Ha pasado un año desde que Damián y yo nos hicimos novios, él me hace feliz, aunque no voy a negar que de vez en cuando hemos discutido y en una ocasión le dije que ya no quería volver a verlo. Él se fue de mi casa y a los cinco minutos regreso con un ramo de flores a pedirme perdón.

Hoy 13 de octubre iremos a cenar a un restaurante a celebrar que ganó un caso muy difícil y aprovecharemos para celebrar también su cumpleaños número 24.

Me siento nerviosa ya que tengo un buen presentimiento, anoche cuando hable con él me dijo que me pusiera más guapa de lo normal y esa es la razón por la que iré de compras con Valeria y Tatiana.

Estoy terminando de hacerme una coleta cuando escucho el sonido de un claxon, seguramente se trata de Tatiana.

—Hola Tati, gracias por venir por mí —la saludo alegremente.

—Hola Nel, no tienes porque agradecer lo hago con mucho gusto —responde subiéndose a su auto.

El plan que tenemos es ir por Valeria a su casa, porque su mamá ocupó el automóvil que le prestan.

—¿Ya hiciste la exposición que encargó la profe Álvarez? — le pregunto a mi amiga.

Ella niega con la cabeza y baja un poco el vidrio para que nos dé aire.

—No la he hecho, todo por culpa del internet que no sirve —resopla molesta.

—Qué mala onda, yo tengo hecho el principio, pero Karina no se pone las pilas con su parte de la exposición —respondo viendo por la ventana.

Llegamos a casa de Vale y le hablo por teléfono para que salga, no tarda mucho tiempo en salir, ya tenía varias semanas sin verla a causa de nuestras carreras que no nos dan chance como antes.

—¡Hola chicas de hoy tururu tururu! —nos saluda a ambas.

—¿Cómo te fue hoy con el maestro de música? —es lo primero que le pregunto cuando se sube al vehículo.

La veo a través del espejo retrovisor notando como sus mejillas se sonrojan ante la mención de su atractivo maestro.

—Me fue fantástico, Nel —suspira metiendo un mechón de su cabello castaño detrás de su oreja.

A ella le gusta su joven maestro, es algo prohibido y por lo que me ha contado él también siente atracción por ella.

—Ustedes tienen a alguien que les hace sentir mariposas en el estómago y yo lo único que siento es hambre —se ríe Tatiana.

Hay un poco de trafico en esta zona de la ciudad, por lo que nos detenemos por varios minutos en el semáforo; a un lado de nosotras queda un auto convertible amarillo donde van 2 chicos guapos. Uno de ellos tiene el cabello largo a la altura de los hombros y el otro va completamente rapado, en una de sus orejas lleva un arete, a su estilo son atractivos.

—Uno nunca sabe donde encontrará el amor, voltea a tu izquierda y tal vez lo encuentres.

Ella me hace caso y hace una mueca, ups creo que no le gustaron los chicos.

—Como dice la canción de Ov7 "yo que sé donde está el amor" —responde Tati acelerando su auto dejando atrás a los chicos.

—Podrías encontrarlo en la escuela, en la calle y por qué no hasta en el súper mercado mientras compras un kilo de tomate —habla Valeria asomándose en medio de los dos asientos delanteros.

Ya estamos en el centro comercial y nos dirigimos hacia la primer boutique que encontramos, pero no nos gusta ningún vestido, pues la ropa se veía muy aseñorada, después de entrar a varias más, empiezo a creer que no hay algo para mí.

—Miren chicas qué hermoso ese vestido —Tatiana señala con el dedo un vestido de tirantes color lila con un pequeño escote, no es tan corto; llega a la altura de la rodilla.

—Es muy bonito —respondo con entusiasmo.

—Si, vamos Nel —ánima Valeria caminando hacia el local.

Entramos a la pequeña boutique y saludamos a la empleada.

—¿Tienes talla M? —señalo el vestido y la muchacha asiente yendo a buscarlo.

Unos cuantos minutos más tarde llega con el vestido y me lo entrega, me dirijo a los vestidores y veo que Valeria trae con ella una falda de mezclilla con brillantitos muy bonita.

Tengo suerte porque sí me queda a la perfección, al abrir la puerta para que mis amigas den su opinión me encuentro con Vale luciendo la falda y se ve muy bien.

—¡Te queda es-pec-ta-cu-lar! —aplaude Valeria.

—Tú también te ves muy bonita —le respondo sonriendo.

—Fiu fiu, volverás loco a mi primo —Tatiana guiña el ojo.

No es por ser presumida, pero la verdad me gusta mucho como me veo con el vestido, obviamente lo compraré.

—Me lo llevo —le digo a la trabajadora entregándoselo.

—Muy bien, pásele por aquí.

Cuando me acerco a la caja a pagar veo que en el mostrador hay unos aretes muy bonitos y decido comprarlos. 

Como ya tenemos sed, nos compramos unas aguas frescas junto con unos nachos para comer mientras descansamos un rato.

Después de 30 minutos y de comprar algunas cosas más, nos vamos a mi casa para que me ayuden a arreglarme, cuando llegamos saludamos a mi mamá y subimos a mi habitación, me meto al baño a ducharme rápido mientras mis amigas se quedan viendo una película en mi habitación.

—Chicas ¿Creen que éstas zapatillas combinen con el vestido?  —les pregunto con unas zapatillas color negras en la mano.

—Si Nel se ven bonitas verdad Tatiana.

La chica da una respuesta afirmativa.

Me he puesto el vestido y las zapatillas, me gusta lo que se ve en el espejo, decido ondularme el cabello para verme un poco diferente y así sorprender un poco a Damián. Valeria me ayuda a maquillarme, quien diría que ella ahora se maquilla más que yo, me hace unas sombras color café con un poco de morado y un delineado cola de gato, pone una pestañas postizas y un labial color rojo.

—Que guapa te ves Nel vas a dejar con la boca abierta a Damián hee, va a necesitar un vasito para la baba —bromea Tatiana.

—Gracias eso espero y Vale hiciste buen trabajo, ¡ay ya casi es hora! me siento nerviosa chicas  —hablo poniéndome perfume para oler rico.

**

Mis amigas ya se fueron, mi mamá entra a mi habitación y se me queda viendo mientras sonríe, se acerca y se sienta conmigo en mi cama.

—Que hermosa mi hija, ya llego Damián está esperándote en la sala, se ve muy guapo también, deseo que todo salga bien Nel —mamá me da un beso en la mejilla.

—Ay estoy nerviosa mamá, me están sudando las manos iuuk —riéndome me levanto de la cama y agarro mi cartera.

Bajo las escaleras con cuidado y veo a Damián sentado en el sillón limpiándose las manos en su pantalón, seguramente está nervioso igual que yo, aún no se ha dado cuenta de mi presencia porque tiene sus ojos cerrados, mi mamá tenía razón se ve muy guapo con su smoking negro y corbata roja; su pelo peinado hacia atrás con gel.

Me quedo unos segundos mirándolo en silencio y decido que ya es momento de que se de cuenta de que ya estoy aquí, así que finjo una tos, abre los ojos sorprendidos y al darse cuenta que soy yo sonríe, se levanta del sillón y camina a mí.

—Que hermosa te ves, mi amor —dice dándome un beso de piquito y después nos abrazamos durante varios minutos, amo respirar el olor de su perfume.

Al separarnos respiro por última vez su fragancia, me doy cuenta que en la mesita hay un ramo de flores amarillas, mi novio camina hacia ellas y me las entrega.

—Muchas gracias, te amo —le doy otro abrazo.

—Ya sabes que amo como hueles, hueles al amor de mi vida —me susurra al oído causando que mi piel se erice.

—Y tú al mío —respondo.

Llegamos al restaurant, es muy bonito y elegante, al bajarnos del auto, nos tomamos de las manos entrando al lugar, nos recibe una mesera y nos lleva a la mesa que Damián reservo para nosotros, la cual tiene varias velas encendidas dándole el aspecto romántico.

La mesera nos deja el menú retirándose, él decide pedir pechuga de pollo con crema de champiñones y una copa de vino;  yo elijo una pasta con camarones y vino blanco.

—Amor, antes de que nos traigan la cena quiero decirte una cosa, ya sabes que te amo y que eres lo mejor que me ha pasado, quiero despertar todos los días de mi vida contigo hasta que seamos viejos, por eso Nel quiero preguntarte algo muy importante ¿Quieres casarte conmigo, hermosa? —Damián se arrodilla frente a mí mientras mete su mano a la bolsa del saco negro y de ahí saca una cajita de terciopelo oscura, la abre.

¡No puede ser! Dentro de mi ocurren miles de explosiones al pensar que esto realmente está sucediendo. Hace unos meses hablamos sobre matrimonio, pero no creí que fuera hoy la pedida de mi mano.

Dentro de la caja hay un hermoso anillo de oro de compromiso con un pequeño diamante en forma de corazón.

Siento mis lagrimas deslizarse por mis mejillas, mi labio inferior tiembla al igual que mis manos, suspiro profundamente, quiero hablar, pero la emoción que siento lo impide.

—Sí quiero —hablo despacio.

Damián pone el anillo en mi dedo y me besa la mano con ternura antes de ponerse de pie.

—Te amo, mi hermosa —me besa y acaricia lentamente mi cintura.

Él, al igual que yo tiene los ojos llorosos, definitivamente hoy es el día más especial de mi vida. Los demás comensales aplauden y nos felicitan.

La velada va transcurriendo perfectamente, nos traen nuestros postres; el mío es un brownie con nieve de vainilla y el de Damián es un pastel de chocolate.

—Sabes que contigo quiero pasar el resto de mi vida, tener hijos y que nuestros hijos nos regalen nietos ¿Te imaginas lo bonito que será?, nuestro futuro será brillante, así que tendremos que ponernos gafas de sol —sonriendo le doy un trago a mi copa de vino.

—Me haces tan feliz, mi amor, ya quiero verte el día de nuestra boda. Te amo tanto —me besa lentamente.

Sin duda alguna ya quiero que llegue ese día.

FIN

Hemos llegado al final :( muchas gracias por su apoyo y leer ésta historia. Pronto habrá epilogo <3 los quiero.

Marinel en multimedia

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