Enarcó una ceja mientras seguía viendo el chat; aquel mensaje que habría recibido ayer a la noche la dejó con demasiada intriga.

"Oh sí, como sea" Fue el último texto que habría recibido de la coreana. Mina todavía no entendía a que es lo que se refería exactamente. ¿Acaso no le gustó la cita?; ¿No estaría interesada en una segunda?

Con el móvil en la mano, se sentó en el sofá de su living-comedor para luego seguir mirando con seriedad el chat de ChaeYoung. 

¿Tendría que mandarle un "buen día" o esperar a que la coreana se digne a escribirle? Se rascó la oreja por los nervios y, bastante dudosa, le escribió un "Hola..." pero antes de enviarlo negó con la cabeza y borró el texto cuanto antes; tenía miedo de que Chae estaría dentro de la aplicación y véase que le estaba escribiendo.

Había decidido algo: Su orgullo iba primero. No le iba a escribir hasta que Chae-Young de el primer paso de hacerlo. Ese mensaje que le puso no le habría dado muy buena pinta, así que si ella fue quién la cagó, pues que sea la primera que se digne en escribir.

Su acción de mirar tanto el móvil fue interrumpida al escuchar la puerta sonar. Los golpes que recibía el pedazo de madera eran apurados y fuertes; como si fuera de un caso de urgencia. Sabía perfectamente quién era, así que se dirigió a la entrada de su hogar y giró el picaporte para poder abrirle.

Del otro lado de la puerta, vio a una Minatozaki Sana bastante asustada con una de sus manos colocada en el pecho. Estaba jadeando y con la respiración un tanto agitada. —: ¡¿Qué pas-pasó?! — Le preguntó la recién llegada con suma preocupación. — ¡Vine lo más rápido que pude!

Sana (Su antigua compañera de trabajo) había recibido un mensaje algo alarmante para ella. Era de Mina diciéndole que vaya a su casa cuanto antes. Para la invitada, que Mina la invitase a su departamento era algo sumamente sospechoso, y más si el mensaje decía "Ven rápido".

Mina, con suma tranquilidad, como respuesta le mostró su móvil, con la pantalla desbloqueada. —: Mira esto. — Sana se quedó confusa, ¿Acaso era una broma? Miró algo sorprendida al aparato al ver que lo que le estaba mostrando era una conversación de la aplicación de citas 'rose'.

— ¡¿Me llamaste p-para que vea como te ligas a una chica?!

— El último mensaje. — Soltó con seriedad.

Sana le sacó el móvil de las manos de una manera brusca. Miró enojada y con más atención al chat, pero seguía sin entender que era lo "urgente". —: Mina, ¡¿Me acabas de hacer correr más de diez cuadras para esto?!

— No entiendo que significa el "Oh sí, como sea"... — Le dijo, sin parecer que le importara las palabras de enojo de la contraria. —: ... ¿Qué es lo que da a entender para ti? Tú sabes mejor el coreano que yo.

La de cabellos negros seguía con el ceño fruncido. Le clavó una mirada fulminada; parecía que la iría a matar por hacerle correr tanto. Aun así, se dispuso a contestarle la duda que tenía Mina. —: Como un "Lo que tú digas"; "Haz lo que quieras".

Puso su dedo índice en el mentón. Seguía sin comprender. —: No le gustó la cita. — Dedujo.

— Da más a entender que no está interesa en una cita a futuro.

— Entiendo... — Le sacó el artefacto de las manos. Tenía ganas de hacer un mohín con los labios, ¿Por qué todo le saldría mal? Aun así, al estar Sana se tenía que hacer como si no le importara. No quería mostrar sus sentimientos delante de alguien. — Eso era todo, ya puedes irte. — Intentó cerrarle la puerta en la cara a la otra japonesa, pero ésta le puso el pie en el medio para interferir en el cierre.

— ¡¿Qué?! — Gritó enojada. — No Myoui, ¡A mí al menos me dejas entrar a tomar agua!, ¡Corrí más de diez cuadras para ayudarte con esta tontería!

"Tontería" para ella, pero para Mina no. Le echó una mirada despectiva a su ex-compañera de trabajo y chasqueó la lengua. —: Bien, pasa. — Su idea de hoy era estar tirada en el sofá sin hacer nada, pero creo que Minatozaki le arruinaría los planes.