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Capítulo II : "Es una Rosa"
›No Caigas ante su Belleza, es solo una Mentira‹
—¡Onii-chan!
Todos voltearon la mirada a la entrada de Nami-Chuu.
Había un niño de cabellos castaños antigravitatorios y unos ojos increíbles.
Muchos tuvieron que tallarse los ojos e incluso se pellizcaron, ese niño tenía un parecido a su compañero Sawada.
Aquel chico que es la Belleza número uno de la Secundaria, no solo en lo físico si no también en su personalidad noble y cariñosa que no duda en darles una mano.
Tsunayoshi es el sueño de muchos en aquella institución, es torpe sí, pero eso no quita el encanto natural.
—Nashi-kun—la melodiosa voz del Cielo de Namimori los despertó de sus divagaciones.
—Onii-chan, has olvidado tu Bento. Te lo he traído—sonrió con vergüenza al ser víctima de miradas fijas.
—Gracias, ahora ve a clases, no quiero que mi querido hermano menor las pierda por culpa de su desobligado hermano mayor—acarició levemente su cabello y le sonrió.
—¡No es cierto!—gritó, se apenó y bajo la cabeza—Onii-chan se esfuerza mucho por mí, Papá dice que Onii-chan es su orgullo, Yo quiero ser útil para ayudar a Onii-chan. Yo quiero ser tan especial como Onii-chan—terminó en un murmullo vacilante.
Tsuna recordó algo y la nostalgia le invadió por unos momentos, abrazó a su hermano menor y se agachó un poco para pellizcar su mejilla.
—Deja eso, tu con solo sonreír puedes alegrar mi vida, no eres un inútil. Eres, junto a Papá el motivo por el cual me levanto todos los días, tal vez Mamá nos cuide como ángel guardián, pero yo soy quien vela por ustedes. Déjame seguir así, Nashi-kun, tu solo sé tú para poder ayudarme.
Los Alumnos y alguno que otro Profesor se habían quedado embalsamados con tal escena, podían sentir el calor recorrer sus pechos y una sonrisa flotar en sus rostros. Siempre era grato ver las muestras de cariño de Tsuna, ello les alegra el día.
Más lejos de ahí, él vió todo, su mirada platina se clavó en los ojos avellanados que ocultaban más.
Pudo sentir emociones guardadas, así como un aura rara que solo la había visto en su Papá.
Era extraño, ese niño tenía su edad pero su rareza le llamó más de lo que debía.
Apretó sus tonfas a su cuerpo y dió media vuelta, iba a presentar ante el director la solicitud del Jefe del Comité Disciplinario.
Tsunayoshi cerró los ojos ya con tranquilidad, había sentido una mirada en su nuca. No tenía malas intenciones pero podía sentir sus pensamientos sobre sí.
La campana sonó dando inicio a Clases, despidiéndose de su hermano le besó la frente y deseó suerte advirtiéndole que tuviera cuidado.
Hoy llegaría tarde por su Club, hoy Coro tenía un ensayo.
—¡Kamikorosou!
Tsuna giró en la esquina del pasillo justo para ver a unos chicos siendo 'Mordidos hasta la Muerte' por el Prefecto de Disciplina, Hibari Kyoya.
Y como buena alma bondadosa se acercó a ayudar –cosa que es mentira, pisó una envoltura y voltearon a mirarlo pidiendo ayuda–. Intervino de brazos abiertos frente a la tonfa que apenas se abalanza.
Kyoya se detuvo, alzó una ceja interrogando al chico.
—No golpeé, Hibari-san. Ellos aprenderán a base de castigos en su historial académico, no a golpes.
Tsunayoshi no tembló bajo la mirada férrea que escaneada su rostro y cuerpo en busca de tratar de golpear.
—Sawada Tsunayoshi, Herbívoro—murmuró casi enojado—Apártate—ordenó.
—No—cerró sus ojos y con un suspiro los abrió con determinación, casi en una mirada retadora.
Los chicos en el suelo miraron la magestuosidad de su cielo, él los defendía, se sacrificaba por ellos, por unas escorias.
Un Rayo de Sol entró por la ventana cegándolos por un momento, con su mano cubrieron un poco su vista y como si fuera una ilusión creada o simplemente una alucinación, pudiera ver como si Tsuna tuviera unas hermosas alas de luz.
En ese momento, Tsuna volteó a mirarlos con una sonrisa indicándoles que huyeran, que el se encargará de todo.
Una gota gruesa cayó al ver como lo miraban, pudo incluso distinguir orejas y cola de perro en ellos, sus ojos desprendían una gran admiración hacía su persona, claramente escuchó a alguien soltar un "Tsuna-Sama".
Volvió a indicarles con la mirada para que huyeran.
—¡Gracias por su Misericordia Tsuna-Sama!—lloraron mientras se iban.
Tsuna le dió la espalda a Hibari aún preguntándose el porqué del comportamiento de esos chicos.
Pero en ningún momento bajó la guardia, por ello cuando la voz en su cabeza le dijo que se moviera, lo hizo. Evitó una tonfa que le daría en el rostro, en ese mismo segundo usó la palma de su mano para empujar la tonfa con fuerza y lanzarla de un golpe.
Kyoya abrió los ojos con sorpresa, gruñó y su mirada cambió hacía ese Herbívoro, acercó más su rostro para que quedará claro que es más fuerte que el chico.
Trató de patearlo pero leyó sus movimientos bloqueando con la pierna, ambos estaban en equilibrio.
—Pérdoneme la vida, Hibari-san.
Kyoya no supo que decir, quería 'Morder hasta la Muerte' a ese chico, así que cuando balanceó su tonfa solo sintió un jalón en su pierna antes de sentir el frío suelo en su espalda.
Tsunayoshi había enganchado la pierna que había bloqueado la patada en la de Hibari y había jalado hacia atrás para que perdiera el equilibrio, Kyoya inconscientemente le había golpeado la pantorrilla con la rodilla libre, Tsuna gimió de dolor.
Dió un salto para alejarse y levantar la envoltura para depositarla en el cesto.
Dirigió una mirada a el petrificado Kyoya, su mirada era algo evaluativa.
—Te Falta equilibrio y una buena pose de lucha, tienes varios puntos ciegos que son vitales, trabaja en la izquierda y no todo es golpe, tienes que mantener una cabeza fría. ¡Que tenga buen día!
Le sonrió, la sonrisa llegó a sus ojos ayudándoles a resaltar el hermoso color chocolate avellanado de sus ojos, incluso a la luz del sol, ellos parecían resplandecer en un tono anaranjado con leves toques dorados.
Quedó anonadado por unos momentos, ese Omnívoro tenía un aroma a rosas.
¿Omnívoro?
... Interesante, sonrió de lado con algo de malicia.
Había encontrado a alguien de su nivel, no. Alguien más fuerte que incluso le instruyó unas indicaciones para poder ser más fuerte, no las desperdiciaría.
Tsuna por otra parte, tropezó con el aire al bajar la escalera y terminó en el suelo ensuciando su ropa y partiéndose el labio.
Tsuna podía ser fuerte pero es muy torpe.
Tenía momentos Badass y al siguiente segundo todo se arruina.
Eso mismo pasó.
Cogiendo un poco llegó a su salón, estaba mallugado y adolorido, pero logró sentarse en su lugar.
Nunca dejó de sentir las miradas nada discretas que sus compañeros le dedicaban.
Se dejó caer en su escritorio con cansancio, y el murmullo comenzó.
"¿Que le pasó a Tsuna-kun?", "Tsuna-san está herido, ¿Quien fue el culpable?", "Escuché que Tsuna-san protegió a unos chicos de Hibari-san", "Tsuna-san es tan amable", "Es cierto, Tsuna-Sama es mi héroe", "Es más que un héroe, es un ángel", "¡Claro! Por eso Tsuna-Sama es tan amable en inteligente ¡Es un ángel!, Aunque sea torpe pero eso lo hace más lindo", "Tsuna-Sama~" hubo muchos suspiros y ya sentía una jaqueca.
—Hahaha—rió una chica que se sentaba tras él, ella tenía un celular mientras grababa los murmullos.
—"¿Cuando va a Madurar?"—pensó agotado—"A este paso ella reprobará el año"
Era cierto, Hana se distraía mucho con el celular y las idas a los videojuegos, casi no interactuaba con los hombres y los llamaba monos.
Negó.
Cuanto había lamentado pisar aquella envoltura.
—Pareces un poco cansado, Tsuna-kun. ¿Que ha pasado?
Ochī-san había dejado su puro en el cenicero y empezó a ver unos documentos que se hallaban frente a el.
—El Demonio de Namimori, eso es lo que me pasa—masculle acostado en un mullido sillón de tres piezas.
—...
—Ese jodido chico ya me tiene hasta la mierda—de entre sus bolsillos sacó una paleta y la metió a su boca—Solo defendí, cosa que ni quería y ni siquiera pasaba por mi mente pero ¡Oh! Tsunayoshi es un puto ser perfecto!, A unas mierdecillas de él y ahora quiere que pelee cada que me ve. ¡Joder! Me tiene arto.
—Me sorprende los líos en los que te metes, también me da cosa que tú lenguaje sea vulgar, contradice tu apariencia angelical.
—Tsk.
Tsunayoshi miró a Ochī-san, había cambiado desde que lo conoció.
El Clan Akai Bara No Megami, fue fundado por Ochī-san y ya abarcaba tres distritos gracias a él, Tsunayoshi es su As y su más grande adquisición alguien que los lleva a su cúspide.
Había empezado por un simple repartidor de una pequeña Mafia, pero al separarse de aquella empezó a formar su Clan Yakuza elevando el puesto del chico a su mano derecha, hay veces que podría decir que Tsuna fue el verdadero fundador del Clan, ya que el dió la idea y consiguió personas, también fue quien le consiguió el lugar.
En su honor, llamó así al Clan "Akai Bara No Megami", porque ese Chico era como una Diosa deseosa de Sangre, sus ojos destellan un brillo único siempre que el carmín mancha el suelo, el leve movimiento de su muñeca con aquella fina daga era como ver una hermosa Rosa, elegante y con gracia.
Si bien era cierto que el Tsunayoshi es un niño –para él– pero es más maduro en algunos aspectos en los cuales Tsuna ya tenía experiencia.
Un ejemplo de ello es el como cuidar a un bebé. Cuando se separó de aquella pequeña mafia, fue una disputa con disparos y todo, diez de sus hombres leales fallecieron tratando de proteger a su Esposa e hija, su amada María había dado todo por la pequeña Anna, su mano izquierda Ryō Akayami, fue a quien le confío en sus últimos segundos la protección de Anna para que fuera puesta a salvo, Ryō se la había llevado para volver dos días después cuando las cosas se habían calmando.
Recordó vagamente como trató de sobrellevar la pérdida y cuidar de su hija.
—Ochī-san, respire.
—¿Eh?—no notó cuando sus lágrimas habían bajado.
—...—Tsuna suspiró, ese hombre podía parecer malo pero es sensible.
Pudo leerlo con facilidad, ese hombre.
—Debe mantener esa cara estoica para la Reunión con el Jefe de el este, hoy se toma su territorio. Y si no sucede hoy, lamento decirle que no podré ayudarlo hasta la siguiente semana. ¿Se acuerda que me asignó el cuidado de An-Chan?—bufó, la nena en esos momentos estaba dormida en la cuna que está ubicada en la esquina de la habitación.
—Si.
—Por cierto, lo invito al festival de otoño que el Plantel está organizando—entregó un boleto—Soy parte del Coro y quiero que An-Chan me vea.
—¿Que hay de mí, Tsuna-kun?—dijo Ryō entrando con una sonrisa relajada, algo que no tenía contraste con su rostro.
—Tu puedes irte a la Mierda—le lanzó una mirada enojada—¡¿Cómo te atreves a mandar una misión por medio de Nanashima?!
Akayami negó con la misma sonrisa relajada y unas ganas borrarle esa sonrisa a base de golpes le llenaron.
—...—Ochī se dió una palmada en el rostro—Dejen sus niñerias, Ryō bien sabes que Nanashima-kun está fuera. Si no quieres amanecer como sushi en un puesto de la calle no te metas con Tsuna-kun.
Atrás, Tsuna mantenía una sonrisa triunfal mientras acariciaba su bella daga que –por si fuera poco– brillaba con la luz de la habitación, se veía un tanto –por no decir bastante– amenazante.
—Si
—Pelea conmigo, Omnívoro.
Tsunayoshi se atoró con su caramelo que traía en la boca, después de unas respiraciones se calmó y lo miró con cansancio.
—Hibari-san, ¿Cuántas veces le he dicho que no salga de la nada?
—1673—contesta inmediato.
El cielo alzó una ceja, ¿acaso es estúpido?
—Lo que sea, será después. Hoy tengo que cantar...
Esquivó una tonfa voladora y negó.
—Se lo advertí.
Caminó y bloqueando un golpe con un brazo, le sonrió levemente antes de, con rapidez enganchar el puente del pié en el cuello ajeno y con fuerza empujarlo al suelo.
No es por nada pero su fuerte es el Taekwondo, ni decir del Wushu.
Hibari se levantó con dificultad, su visión apenas y se perturbaba. Tsuna debía darle el credito, es algo terco el chico, nadie se había podido levantar después de derrumbarlo, generalmente rompía las cervicales y ahí quedaban.
—¡Hibari-san!—hizo un puchero.
—Tsk.
Sus mejillas tomaron un color rojo, Tsuna no supo si era de la vergüenza o la ira, pero ahí estaba ese sonrojo.
—No se preocupe, usted casi me golpea, mejoró un poco.
—No es suficiente.
—No, no lo es eso. O que te falta es experiencia—a lo lejos divisó a Ochī-san con Akayami y a la pequeña de casi dos años, Anna—¿Sabe?, Hay mucha delincuencia en las calles y usted puede 'Morder hasta la Muerte' a ellos, mientras no se meta con Akai. Esa es la Regla si quieres vencerme, puedes dar Kamikorosou a todos menos a Akai.
Hibari dió la vuelta y se fue, escuchó lo que tenía que escuchar por lo que ya no tenía nada que hacerle a Tsunayoshi.
Por su Parte, el Cielo suspiró profundamente, necesita unas vacaciones.
—Little Anna, Dime ¿Cómo puedo sobrellevar todo~?
La niña carcajeó, Akayami se burló de su desgracia y Tsunayoshi lo mandó a la mierda.
—Te odio Bastardo—masculle en un Puchero.
Akayami rió.
—Ambos sabemos que me quieres, Pequeño Atún—acarició sus cabellos castaños y picó la mejilla, An-Chan siguió su ejemplo.
Ochī-san suspira, sus subordinados son algo... especiales, hasta su hija se ve que será muy especial si sigue en influencia de ellos.
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By: Lizisi
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