por eso el pase tiene el número del piloto. Además, quiero decirte que lo demás que está en la caja es para tu caballero, para que vengas acompañada gratamente. -Le miré. -¿Se refiere a mí? 

Rose: Supongo que sí. -Respondió alzando los hombros. Seguí leyendo.

Donnie: Si gustas, puedes traer a tu pequeña mascota. Una vez que ya quieras abordar, podrás avanzar a la siguiente página. Con amor, mamá. -Lo cerré y la miré. -¿Qué opinas?

Rose: Santo Dios, ésto es... Tan misterioso. Aunque, no dabe duda de que es mi madre. Antes le encantaba darme acertijos para descifrar sus mensajes.

Donnie: Parte de eso es abordar un avión. Mencionó un caballero. -Me miró.

Rose: Ella siempre se ha referido a tí como alguien protector. Quizá si seas tú. -Se levantó y tomó las gabardinas y las ropas. -Además, ésta ropa no me queda a mí. -Me miró con una ceja alzada. Me levanté. -Será mejor que te la pongas.

Donnie: Pero... -Me las dió y me empujó hacia su habitación.

Rose: Anda, póntelas. -Insistió. Me cerró la puerta y suspiré. Decidí ceder y me las puse. Era todo un modelo de ropa, que extraño. Muy sorprendentemente, me quedó. Me miré en el espejo analizando... La verdad, no era muy cómodo. -¿Es posible que me pueda adentrar a la habitación? -Preguntó ella.

Donnie: Oh, claro. -Abrió la puerta y me miró. Alzó las cejas.

Rose: Vaya, nada mal. Definitivamente era para tí. -Decía mientras yo aún miraba mi ropa.

Donnie: Aunque es incómoda, me agrada el color.

Rose: Puede que sea incómoda, pero, te queda bien. Pareces una persona normal. Claro que, si reemplazamos la venda por un sombrero, lentes y bufanda, te verás como esos guarda espaldas misteriosos.

Donnie: No entiendo la necesidad de vestirme como bufón. Es decir, soy un ninja, puedo escabullirme en tu Jet y estar contigo.

Rose: Sabes que mi madre está al tanto de eso. -Bufé. -Y también sabes que todo lo que dice o hace es por algo en especial. Dijo que siguiéramos las reglas.

Donnie: Entonces, ¿Vamos a ir?

Rose: Bueno, no estoy muy segura de tomar una decisión. Dime, siendo tú mi supervisor y doctor personal, ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Donnie: No tienes por qué estar insegura. Tan sólo es seguir el tratamiento que hemos llevado. No movimientos bruscos, ni cargar cosas pesadas. Agregando también respetar la toma de tus medicamentos.

Rose: ¿La presión atmosférica no tendría nada que ver en mi presión arterial?

Donnie: Nope. -Ella pensó un segundo. Miró el suelo. -Madeline no sabe que estás en éste estado, servirá que te acompañe.

Rose: Lo mismo digo. Es decir, ya anteriormente te tenía afecto. Al saber ésto, apuesto a que te considerará mucho más. -Le miré aburrido.

Donnie: ¿Crees que no recuerdo cuando me mencionaste que prefería a Justin?

Rose: Claro que lo prefería entonces, pero sólo por que ya no estábamos... Ya sabes, juntos.

Donnie: No creo que me quiera cómo pareja tuya.

Rose: No lo sé... Quizá hasta intenta adoptarte. 

Donnie: ¿Enserio te estás burlando de mí? -Rió.

Rose: Por supuesto que no. -Me besó en la mejilla.

Donnie: Oye, Rose. -Alzó las cejas indicando que hable. -¿Tomas en cuenta que eres hija adoptiva de mi padre, verdad? -A eso frunció el ceño sonriendo y me soltó un golpe en el hombro del que intenté cubrirme mientras me reía.

Rose: Eso es mentira, Donatello Hamato. -Alcé un ceja. -No hay documentos oficiales que lo confirmen.

Donnie: ¿Lo es? No necesitas papeles para hacerte responsable de alguien. Menos si se trata de una rata mutante. -Mi respuesta le hizo abrir los ojos más de lo que ya estaban. Se cruzó de brazos pensando volviendo a una expresión normal.

Rose: Buena jugada. -Dijo apuntándome con un dedo. -En fin, olvidemos ésto.

Donnie: ¿Me veo gordo con ésta gabardina? -Suspiró con humor.

Rose: Donnie.

Donnie: De acuerdo, ya. -Le miré de frente. -Te acompañaré a éste misterioso viaje. -Me sonrió.

Rose: Entonces, será mejor comenzar a empacar.

Donnie: Tú dime que cargo y ya. -Rió levemente.

Rose: Llevaremos a Lynx, creo que será lo mejor.

Donnie: De acuerdo, como digas. -Le besé la frente.

Y así comenzó nuestra primera aventura después de la adversidad. Empaqué con ella sus cosas y las supuestamente mías. Preparamos comida para Linx acompañado de su cama y arena.
Rose se encargó de tener el instructivo, así que simplemente nos guiaba a ambos mientras que yo hacía lo pesado, cargar todo al Fiesta-Móvil.

Lo único extraño e incómodo de ésto era la ropa. Uf... Era tan incómoda. Pero tenía que usarla, era necesario para caminar al lado de Rose y las maletas hasta el Jett, lo bueno era, que casi nadie nos vió. Me sentía expuesto. Pero, también era una experiencia nueva.

Llamé a Leo para que recogiera el auto al anochecer. También le pedí que le avisara al maestro Splinter lo que estaba por hacer, no quería estar presente.

Estar en el Jett, era cómo un sueño hecho realidad. Es decir, era como ser una persona normal por una vez en la vida. Bueno... Segunda, seguro recuerdan aquel viaje a Brasil. En fin, cómo sólo éramos los únicos pasajeros y el Piloto estaría... Pues, pilotando, yo pude quitarme todo lo que cubría mi cara y actuar libremente.
El Jett era bastante amplio, tenía espacio hasta para Linx, quién no dejó de dormir todo el vuelo. Había una pequeña estancia para comida y otra para ver televisión. Vaya que era demasiado.

El vuelo fué tranquilo, lo único que me mantenía nervioso, era el aterrizaje. Al estar a unos minutos de bajar, tuve que volver a ponerme el disfraz. Además de que debía cuidar que no me viera tanto la gente que estaría en la zona de aterrizaje. Pero, para sorpresa mía, cuando bajamos, aterrizamos simplemente en un enorme jardín. Una vez fuera, miré todo mi alrededor confundido.

Donnie: ¿Pero... qué? -Alcé mis brazos y miré a Rose. -¿Donde está la pista de aterrizaje? -Ella me miraba con humor.

Rose: Donnie, ésta es la zona de aterrizaje. -Bajé los brazos. -Te recuerdo que detrás de la mansión hay una zona privada de aterrizaje. -Dijo aún un poco risueña antes de darme la espalda para seguir al Piloto, quien llevaba las maletas. Yo miré asombrado la pista. Vaya que a la Familia Harrison le gustaba hacer todo en silencio. -¿No vienes? -Escuché. Sacudí mi cabeza y la miré.

Donnie: Sabes, pudimos haber hecho ésto todas las veces anteriores que vinimos.

 Estábamos en la mansión Harrison Blake, el piloto nos dejó y se fué. Rose leía el instructivo.

Donnie: Creo que no está la servidumbre. -Le dije después de revisar todo el primer piso. Ella leía en el centro de la primera sala frente a las escaleras.

Rose: Mi madre solicitó que se fueran de periodo vacacional, estamos en Junio, razón por la que no lo tomaron de forma extraña.

Donnie: ¿Entonces puedo quitarme ésto? -Ella asintió. Me quité todo lo que me cubría el rostro y el cuello, también me quité el abrigo. Obviamente, comencé a doblar todo para que Rose no se incomodara. -Por fin, sentía que no podía respirar. -Dije al tener todo en mis manos, lo dejé sobre una maleta. -Entonces... -Me puse frente a ella. -¿Qué sigue?

Rose: Dice aquí que podremos quedarnos el tiempo que nosotros gustemos. También dice que la habitación de huéspedes será la tuya.

Donnie: Genial, ¡Tendré esa hermosa computadora de nuevo en mis manos! -Exclamé moviendo mi bazo de arriba a abajo.

Rose: Sabía que te agrada esa habitación, por eso lo decidió. -Me respondió con una sonrisa. Dejé mi movimiento y sonreí.

Donnie: Le agradeceré cuando la vea. -Entonces, le pregunté algo. -Es verdad, ¿Cuando piensa aparecer? -Me crucé de brazos, ella miró el instructivo.

Rose: Es lo que estaba por decirte, dice aquí que nos relajemos y que a las 3:00 p.m. nos vayamos al muelle. -Al decir lo último, frunció el ceño confusa.

Donnie: Eso es en dos horas ¿Verdad? -Aún con la misma expresión asintió.

Rose: Si, Creo que si... Aunque... 

Donnie: ¿Te parece extraño, no es así? -Pregunté, asintió.

Rose: Un poco... -Me miró. -Pero, bien. Supongo que tenemos que hacerlo. -Guardó el instructivo. Puse mis manos en mis caderas y miré la nada.

Donnie: Uf... Tendré que ponerme toda esa ropa otra vez. -Ella me miró.

Rose: Tienes dos horas para disfrutar tu libertad. -Me sonrió. - Acompáñame, tenemos que comer algo. -Dijo antes de caminar hacia la cocina. Le seguí.

Tomamos nuestro desayuno y alimentamos a Lynx. Descansamos un momento y finalmente me puse toda esa ropa para dirigirnos al muelle como el instructivo nos decía. El Gabriel's Warf, un muelle de exhibición que extrañamente estaba clausurado. No había ni una persona. Nos pareció extraño, era todo muy confuso.

Rose: Es aquí al parecer. -Mencionó ella al estar en nuestro destino. Yo miraba al rededor.

Donnie: Pero... No hay nadie. -Ella igual de confusa que yo, miró su reloj.

Rose: Son las 3:00 p.m. no está mal la hora. -Yo miré el mío.

Donnie: Y mis coordenadas me dicen que es el lugar correcto. -Ella frunció el ceño.

Rose: Ella nunca lo había hecho algo así. Siempre fueron cartas, sin juegos.

Donnie: A mí también me parece muy distinto. -Afirmé, ella me miró.

Rose: ¿Por qué mi madre haría ésto?

— Quizá por que yo la convencí. -Escuchamos detrás. Nos miramos a los ojos, tanto ella como yo comenzamos a acercar nuestras manos a nuestros Metali-Bo's, volteamos a la dirección de la voz y ambos quedamos sorprendidos. No era una amenaza. Era una cara conocida. Un sujeto con ropas sofisticadas, un poco más pequeño de estatura que yo, pero más alto que Rose. Un acento inglés que en un momento llegó a molestarme, pero eso había sido tiempo atrás. Tanto a Rose como a mí, nos dió gusto verle.

—Justin. -Dijimos mi novia y yo al unísono. Él comenzó a acercarse.

Justin: Yo convencí a Madeline para hacer un método distinto al que están acostumbradas. Sólo así podría ser divertido y no lo considerarás predecible como el resto de cartas de antaño. -Ya estaba frente a nosotros, Rose le miraba perpleja. -Hola.

Rose: Pero... ¿Cómo es que? -Decía frente a él igual de anonada. Me crucé de brazos curioso.

Donnie: ¿No estabas en otro país con tu familia? -Me miró alzando las cejas.

Justin: Ah, sí. Pero, surgió un asunto y regresamos a Londres por unos días.

Rose: No puede ser. -Dijo Rose antes de que Justin abriera los brazos. Rose lo abrazó. No podía creer que enserio su amigo estuviera presente. Al pasar poco más de un minuto, me incomodé un poco.

Donnie: Bien, bien, pelirrojo. Déjala. -Rose rió, lo soltó y me miró, se volvió a mi lado acariciando mi brazo.

Rose: Lo lamento, es que, hace tiempo que no le miraba. -Decía feliz. Eso me aliviaba, era lo único que ella necesitaba. Felicidad. Le sonreí de lado.

Donnie: Sólo estoy jugando, descuida.

Justin: Me da gusto ver a Donatello. -Mencionó de pronto. Le miramos.

Donnie: También me da gusto verte, Griffin.

Justin: Es agradable ver a Rose feliz. Y a tí, claro.

Rose: ¿Tus padres también están aquí?

Justin: Por supuesto. -Frunció el ceño sonriente. -Pero no diré nada. -Le miré comprendiendo.

Donnie: Claro, estás involucrado en ésto. -Justin sonrió mientras alzaba sus cejas y entrecerraba sus ojos. Rose frunció el ceño y sonrió, sabía que tramaba algo.

Rose: Conozco esa expresión. -Justin la borró alzando sus cejas y neutralizando sus labios. Rose alzó la cabeza levemente. -¿Qué más nos estás ocultando? -Él alzó sus hombros.

Justin: Nada exactamente, vengo totalmente entero. -Me confundió su respuesta.

Donnie: ¿Entero?

Rose: Significa que... -Escuchamos el agua ser manipulada, volteamos los tres apreciando al Justin Mutante. En ese momento, entendí lo de "Completo". -Por Isabella... -Rose sonreía.

Justin: ¿Te perdiste en el camino, amigo? -Saludó el humano al mutante.

Justin(M): No, estoy perfectamente bien. -Respondió el mutante saludando a Rose con un tentáculo. Ella se miraba muy feliz de verles.

Rose: Ambos están aquí, es que... Es increíble.

Justin: De nada. -Le guiñó.

Justin(M): Sabíamos ambos que vendrías inmediatamente si te comunicábamos sobre nuestra estancia aquí. Pero, así no sería divertido. -Rose le sonrió.

Rose: Si, es verdad. Que ingeniosos. -Algo aún me parecía extraño. No dudé en preguntar.

Donnie: Pero, ¿Tanto misterio para encontrarlos a ustedes? -A eso, Rose me miró, tenía razón.

Rose: Cierto, es decir, me fascina verlos. Pero, aún no entiendo qué es lo que mi madre busca con ésto. -Ambos Justin se miraron. Luego, nos vieron a nosotros.

Justin: Ya lo verás. ¿Qué dice tu instructivo? -Ella me miró, asentí. Sacó el instructivo y leyó.

Rose: "Para cuando lean ésta página, ya habrán encontrado a Justin. Él los guiará hasta un punto en el cuál, podrán encontrar uno o varios objetos que resultarán familiares. Después de ir, seguirán a Justin hasta dónde les diga. Te veremos pronto, mamá." -Rose frunció el ceño, miraba el resto de páginas confusa.

Donnie: ¿Qué ocurre?

Rose: Creí que había más. Ésto no tiene sentido. -Le tomé el hombro.

Donnie: Justin es quién nos guiará, seguro él es el nuevo instructivo. Sólo hay que seguirlo, ¿Sí?

Rose: Bien. -Miramos al oji ámbar. -Te seguimos. -Él sonrió.

Justin: Vengan conmigo, daremos un paseo por la ciudad. Ah, Donnie, tápate el rostro.

Donnie: Cielos. -Me puse los lentes y la bufanda de nuevo. Nos despedimos de Justin Mutante y nos fiumos.

Seguimos al chico por un largo rato, como dijo, caminamos por la ciudad. Rose lo disfrutaba, nunca había apreciado nada de su ciudad antes, era lógico. Yo estaba de la misma forma. Además, era increíble pasear sin que nadie me mirara extraño. Era fascinante.

Seguimos nuestra caminata hasta que Rose se detuvo con algo. Cuando la noté parada en seco, detuve a Justin, quién sonreía discretamente, para que volviéramos con ella. Estaba paralizada mirando a través de la ventana de un local para científicos. Yo no entendí que ocurría.

Donnie: ¿Está todo en orden? -No dejó de ver el cristal.

Rose: Éste... Lugar, es uno de los pequeños apartados de la compañía. Un lugar dónde científicos importantes podrían venir a comprar aparatos de uso básico provenientes del laboratorio de mi padre. Con el consentimiento de él y mi madre, claro. -Suspiré, un recuerdo de su padre era lo último que quería, eso la lastimaría.

Donnie: Ésta tienda es de tus padres, entiendo. -Justin se acercó.

Rose: Donnie. Allá, en el pequeño aparador de arriba, hay lentes. -Una vez que los noté, recordé algo que ella me compartió.

Donnie: Un segundo... ¿Ese es el que tú y tu padre crearon? -La miré, estaba algo cabizbaja. Obviamente, se había deprimido.

Justin: Ah... ¿Está todo bien?

Rose: Perdona Justin, ¿Hay... Algo más que quieras mostrarnos? -Preguntó igual, suspiré, le tomé de los hombros.

Justin: Eh... No, sólo quería hacerles recorrer. Esa era mi... Intención.

Rose: ¿Podríamos... Irnos? -Nos miró. Miré a Justin, quién se avergonzó un poco y asintió.

Justin: Si, claro. -Respondió aún afectado. Llamó por teléfono a un chofer, nos recogieron y subimos. Rose estaba triste, era lógico. Durante el camino nadie dijo ni una palabra, la abracé, era lo único que podía hacer.

Una vez que llegamos a la mansión y entramos, Rose parecía más relajada. Aunque... Justin comenzó a actuar muy extraño.

Donnie: Ya estamos aquí, tranquila. -Dije antes de abrazarla, ella suspiró.

Rose: Estoy bien. -Se separó de mí. En eso, salió Lynx a recibirnos. Justin se emocionó al verla.

Justin: Oh, miren. -La cargó. - Hola, cosita bella. -Al verla, Rose sólo miró a otro lado de inmediato. Supiré. -Rose, no deberías dejar que tu dolor te gane. -A eso, le miramos extraño. -Es enserio, es decir, mira el obsequio que tienes aquí.

Rose: Yo... -Suspiró pesadamente.

Donnie: Justin, no creo que sea muy apropiado.

Justin: Lo lamento. -Le miramos, yo fruncí el ceño. -Olvidemos ésto, hablemos mejor de los lentes en aquel lugar. -Rose frunció el ceño.

Donnie: Justin...

Justin: Es que no entiendo cómo un hombre tan brillante no pudo pensar en algo tan ingenioso como los lentes microscópicos. 

Rose: Basta.

Justin: Necesitó ayuda de Rose, que ironía.

Rose: ¡Cierra la boca! -A eso, le miró perplejo. Lynx saltó al suelo, también la miró diferente, algo asustada. Y yo también me sorprendí, su tono fué muy grave.

Donnie: Oye, tranquila...

Justin: Yo sólo quería alegrarte un poco.

Rose: ¿Cómo? ¿Recordándome que ya no está? -Respondió con el mismo tono, se soltó de mi agarre y liberó una lágrima. -Lo lamento, Donnie. -Su voz se entrecortó, subió las escaleras llorando. Miré molesto a Justin.

Donnie: Eres un idiota. -Él suspiró, subió detrás de ella, fruncí el ceño. -¿A dónde crees que vas?

Justin: Rose, espera. -Le decía. Ella estaba molesta.

Rose: Déjame tranquila. -Respondió furiosa una vez llegando al segundo piso.

Justin: Es que no lo entiendes. -Ella le miró de frente.

Rose: No quiero escucharte. -Le gritó. Volteó de nuevo en camino a su habitación. -No puedes burlarte y hacer bromas de mi padre cómo si él estuviera... -Se detuvo en seco. Justo frente a ella, estaba la puerta de una habitación abierta. Más específicamente, la de sus padres. A la vista estaba su madre sentada en una silla al lado de su cama, dónde se encontraba su esposo. Leyeron bien. Su esposo. -...Vivo. -Rose quedó helada. Justin le tomó del hombro.

Justin: Por que lo está. -Le susurró. Ella le miró de golpe y volvió a ver a sus padres. Madeline le miró y asintió sonriente. Rose sin poder creer lo que ocurría, caminó con temor hacia la habitación, notando cada vez más cerca a sus progenitores. Una vez en la entrada, miraba a su madre.

Rose: Madre... -Susurró. Ella le asintió otra vez. Rose negaba mientras liberaba lágrimas. -No es... Posible. -En eso, Connor abrió los ojos mirando a su hija. Rose suspiró liberando otra gota.

Connor: Hija, estás aquí. -Saludó adormiladamente contento. Rose se tapó los labios y caminó hacia él, se colocó al lado con su madre y le tomó de la mejilla a su padre.

Rose: Estás vivo. -Decía en medio de su llanto. Su padre le sonrió.

Connor: Tú también. -Respondió también en llanto. Rose le abrazó. Madeline conmovida, también se dejó llevar con lágrimas, Justin le tomó el hombro.

Justin: Misión cumplida, Señora Harrison.

Madeline: Te lo agradezco, pequeño Griffin. -Yo algo preocupado, subí.

Donnie: ¿Rose? -Cuando noté la escena, me sorpendí, pero confuso hablé. -Está vivo. -Dije para mí. Rose miró a su madre al soltar a Connor.

Rose: ¿Desde cuando despertó del coma?

Madeline: Hace unos días, pero, esperamos a que estuviera totalmente consciente para que pudieras verlo. -Rose volvió a Connor.

Rose: Después de tantos meses... Por fin, despertaste. -Su padre le sonreía.

Connor: Tenemos muchas cosas que hacer, mi niña. También quería agradecerte por salvarme.

Rose: No me sentiría bien si lo haces, sólo me alegra tenerte otra vez. -Yo aún miraba la escena, Madeline me notó.

Madeline: Joven Donatello, buen día.

Donnie: Ah... Hola. -Mis nervios surgieron, Rose me miró y sonriendo me asintió. Le sonreí también. Verla tan feliz era gratificante.

Connor: Madeline, ¿Podrían dejarme a solas con mi hija? -Madeline asintió tomando a Justin de un hombro. Ambos salieron conmigo y cerraron la puerta.

Madeline: Buenas tardes, Donatello. -Saludó de nuevo la madre de Rose al salir de ahí. Algo confundido por la actitud de Connor, la miré.

Donnie: Ah... ¿Lo... Incomodé?

Madeline: Por supuesto que no, sólo quiere un segundo.

Donnie: Me alegra que haya despertado, no tiene idea de cuánto lo extrañaba.

Madeline: Si, Lo sé. Pero ahora están juntos. No les llamamos por qué Connor quería que fuera una sorpresa. Siempre quiere sorprender a su hija.

Justin: A mi me avisaron apenas ayer, vine con mis padres en cuanto supe.

Donnie: Ahora podrán estar juntos el tiempo que quieran.

Madeline: Se necesitan, él a ella para que sea su heredera y ella a él para ser su protegido.

Justin: ¿No debería ser él su proyector? -Agregó divertido.

Madeline: Las cosas cambian, ya saben ambos que Rose es una clase de ninja. -A eso suspiré. El término correcto hubiese sido "Era" debido a que su capacidad de pelear ya no solía ser la misma.

Donnie: Sobre eso... -Me miraron, pero Rose abrió la puerta asomándose.

Rose: Justin, mi padre... Quiere que entres.

Justin: Oh, Claro. -Me miró y alzó los hombros antes de entrar. Rose cerró la puerta. Yo torcí los labios, estaba algo reflexivo.

Madeline: ¿Que sucede? -Preguntó Madeline.

Donnie: El señor Harrison, ¿No me recuerda, cierto? -Calló un segundo.

Madeline: Ah, lo lamento, no hemos discutido nada sobre ti. Pero... No actuó sorprendido cuando te vió hace unos segundos. De haberte olvidado habría alguna reacción.

Donnie: Quizá... Sea por que no le agradé.

Madeline: ¿Por qué lo dices?

Donnie: No me presenté muy cortésmente cuando lo rescatamos. Me puse nervioso y salió una tontería como vómito verbal. -Ella sonrió de lado, lo dicho le pareció tierno.

Madeline: Connor es exigente, dale tiempo. No es habitual tener a un mutante en casa, menos saber que sale con su primogénita.

Donnie: Bien...

Madeline: Ya sabes que él siempre ha querido a Justin como un segundo hijo, siempre ha estado en los planes a futuro de la familia.

Donnie: Señora Harrison, usted mencionó que Rose sería la Heredera. ¿Verdad?

Madeline: Así es, Connor y yo planeabamos que terminara sus estudios como ella quería y así fuera la legítima dueña de la compañía. -Todo eso me sonaba familiar. Rose siempre estaba pendiente de que su futuro fuera entrar a la universidad y concluir con sus estudios. Siempre tenía sus metas claras, pero, me comencé a dar cuenta de que algo no estaba teniendo sentido.

Donnie: Ya le falta poco por entrar, cada día es menos.

Madeline: Lo sé, el futuro se acerca cada vez más.

Donnie: Pero... Y si, por cierta posibilidad que ignoramos, Rose no quiera o pueda liderar la compañía. ¿Que sucederá?

Madeline: Me temo que estaremos en quiebra, sólo ella es conocedora de lo que nosotros hacemos, las demás personas son tan ignorantes que intentan comprender tecnologías que no quieren conocer. Justin sería el candidato perfecto junto con ella, pero él es heredero de su propia familia y unir a ambas sería lo mejor para resguardar el conocimiento de ambas secciones. Y sin la compañía, los consumidores y ella estarán perdidos. -Mi reflexión surgió. Tenía sentido, cuando Connor murió, la economía en Londres estaba en crisis al igual que el mercantilismo. No podía creer el poder con el que esa familia contaba, no creí que fuera tan... Importante.

Donnie: Pero. Eso significa que Rose no volverá a Nueva York.

Madeline: Tú podrías quedarte, no tienes responsabilidades, ¿Verdad?

Donnie: Me temo que si. Mi padre no lo aprobaría, se volvería loco. Y tengo inventos que cuidar de mis hermanos.

Madeline: Deberías decidir por alguna de ambas opciones. -Fruncí el ceño.

Donnie: No creerá que me separaré de Rose, ¿Verdad? -Le miré. Ella pensó.

Madeline: Tu deber es saber lo que es mejor para Rose. ¿Que pasará cuándo ella tenga un horario agitado?

Donnie: Podría ayudarle. -Me miró alzando las cejas

Madeline: ¿Estás preparado para vivir más oculto que antes? -Eso me hizo pensar. Justin salió de la habitación y se nos acercó.

Justin: Ya es algo tarde, mi madre estará preocupada.

Madeline: Te acompañaré a la puerta, querido.

Justin: Gusto en verte, Donnie. Buenas noches.

Donnie: Adiós. -Ambos se retiraron, suspiré y me dirigí a mi habitación temporal.

Sabía que no podía ser posible tantas cosas buenas. Me puse a reflexionar toda la noche, no quería llegar a la conclusión lógica, pero me temía que era la realidad. Madeline quería separarme de Rose para equilibrar a la compañía. Estaba seguro de que también quería casar a Justin con ella. Todo el plan de ese día era para que Rose volviera a sentir un vínculo con su padre y así quedarse hasta cumplir sus metas.

Debo decir, que aceptaba el hecho de que Rose extrañó a su padre. Eso claro que la haría querer estar con él.

Estaba atemorizado, todo apuntaba a algo que no quería aceptar. Solía ser una Kunoichi, pero aquel accidente le quitó sus habilidades. Ahora solo podía vivir para sus planes, cosas que no tuvieran que ver con arriesgar su vida. Lógicamente.
Y lo que no quería pensar en absoluto, era decirles a sus padres lo que ocurrió, cuando sepan que ella casi muere... Tal vez, nos obliguen a separarnos.

Pensé en las posibilidades, no quería llegar a una conclusión sin antes saber lo que ella quería. Sin embargo, sabía que Rose no tendría elección. Era la heredera. Y ella lo sabía.

Comencé a darme cuenta de que su vida conmigo, sería riesgosa, que quizá todo lo que le había ocurrido era por mi culpa. Siempre estaría expuesta a los peligros, cosa que entes no importaba. Pero, su estado en ese presente, lo hizo importante.

No pude dormir, todo eso rondaba en mi cabeza. Ya no me importaba tanto el quedarme con ella en Londres, pero, yo era el problema.

Quizá... Lo mejor era irme. Dejarla con su familia y... Dejarla vivir. Ya estaba bien de salud y estaba en recuperación, pero yo ya no debía estar ahí. Sólo le causaba daño.

Salí de la habitación aún incómodo. Tenía que pensarlo bien. Me dirigí a la azotea Harrison Blake y comencé a caminar lentamente en dirección a la luna que estaba en el horizonte  frente a mí. Suspiré varias veces intentando liberar el peso que sentía en mi pecho. No quería dejarla, pero sabía que tenía que hacerlo. Me coloqué en la orilla, casi apunto de caerme, solo que mi equilibrio me mantenía. Respiré el aire que daba contra mí, me tranquilizaba.

—Más vale que no intente saltar. -Escuché detrás de mí, asustándome. Me coloqué dónde no pudiera caerme y volteé hacia la voz. Era Connor, sentado en una de las camillas mirando el mismo horizonte.

Donnie: Señor Harrison. -Susurré confuso. Él me miraba indiferente.

Connor: ¿Estás tratando de huir?

Donnie No, claro que no. Sólo quería reflexionar. ¿No debería estar usted en cama?

Connor: Lo estoy todos los días, caminar a veces y tomar aire es bueno. -Decía mirando el paisaje, era idéntico a Rose. Ella tampoco soportaba estar en reposo.

Donnie: Claro. -Miré el paisaje también.

Connor: Eres tú la tortuga mutante que estuvo ahí, ¿No es así?

Donnie: Si se refiere al rescate, así es. Y lamento por cómo me presenté, yo...

Connor: Rose ya habló por ti, descuida. -Funcí el ceño.

Donnie: ¿Ah, sí?

Connor: Una tortuga mutante inteligente, conocedora de Ninjutsu, Potector de Nueva York y su familia, un joven extraordinario. -Miré a un lado confudido y regresé a él. -Eso dijo ella. -Se levantó y se acercó a mí, éramos de la misma estatura.

Donnie: Supongo que hay algo de verdad en sus palabras. -Me miró de frente.

Connor: Mi hija siempre dice la verdad, eso me queda claro. -Fruncí el ceño levemente. 

Donnie: Sabe, no tiene que enfrentarme o asustarme para que me vaya. Si quiere que lo haga, sólo pídalo.

Connor: No pienso hacer eso. Ella me contó lo que hiciste por ella. -Eso me sorprendió un poco.

Donnie: ¿Qué?

Connor: Me mostró su cicatriz. Me habló del mutante que casi la mató... -Nos nervios se hicieron un poco más grandes, pero, debía enfrentarlo.

Donnie: Lo sé, fué mu culpa, pero...

Connor: ...Y me habló del joven que la salvó. -Callé. -Sólo un hombre verdaderamente enamorado daría su vida por salvar a una mujer. -Sus palabras aún me confundían.

Donnie: Pero, ¿No está molesto?

Connor: No en realidad. Estoy sorprendido por saber que un mutante es el novio de mi hija, pero, saber lo que él ha hecho, me hace ver que no es una niña y que Viciozo es el culpable de haberme perdido de tanto de su vida.

Donnie: Creí que... Esque... Su esposa dijo...

Connor: Rose es una heredera, si. Pero, lo que pasó hace unas horas, creo que nos hizo ver que es una humana, puede amar. Y puede, claro, a quien sea capaz de salvarla de la muerte. -No podía creerlo, cambiaron de opinión.

Donnie: ¿No me cree alguien peligroso?

Connor: Un poco. Pero, no puedo decir nada. Ella te ama, ¿Sabes? Y mi Rose es muy testaruda con lo que quiere de verdad. Así que... Debo aceptarte.

Donnie: Creo que... Estoy atónito ahora. ¿No me asesinará o sí? -A eso, sonrió de lado.

Connor: Me recuerdas a mí, hijo. Yo era igual de nervioso y decidido cuando conocí a Madeline. -Colocó su mano en mi hombro. -Te dejaré estar con mi hija, sólo con una condición.

Donnie: Bien, adelante.

Connor: Protégela en mi ausencia. Si ella te eligió, confiaré en su juicio. 

Donnie: Gracias, señor Harrison. Lo haré.

Connor: Y a la próxima, no te dejes guiar por lo que diga mi esposa. -Guiñó. -Y por cierto. Estabas por huir, no mirabas el paisaje. -Lo dicho me puso nervioso otra vez.

Donnie: Ah... Yo no...

Connor: Fuí igual que tú, no puedes engañarme.

Donnie: Lo siento.

Connor: Anda, vayamos a dormir. Mañana habrá mucho que hacer. -Entonces, nos retiramos. Hablamos un poco más en el camino. Vaya final.

 No podía creerlo. ¡Tenía la bendición de Connor!
El día siguiente estuvo lleno de diversión y trabajo. Rose estaba feliz de tener a toda su familia junta. Eran tiempos dorados una vez más.
Todo se estaba arreglando perfectamente, ahora, cada cosa que sucediera después, la enfrentaríamos todos juntos. Y con la bendición de ambos padres, tendríamos más libertad. Eso, era un buen comienzo. Lo era.

Y aún recuerdo nuestra frase.
"Todo estará bien"

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