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Cap. #10 "En espera de la flor"

La muerte de Rose, fué tan terrible. Tan dura de digerir. Imposible de creer. Y tan dolorosa tanto para mí, como para ella. ¿Cómo se lo decía a mis hermanos o a mi padre? Ellos la apreciaban mucho. ¿Cómo se lo diría a su madre? ¡A su madre! Y Justin... Seguro también estaría destrozado.

Me di cuenta de que ella tenía razón. Ahora que ya no estaba, tenía que encargarme de lo que ella no pudo proteger. Ella confiaba en mí. Tenía que cumplir.

Después de ver lo ocurrido, descubrí que... Su sueño, era real. Pero, no era lo que creíamos. No era una visión de lo que nos pasará, si no, una advertencia de lo que le estaba por suceder a ella si intervenía en una guerra. En ésta guerra. Su visión de todo lo que tiene y lo que no, era un recordatorio de lo que estaba por dejar. Incluyéndome. Todo tenía sentido ahora. Y lo peor, es que, seguro Rose ya lo sabía, pero no dijo nada por no preocuparme. Supe entonces que nuestra plática de la muerte, era una preparación. Rose lo sabía. Cosa que me hacía sentir peor.

Sentía que me moría con ella, no quería dejarla. Pude sentir un grito desde lejos de parte de Leo, pero no lo escuché, estaba aún helado. Petrificado.
Una vez que llegó al lado de algunos del Clan, todos quedaron igual de helados que yo. No podían creerlo.

No... No podía dejar que se muriera. La quería aún conmigo. ¡La amaba!
Fruncí el ceño y miré a la nada. Entonces, la tomé para cargarla, tomé camino hacia la alcantarilla a pesar de dejar el rastro de sangre. Leo y los demás al verme, estaban helados.

Leo: Donnie... -Intentó llamarme. Mi rostro frío y serio no le correspondió la mirada. Seguí caminando.

Shinigami: ¿Que es lo que estás haciendo? -Escuché a Shinigami, tampoco la miré. Nada me detenía. Una mano me tomó del hombro y me detuve en seco, pero no volteé.

April: Donnie... -Era April. -Déjala. -La miré de golpe.

Donnie: Aléjense de mí. -Le respondí al arrebatarle mi hombro. Seguí caminando, ésta vez más rápido. Tuve que ejercer presión sobre la herida de Rose para que dejara de sangrar. Sí perdía demasiada, ya no podría hacer nada.

Entré el laboratorio de una patada, entré y cerré con la misma pierna. Me acerqué al asiento de mi escritorio y la senté un momento, al menos para yo poder sacar una camilla de emergencia que tenía guardada. Una vez puesta, la volví a cargar y la recosté ahí. Le quité la blusa, al menos en la parte dañada, también le bajé los pantalones un poco. Tenía que despejar su herida, de lo contrario sería mucho peor.
Le limpié el exceso de sangre, también limpié mis manos y me quité los vendajes empapados.

Rafa: ¡Donnie! -Me llamaba uno de mis hermanos al otro lado de la puerta mientras tocaba con fuerza. Yo estaba limpiandola y examiné que efectivamente uno de sus pulmones estaba desgarrado. Era terrible, todo estaba a la vista.

Leo: ¡Donnie! ¡Ya basta! -Gritó Leo. Yo saqué hilo y aguja quirúrgicos. También busqué una bomba de aire, le puse la boquilla a ella donde abarcara su nariz y boca. Eso la ayudaría a respirar, pero aún así, necesitaba que le cerrara el pulmón.

Karai: ¡Suficiente! -Entraron a la fuerza por el garage. Tapé a Rose con una manta y ellos se acercaron, Mikey y Rafa me tomaron de ambos brazos.

Donnie: ¡NO! ¡SUÉLTENME! -Les grité.

Karai: Tienes que detenerte. ¡Es duro para todos, pero actúas como un demente!

Leo: Ella ya murió. -Eso me enfureció. Le dí un cabezazo a Mikey y le torcí el brazo a Rafael para safarme de su agarre. Golpeé a Rafa en la cara y empujé a Mikey hacía la salida. Karai se acercó y le detuve su ataque, la tomé del cuello y le pateé el abdomen alejándola. Me acerqué al escritorio antes de que me alcanzaran y tomé un disparador, les apunté. Todos quedaron quietos.

April: Donnie... -Decía April atrás. Perpleja.

Donnie: Dije que se aparten. -Dije serio y molesto. Caminé de reversa para regresar con Rose, pero sentí un cuerpo más alto que yo. Volteé, era Splinter. -¿S... Sensei?

Splinter: Lo lamento. -Levantó una mano, mis hermanos volvieron a tomarme a la fuerza haciendo que el disparador se cayera de mis manos. Me alteré.

Donnie: ¡NO! ¡Sensei, no! -Se acercó a ella, Karai también estaba acercándose, sabía que se la llevarían. -¡Rose! -Splinter me miró. -¡Por favor! -Él me miraba por un segundo, serio. Entonces supe que tenía que callar. Pelear con mi padre, era... inútil. Agaché mi cabeza y fruncí el ceño liberando una lágrima.

Splinter: Win... Rio... -Abrí mis ojos confundido. -To... Sha. -Le miré. Estaba haciendo su método de sanación. Karai y mis hermanos miraron confundidos. Repitió lo mismo una y otra vez. Cuando por fin colocó sus manos en el abdomen de Rose, me miró. -Suéltenlo. -Mis hermanos obedecieron. Él se acercó.

Donnie: Sensei... -Quería agradecerle, pero me interrumpió.

Splinter: Si no logras salvarla ahora, tendrás que aceptarlo. -Dijo serio. Suspiré mirando el suelo.

Donnie: Hi, Sensei. -Entonces caminó para salir del laboratorio.

Splinter: Déjenlo sólo. -Los demás le miraron muy confusos, pero le siguieron. Yo regresé con Rose y la destapé para poder seguir.

--
Karai: Padre, ¿Qué pasó?

Leo: Se suponía que llevaríamos a Rose al hospital.

Shinigami: Yo creía que la llevaríamos a la morgue.

April: No digas eso.

Splinter: Las heridas de Rose no pueden ser sanadas por un hospital. Son muy profundas.

Mikey: Pero... Entonces, ¿Está...?

Leo: Si usted sabía que Rose ya no volverá, ¿Por qué hizo el método de sanación?

Splinter: Sólo es una excusa. Perder a alguien que amas, es más doloroso de lo que uno puede imaginar.

Rafa: Lo dice por... ¿Tang Shen?

Splinter: Así es... Le entiendo perfectamente. Pero, él tiene que aceptar que ella no volverá y debe hacerlo solo.

Karai: Entendido, padre.
--

Con lo que Splinter hizo, sólo me calmé un poco. Leí los libros de medicina que tenía ahí, le cocí el pulmón y tuve que revisar todo el desgarre. Suspender el sangrado de cada órgano lastimado, era terrible.
Le encendí la bomba de aire para que al menos pudiera respirar.

Tuve que hacer cosas que nunca en mi sano juicio hubiera hecho. Tomé sus llaves y me fuí a su apartamento a buscar sus papeles médicos. Tenía que saber primeramente su tipo de sangre. ¿Por qué? Por lo siguiente.
Gracias a que tuve acceso a su información, me metí a un hospital y robé. Sí, lo que escucharon, robé cosas que eran necesarias. Un aparato de signos vitales, medicinas para heridas de alto grado, vendajes, entre otras cosas. También robé litros de sangre del tipo de ella y un órgano, tal que era para transplantes oficiales. Un riñón, para ser exactos. Estaba desesperado, era todo eso necesario. Quería despertarla a como diera lugar, quería tenerla conmigo.

Al regresar a la alcantarilla en el tortumóvil, muchos notaron que llevaba cosas extrañas, preferí irme de prisa a que me preguntaran por eso.
Duré todo el día y toda la noche realizando la operación. No dormí para nada. Hasta las 8 a.m. terminé, hablé a solas con ella a pesar de que no despertara y a las 10 a.m. de la misma mañana, alguien me despertó.

Leo: Donnie..? -Escuché, me desperté estando sentado al lado de la camilla de Rose, con mi cabeza en la misma cama mientras tomaba la mano de ella. Me senté normalmente y miré a mi hermano.

Donnie: ¿Qué... sucede? -Pregunté antes de bostezar.

Leo: ¿Te dormiste aquí? -Miré a mi alrededor. No supe en qué momento dormí.

Donnie: Yo... No dormí. Sólo hablé un rato con ella y... Creo que me di una siesta. -Dije antes de suspirar y verla de nuevo. La bomba de aires aún la ayudaba a respirar. Pero... No despertaba.

Leo: ¿Lograste algo? -Me preguntó. Miré la mano fría de mi novia.

Donnie: Yo... Prefiero no hablar de eso. -Comencé a sentirme inútil. Suspiré liberando una lágrima. -... Déjame, Leo. Por favor. -Le pedí que se fuera.

Leo: Sé que debe ser duro, pero... -Le miré de golpe.

Donnie: ¡Te dije que te fueras! -Le respondí anterado. Me miró sorprendido. -¡Déjame sólo! -Le grité de nuevo. Sólo se fué. Miré a Rose de nuevo. -No puedes estar muerta, Rose. Se supone que ese aparato te ayuda a respirar. Tienes órganos nuevos y ya te cerré la herida por completo, debes estar bien. -Le miraba. Obvio, no contestaba. -Tengo que ver lo que tienes. -Le besé la mano y me levanté. Tenía que ponerle el sistema de signos vitales, sólo eso me diría que ocurría.
Tardé horas en ponerlo. Y cuando lo logré, apenas tuve respuesta. Me negaba a la realidad.

Al parecer, estaba en coma. Todo lo que pude hacer, ya lo había hecho. Era inútil intentar algo más.
Estaba como su padre, una fase terminal. El coma resultó por la ayuda de respiración, pero no despertaría. Era muy duro, aún estaba muerta para todos. Yo me negaba a desconectarla.

--

Shinigami: ¿Cuanto tiempo lleva ahí?

April: 3 semanas.

Rafa: Rose ya debería estar sepultada, ¿No? Me parece algo... Extraño que Donnie esté siempre con un cadáver.

Leo: No es un cadáver, Rafa. Donnie dijo que Rose está en estado de coma. Sólo está dormida.

Mikey: ¿Pero cuando despertará?

Karai: El coma dura indefinidamente, Mikey. Su padre ya lleva casi nueve meses en ese estado. Ella podría tardar menos, incluso más.

Mikey: ¿Más?

Leo: Sólo hay que ser pacientes. Recuerden que Splinter dijo que no es un dolor que se borra de la noche a la mañana.

Rafa: Siento terrible por Donnie. Pero, no es sano que se torture mirándola todos los días... así.

Karai: No es el único afectado. Hay quienes queremos verla, él no nos lo permite.

Mikey: Yo la extraño, chicos.

Shinigami: Yo igual.

Leo: Sé que a algunos aquí también... Nos duele. Pero, tenemos que superarlo.

Mikey: Ya no escucharé sus bromas elegantes, ¿Verdad?

Shinigami: Calma, Mikey.

Mikey: Ella me dice Miguel Ángel...

Splinter: Hijos míos, es momento de que el entrenamiento comience.

Leo: Claro, Sensei. Vamos, chicos.

Splinter: Ustedes, niñas. Quédense aquí.

- Hi, Sensei.

Shinigami: ¿Ustedes... Creen que despierte?

Karai: Shinigami, paciencia. Sé que es difícil. También yo la hecho de menos.

April: ¿También tú, Karai?

Shinigami: Saben... Antes era algo irritante su extraño acento, sus chistes fríos y su tan sofisticada forma de comportarse. Pero... Creo que...

April: ...¿Es lo que más extrañas ahora?

Shinigami: Es lo que la hace ser memorable.

Karai: Tranquila. Recuerda que mi padre dijo que le tuviéramos paciencia a Donatello. Cuando sea el momento, nos dejará pasar.

Shinigami: Espero que sea pronto, ese flacucho no la deja ni un segundo.

Karai: Sabes que si Donnie hubiese sido el asesinado, Rose estaría justo igual que él ahora.

Shinigami: ...Bien... Es cierto. Pero... ¿Sí no despierta?

Karai: Es simple. Tendremos que aceptarlo y hacer lo que ella hizo por nosotras.

April: ¿A qué te refieres?

Karai: Cuidar a su familia y también a Donatello.

April: Ah...

Shinigami: No lo entiendo... ¿Por qué no nos dijo nada de su supuesto sueño?

April: ¿No sé enteraron?

Shinigami: Leo nos dijo todo. El problema es que no nos lo dijo la misma Rose.

Karai: Talvez... Solo no quería hacerlo tan posible. Quizá creyó que si todos lo sabíamos, podría suceder.

Shinigami: Como sea... Espero que esté bien.

April: Pues... El maestro Splinter dice siempre que todo ocurre por una razón. Quizá... Ésto es lo mejor para todos.

Karai: ¿Que?

Shinigami: ¿A qué te refieres, O'neil?

April: Sólo digo que...

Shinigami: ¿Te alegra que Rose esté en ese estado, no?

April: Yo... nunca dije eso.

Shinigami: Oh, no es necesario decirlo. ¡Te molesta que Donnie la prefiera!

Karai: Shinigami...

Shinigami: ¿Qué crees? ¡Ni siquiera con ella en coma te hace caso!

April: ¡No está en coma! Donnie debió haber inventado que lo está sólo para estar con ella.

Karai: Un segundo, O'neil. Sí no te importara como dices, no tendrías ésta reacción.

April: Yo... Ah...

Shinigami: Un segundo... ¿No sé supone que eres una mentalista? ¿Acaso no sentiste a Rose llegar cerca de Rahzar?

April: ¡Estábamos peleando contra muchos otros!

Shinigami: Ahg, por favor. Splinter siempre dice que puedes hacer todo lo que te plazca, que estás muy avanzada en tus poderes.

Karai: Es cierto, en especial por ese cristal que tienes.

April: Eso no es verdad.

Shinigami: Sabías que Rose llegó, pero no dijiste nada. ¿No sé supone que ya eran amigas?

April: ¡No puedo detectar a Rose desde hace meses!

Shinigami: Claro, continúa con tus excusas.

Karai: Entiendo por qué fuiste la primera en sugerir que la dejemos dónde la hirieron.

Shinigami: Es cierto. No tienes vergüenza.

April: Ambas están locas. Ya comienzan a hablar como ella...

Shinigami: Anda, vete.

Karai: Es suficiente, Shinigami.
--

Tratar los asuntos de Rose, Era difícil. Tenía que asegurarme de que su madre no se enterara, tampoco Justin. Pero, lo extraño es que pude lograr que Mikey cuidara a Linx. Tenía que tener cuidado.

Como siempre, yo estaba dentro del laboratorio. Ella aún no despertaba. Era extraño. Su corazón latía, podía respirar, pero no reaccionaba. No estaba seguro de que era lo que sucedía. Después de todo, ella no era una chica normal.
Siempre me encontraba a su lado, tomando su mano y mirándola.

Donnie: Rose... -Suspiré. -No lo entiendo... Esque, hice todo lo posible para volverte a la vida. Pero, nada funciona. -Le miré. -Los medicamentos no surgen el mismo efecto. Es como si algo los repeliera. Aunque, eso sí sé por qué ocurre... -Acaricié su mano. -¿Te gustaría saber? -Obvio, no respondió, pero si seguí. -Verás, ya sabes que tú tienes mutágeno azúl en la sangre. Y ambos sabemos que el mutágeno azúl tiene una especie de campo de fuerza que elimina todo químico. Eso incluye los medicamentos. Je... Curioso, ¿No? -Miré su mano. -Ahora entiendo por qué nunca te enfermaste antes. O por qué tardas tanto en sanar cuando logras enfermarte. Eres tan... Única. -Le miré de nuevo. -La buena noticia es que pude modificar el medicamento para que pudiera surgir efecto. Espero que eso te haga despertar... Según mis cálculos, tendrías que estar conciente en dos semanas más. Eso sería ya un mes y una semana de coma. Pero... Splinter me dijo que si no despertabas al tiempo que dice mi medicina, entonces, tendría que dejarte ir. -Suspiré. Le miré vulnerable. -Y juro que no quiero dejarte ir. Ayúdame, Rose. Tengo el tiempo contado, te necesito. La verdad es que, a pesar de las indicaciones que dejaste el día del cine, no estoy listo para ésto. No tengo el valor para ver a tu madre, a Justin. Simplemente no puedo sin pensar que soy el responsable de ésto. -Salió una lágrima por mi mejilla. -Y si... No despiertas. Perdón, pero, creo que me iría contigo. Sé que dijiste que viviera, que el mundo me necesita. Pero, tú eres mi mundo. Y mientras no estés, nadie me necesita. -Pude mi frente en su mano, seguí lagrimeando. -Espero que me perdones. Pero, por ahora, sólo intenta despertar... Los demás creen que estoy loco. -Le miré de nuevo. -Te prometo que intentaré hasta lo imposible por despertarte éste mes. Estaremos juntos... Y podremos completar la frase que Rahzar no te permitió terminar. -Le besé la mano. -Cueste lo que cueste.

Cómo escucharon, estaba por cumplirse un mes. No era mucho, quizá para ustedes. Pero... Para el Clan y para mí... Eran una eternidad.
Ellos siguieron con su rutina para intentar olvidarlo. Splinter me decía que no era sano tener el cadáver de mi novia siempre conmigo. Pero nunca le escuché. Sólo cuando me dió un tiempo límite. Por que, ya conocen a mi Sensei. Tenía que obedecerle.

Y aunque yo creía que todos estaban sanando el luto, en realidad, estaban teniendo problemas. Había discusiones casi siempre. Lo extraño es que nunca me daba cuenta. Pero, eran muy consecutivas.
Karai y Shinigami le hechaban la culpa a April. Rafa le hechaba la culpa a Leo. A veces, Karai culpaba a Rafael. Mikey sólo se sentía pequeño entre todos y Casey sólo miraba a todos muy extraño y se ponía del lado de April. Splinter intentaba calmarlos, pero era inútil. Todo eso ocurría a mis espaldas. No me importaba.

Pasó una semana. Ya se había cumplido un mes. Según mis cálculos, ella tenía que despertar la semana siguiente. Así que Splinter me tenía bien vigilado.
Estaba en una etapa de desesperación, así que salía muy constantemente de las alcantarillas para buscar medicamentos u otros utensilios para despertarla. Para que nadie la tocará o la viera, dejaba a Cabeza Metálica a cargo de la entrada. Sólo así nadie me quitaría a mi Rose.

Siempre le cambiaba los vendajes, le limpiaba el cuerpo para que no infectara. Cuando los signos vitales caían, yo me encargaba de usar un desfibrilador para volver a verla latir.
Todo pendía de un hilo, era igual de probable que despertara o que muriera. Tenía mucho miedo. Pero no dejé de pelear.
--

Leo: Ya llegue, Sensei.

Rafa: ¿Y Donnie?

Leo: Aún no quiere venir.

Rafa: No me digas... Rose aún no despierta.

Mikey: Pero Donnie dijo que quizá despertaría... ¿Tú cómo lo vez, Linx?

Splinter: Yo ya no estaría tan seguro.

Shinigami: ¿Qué?

April: ¿Por qué lo dice... Sensei?

Splinter: Ya ha pasado un mes y casi otra semana completa. Rose no ha dado señales de vida. Su cuerpo solo se está desgastando más. No tiene caso que quede aquí.

Karai: Pero... ¿Que hay de la paciencia de la que tanto nos habla, padre?

Splinter: La paciencia y la necedad son cosas distintas, hijos míos. Donatello ya no está siendo paciente. Está encerrado en la idea de que su novia va a despertar, pero estoy seguro de que un cuerpo normal, no tiene oportunidad.

Leo: Sensei. Ni siquiera la hemos visto. Nadie en éste Dojo hemos entrado al laboratorio de Donnie para ver qué le ha hecho.

Karai: Leo tiene razón, padre. Quizá ya haya almenos una señal de vida. Sólo que Donatello no lo dice.

Splinter: Donatello me habría dicho de sus signos vitales. ¿O alguien está enterado de eso?

Leo: N...no, sensei.

Splinter: Se que ésto es duro. Pero, aunque nos duela, tendremos que arrebatarle a Donatello lo que más ama. Es por el bien de todos.

— Hi, Sensei...
--

Cabeza Metálica: ¡Donatello!

Donnie: Hola, Cabeza Metálica. -Llegué al laboratorio dejando muchas cosas en el escritorio. -¿Pasó algo mientras me fuí?

Cabeza Metálica: No, Leo y en resto estaban en el Dojo. Pero no están muy de acuerdo en que sigas con ésto.

Donnie: Ahg... Lo sé, lo sé. Pero, es importante para mí. -Le acerqué a Rose con una jeringa para sacarle algo de sangre. -Puede que ya despierte.

Cabeza Metálica: Pero... Puede que no. -Me detuve en seco. Le miré.

Donnie: ¿Qué? -Pensó por un segundo, luego volvió a hablar.

Cabeza Metálica: Me he encargado de examinar el cuerpo, Donatello. -Volvió a callar. Fruncí el ceño.

Donnie: ¿Y...? -Me miraba.

Cabeza Metálica: Lo siento. -Mi ceño fruncido desapareció. -Las probabilidades de que despierte, son casi nulas ahora.

Donnie: Pero... Está respirando. Su corazón late. -Le dije apuntando a los dispositivos. Él negó.

Cabeza Metálica: Solo estás atrasando su muerte, algo distinto a darle vida. -Suspiré pesadamente. Negué con la cabeza.

Donnie: Se supone que debes apoyarme.

Cabeza Metálica: Me programaste para ayudarlos a ambos. La estoy ayudando a ella. -A eso, fruncí el ceño confundido.

Donnie: A... ¿A ella? -Él solo me miró.

Cabeza Metálica: Lo entenderás más adelante. -Me ofendí. Sentía que todos, incluso mi invento, me consideraban un demente. Suspiré y seguí con la muestra de sangre.

Donnie: Será mejor que te desactives. -Dije molesto dándole la espalda. Se acercó.

Cabeza Metálica: Prometo que lo entenderás y entonces...

Donnie: No lo haré. No quiero hacerlo. -Entonces sólo calló. Le miré. -Cabeza Metálica, modo de sueño. -Entonces se desactivó. Yo me levanté y fuí hacia el microscopio para analizar qué tan limpia estaba la sangre de Rose.

Tiempo después, al ver que su sangre estaba modificada, sólo suspiré y regresé con ella. Estaba muy confundido.

Donnie: No lo entiendo... Todos se han rendido ya. Todos perdieron la esperanza. Incluso nuestro Cabeza Metálica. ¿Por qué nadie puede ver lo que yo? Es como si fuera YO el equi... -Entonces, fruncí el ceño. Le miré. -A no ser... Que si sea yo el equivocado. -Me puse a pensar en voz alta mientras la veía. -Tú me dijiste que sea fuerte. Que te dejara ir... Pero, no lo estoy haciendo. Todos creen que debo dejarte ir. Entonces... ¿Soy yo el necio? -Ella no respondía. -Dijiste que me intentara controlar. Siempre dijiste que una mente alterada no podía pensar bien. -Miré su mano. -Pero... Eso significaría que tengo que renunciar a tí. -Me salió una lágrima. -No quiero hacerlo, Rose. No puedo dejarte ir. Te prometí que te salvaría. -Me ganó el nudo en mi garganta y comencé a llorar en su mano. -No quiero que te vayas... No quiero... Te extraño demasiado. Nunca podré conocer a alguien como tú. Eres la única, Rose. La única... -No podía soportar la idea de dejarla. Era doloroso. -No soportaría ver una lápida con tu nombre. No podría ver a nadie a los ojos. Ni a mi padre... Ni a los tuyos. Mis hermanos seguramente me odian y excusarán con que los Utrom quizá... -Entonces me detuve. Fruncí el ceño y la miré. -Un segundo. -La solté y regresé al miscroscopio. Examiné su sangre. Se estaba descomponiendo. Era extraño, como si se separara. Entonces, recordé que robé la sangre del hospital, la misma que decían los documentos de Rose. Pero, no había tomado en cuenta que esos documentos fueron creados cuando ella tenía apenas 5 años. Uno antes del accidente que le hizo tener el mutágeno azúl... En su sangre. Estaba equivocado. Tenía que corregirlo. Busqué en todas partes alguna reserva de mutágeno azúl. Era un poco inútil, después de todo, ya lo habíamos eliminado. Pero, quizá en su apartamento habría. Tomé las llaves, le dí un beso en la frente y salí de las alcantarillas en camino a su apartamento.

Rafa: Hey, Donnie. ¿A dónde vas? -Me preguntó Rafa confundido. Sin verle y sin dejar de caminar, seguí.

Donnie: Regreso en un minuto. -Dije apresurado. Salí de inmediato. Él permaneció confundido

April: No puede ser... ¿Ahora que hace?

Rafa: No lo sé. Pero no me da buena espina.

Leo: ¿Irá a robar a algún hospital otra vez?

Splinter: ¿Como que robar?

Karai: ¡Padre! No, ah...

Splinter: Así que Donatello ha estado robando para regresar a Rose a la vida. ¿Tienen idea de las otras vidas que pudo haber sacrificado?

Leo: Sensei, es su novia.

Splinter: ¡Es suficiente! Ha hido demasiado lejos.

Shinigami: ¡Sensei!

Karai: ¡Padre, espera!

Llegué al apartamento y busqué por todas partes. Ella tenía que tener algo en alguna parte. Después de todo, es parte de ella. Busqué en la cocina, en su habitación, en la sala. No encontré nada, fuí al baño a lavarme la cara y pude ver un pequeño destello en el espejo. Lo abrí y ahí estaba un pequeño frasco de mutágeno azúl. Lo sabía. Ella hace meses había sacado muestras de Sangre para verificar si tenía la capacidad de extraer mutágeno azúl puro, y así era. Tomé el frasco y salí de ahí inmediatamente, corrí hacía la alcantarilla y... Pude ver a Leo cargar a Rose. Al verle, fruncí el ceño.

Donnie: ¿Que es lo que estás haciendo? -Le dije alterado.

Leo: Donnie, se acabó. -Splinter salió del laboratorio con un libro de medicina. Me confundí.

Splinter: Te dije que si no lograbas revivirla, tendrías que superarlo. -Negé con la cabeza. No podían hacerme eso.

Donnie: ...No. Sensei...

Splinter: ¡Tienes que entrar en razón, hijo! No es sano que estés con un cadáver. -Me dijo molesto. Mi enojo surgió.

Donnie: Sensei, te dije que necesitaba dos semanas más. -Me interrumpió de pronto.

Splinter: Ni un día más. -Me acerqué, pero Rafa me tomó.

Donnie: ¡Sensei no lo entiendes! Rose va a despertar... Se los aseguro. ¡Enserio! -Él negó con la cabeza.

Splinter: No, hijo. No lo hará. -Rafa y Karai llegaron por detrás y me tomaron. Me alteré de nuevo.

Donnie: ¡PADRE! ¡NO! ¡POR FAVOR... -Splinter miró a Leo y le indicó con un movimiento de mano que se fuera. -ESPEREN! -Leo apenado, con Rose en brazos, caminó hacia la salida.

Splinter: Es por tu bien. -Dijo mi Sensei. Mis hermanos me tomaban fuerte de los brazos.

Donnie: No... -Comencé a llorar. -...Rose... ¡Suéltenme! -April miraba toda la escena. Shinigami le miraba con odio. Entonces, ella negó con la cabeza mientras fruncía el ceño y gritó.

April: ¡LEO, ESPERA! -Todos le miraron. Yo rendido en llanto, miraba el suelo. Splinter le miró.

Splinter: ¿Que pasa, April?

April: Déjeme hacer... Algo. -Dijo de mala gana. Leo en la entrada le miraba extraño. Ella se acercó y tocó a Rose. Yo aún estaba cabizbajo.

Shinigami: ¿Que haces, O'neil?

Leo: ¿Que...? -April tocó a Rose en el pecho. Cerró los ojos y con la otra mano se tocó la cabeza. Una vez pasados unos segundos, abrió los ojos un poco decepcionada y suspiró.

April: Está viva. -Dijo haciéndome abrir los ojos y comenzar a alzar mi mirada. Todos estaban confusos.

Splinter: April, dijiste que estaba muerta.

April: Si... Yo... Me equivoqué. La máquina de signos vitales decía que está viva. Puedo sentí su corazón latir... Solo que... Ahora que Leo la carga, no puede respirar. -Splinter quedó helado.

Donnie: ...Yo... -Intenté hablar. -Pude revivir a Rose... Pero está en coma. Todos creyeron que era una mentira. Una... Excusa. -Splinter suspiró.

Leo: Sensei, ¿Ahora que? -Pensó un segundo. Le miré triste, luego bajé la cabeza, sabía que... La dejaría ir.

Splinter: Vuelvan a conectarla. -Eso me hizo verle de golpe. Leo asintió y rápidamente corrió al laboratorio para volver a colocarla. -Suéltenlo. -Les dijo a mis hermanos. De inmediato, corrí al laboratorio. Conecté a Rose quitando a Leo de mi camino. Le puse el respirador, activé la máquina de signos vitales y le puse el suero. La tapé con su manta, luego corrí a mi escritorio.

Leo: ¿Qué haces? -Preguntó Leo antes de que Splinter entrara.

Donnie: Es la pieza que me falta. -Saqué el frasco. Lo puse en la mesa y extraje una gota.

Leo: ¿Mutágeno azúl? ¿Estás loco?

Donnie: Rose no tiene sangre común, Leo. -Mezclé la gota de mutágeno con la gota de sangre. -Es sangre parte humana y parte mutágenica. -Pude ver a través del miscroscopio cómo la sangre y la sustancia se mezclaron excelentemente.

Leo: Así que... Te equivocaste de sangre.

Donnie: Por eso tarda tanto la regeneración. -Dije antes de tomar todo el frasco de mutágeno, ponerlo en una jeringa e inyectarlo en una vena de Rose.

Splinter: Así que por ésto es que no despertaba...

Leo: Le dije que Donnie sabía lo que hacía. -Esperé a que el mutágeno se depositara por completo. Una vez hecho, cerré el piquete con una venda. Suspiré y miré a mi Sensei.

Donnie: Sensei... -Me miró alzando sus cejas. -Yo... Sé que ya es mucho. Pero, sólo necesito el resto de la semana. -Frunció el ceño. -Al menos para que su sangre complete el proceso y su cuerpo se adapte. -Suspiré. -Si... No despierta al final de la semana... -Bajé la cabeza. -Yo mismo la sepultaré. -Dije antes de cerrar los ojos. Mi Sensei pensó un segundo.

Leo: Sensei. Sólo... -Alzó la mano callandolo.

Splinter: Bien. Pero deberás cumplir tu promesa. -Asentí sin dejar mi pocisión. Ambos se fueron.

Era mi última oportunidad. Era la última vez que podría ver a Rose. Tenía que funcionar.

Pasaron días... La sangre logró su cometido. Su corazón latía, pero, sus pulmones aún necesitaban apoyo del respirador. Sus heridas cerraron. Pero ella aún no despertaba. Su cerebro estaba apagado. Actuando en automático.

Pasaron otro par de días. Nada.
Ya tan solo me quedaba... Disfrutar de su compañía.
Lloraba cada noche. Le contaba cosas, y... Esperaba el momento de llevármela. Me ponía a pensar cómo la sepultaría y cómo le contaría a Madeline. Tenía que tomar en cuenta que ella también estaba en cama. Todo era tan... Difícil.

Terminó la semana. El día final, al terminar de desconectarla, la tomé de ambas manos y le miré aunque sus ojos no pudieran verme.

Donnie: Rose... Llegó el día. -Entonces, sentí una mano en mi hombro. Era Splinter.

Splinter: Es suficiente. -Dijo algo triste. Suspiré.

Donnie: Lo sé. Sólo me despido antes de preparar todo y... Sepultarla. -Él asintió.

Splinter: Te esperaré en el Dojo. Cuando termines, tendremos que ir todos. Hay que despedirla como se debe.

Donnie: Hi Sensei. -Entonces se fué. Miré a Rose, me acerqué... Y le besé en los labios. Sería el último. -Lo intenté. -Dije antes de limpiarme las lágrimas y salir de ahí para dirigirme fuera de las alcantarillas y buscar todo lo necesario para sepultarla.

Todo el camino fué una tortura. Recordé nuestra primera cita, la primer sonrisa que me dedicó, nuestro primer beso, la primera vez que se enfermó, su sacrificio por nosotros en el TCRI, las veces que ella quedaba perpleja ante mis palabras, las veces que lloró, las veces que me abrazó, las veces que me besó. Todo venía a mi mente como lluvia. E irónicamente, también llovía fuera en la ciudad. Todo era triste. Era el fin. Bueno, en realidad, era un final para mí. Por qué para el resto, todo había acabado cuando Rahzar la tocó.

Al conseguir todo, intenté ser fuerte. Busqué flores también, debía estar preparado por fuera. Lo hacía solo por una razón. Por ella.

Fué entonces, cuando me dí cuenta de que no podía morir yo. A pesar de que dije que me iría con ella, no lo haría. Por que ella habría querido que cuidara lo que quedó. Estaba decidido a cuidar a su familia. A cuidar al Clan, incluso a Linx. Yo sería la memoria de Rose, intacta. Por tanto, debía ser fuerte.

Llegando a las alcantarillas con las flores en mis manos, pude escuchar risas de parte de mis hermanos. Me molesté. ¿No podían tener seriedad almenos en un día como ese? Quizá... Ya lo habían superado.

Pasé por la entrada y les miré. Todos quedaron perplejos y me miraron. Estaban saliendo del laboratorio. Fruncí el ceño confundido.

Donnie: ¿Que... hacen? -Dije molestándome.

Leo: Donnie, cálmate.

Donnie: ¿Cómo quieres que me calme? ¿No entienden que... -Entonces, salieron Karai y Shinigami. Ambas, tenían en manos algo. Quedé perplejo.

Al inicio me molesté, pero... Conforme lo miraba, no sabía cómo reaccionar.

Y aún recuerdo nuestra frase...
"Todo estará bien"

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