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Capitulo dos: El peso de una confesión

Jeongin se revolvía en su cama, incapaz de sacudirse la imagen de Minho y Hyunjin a punto de besarse, la idea lo atormentaba. Se levantó, decidido a despejar su mente, pero encontró a Hyunjin ya despierto, sentado en el sofá con una taza de café y la televisión encendida.

—¿No dormiste bien? —preguntó, notando las ojeras bajo los ojos de Hyunjin.

—No mucho, estuve pensando —respondió el azabache, su voz se perdía entre los diálogos de la película que reproducían en la pantalla.

El menor se sentó a su lado, sintiendo la tensión en el aire. La película era solo un ruido de fondo ahora, ninguno de los dos parecía realmente interesado en ella. Jeongin jugaba con sus manos, buscando las palabras correctas.

—Jinnie, ¿te gustan los chicos? —soltó finalmente, mirando directamente a su mejor amigo.

Hyunjin se quedó en silencio por un momento, luego sonrió con tristeza.

—¿Y si así fuera, me querrías igual?

La pregunta de Hyunjin tomó al menor por sorpresa, pero su respuesta fue firme y sincera.

—Claro que sí. Y no me importaría si te gusta Minho...

Hyunjin se echó a reír, un sonido corto y sin alegría.

—No es Min quien me gusta... es alguien más.

El rubio sintió cómo su corazón se hundía ligeramente. Quería preguntar, quería saber quién era esa persona que ocupaba los pensamientos de su mejor amigo, pero algo en la mirada de Hyunjin lo detuvo. Era como si el estuviera en una encrucijada, luchando con sus propios sentimientos.

—¿No quieres saber quién es? —investigó, rompiendo el silencio que se había instalado entre ellos.

Jeongin lo miró, y con una voz suave, respondió:

—Cuando estés listo para decírmelo, estaré aquí para escucharte.

El silencio regresó, más cómodo esta vez, y aunque Innie intentó volver a concentrarse en la película, notó la sonrisa triste de Jin. Una sonrisa que parecía decir sin palabras: «Tú eres quien me gusta.»

Jeongin quería consolar a Hyunjin, quería decirle que todo estaría bien, pero las palabras se quedaron atascadas en su garganta. En cambio, se limitó a apoyar su cabeza en el hombro del pelinegro, ofreciéndole su presencia como consuelo. Hyunjin se recostó contra él, y juntos se quedaron así, en silencio, compartiendo el momento y la complicidad de un secreto no dicho.

La preparación para la fiesta del Rose Garden había traído consigo una mezcla de emociones. Jeongin, sintiéndose cada vez más distante de Hyunjin debido a su creciente amistad con Minho, intentaba disimular su incomodidad. En la casa de Hyunjin, el ambiente era tenso, cada movimiento y palabra parecía cargado de significado.

Mientras Hyunjin se esforzaba por ayudar a su mejor amigo a colocarse a ponerse una bota, el rubio dejó caer la noticia:

—Voy a comenzar a salir con Yeji... Ella es muy linda, estuve tratando con ella y... ¿Por qué esa cara?

Hyunjin solo se encogió los hombros —No lo sé, se ha dicho por ahí que ella es bastante problemática, ten mucho cuidado y prudencia...

—No lo sé, creo que es falso... Además me confesó que fue ella quien me dió la flor —

—¿Qué? —preguntó Hyunjin, sorprendido por la revelación de jeongin

Jeongin le explicó cómo Yeji había admitido ser la autora de la rosa. Hyunjin, sin embargo, con una certeza que parecía venir de un lugar profundo y personal, insistió en que no había sido ella.

—¿Por qué no puedes estar feliz por mi? Creo que a ella de verdad le gustó, nunca te alegras por...

—Eres un egoísta —estalló el mayor su voz llena de una emoción que rara vez mostraba. —Siempre he estado ahí para ti, en cada ruptura, siempre fui yo quien te consoló.

—Solo te pido que confíes en mi, ella es...

Con el corazón encogido, le pidió que confiara en él, que creyera que Yeji era la indicada. Pero Hyunjin, ya harto, negó con la cabeza.

—Es una mentirosa —dijo, y antes de que pudiera detenerse, las palabras salieron de su boca —fui yo quien puso la rosa.

El silencio que siguió fue ensordecedor. Jeongin, con los ojos abiertos de sorpresa, no sabía cómo reaccionar. La confesión del azabache lo había dejado sin palabras.

—¿Tanta lástima me tienes? —preguntó jeongin, su voz apenas un susurro.

Jin maldijo en voz baja, su frustración evidente.

—No lo hice por lástima... lo hice porque me gustas —confesó Hyunjin, finalmente dejando al descubierto sus verdaderos sentimientos.

Jeongin, sobresaltado y en shock, apenas pudo articular unas palabras antes de salir de la habitación.

—Nos vemos en el festival.

Hyunjin se quedó solo, con una tristeza que le pesaba en el pecho, consciente de que sus palabras podrían haber cambiado su amistad para siempre. Se sentó en el borde de la cama, con la mirada perdida en el suelo. Sabía que había cruzado una línea, que había revelado algo que podría no ser correspondido y que, en el proceso, podría haber perdido al único amigo que realmente entendía su soledad.

La fiesta del Rose Garden se celebraba con gran pompa, pero para Jin, el mundo parecía haberse detenido. Se arregló mecánicamente, su reflejo en el espejo era el de alguien que no reconocía. La alegría y la expectación que deberían haber acompañado tal evento se habían esfumado, dejando solo un vacío y la esperanza de que, de alguna manera, las cosas pudieran volver a ser como antes.

Al llegar a la reunión observó a jeongin de lejos sin embargo cuando estaba por ir a hablarle Minho lo tomó del brazo para luego sonreírle.

—Hola, sunbae... ¿Se siente bien? —investigó

—le dije a jeongin...

—Wow eso es... ¿Estás bien?

—No, mandé nuestra amistad por el caño y me siento jodidamente mal, ni siquiera debí venir —Soltó.

—Ey, seguramente no fue tan malo, hagamos algo. Para que se despeje la mente, por allá están haciendo coronas de flores —Propuso Minho y Hyunjin negó.

—No sé si quiero. Yo...

Hyunjin logró visualizar a distancia como jeongin era arrastrado por Yeji a un callejón, sin poder hacer nada terminó asintiendo a Minho para ir a decorar las tiaras. Por otro lado el rubio tras seguir a la chica no pudo ni siquiera hablar cuando está ya se encontraba besándolo a lo que el rápidamente la apartó.

—No quiero, y ya me voy...

—Pero... Pensé que tú y yo...

—Me mentiste, dijiste que la rosa la habías dejado tu y ni fue así, ¿Con que otra cosa mentiste? Odio que no me digan la verdad —Soltó y Yeji alzó una ceja.

—Muy bien, si no me quieres por las buenas entonces será por las malas —Se quejó antes de irse dejando al menor bastante confundido, suspiró y recordó aquellas palabras que le había dicho Hyunjin

«lo hice porque me gustas»

—¿cómo te puede gustar alguien tan desastroso como yo? —Murmuró. Lentamente se levantó y sacudió sus jeans para luego caminar y observar como Hyunjin sonreía mientras estaba con Minho decorando aquellas coronas de flores...

En silencio dió la vuelta y se encaminó para dirigirse a su casa, su cabeza era un lío y tenía ganas de llorar, le molestaba ver a Hyunjin con Minho, aunque sabia que Minho era un buen chico. Por qué ese no era el problema, el problema era que estaba con Hyunjin.

—Oye —El paso de jeongin fue detenido ya que Hyunjin lo había tomado del brazo —¿Por qué no me esperas? Nos iríamos juntos...

—Te ví muy entretenido hablando con Minho, no quise interrumpir...

—¿Qué pasó con Yeji?

—¿Importa? —Investigó —hyung estoy cansado y...

—¿Ahora me dices Hyung?, ¿Qué carajos te pasa? —Preguntó —¿Es por lo de la confes

—¡Ya déjalo, solo quiero estar solo! —Se quejó —Ve con Minho.

—¿Por qué actúas así conmigo?, solo quiero que estés bien...

Jeongin no había pensado mucho, más bien fue su cuerpo el cual reaccionó antes que su mente haciendo dar un paso juntando sus labios a los de Hyunjin.

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