El corazón de Mina cada vez se aceleraba más a causa del incomodo silencio que había en la sala. Su amada novia luego de escuchar la propuesta, no dejó salir ni una palabra más de su boca.

Myoui ya no se conformaría con ver a Chae en las tardes los fines de semana o en la hora del trabajo. Quería más, era ambiciosa. Necesitaba despertarse y ver a su amada dormida como un bebé a su lado, y que sea la última persona en ver al irse a dormir. La japonesa ya estaba decidida y completamente enamorada; Chae-Young era su alma gemela y querría compartir piso con ella.

Pero no todo era de color rosa, pues se ve que la coreana estaba incomoda ante la propuesta tan inesperada.

—... Creo que tu silencio es un "no". — Soltó con el corazón roto. Hizo un pequeño mohín presente en sus labios y asintió con la cabeza. Quería vivir con ella, pero si la menor no estaba preparada, lo entendería perfectamente. ¿Que más daba? No podría obligarla.

— N-no es eso... — Le respondió inmediato, haciendo que Mina levantase la mirada, y, por dentro, sintiera un poco de alivio. —: Simplemente me sorprendió. T-tú vivirás con tu familia, y... ¡Seremos muchos! ¿Donde entraremos todos? Apenas hay una habitación...

— De hecho, estos serán los últimos días en esta casa. — Afirmó. — Me mudaré a unas diez cuadras de aquí en un departamento más lujoso y con más habitaciones. 

Chae-Young iba a asentir vagamente, pero el ceño se le frunció al entender perfectamente las palabras de su novia. —: ¿Cuando me ibas a decir que te mudarías? — Le fulminó con la mirada. No le gustaba que le ocultasen cosas. 

— Ahora. — Sonrió. — El departamento tiene cuatro cuartos; una cocina; living; comedor; dos baños; balcón; patio trasero... Estaremos cómodas.

— M-Mina, eso debe salir una fortuna. — Bebió un poco de su café con nerviosismo notorio. — ¿Te das cuenta que es mucho? Estás saliendo de una casa para una persona, para entrar a una casa familiar... ¡Es una gran diferencia! Los números no te van a dar...

— Así es. Pero tengo planeado que mi hermano también trabaje, y entre los dos pagar la casa.

— ¿Y tú pretendes que viva contigo y no pagar nada?

— D-de hecho, no es necesario. Yo creo que con mi hermano y yo estaremos bien. Además, sé que mamá traerá sus ahorros para cooperar, lo hablé el otro día con ella por teléfono.

Chae-Young estaba casi del todo convencida. Ya era grande y vivir con su pareja no le parecía algo malo, pues ambas son adultas. Sin dudas es una propuesta que le da un giro drástico (para bien) a su vida. Aun así, había algo que le inquietaba. —: ¿Y tú familia aceptará que viva con ellos...? 

Corrió su mirada. — Me da igual eso. — Musitó, aun así Chae la escuchó claramente.

— No, Mina. Que no te de igual. Son tu familia y no quiero problemas.

— Lo entenderán. — Mintió. — Como sea Chae-Young dilo ya: ¿Aceptas vivir conmigo?

Se rascó la nuca con nervios a causa de la presión encima que tenía. La decisión que tome ahora sería importante para su futuro. —... Se me hará difícil despegarme de mi familia...

— Puedes ir a visitarlos todos los días, cariño.

— Viviré contigo, pero con una condición... — Myoui al escuchar la afirmación sonrió. Su corazón volvió a latir lentamente y se sacó un peso enorme arriba de su espalda. Asintió con la cabeza y le hizo un gesto con la mano de que prosiga para decir su "condición" —... Déjame ayudar con el tema del dinero, ¿Sí? Somos una pareja, y las dos tenemos que poner de nuestra parte.