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Capitulo trece: Confesiones y Confusión


La noche había sido un torbellino de risas, juegos, y miradas furtivas.  Las miradas entre Hyunjin y Jeongin, cargadas de una tensión dulcemente electrizante, habían sido constantes a lo largo de la velada, a pesar de los esfuerzos de ambos por disimularlas.  En cambio, la atmósfera entre Minho y Jisung era gélida, un contraste que resonaba con la calidez que emanaba del resto del grupo.  Jisung, el chico travieso y risueño que Minho había conocido en la tienda, se había transformado en alguien distante, casi esquivo.  Apenas le dirigía la palabra, sus ojos, normalmente brillantes, estaban velados por una sombra que Minho no lograba descifrar.

De pronto, Minho y Hyunjin se dirigieron a la cocina, dejando a Jisung y Jeongin a solas.  La oportunidad fue aprovechada por Jisung, quien con una sonrisa pícara se acercó a Jeongin.

—Deja de lado esos celos, pequeño. Se nota a leguas. —bromeó Jisung, observando la expresión nerviosa de Jeongin.

Jeongin se sonrojó, jugueteando con sus dedos. —No estoy celoso, ¿eh? —murmuró, negando con la cabeza, aunque su sonrisa nerviosa lo delataba.

Jisung, sin embargo, no lo creyó del todo. Le dio una palmada amistosa en el hombro antes de volver a lo que estuviera haciendo.  Jeongin suspiró, observando la puerta de la cocina, la escena le causaba un tanto de incomodidad.

Mientras tanto, en la cocina, la conversación entre Minho y Hyunjin era un tanto más seria. Minho, con un gesto preocupado, se dirigió a Hyunjin.

—Hyunjin… ¿ya te rendiste con Jeongin? —preguntó Minho, observando el silencio del otro.

Hyunjin se encogió de hombros, su expresión indiferente. —No importa. —respondió con una falta de interés notoria, pero que en realidad ocultaba una gran incertidumbre.

Minho lo miró, sintiendo la frustración brotar en él. —No, espera.  ¿No te has preguntado siquiera si de verdad te gusta Jeongin, o si solo estás encaprichado?  —insistió Minho, buscando respuestas en la expresión de Hyunjin.  —Piénsalo… ¿es un sentimiento genuino, o es un simple capricho, un anhelo por un amor que no funcionó y que ahora, con esta nueva oportunidad, te ilusiona un poco más?

Hyunjin frunció el ceño. —No lo entiendo. —respondió, su voz un susurro confuso.  Sus sentimientos eran un enigma hasta para él mismo.

Minho se acercó, tomando suavemente el mentón de Hyunjin, obligándolo a mirarlo a los ojos. —Pregúntatelo.  De verdad.  —susurró Minho, sus ojos intensos y llenos de una emoción que Hyunjin no lograba descifrar.  Minho sintió una punzada de esperanza; después de todo el tiempo que había pasado con Hyunjin había aprendido a comprender su lenguaje corporal.

Hyunjin intentó apartarse, pero la mano de Minho era firme.  —Minho, no… —murmuró, incomodo por la proximidad.

—No necesito que me correspondas, Hyunjin.  —susurró Minho, su voz cargada de una tristeza contenida.  Sus labios se acercaron a los de Hyunjin, la distancia entre ellos imperceptible.

El sonido de una garganta que carraspeó interrumpió el momento. Jisung, parado en el umbral de la cocina, los miraba con una expresión de molestia innegable. Minho, sorprendido, retrocedió rápidamente, mientras Hyunjin, nervioso, salía de la cocina. Minho lo siguió, pero Jisung lo detuvo, tomando su mano con fuerza.

—Deja de interponerte.  —le dijo Jisung con la voz apretada, sus ojos oscuros y llenos de una intensidad amenazante que Minho no había visto nunca.  Minho se quedó perplejo, tratando de procesar la intensidad de la mirada de Jisung.

Más tarde esa noche, Jeongin, incapaz de conciliar el sueño, salió de la casa y se sentó en los escalones de la entrada.  El frío nocturno lo abrazó, y un silencio profundo lo envolvió. De repente, sintió una presencia a su lado. Hyunjin se sentó, sin decir una palabra. Jeongin lo miró por un instante, antes de volver la vista a la nada.  Dejó caer su cabeza sobre el hombro de Hyunjin.

—Nunca me había enamorado de un chico.  —murmuró Jeongin, su voz apenas audible, cargada de una incertidumbre palpable. —No sé cómo comportarme. 

Hyunjin, sorprendido, respondió con un simple: —No entiendo el punto.

Jeongin levantó la cabeza, mirando a Hyunjin con ojos llenos de angustia. —La única razón por la que aún no estoy listo para… intentar esto… es que no sé qué hacer. — confesó, sus palabras llenas de vulnerabilidad.

Hyunjin lo miró, buscando comprender.  —Solo sé tú mismo.  —respondió, aunque la pregunta de Minho resonaba aún en su cabeza.

Fue entonces cuando Jeongin actuó.  Lo besó.  Un beso inesperado, que tomó a Hyunjin por sorpresa.

—no fuiste el primero en confundirte, Hyunjin. —susurró Jeongin, entre besos.

El beso era tierno al principio, un contacto suave y vacilante, pero a medida que se intensificaba, se volvió más profundo y apasionado.  Los labios de Jeongin se movían contra los de Hyunjin, un baile lento y cuidadoso, lleno de ternura, de emoción, un beso de exploración y de descubrimiento.  La incertidumbre inicial se desvaneció, reemplazada por una conexión innegable.  Los dedos de Jeongin se enredaron en el cabello de Hyunjin, mientras que las manos de éste descansaban sobre la cintura de Jeongin, acunándolo con cuidado.  Era un beso que hablaba de un deseo profundo, una confesión silenciosa de un corazón vulnerable.

Al separarse, el aliento de ambos se mezclaba en la noche fría.  Jeongin miró a Hyunjin, sus ojos brillando con esperanza y determinación.

—¿Quieres ser mi novio? —preguntó Jeongin, su voz apenas un susurro, pero lleno de una intensidad que resonaba en el silencio de la noche.

Hyunjin, aún aturdido por la intensidad del beso y la inesperada pregunta, tardó unos segundos en responder.  Sus ojos se encontraron con los de Jeongin, y en ese encuentro silencioso, encontró la respuesta que buscaba.

—Sí. —susurró Hyunjin, una sonrisa tímida brotando en sus labios.  Se abrazaron, un abrazo cálido y reconfortante que sellaba su nueva relación.

Mientras tanto, dentro de la casa, Jisung observaba la escena desde la ventana de su habitación.  Una sonrisa juguetona se dibujó en sus labios al ver el tierno abrazo entre Jeongin y Hyunjin.  No pudo evitar sentirse ligeramente aliviado; la tensión que había percibido entre ambos durante la noche parecía haber disminuido considerablemente.  Estaba a punto de retirarse a su cama cuando sintió un peso sobre ella.  Minho, quien acababa de despertar, lo miraba con una expresión curiosa y divertida.  Había presenciado la misma escena desde su propio ángulo.

—Aunque me moleste admitirlo… —empezó Minho, observando el abrazo de la pareja con una mezcla de diversión y una pizca de celos,  —debo admitir que se ven… bien juntos. —dijo en voz baja.

Jisung, sorprendido por la repentina aparición de Minho y su comentario, tragó saliva.  Sus mejillas se colorearon ligeramente, y asintió con la cabeza, un poco asustado. —Al fin están juntos… —murmuró, su voz apenas un susurro.

Minho lo miró con curiosidad. —¿Por qué te hace tan feliz que Jeongin y Hyunjin estén juntos? —preguntó, genuinamente intrigado por la reacción de Jisung.

Jisung, respirando hondo, respondió con sinceridad. —Porque Hyunjin… al fin será feliz. Y Jeongin… encontró a alguien con quien estar, alguien que no le hará daño, alguien que no se aprovechará de él. —dijo, sus ojos reflejando un alivio palpable.  Había visto de cerca la vulnerabilidad de Jeongin, y la idea de que alguien pudiera lastimarlo le preocupaba profundamente.

Minho asintió lentamente, una comprensión profunda en su mirada.  —Los conoces bien… —dijo Minho, su voz un poco más suave ahora.  Jisung asintió, sus ojos aún fijos en la pareja que se abrazaba en el jardín.

—Lamento haberte acosado en la tienda y eso...

—Ah, si me sorprendí yo... No estoy acostumbrado a tanta atención.

—No te preocupes, en eso nos parecemos, buenas noches, Minho.

Dijo el castaño para volver a su futón y Minho asintió observándolo y quizás una chispa de interés despertó.

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