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Capítulo X “Lentes Rosas”
(...)
‹Atesora más el pétalo que al oro›
.
*Crash
—¡¿Que pasa?!
Kikyo corrió hasta ver a Byakuran tirar todo en la habitación, su pecho se mueve de arriba a abajo en agitación, podía ver la amargura en su rostro.
—¿Byakuran-sama?—pregunta despacio.
—Largo...—susurra.
—By---
—¡He dicho, Largo!—gritó con rabia contenida.
Su amigo salió apresurado, no sabía que alteraba a su jefe pero lo dejó solo, aveces que la soledad es mejor compañía, te ayuda a aclarar pensamientos.
Byakuran, por su parte se recarga en la pared y se deja caer. ¿Porque le pasa todo lo malo a él?, Piensa en los amables ojos avellana.
Inevitable, verlo morir de diferentes maneras, casi como si el maldito destino lo odiara, ¿Que podía hacer por él?, Nada al parecer.
«Juntos, Uni, Tsunayoshi y el ven el atardecer desde la ventana en la Mansión Vongola, toman el té con sonrisas leves.
—Mi cuerpo no aguanta mis llamas, Byakkun.
—¿Eh?
—Sobre lo que preguntaste hace un mes...—sonrió—Estoy condenado, en el mundo hay un equilibrio que no debe romperse...de ahí CheckerFace, él y su raza rompieron el equilibrio y ves como acabó todo, a su raza el universo le dió una misión y al cumplirse, mueren. Kawahira sobrevivió y el Universo lo condenó a guardián para no romper el equilibrio, todo iba bien hasta que nací yo—rió con ironía—Mis llamas son tan grandes y puras que rompen el equilibrio y el universo busca maneras de deshacerse de esa anomalía, de la piedrita del zapato. Busca maneras de matarme, por ello no te culpé de que me mataras en los distintos mundos paralelos, el universo se deshará de la irregularidad hasta que vuelva a su equilibrio normal.
Ambos quedaron mudos ante su cielo central, dijo la verdad que nadie quería admitir.»
Lloró amargamente, al parecer si era odiado.
—Hermano... Este es Enma-kun, mi amigo, acaba de llegar de una escuela privada.
Nanashima presentó a un pelirrojo tímido.
Tsunayoshi enseguida lo envolvió en su calor de hogar, a partir de ese día ya no asistirá a clases, Iemitsu había hablado con el director y Ochī-san sobre no asistir por enfermedad; Tsuna ahora pasaba días en casa y con el Clan Yakuza.
—Bienvenido, traeré bocadillos~
—Tu hermano mayor es... Cálido—opinó avergonzado.
—Onii-san es un Cielo perfecto.
—¡Juudaime!/Io Shima—sus amigos saludaron entrando como si fuera su casa.
Lambo estaba con I-pin en el parque con Fuuta y Bianqui, su Papá andaba en Italia con Nono por algo importante y no regresaría.
Los cuatro comenzaron a comer unos bocadillos que Tsuna trajo allí en la sala a la vez que veían como Tsuna contestaba el teléfono.
—Mochi, Mochi...¡Byakkun! ¿Cómo has estado?, Me enteré que .... ¿Eh?—los ojos de Tsuna perdieron su brillo por un momento—No, es solo...ya lo esperaba.
Todos se mantuvieron al pendiente, Gokudera notó de repente que algo andaba mal y que sin duda lastimaría a Nanashima, por la mirada del Friki, sabía que sus pensamientos no estaba lejos.
—¡Juudaime!, Usted tiene unas...tarjetas de UMA, podría prestarmelas ¡Será un honor!—dijo nervioso
—Claro—dudoso se levantó para ir a su cuarto.
Hayato suspiró a la notar como Tsuna trataba de mantener sus hombros rectos, sin dejar ver la debilidad que claramente sufría.
—Era inevitabile, ma continuavo a sperare che potessi vivere, immagino che il mio destino sia concordato dal momento in cui passo su questa terra*—casi sollozó—Gracias, Byakkun. Muchas Gracias.
(*Era inevitable, pero mantenía la esperanza de que podría vivir, supongo que mi destino está pactado desde el momento en que pise esta tierra.)
Se enderezó colgando el teléfono, sonrió a los chicos a su vez que iba a la cocina para hacer la comida, Bianchi y los niños no tardarían en llegar.
—Aquí están Gokudera-kun...¿Que pasa?
Hayato se exaltó antes de ver a su inocente amigo.
—¡Gracias Juudaime!
—lo que sea...¿Te quedarás a cenar Enma-kun?
El chico algo confundido asintió, Takeshi le hizo una seña para que guardará silencio sobre lo que escuchó.
—¡Genia! A Onii-san le encantará tenerte aquí, ahora que lo pienso... Ochī-san no ha venido en dos días.
Divagando, sus amigos suspiraron.
(...)
Toharu se enderezó, ya había cumplido su orden de pasar la información que había recibido.
—Gracias—Iemitsu suspiró profundamente.
La esperanza caía en pedazos poco a poco, ya había firmado su condena.
—¿Donde está Ran?—pregunta mirando a la chica.
—En Canadá, el busca algo para que la enfermedad entre en pausa. Bara-sama está en la Mansión del Clan.
—Puedes retirarte.
—Hai.
Enpuñó sus manos hasta que sus nudillos se volvieron blancos, sus unas se enterraron en sus palmas sacando sangre.
Aceptar su muerte, no podía hacerlo, no quiere que su hijo muera.
¡Todavía tiene mucho por descubrir! ¡Es apenas un niño!
(...)
Tsunayoshi se agarró del inodoro mientras expulsaba todo, Ochī-san sobaba su espalda y traía un vaso de agua.
—¿Mejor?
Recibió el vaso y tomó un ligero trago, aspiró el aire frío y se recargó en el torso desnudo de Momotarō, dejándose cargar. Ochī-san lo acostó en la cama acunándolo en sus brazos.
—Mo-kun, he estado pensando mucho—recargado en su pecho, escuchó los latidos de su corazón tranquilizándolo.
—¿Y has tomado la decisión?—susurró lento y suave.
—Me internaré—susurra recibiendo la caricia en su mejilla.
—Ambos sabemos que es lo mejor, sé que odias los hospitales así que mandaré a modificar tu habitación, te asignaré a André-kun, es un buen médico.
—Gracias, Mo-kun—se inclinó hacia los labios en un casto beso.
Muy pocos sabían que eran amantes, las sombras lo habían aceptado antes de darse cuenta, Iemitsu no lo había tomado muy bien y tuvo que darle la noticia a Nono como secreto; pero lo habían guardado de los demás mafiosos, el Clan había festejado tres días completos.
An-Chan había gritado de la alegría, tan emocionada de tener a su Okā-chan como una verdadera Madre.
Era solo que presentía que no la tendría por mucho.
Nanashima había pensado que Tsuna se estaba mudando con Ochī-san solo porque lo contrató de niñera a tiempo completo, como sea, Hana iba con su madre a visitarlo.
Fue cuando empezó a ver qué algo andaba mal.
La calidez empezaba a escasear, no es que le diera mucha atención ahora que tenían a los Simone como enemigos.
Reborn por otra parte sintió como el aura de Tsunayoshi cambiaba, y cada que visitaba a Nanashima tenía el olor a rosas más fuerte que antes.
(...)
—Kyoya-kun—llamó a la nube de su hermano con una sonrisa triste.
—Hn.
—Lo siento, sabía de tus sentimientos pero no podría corresponderte—lo miró a los ojos—Yo amo a alguien y me corresponde.
Hibari nunca antes se había sentido así, no sabía que decir o como actuar frente a Tsunayoshi.
—Solo te pido que protejas a Shima-kun, él es mi pequeño hermanito. Yo lo crié y temo por él, sé en que está metido y tú cómo su guardián más fuerte sé que lo cuidarás—de puntillas acarició su cabello—¿Alguien más fuerte que mi Pupilo?—pregunta en una risa—No hay. Te lo encargo.
Dejarle cuidar lo que atesora es un indicio de que, aunque sea pequeño, ocupa un lugar en el corazón de él.
—Lo haré.
—Sabría que lo harías, Gracias Kyoya-kun.
Siguió caminando de la mano con An-Chan, tuvo la suerte de encontrarlo en patrullaje mientras fue a recoger a An-Chan.
De manera inconsciente detecto un hostil en su dirección, casi de manera automática lanzó una navaja que guardaba, dando en el blanco.
—¡Nii-san!—vio a Nanashima y sus amigos, Reborn saludaba desde el cabello castaño de su hermano.
Dolió en su corazón verlos allí sonrientes.
Los saludó de lejos, Ryō ya los esperaba en el coche.
—A la Mansión—ordenó con voz dura.
—Hai, Rose-sama~...—canturreó Ryō.
By: Lizisi
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