08:
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Sentía a su lobo demasiado feliz, sabía que ya no había vuelta atrás, se encontraba dentro de la habitación.
Sus ojos no se apartaban del cuerpo recostado en la cama, notaba que la respiración de la persona era tranquila; un poco de envidia le tenía, él quisiera poder dormir de esa manera.
Recorre lentamente con su mirada el rostro lleno de cortes y algunos moretones, se lo veía tan mal.
No se atrevía a avanzar, tenía miedo que fuera un sueño; que fuera otra mentira producida de su mente desgastada.
Pero no se había dado cuenta que ya se encontraba a unos centímetros de aquel alfa, acariciando el rostro con cuidado de no despertarlo.
—Yoonie...
Susurra temiendo que su voz saliera y el susodicho lo escuchara, su lobo pedía; clamaba por llamar la atención de su alfa, mas él negaba.
[...]
Tres horas. Habían pasado ya tres horas dentro de la habitación, sin hacer ni un ápice de ruido.
Silenciosamente añoraba la calma que sentía en esos momentos; sorprendido estaba de no derramar lagrimas siquiera.
Sentado en un pequeño banquito, al lado de su alfa, lo veía con cariño y preocupación. Quería respuestas, mas iba a esperar a que despertara.
Se lo notaba agotado, de a ratos hacía muecas; donde quiera que haya estado al parecer siempre estaba atento y alerta.
Mientras más pasaban los minutos, más dudas surgían.
Su lobo aullaba esperando alguna respuesta, pero nada recibía. Tampoco podía percibir aquel aroma que tanto amaba. Quería ya aunque sea una respuesta.
[...]
No fue en la madrugada, estando dormido con su cabeza apoyada en el borde de la cama, que sintió una mano pasar por sus cabellos.
Se asustó por aquel toque inesperado. Levanta la vista y lo ve, aquellos ojos oscuros le observan, con aquel brillo que tanto extrañaba. Y no puede hacer más que tallarse los ojos para asegurarse que no fuera su imaginación.
Una sonrisa posaba en los finos y pálidos labios del hombre frente a él.
—Ji-minnie...
Su voz se escuchó rasposa, solo niega con la cabeza y toma la mano del contrario, depositando un pequeño beso.
—Descansa, alfa.
Lo ve negar con dificultad. Obstinado, su pecho siente una calidez que ya hace años no sentía.
Ve como intenta levantarse, pero lo impide.
—Por favor, Jiminnie, acuéstate conmigo.
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1/2.
Pequeño maratón(?)
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