Las cajas eran apoyadas en el asfalto de la calle. Los habitantes del vecindario miraban por la ventana que la casa desocupada ya fue comprada. Dos señores con unas camisas promocionales de su trabajo, iban ayudando a las dos jovenes con las cosas mayormente pesadas.

Así es. Hoy Mina y Chae-Young se habrían mudado juntas.

— Señorita, ¿La mesa donde la ponemos?  

— En la primer sala que está en la izquierda. — Le indicó la japonesa mientras agarraba una caja llena de cubiertos.

— Entendido. — El hombre junto a su colega agarraron el mueble y con cuidado iban transportándolo. 

Mina miró a su al rededor y lo único que podía ver era desorden, pero no a su querida novia. — ¡Amor! ¿Te ayudo en algo? — Preguntó, con esperanzas de que su chica la escuchase.

— ¡Estoy bien! — Dijo, mientras batallaba en agarrar al asustadizo Neo. El pobre se habría orinado en el camión y no quería ser agarrado por —su nueva— madre. — Neo, ¡Ya! ¡Soy Chae!

Myoui al escuchar a Chae peleando con su mascota soltó una carcajada. Iba a seguir entrando sus pertenencias, pero su móvil sonó. Apoyó la caja que tenía en sus manos en el suelo y atendió, sin fijarse quién llamaría.

— ¿Diga?

"Hermana..."

Suspiró al oír la voz. — ¿Qué quieres? — Preguntó con poca paciencia. Últimamente su hermano cometía grandes errores metiéndose en la vida de ella, y a raíz de eso, Mina ya no estaría tan contenta de recibir un llamado de él.

"Mamá me dijo que le habías comentado que hoy te mudarías..."

— Sí, ¿Y?

"¿Cómo te está yendo en la mudanza?" 

— Me está yendo... — Miró a su costado, viendo a una Chae con Neo en brazos. Ésta estaba con el ceño fruncido, quizá, esperando a que le diga con quién estaba hablando. — ...Espera un momento. — Le dijo al mayor. Miró nuevamente a su novia y le explicó. —: Amor, es mi hermano.

Chae viró los ojos y siguió con lo suyo. Mina le habría comentado lo que su hermano dijo y sobre 'Bam', la verdad, ya Chae-Young no tendría ganas de conocer a su cuñado.

"Entonces... ¿Te has mudado con ella?" Preguntó con un suspiro de agobio en medio.

— Sí. Te dije que lo iba a hacer.

"Pequeña... Sé que he dicho cosas estúpidas sobre tu relación, pero por favor, perdóname..."

— Hasta mandaste a un amigo tuyo a coquetearme. ¿Tan bajo has caído? 

"Te apoyaré cómo antes, lo prometo. Soy tu hermano, y tengo que estar a tu lado siempre."

— Bien. Tengo que colgar. Estoy en el medio de la mudanza.

"Nos vemos en cuatro días. Te quiero, Minarin."

— Adiós. Manda saludos a la familia.

Colgó la llamada y guardó su móvil en el bolsillo de su chaqueta. Agarró la caja que habría abandonado por unos minutos y encaminó a su nuevo hogar.

Entró por enésima vez al lugar, aún así no podía dejar de asombrarse por lo lujosa que era su casa. Mientras miraba cada rincón con una enorme sonrisa, recordaba cuando era pequeña y su abuelo le decía que si se proponía una meta con amor, lo iba a conseguir aunque cueste cada centavo de su chanchito de ahorros. 

— Mina-ah... — Escuchó mientras su cintura fue atrapada por detrás. — ¿Estás consciente que viviremos juntas?, Porque yo todavía no lo creo.

— ¿Por qué no creerlo? — Dio un reojo a su pareja, quién tiernamente la abrazaba. 

— Soy joven, y ya estoy viviendo con el amor de mi vida.

— ¿Estás seguro en ello? — Preguntó, acariciando con delicadeza la mano que estaba atrapando su vientre.

— ¿En qué?

— ¿Soy el amor de tu vida?

Hubo un silencio de unos segundos en el medio de la charla. Aun así, Chae estaba decidida con su respuesta. — Sí. Mina-ah, eres el amor de mi vida.

Quizás más tarde suba una maratón de cinco capítulos.