Hyunjin se quedó paralizado, sus labios aún zumbando por el contacto con los de Jeongin. El mundo parecía haberse detenido en ese momento, y su mente luchaba por procesar lo que acababa de suceder. ¿Por qué Jeongin había besado a Hyunjin? ¿Y por qué él había respondido, aunque solo fuera por un instante?

Jeongin retrocedió, su expresión una mezcla de sorpresa y confusión. —Lo siento — murmuró, apartando la mirada. —No sé por qué lo hice. Fue un impulso.

Hyunjin se pasó una mano por el cabello, sintiendo cómo su corazón latía desbocado. —¿Un impulso? —repitió. —¿Qué significa eso?

Jeongin se mordió el labio inferior. —No lo sé. Solo...

Hyunjin sintió un nudo en la garganta. —¿Por qué me besaste?¿Pero que carajos jeongin? —Jeongin bajó la cabeza.

—tu comenzaste...

Hyunjin apretó los puños. —¿Yo?¿Y ahora qué?, yo solo te dije lo que sentía... Y eso no te da el derecho de besarme... Sin mi consentimiento.

Jeongin se acercó, tomando las manos de Hyunjin entre las suyas. —No quiero perderte, Hyunjin. Pero no puedo corresponder tus sentimientos.

—¿Acaso te pedí que lo hicieras? Repito no lo dije para que me correspondieras o lo intentarás por lástima —Se quejó el mayor.

Jeongin miró a su amigo, viendo la vulnerabilidad en sus ojos. —No sé qué hacer —admitió. —Esto es complicado.

—¡Solo dejalo ya Jeongin! —grito —Superalo y sigue adelante, olvida que te dije eso...

—Yo...

—ve a casa.

(...)

Hyunjin se encontraba solo en el salón de arte, su lienzo frente a él era un mar de colores y emociones que solo él podía entender. La paleta en su mano se movía con una precisión casi poética, cada pincelada era un suspiro, un pensamiento, un recuerdo del beso que había compartido con Jeongin. Estaba tan perdido en sus pensamientos que no escuchó la puerta abrirse ni los pasos que se acercaban.

—¿Hyunjin? ¿Estás bien? —La voz de Minho lo sacó abruptamente de su trance. Hyunjin se giró, sorprendido por la interrupción.

—No —respondió primero, pero luego sus palabras se atropellaron unas con otras. —Es decir, me besé con Jeongin.

Minho levantó una ceja, claramente sorprendido por la confesión. —¿Jeongin te besó?

Hyunjin asintió rápidamente, —Sí, pero no es como piensas. No fue algo...

Minho cruzó los brazos y se apoyó contra la pared, mirando a Hyunjin con una mezcla de escepticismo y preocupación. —Jeongin siempre ha sido caprichoso —dijo finalmente —Digo, se acuesta con todas las tías y nunca una novia le pasa de los tres meses...

—Es diferente —defendió —No, él no es así — insistió Hyunjin, su defensa de Jeongin era tan feroz como inesperada —No lo conoces, el...

Minho suspiró y se acercó a Hyunjin, poniendo una mano sobre su hombro. —Tal vez lo ves diferente porque estás enamorado —Bramó —Hyunjin, Le gustan las chicas y solo te beso por celos o no se... No le gustas

Hyunjin bajó la vista, la verdad de esas palabras pesaba en su corazón. Minho tenía razón; estaba enamorado y eso coloreaba cada interacción, cada mirada compartida con Jeongin.

—Es hora de seguir adelante —continuó Minho, su voz firme pero amable.

Hyunjin asintió lentamente. Sabía que Minho tenía razón, pero eso no hacía que el camino adelante fuera menos aterrador. Con un suspiro profundo, Hyunjin volvió a su lienzo, decidido a poner tanto de sí mismo en su arte como lo había hecho en su amor por Jeongin.

—Hyunjin...

—¿Jump? —Al voltear Minho lo tomó de la barbilla para posar sus labios sobre los del dejando a Hyunjin algo sorprendido.

Intentando profundizar aquel extraño beso Minho lo como con la otra mano de la nunca acercandolo sin embargo Hyunjin se alejó y negó con la cabeza, fue en eso cuando se dio cuenta que jeongin se encontraba en la puerta y rápidamente se fue. El Pelinegro intentó acercarse a su mejor amigo sin embargo Minho lo detuvo.

—¿Qué?

—Dejalo, el en este momento no sabe lo que quiere, debes dejarlo... No ayudas mucho en...

—Es mi mejor amigo...

—No por mucho.

Jeongin entró al salón de clases con la respiración entrecortada, su mente aún daba vueltas alrededor del beso que había presenciado entre Minho y Hyunjin. Sentía una opresión en el pecho, un nudo de emociones que no lograba deshacer. No entendía por qué le afectaba tanto, por qué su corazón se sentía tan pesado.

—¿Jeongin, estás bien? —La voz preocupada de Félix lo sacó de sus cavilaciones. Félix, con su cabello gris y pecas dispersas como constelaciones en su rostro, miraba a Jeongin con ojos llenos de preocupación.

—Sí, estoy bien —mintió Jeongin, forzando una sonrisa que no llegó a sus ojos.

Félix abrió la boca para decir algo más, pero en ese momento Minho apareció. Félix se sonrojó visiblemente y tartamudeó un saludo. —Hola, Minho.

Jeongin rodó los ojos ante la aparición del castaño, pero Minho solo le lanzó una mirada rápida y desinteresada antes de devolver el saludo y sentarse en otro lugar. La clase transcurrió en un torbellino de palabras y explicaciones que Jeongin apenas registró.

Cuando la clase terminó, Jeongin se dirigió a la cafetería y se sentó junto a Hyunjin. Ninguno de los dos habló del beso; comieron en silencio, cada uno perdido en sus propios pensamientos.

Los ojos de Jeongin se posaron en Hyunjin. ¿Cuándo había empezado a verlo como alguien atractivo? Su cabello castaño oscuro caía ligeramente sobre su rostro, y sus gafas le daban un aire intelectual que Jeongin nunca había notado antes. Sus labios... recordaba lo suaves que eran, lo dulce del beso que habían compartido.

Quizás, solo quizás, no sería tan malo volver a besarlos...

Fue en eso cuando una chica se acercó a ellos algo molesta y observó a Jeongin para luego sonreír de manera irónica.

—No me esperaba eso de ti jeongin, quizás de Hyunjin... Pero de ti —Solto dejando a ambos chicos confundidos —Aunque bueno, es cierto lo que dicen, los hombres mujeriegos siempre terminan mirando a otro la...

—¿De que coño estás hablando? —Bramó y la chica mostró su teléfono dejando visualizar una foto, donde se encontraban hyunjin y Jeongin besándose haciendo que el corazón del menor latiera con algo de fuerza —¿De donde sacaste esa foto? —Se quejó

—Yo que se, fue publicada en el foro del Rose garden, «el Rose garden mezclando corazones como los colores de la naturaleza»

—Eso ni siquiera... —Jeongin no continuó y observó a hyunjin —¿Tu no piensas dirigirme la palabra? Di algo...

—Ay Hyunjin, que no te de pena al final si se te veía lo marica...

—Cierra la boca, ¡Maldita sea! —Se quejó el rubio —Largo, ahora y tu...

Hyunjin no dijo nada solo se levantó y comenzó a caminar lejos sin embargo jeongin no se quedó atrás y rápidamente lo siguió.

—¡Hyunjin! Espera... —Se quejó sin embargo Hyunjin no se detuvo a lo que Jeongin lo tomó del brazo.

—¿Que quieres que te diga? Lamento que tu imagen de chico hetero perfecto se haya roto pero yo no soy culpable, así que...

—No te estoy culpando, solo quiero saber cuál es tu enojo conmigo...

—Yo no...

—¡Hey Jeongin!, a la final descubriste por qué no te duraban las chicas es que a ti lo que te gustan son las pollas —Bromeo un tercero haciendo enojar a Jeongin.

—¿Y a ti que es lo que te arde? —Incestigó.

—Que aún no me la chu- —No pudo terminar de hablar cuando Hyunjin se había lanzado sobre el chico con golpes sobre su cara, rápidamente se defendió y jeongin trato de alejar a Hyunjin

—Repitelo —Ordenó Hyunjin...

—Ey no seas celoso, igual a ti te lo hace todos los días, dime está apretado allá atr—hyunjin había lanzado otro golpe sobre su cara para que no terminara de hablar. Alejándose del contrario quien río.

—Malditos maricones —Se quejó levantándose del suelo para retirarse dejando a Hyunjin y jeongin solos.

—Te logró dar, ven vayamos a la enfermerí-

—Estoy bien, no necesito nada.

—Solo ven y ya. —Al llegar a la enfermería ambos estaban solos —Tienes suerte de que nadie llamará algún profesor... Te hubieran castigado, ¿Desde cuándo resuelves todo a los golpes?

—No te entiendo...

—No, no te entiendo yo a ti, déjame nunca me molesta ese tipo de comentarios, me dan igual, tú me conoces y lo sabes...

—Ya pero el golpe se lo tenía ganado, sin embargo...

—Sin embargo cállate y déjame limpiarte la mejilla —Pidió mientras pasaba el algodón haciendo que Hyunjin se queje —quedate tranquilo —Ordenó mientras limpiaba la mínima herida sus miradas chocaron haciendo que el corazón de jeongin se acelere un poco y Hyunjin sienta todo su cuerpo vibrar.

Aunque lo deseara con todas sus fuerzas no podía deshacerse de aquellos sentimientos por su mejor amigo, cuándo había comenzado a ser tan complicado. Por otro lado jeongin se cuestionaba todo, ¿Cuándo había crecido tanto?¿siempre se había visto así? Su corazón se aceleraba y sus rostros estaban cada vez más cerca.

Quería volverlo a intentar, quería volver a probar los labios de su mejor amigo...

Solo romper aquel diminuto espacio entre sus bocas, sin embargo fue Hyunjin quien se alejó dejando al menor con aquellas ganas.

—Innie...

—Si.

—Tenemos que alejarnos por un tiempo.

Aquellas palabras salieron de los labios de hyunjin y el menor sintió su corazón quebrarse.

Buenasss, nueva actualización, espero les haya gustado mucho prontito regresaré, y actualizaré Romeo y jeongin.

Besitos