Capítulo 44
Capítulo 44:
Probabilidades
23 de julio
11:45 am
Creo que tu mundo estaría mejor sin mi...
Y que conste que digo "mejor" y no "perfecto" porque mi presencia jamás causaría tal diferencia. Yo solo creo que tu y que ellas estarán mejor si me voy, así podrán avanzar. Creo que soy la espina más grande que tienen ustedes, así que tiene sentido que me aleje, ¿no?
Aún así, tú lo llamaste un acto "egoísta".
Lo siento, amigo, pero no todos vemos al mundo de la misma forma en la que lo haces tú. Para ti la valentía resulta sencilla...o al menos pretendes muy bien que así es porque, en el fondo, siempre has sido la clase de cobarde incapaz de aceptarse a sí mismo como es en realidad. Eres imperfecto y te asusta.
Yo soy dañino y eso me asusta mucho más.
—¿Podrías esperar unos minutos más? —le preguntó Silene, acercándose a él antes de hacer una pequeña mueca con los labios —. Quieren unas cuantas tomas más para la revista. Lo siento, Blake, sé que querías mostrarme algo, pero...
—Lo que yo quiero mostrarte puede esperar —la interrumpió él, con una sonrisa ladeada —. Sigue con tu trabajo, estoy disfrutando verte hacer lo que amas.
—Esto en serio me gusta —admitió ella, dándose cuenta de que nunca lo había dicho en voz alta —. Frente a una cámara noto en mí todo lo que no puedo notar afuera.
—¿Cómo qué?
Ella ladeó la cabeza y lo pensó. Los flashes tenían en ella un efecto tan...poderoso. No podía describirlo, pero sí sabía lo que le hacían notar. Le sonrió a su mejor amigo, sin saber lo que ese simple gesto era capaz de despertar.
—Frente a una cámara, puedo notar que tengo muchas más inseguridades de las que suelo mostrar y también...también descubro que las puedo dominar ¿Tiene sentido?
—Tiene mucho sentido, princesa. Solo puedes dominar inseguridades una vez admites tenerlas —aseguró él, apoyándose de la pared desde la cual llevaba viendo la sesión durante horas —. Ahora vuelve antes que tu representante se ponga a ladrar como una chihuahua rabiosa. No queremos que Padme la eche otra vez, ¿o sí?
—Cierto, cierto —carcajeó ella —. Denise está algo loca, ¿verdad?
—No, Cloe está loca; tu representante solo es la reencarnación de un demonio, pero en tacones altos.
Ella rio y se alejó de él para regresar a la sesión de fotos, donde Silene se sentía realmente ella y eso no le incomodaba. Adam sonrió al verla posar, había algo distinto en Silene últimamente, pero no era exactamente malo. Pasó años viendo como su princesa adquiría lo que él describía como una "actitud de mierda" frente a otros, pero ahora estaba siendo la Sile que él conocía frente al resto del mundo.
Y lo hacía sin querer, sin notarlo. Silene estaba bajando la guardia y él...él la estaba subiendo.
No es como si Adam pudiese negar lo que sentía, no cuando sentía de esa manera tan intensa e inevitable. Sin embargo, desde hacia un tiempo, su plan para conquistarla estaba en pausa. Mientras más la observaba, más le dolía imaginar una vida sin ella. La diferencia entre Silene y yo es que ella sí hacía del mundo de alguien algo mucho mejor...
No perfecto, pero si mejor.
Así que sus ojos azules miraban con cierto anhelo y miedo a aquella chica que posaba con gracia frente a las cámaras. Suspiró, sintiendo que el aire que contenía al verla era demasiado para sus pulmones. Contener lo que sentimos por temor provoca una clase de dolor que ni siquiera un enfermo como yo puede explicar.
Escuchó el tono de llamada de su celular. Al sacarlo del bolsillo de su pantalón y leer el nombre en la pantalla, sonrió. Le alegraba tener noticias sobre él.
—Para que sepas y no seas un dolor de culo como Gabe, ya estoy en mi casa —fue lo primero que escuchó al responder —. Estoy acostado en mi cama, con una estúpida sopa de pollo que sabe a agua porque mi mamá se empeñó en cocinarme y tengo tantas frazadas sobre mi que parece que vivo en la Antártida, no en California. Ya sabes, todos parecen tener ganas de tratarme como un niñito de seis años últimamente. Divertido.
—Te estás quejando como un niño de seis años, Don —carcajeó él, enfocándose en la llamada —. Entiendo lo duro que es sentir que pierdes tu independencia por unos días, pero nos preocupas. Por eso somos un dolor de culo, porque te queremos.
—Lo sé y lo aprecio, pero estoy considerando escapar de mi propia casa como esto siga así. Quiero llamar a Dalia y que me saque de aquí.
—Aw, ¿y escaparían juntos como un par de adolescentes en fuga?
—Suena como un buen plan. Quizá al ver a alguien que actúa y hace algo por la mujer que ama en lugar de quedarse completamente congelado te animes a imitarlo.
Entendió al instante lo que quería decirle Donovan. Lo conocía demasiado bien y sabía que ahora acababan las bromas, pues venía la lección.
—Mejor di lo que piensas de una vez, Don —dijo Adam —. Acaba con tu sermón de una vez por todas.
—No es un sermón, solo quiero saber qué le pasó al chico decidido que iba a enamorar a su princesa ¿Por qué se volvió un imbécil que no ve que ella ya está enamorada? ¿Por qué no haces algo al respecto?
—Silene es complicada.
—Tú también lo eres, Adam. Aún así, lo que hay entre ustedes es tan sencillo que da lástima ver como ninguno de los dos da el primer paso.
—¿A qué te refieres?
—La chica que no puede salir de su casa sin maquillaje vino corriendo al hospital en pijama solo para darte un abrazo. A ver, genio, ¿cómo crees que se llama eso?
—Una muy buena amistad.
—Ay, por amor al Cielo...—suspiró Donovan —. Y yo creí que Gabe era el lento en el amor. Me equivoqué.
No era que Adam fuese lento, o que no hubiese notado cosas obvias, es que prefería ignorarlas. Era más...seguro.
—Sé que me ama —le confesó a Don —, y sé que la amo.
—Entonces, ¿qué esperas?
—Siempre arruino todo, Don. No quiero arruinar lo que tengo con Silene ¿Y si doy el paso y me deja? Puedo vivir sin ella, pero no quiero. De verdad no quiero saber lo que es mi mundo sin una princesa en él.
》Silene no es Vanessa. Sé que si ella se va, jamás superaré su partida. Es la chica que llora junto a mi, la que se ha vuelto parte de mi mundo. Tengo miedo de que si llevo esto a lo romántico, la perderé. No puedo perderla, Don. No a ella.
Y esas eran palabras que venían del fondo del corazón de alguien a quien habían dejado tantas veces que no podía evitar sentir miedo al rechazo. Levantó la mirada y vio a Silene reír ante algo que decía el fotógrafo, escuchar sus carcajadas a lo lejos consiguió que sus labios esbozaran una sonrisa involuntaria. Ella se veía como un sueño al borde de hacerse realidad, pero a él le daba tanto miedo confundirla con una pesadilla que prefería mirarla de lejos. Algunos son valientes, otros fingen muy bien la valentía.
Este es el punto de la historia en el que descubres si Adam es igual a ti, o distinto en todo sentido ¿Era un valiente dragón, o solo un lagarto cobarde?
—Adam —Donovan lo llamó desde el otro lado de la línea, usando una voz calmada y comprensiva —. Tenías doce años cuando te conocí, ¿recuerdas?
—¿Cómo olvidarlo? —sonrió él —. Estabas de visita en el hospital, me escuchaste decirle a mi mamá que no me daban miedo todas esas agujas. Esperaste a que se fuera y me dijiste que era bueno mintiendo, mucho mejor de lo que fuiste tú.
—Y te dije que estaba bien sentir miedo, lo importante es hacer algo, combatirlo, y no quedarte en una simple mentira ¿O ya lo olvidaste?
—No, no lo olvidé.
—Bueno, ahora te lo repito. Mira, Adam, si algo me ha enseñado la vida es que está hecha de un millón de probabilidades. Vivir, morir, sanar, enfermarte, enamorarte, ser feliz...Son tantas posibilidades, nunca sabes cuál te tocará a ti ¿El rechazo? Esa es solo una entre el millón de cosas que podrían pasarte, pero jamás lo sabrás si no actúas.
》 El niñito de doce años con leucemia tenía dos probabilidades: morir, o vivir ¿Y qué hizo él? ¡Vivió! Adam, he pasando años viéndote seguir impulsos, aprovechando el momento porque el hoy se volvió tu mejor tesoro ¿Y me vas a decir que justo ahora, cuando el momento te está gritando para que hagas algo, te vas a paralizar por miedo? No me hagas esto, niño. Pasé mucho tiempo dándote lecciones como para ver que ahora las tires todas a la basura.
—Mis impulsos me han hecho cometer muchos errores.
—Y esos errores te han convertido en el hombre que eres, ese que me enorgullece cada día más. Tienes frente a ti todo lo que mereces, quiero que abras los ojos y te des cuenta de que debes ser feliz.
》¿Sabes qué otra cosa es una probabilidad, Adam? El tiempo. Somos pocos los que sabemos que tan largo será el tiempo que nos queda y aún menos los que decidimos hacer algo con él. Espero que te quede muchísimo tiempo, niño, pero más que todo, deseo que utilices los segundos que te pertenecen para encontrar todo lo que siempre has querido. Tienes demasiadas probabilidades esperando por ti, arriésgate y ve por ellas. El rechazo existe, pero también existe el amor y creo que eso sucederá entre Silene y tú. Solo haz algo, Adam.
Adam suspiró ante esas palabras. Donovan tenía razón y lo sabía, no podía quedarse estancado en el miedo por siempre. Sus impulsos lo habían metido en muchos problemas en el pasado, pero sabía que lo que sentía por Silene era más que eso. Su corazón se aceleraba por ante algo más fuerte que simple atracción y era algo que no podía ignorar. La veía posar, siendo más ella de lo que había sido en algún momento. No podía callar.
—Dalia llegó —habló Donovan al teléfono —, así que dime qué harás antes de que le proponga a mi novia la idea de fugarnos.
Silene alcanzó a verlo desde su lugar y le dedicó la clase de sonrisas que alborotaban sensaciones imposibles de describir algo tan simple como oraciones. Vio que él le sonrió de vuelta, pero no alcanzó a descifrar lo que dijo en la llamada. Esas quizá fueron las palabras más importantes que pronunció Adam, esas que demostraron que no solo pretendía ser valiente. Él en realidad lo era:
—Se lo diré hoy, Don. Le diré que la amo esta noche.
¿Y es que acaso esa noche era el momento perfecto para hacerlo? Por favor, ambos sabemos que tal cosa no existe...
...
12:10 pm
—Estoy preocupada por Cris —confesó Malory, observando a Brandon desde el espejo.
Vio al chico suspirar y notó la preocupación en su mirada incluso cuando sus ojos estaban incrustados en la cámara en sus manos. Tanto Brandon, como Malory, habían notado que Cristal los estaba alejando sin razón aparente. Pasó de ser la entusiasta mejor amiga de ambos, esa que básicamente los obligaba a estar unidos, a ser la chica que los evitaba y se encerraba en si misma. En ese instante, debía estar ensayando en la pasarela aún cuando el tiempo de clases había acabado y tocaba el almuerzo. Mientras Lory y Griff ya estaban en los camerinos recogiendo sus cosas, ella se negaba a ir a comer. Prefería practicar.
—A mi también me preocupa —habló Brandon —. No entiendo qué le pasa a mi ángel, pero no está siendo ella.
—¿Y si esto es por mi, Brandon? —preguntó Malory, volteándose para verlo mejor —. ¿Y si está molesta conmigo porque piensa que le estoy robando su espacio al ser modelo?
Él observó a la chica que, contra todo pronóstico, se convirtió en una muy buena amiga suya con el pasar de los meses. El cabello dorado de Malory iba recogido en una trenza y sus ojos castaños estaban fijos en sus manos, que se movían con cierto nerviosismo. La culpa es una terrible compañera, más aún cuando no puedes encontrarle explicación.
—Piénsalo, Griff. Ella no solo está así por lo de sus padres, quizá piensa que quiero robarle el puesto aquí y por eso me odia ahora —suspiró ella —. No es así, no lo es. Yo...de verdad amo modelar. No lo supe hasta que lo probé, pero estoy tan a gusto en una pasarela que siento que siempre debí estar ahí.
》Puedo ser yo misma, puedo demostrar que no necesito ser delicada o perfecta para hacer lo que muchas otras hacen. Me gusta, pero si tengo que dejarlo para que Cris vuelva a ser la que conocemos, supongo que...que puedo dejarlo.
—Malory, no —soltó él, dejando de la lado la cámara para verla a ella —. En primer lugar, a ti no solo te gusta modelar. Tú lo amas, y no puedes dejar lo que amas por nada ni por nadie. Como tu amigo, simplemente no te lo permitiré.
Tomó las manos de su amiga, logrando que ella levantara la mirada y lo observara directo a los ojos. Él le sonrió de lado, mostrando toda la simpatía que sentía hacia ella.
—Y en segundo lugar...esto en serio no es tu culpa —aseguró él —. Eres la chica que ha estado a su lado toda la vida, la que se convirtió en su amiga a pesar de que las separa un mundo de diferencias. Ella debería estar feliz porque encontraste lo que amas, no envidiarte por ello.
》No has hecho nada malo, Malory, así que quítate esa idea de la cabeza. Cris entenderá tarde o temprano que alejarse no es la solución y recordará que estamos aquí para ella pase lo que pase.
—Pero...¿y si se nos hace demasiado tarde, Griff?
Porque Cristal a duras penas les dirigía la palabra, porque cada vez estaban más separados, porque ya casi ni la reconocían...Quizá si se estaba haciendo tarde para recuperar esa amistad, ¿pero qué hacían? Junto a Rubí, habían hecho todo lo posible por traer de vuelta a la Cris que conocían, pero nada daba resultado. Mientras más se acercaban, ella más se alejaba.
¿Cómo alcanzas a alguien que está huyendo de sí misma?
—Te diré qué haremos hoy —sugirió él, soltando las manos de su amiga para tomar de nuevo su cámara —. Buscaré a Cris, tu llama a Rubí y vayamos los cuatro a almorzar en algún lugar. Sin presiones, sin culpa de por medio, solo seamos cuatro amigos por un momento.
—Suena bien —sonrió ella —, y podrías invitar a ese chico con el que te vi el otro día. Ya sabes, el alto guapo con el que te veías muy feliz.
—¿Y tú estarás cómoda con eso, Lory? —preguntó él, con cautela.
—Sí, lo estaré. Invítalo, Rubí y yo debemos saber si nos agrada antes de que comiences a llamarlo novio.
—¿Ya estamos en ese punto de la amistad en que las dos van a cuestionar a cada chico con el que salga?
—Lo interrogáremos hasta saber su tipo de sangre. Será divertido.
Él soltó una carcajada y se preguntó por instantes cómo pudo creer al inicio del verano que seria dificil convivir con Malory. No era incómodo, ni extraño estar con la chica que alguna vez tuvo sentimientos hacia él. Más bien, se sentía absurdamente correcto poder llamarla amiga.
—Bien, pero primero iré por Cris —habló él, comenzando a alejarse.
—Le escribiré a Rubí para que comience a preparar las preguntas —dijo ella.
—¿Serán buenas con él?
—Eso depende de qué tan bueno sea él contigo, Griff.
Ella lo vio marcharse, no extinguió la sonrisa en sus labios hasta que él desapareció. Luego, devolvió su atención al espejo, a su reflejo triste y angustiado. No quería creer que podía estar perdiendo una amistad por hacer lo que más amaba, pero tampoco podía dejar de pensarlo. De esa forma funciona la culpa. No importa cuanto intentes exterminarla, esta se sigue expandiendo por tus pensamientos como una especie de plaga.
Buscó su teléfono y le envió un mensaje a Rubí. Ella también se había vuelto muy cercana a Brandon y a Malory, se había convertido en la amiga sarcástica y directa que la acompañaba en sus explosiones de sinceridad. Las dos hacían un dúo estupendo que funcionaba a la par con el dramatismo nato de Brandon. Solo hacia falta la dulzura de Cris, esa que estaba ausente.
Si tuvieran a la "cabeza de zanahoria" que Malory conocía, estarían completos.
—Hola —ella escuchó una voz masculina conocida que hizo que levantara su mirada. Encontró en el espejo el reflejo de Landon Allen apoyado en la entrada, justo tras de ella —. Hoy te luciste en la pasarela, Lory.
Malory sabía que Cristal llevaba años enamorada de Landon, aunque ahora que lo conocía mejor no entendía porqué. Es decir, ya lo conocía por la escuela y porque su nombre se escuchaba en los pasillos de la secundaria junto a varios suspiros de anhelo. Sin embargo, desde que comenzó a ver clases en el C.A, él se acercó mucho más a ella. Ahora Lory podía decir que conocía a Landon y no al simple rumor que todos se idearon a partir de su imagen.
Y, la verdad, prefería al rumor.
Le parecía alguien extremadamente presumido, siempre que hablaban se encargaba de centrar la conversación en él. No era mala persona, pero mantenerse cerca de él por más de una hora resultaba un reto para la chica. No podía entender la obsesión que tenía Cris por ese chico, pero no iba a juzgarla. Después de todo, ella también había cometido sus errores en el amor.
—Gracias, Landon —respondió ella con una media sonrisa —. Hago lo que puedo.
—En serio eres muy buena, no me sorprende que quedaras en el desfile final aún cuando este es tu primer año aquí —continuó él, acercándose hasta ella. Malory tuvo que voltear para verlo, encontró la clase de sonrisa confiada y galante que no le gustaban de él —. Seguro deslumbrarás a todos cuando llegue el día de la exhibición final.
—Claro, el resto de mis compañeras y yo haremos lo posible por mostrarle al publico de lo que estamos hechas. De esto se trata todo esto.
Se alejó un poco cuando notó que él buscaba acercarse más a ella. En verdad no aguantaba su compañía, pero no quería ser grosera y marcharse así sin más. Miró a sus alrededores, los camerinos estaban prácticamente vacíos. No supo porqué, pero de repente sintió que debía estar alerta.
—En verdad eres muy hermosa —dijo él, ella fingió una sonrisa.
—Gracias, el crédito por eso se lo llevan mis padres.
Él soltó una carcajada, aún cuando lo que Malory había dicho no fue gracioso en lo absoluto. Fue entonces cuando ella no pudo más con la incomodidad, así que decidió retirarse. No obstante, fue sorprendida con la mano de Landon rodeando su muñeca. Lo próximo que supo fue que él la empujó hacia una de las paredes y la arrinconó entre el muro y su cuerpo. Ella quedó sorprendida, más aún cuando intentó moverse y no pudo. Él la tenía muy bien sujetada por ambas muñecas.
—¿Qué haces? —cuestionó ella, sintiendo que los nervios se transformaban en algo más —. Suéltame ahora, Landon.
—Me gustas, Malory —dijo él, repasando con la mirada cada centímetro del cuerpo de la chica —. Y yo te gusto. Podríamos solucionar eso aquí, justo ahora.
—Soluciona tus problemas de vista, porque estás viendo cosas que no son —soltó ella —. No me gustas y nunca te he dado razones para creer eso.
—No hay nadie aquí, no tienes porque mentir. Yo te gusto.
Él se acercó hasta ella y dejó un beso muy cerca de sus labios. Ella se sacudió ante ese contacto, consiguiendo que él suspirara con fastidio.
—¿Acaso te niegas por Cristal? —preguntó él —. A ver, Malory, ella tuvo su oportunidad y la perdió. Ahora te quiero a ti.
—¿Así que vas de chica en chica decidiendo cual quieres y cual no? —cuestionó ella, con desprecio —. No somos muñecas con las que puedes jugar un día sí y un día no, grandísimo patán.
—Tienes carácter —él soltó sus manos y llevó su agarre hasta la pequeña cintura de Malory. Ella trató de empujarlo, pero él resultaba mucho más fuerte —. Aunque me gustas más cuando esa bonita boca tuya se mantiene cerrada.
—Suéltame o te juro que te voy a...
Pero la calló, él interrumpió lo que venía diciendo y se sintió como la peor cosa del mundo.
Malory podía percibir la humedad de su boca contra la de ella, como sus labios se movían para precionarse aún más contra los suyos y así mantenerla sin habla. Era una mierda, una grandísima mierda, que ese fuera su primer beso. Sucedió así: arrinconada a una pared sin poder moverse, con el chico que Cris anhelaba pero ella no, y para mantenerla callada...
Porque ese beso se sentía como eso, un arma para callarla.
Él comenzó a moverse más, a acercarla más a su cuerpo de una forma que comenzaba a asquearla. Lory sintió ganas de llorar, todo eso ante la gran impotencia que sentía. Entonces, recordó quien era ella en verdad. Malory Jones era una bomba a la que no podían callar.
Y si tocabas los cables equivocados, ella no dudaría en explotar.
Alzó su rodilla con fuerza, golpeando a Landon donde sabía que más le dolería. Él se echó hacia atrás al instante, quejándose ante el dolor. Antes de que pudiera recuperarse, ella golpeó con fuerza la mejilla del chico. Estaba enojada, indignada, pero sobre todo asqueada ¿Ese era el chico por el que su mejor amiga lloró tanto? Sin duda, fueron lágrimas perdidas.
Cris no merecía llorar por alguien así.
—Vuélveme a tocar, porquería andante, y te golpearé con toda mi fuerza —soltó ella, realmente enojada —. ¿Eso? Eso fue solo una muestra de lo que te puedo hacer. Si crees que puedes callarme con un beso que claramente no pedí, estas muy equivocado.
—¿Qué sucede contigo? —bramó él, retorciéndose por el dolor. Su mejilla estaba completamente roja y la mano de Malory estaba marcada en su piel —. Creí que solo eras una niña bonita.
—Yo soy una niña bonita, pero serlo no me hace ingenua y mucho menos te da el derecho de tocarme de esa manera. Cometes un gran error al pensar que solo hay belleza en mi, cuando hay mucho más.
—Estás loca ¡Cualquiera habría deseado ser tú! Te besé a ti porque eres hermosa, muchísimo más hermosa que Cristal. Además, ella es muy infantil, creí que tú serías más madura, pero me equivoqué.
—Estás enfermo. Es increíble que tu mente esté atorada en un pensamiento tan primitivo como ese —ella rodó sus ojos y enderezó su mochila dispuesta a irse —. Deberías verte en el espejo antes de llamar inmadura a alguien más porque al único que le falta madurez aquí, es a ti.
—Fue un error besarte.
—Por supuesto que lo fue.
Y aunque Malory quería gritar y descargar su ira e impotencia de alguna manera, mantuvo la calma y se dio la vuelta para marcharse. Sin embargo, al ver la entrada, quedó helada ante la sorpresa de ver a dos personas que no debieron haber escuchado nada de eso. Brandon la observaba con preocupación, aunque de vez en cuando su mirada se desviaba a Landon para verlo con furia. Si no intervino, fue porque Malory actuó demasiado bien en esa situación, pero estaba muy tentado en ir a golpear al patán que lastimó a su amiga. La otra persona...
Pues, ella reaccionó un tanto diferente.
—Cristal...—susurró Malory, al verla.
En un mundo de posibilidades, de probabilidades que se juntan y se convierten en instantes como ese. De todas las personas que pudieron haber visto eso, la testigo principal resultó ser la chica cuyo corazón estaba ciego y lastimado. Cristal salió corriendo del lugar, sintiendo sus ojos cristalizarse ante todas las palabras que había escuchado:
"Te besé a ti porque tu eres más hermosa, muchísimo más hermosa que Cristal."
"Ella es infantil, tú eres madura."
Todo eso lo había dicho la persona de la que estaba enamorada ¿Y qué le demostraba eso a Cristal? Que no era suficiente, que siempre había alguien mejor, que solo era la segunda opción...
Porque las personas siempre prefieren a una rosa antes que a una flor tan pálida y delgada como ella.
Buenooo, se viene drama y no se los puedo negar JAJAJA. Hoy no les dejo adelantos porque los personajes están en un punto muy crítico de la historia y quiero que todo los tome por sorpresa a ustedes (o lo más sorpresa que se pueda porque ustedes siempre adivinan todo).
Les informo que mañana publicaré oficialmente los primeros capítulos de "Cuatro veces hasta luego". Es la historia de Jayden y apreciaría muchísimo que se pasaran por ahí a darle amor porque es un libro que, aunque estoy amando escribir, me está costando bastante.
Y el último punto que quería tocar antes de dejarlos continuar con sus vidas, quería preguntarles si...¿ les gustaría que hiciera un Q&A para responder preguntas sobre Rosas y el resto de los libros de la serie P.E? No siempre puedo responder todos los comentarios, ni responder todas las preguntas que me dejan, así que esto seria una forma de responder todo lo que no he podido hasta ahora ¿Qué dicen? ¿Lo hago?
Eso es todo, los quieroooo ♥️
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro