Reason To Live
La sensación de pesadez en los párpados, y la natural necesidad de abrirlos tras varias horas sumido en el mundo onírico, le hicieron saber que ya era un nuevo día.
— Buenos días.
Escuchó aquella voz cerca suyo, haciéndolo finalmente abrir los ojos con pereza.
— ¿Qué tal dormiste?
— Definitivamente no estoy acostumbrado a quedarme despierto tan tarde.- Respondió, estirándose en la cama, con Kardia soltando una pequeña risa al lado.- Pero lo menos tu cama es cómoda.
— De nada por haberme quedado en el sillón en mi propia casa.
— Tú me ofreciste quedarme a dormir aquí después del evento.- Rió encogiéndose de hombros.- ¿Qué hora es?
— Las 9:00 de la mañana.- Respondió Kardia, entregándole el improvisado desayuno que le había llevado hasta la cama.- No quiero echarte, pero debo estar en el restaurante a las 10:00.
— ¿La estadía aquí incluye desayuno hasta la cama?- Bromeó el Omega, tomando una pequeña magdalena para darle un mordisco.- A este paso consideraré seriamente quedarme aquí más seguido.
— Bienvenido si lo haces.- Bromeó el peli-violeta, tomando otra magdalena.- Termina tu desayuno, y después te acompaño a casa.
Asmita asintió con una pequeña sonrisa, continuando con su bocado.
Kardia le había llevado una magdalena de vainilla, unos cuantos trozos de manzana y melocotón, y un omelette. Sin olvidar una, en ese momento vital, taza de café.
La noche anterior había sido más divertida de lo que esperaba. Todo el tiempo de la presentación permaneció al lado de Unity, disfrutando de la música, memorizando de paso algunos nombres con ayuda del peli-plata.
Una vez que los chicos bajaron del escenario, se unieron a ellos en una pequeña celebración, hasta que fue hora de marcharse. Por suerte, Seraphina y Unity les ofrecieron llevarlos a casa debido a la hora.
Todos vivían bastante lejos, les tomaría casi dos horas dejar a todos en sus hogares. Sin embargo, Kardia vivía a solo unas cuadras de la universidad, así que Asmita prefirió aceptar su oferta y quedarse a pasar la noche con él. Así había llegado hasta la mañana en curso, después de que Kardia le dejara la cama para él sólo.
Ciertamente, una mañana agradable y que con gusto repetiría... Bueno, con algo de suerte así sería, si es que de nuevo perdía la noción del tiempo en el concierto y su "escolta personal" olvidaba pasar por él.
La sola idea le causó gracia, dibujando una sonrisa en su rostro, mientras continuaba con su desayuno.
[...]
Tras un rato, luego de terminar el desayuno y recorrer el camino hasta su hogar, finalmente Asmita se despidió de Kardia, prometiendo verse de nuevo por la noche para el concierto en el Underworld. No sin que el joven Alpha recibiera un saludo de los hermanos menores y los padres de Asmita.
Todo, sin saberse bajo la atenta e inquisidora mirada de cierto Delta, desde el resguardo de su adorado Lamborghini Diablo.
— Vaya que te reemplazaron rápido.
— Cállate, maldita bruja.- Gruñó, apretando el volante entre sus manos, sin despegar su vista de ese par.
— Eres patético.- Bufó la Beta, cruzándose de brazos en su asiento.- ¿En serio veniste hasta aquí solo para espiar a tu ex porque no llegó a dormir anoche?
— ¡¿Puedes callarte de una maldita vez?!- Reclamó, harto del sermón de la mujer.- ¡Nadie te obligó a venir, tú te pegaste como una puta garrapata a mi trasero desde ayer en la noche!
— ¿Y te recuerdo que gracias a mí no has perdido tu ya de por sí poca dignidad?- Espetó con arrogancia Úrsula.- Después de que llegaras corriendo en medio de la noche como loco a mi apartamento, preguntándome por ese eventucho de la escuela de Chris.
Aspros tuvo que morderse la lengua con frustración. Odiaba admitirlo, pero en cierta forma era su culpa que ahora los dos estuvieran ahí.
— Ahora que lo pienso, debí dejar que fueras directo a ese evento y vieras por ti mismo lo extremadamente reemplazable que eres.- Siguió la Beta.- Todavía te hice un enorme favor al convencerte de volver a casa, evitar que condujeras borracho, y quedarme contigo toda la noche soportando tu estupidez y de paso evitando que te murieras ahogado en tu propio vómito.
— Y si tan reemplazable soy, ¿por qué no simplemente me dejaste morir?- Contraatacó el Delta.- ¡Ah!, cierto. Porque no eres más que una zorra, una desgracia y una deshonra para tu familia, que ahora me necesita para hacerse cargo de ese parásito, porque absolutamente nadie tomaría en serio a alguien como tú, y menos con un hijo.
La intención de Úrsula por darle una bofetada fue evidente, pero gracias al reducido espacio, Aspros consiguió frenar el golpe, sujetándole la muñeca en el aire.
— La verdad incomoda, ¿no es así, Úrsula?
— Pudrete.- Gruñó la mujer, desistiendo del ataque.- ¿Ya estás feliz de ver cómo Asmita te reemplazó por ese intento fracasado de músico, actor, pintor o lo que demonios sea, en menos de dos meses, o quieres verlos coger enfrente de tí para que lo entiendas?
Aspros apretó la mandíbula con fuerza, presa del enojo. La noche anterior, tras haber intentado ahogar sus penas en alcohol, terminó pensando en ir a buscar a Asmita, pero solo vio a Manigoldo junto al resto de niños llegando a casa.
Al notar las playeras y demás cosas que llevaban en un par de bolsas, notó el emblema de un festival de Halloween que la escuela a la que asistía la hermana de Úrsula organizaba cada año.
Su mente estaba lo suficientemente intoxicada en alcohol como para detenerse valorar si algo era una buena idea o no antes de llevarla a cabo, pero no tanto como para no hilar algunos cabos. Si Manigoldo y el resto de tontos llevaban todas esas cosas, era evidente que estuvieron en ese lugar, y Asmita debía seguir ahí.
De alguna manera, llegó hasta el edificio de Úrsula, y prácticamente le exigió llevarlo al lugar del evento y servir como su coartada para pasar desapercibido ante su ex.
La Beta claramente se negó, insistiendole durante todo el trayecto, hasta, de algún modo, convencerlo de detener el auto, cederle el volante, y volver a casa.
Ni idea de cómo llegó a casa, solo podía recordar las arcadas que lo sacudieron por lo que parecían horas en el baño, con Úrsula reclamándole por su estupidez, y recordándole que al día siguiente tenían una cita médica para comprobar que todo estuviera bien con el embarazo.
Solo durmieron unas cuantas horas, cuando la intriga de saber qué pasaba entre Asmita y ese idiota, lo hizo despertarse y casi arrastrar a Úrsula al auto.
La Beta a duras penas logró convencerlo de llevarla a casa para buscar algo de ropa y de paso la documentación necesaria para la cita médica que tenía programada para esa mañana.
Así habían llegado a esa deplorable escena...
— Ya vámonos.- Siseó después de un rato, arrancando el auto, sorprendiendo a su copiloto.- No quiero que después me culpes si algo le pasa a esa cosa.
— ¿Ahora resulta que te importa?
— Me importa tanto como un limón viejo del congelador, igual que tú.- Renegó.- Pero Defteros ya sabe, y si no le tengo noticias de ese parásito pronto, no va a dejar de joder.
— ¿Así que volviste a hablar con tu hermanito después de todo?, ¿con qué le fuiste a llorar esta vez?
— Solo sabe que estás embarazada y que ahora debo hacerme cargo de ese estorbo. Es todo.- Respondió Aspros.- Así que mantente callada como hasta ahora, que nadie más lo puede saber. ¿Entendido?
— ¿Y crees que voy a poder ocultarlo por siempre, genio?
— Es tu problema averiguar cómo ocultarlo.
— En serio no entiendo cómo Asmita estaba tan enamorado de tí.- Bufó Úrsula.- Más bien, ahora entiendo porqué te dejó.
— Eso no parecía importarte mientras hacíamos a ese estorbo.
Definitivamente, iban a ser unos largos meses hasta que el cachorro llegara... Pero Aspros se sabía sin muchas otras opciones al respecto. Solo le quedaba soportar el peso de sus malas decisiones, tratando de no morir en el intento.
[...]
— ¿Así que vas con Unity esta vez?
Las horas restantes habían pasado a una lentitud tortuosa, pero la noche finalmente había llegado, y con ella, el momento de enfundarse en un disfraz para la ocasión.
— Al menos sé que Unity no me va a dejar colgado por dormirse.- Respondió Asmita con una pequeña risa, recordándole a Manigoldo su error de la noche anterior, causando la risa del mayor.
— Ya te dije que lo siento.- Replicó el Alpha.- Pero al menos te dejé en buenas manos. Degel, Seraphina y Calvera son muy responsables y no iban a permitir que nadie hiciera nada estúpido.
— ¿Entonces no te molesta si me beso con tu mejor amigo?
— ¿En serio piensas que te creo que no hiciste nada ayer?- Cuestionó Manigoldo con ironía.- Seguro que ayer ya le metiste mano, ¿y hoy me amenazas con besarlo?
Asmita le arrojó un pequeño cojín de tela a Manigoldo, directo a la cabeza, causando la risa de ambos.
— Si no te conociera lo suficiente, creería que todo fue un plan tuyo.
— En el amor y en la guerra todo se vale, ¿no?- Se encogió del hombros el Alpha.- Con tal de asegurarme de que esa alimaña no regrese, soy capaz hasta de bailarle al diablo en un tubo.
— Hablando de él...
— ¡Ah, no!, no, señor. Aquí no se habla de esa desgracia.
— Vamos, Mani. Ni siquiera yo actúo tan despechado.- Ironizó el menor.- A veces parece que a quien engañó fue a tí.
— A diferencia de tí, tengo mejores gustos.- Alegó el peli-violeta.
— ¿En serio quieres que mencione a "no lo digas trece veces frente al espejo"?
— Aunque claramente no me exenta de tropiezos, como todo ser humano.
Asmita solo rió, negando con la cabeza. Era agradable haber vuelto a tener ese tipo de conversaciones con quién sentía casi como un hermano mayor.
— El punto es que "no lo digas trece veces frente al espejo" era raro, pero al menos no me engañó con uno más feo y con menos estilo que yo.- Siguió Manigoldo.- Y más bien, no sé qué fue lo que tú le viste a la lacra esa. En tu lugar, yo lo habría enterrado en una caja de zapatos en el jardín como al hámster de Shion.
— No menciones a ese roedor del mal. Shion sigue pensando que escapó, y así se va a quedar.
— ¿Ves lo efectivo que es enterrar cosas en el jardín?
— ¿Y por eso vas a perturbar el descanso eterno del señor cobaya?
— La rata esa ya lleva años muerta, no creo que le moleste si enterraba otra rata a su lado.
Asmita negó, manteniendo una pequeña sonrisa, mientras observaba su reflejo en el espejo del tocador.
— Bien, lo detestas. Mensaje entendido.- Mencionó el blondo.- Pero hablando en serio, ¿has sabido algo de él?
— No más de lo que sabes tú, desde que decidió conservar sus últimas migajas de dignidad y desaparecer.- Respondió el Alpha.- ¿Por qué tanto interés?
— Nada en particular.- Aclaró, encogiendo los hombros.- Simplemente que Defteros ha estado actuando un poco raro últimamente.
— ¿Quizás simplemente recién está asimilando que se va a casar en menos de un año y tienen mucho qué hacer?
— Hablamos de Defteros, Manigoldo.- Insistió el menor.- Los dos sabemos cuánto soñaba con formar una familia, y cómo vivía emocionado por tener una boda de ensueño desde que éramos niños. ¿En serio crees que le afectaría finalmente haberse comprometido con el amor de su vida?
— Incluso el más decidido puede sentir nervios de última hora, Asmita.- Replicó Manigoldo.- Hay una enorme diferencia entre soñar con un evento como una boda, y realmente estar consciente de todo lo que algo tan importante como el matrimonio implica.
— Lo sé. Pero siento que algo está mal y él lo está ocultando.- Suspiró el joven Omega.- Sabes todo lo que él hizo por mí, y que prácticamente solo nos tiene a nosotros.
Manigoldo notó el pesar en la mirada de su pariente, rememorando aquellos días de su niñez, dónde tantas veces fueron cómplices de incontables travesuras y aventuras... Recuerdos que ahora parecían tan lejanos, y que le llenaban el corazón de una sensación agridulce.
— Oye, relájate un poco.- Negó tranquilamente.- Probablemente solo está estresado por todos los preparativos, pero en cuanto vea que Sísifo no va a salir corriendo de última hora y dejarlo plantado el día de la boda, todo volverá a la normalidad.- Añadió con una pequeña sonrisa.- O quizás la cigüeña decidió llegar sin invitación y seremos tíos antes de lo esperado.
— ¿Crees que Sísifo esté...?
— Hasta al mejor cazador se le va una liebre de vez en cuando. Todo es posible.- Bromeó el Alpha.- El punto es, que si fuera algo malo o por lo que deberíamos preocuparnos, Def ya nos habría dicho... Así que si de pronto llega con la noticia de que la despedida de soltero se convirtió en Baby Shower, finge estar sorprendido.
Ambos compartieron una pequeña risa, sellando silenciosamente ese hipotético acuerdo, y continuaron con los planes previstos.
Manigoldo se encargó de ayudar a Asmita con los detalles del maquillaje. Nada demasiado elaborado, simplemente unas pequeñas estrellas en las mejillas y la nariz, simulando pecas. Algo de labial púrpura, únicamente para dar profundidad a los labios en combinación con algo de tinta carmín. Y finalmente, una estrella de pentagrama en la frente.
— Recuérdame una vez más qué se supone que eres.- Pidió el Alpha, prestándole su inseparable espejo de bolsillo.- ¿Una clase de hechicero o gato satánico?
— Cerca.- Rió el blondo, observando satisfecho el resultado.- Es más bien una inspiración en Tiresias, el profeta ciego.
— ¿Por qué no me sorprende que bromees con lo que casi te mata?- Ironizó el mayor, con una sonrisa resignada.- Bueno, ya llegaron por tí. Así que cuídate y buena suerte.
Asmita asintió, agradeciendo a su pariente por su ayuda, y saliendo de la habitación en su compañía.
— Si algo sale mal, llámame e iré por ti, ¿de acuerdo?
— Por supuesto, mamá Manigoldo.- Sonrió el joven Omega, ya en el marco de la puerta.- Tú disfruta tu fin de semana libre, que puedo cuidarme sólo.
— Lo sé, pero no estás sólo, tonto.- Replicó el peli-violeta, dándole un pequeño abrazo.- Sabes que por protegerte, a ti, y a cualquiera de los demás duendes del mal, haría lo que sea.
— ¿Incluso renunciar a tu espejo?
— Tampoco exageres, que no valen tanto.
Ambos se permitieron una última risa, antes de despedirse y cada uno emprender su camino: Manigoldo a una de las casas cercanas del vecindario, y Asmita al Fiat Barchetta blanco que lo esperaba aparcado junto a la acera.
— Vaya que te luciste con tu disfraz, Asmita.- Comentó Unity apenas lo vió entrar.- Sin duda destacarás durante la fiesta.
— Gracias, Unity. Tampoco te quedaste atrás.- Respondió el rubio, observando el disfraz del piloto.- Una inspiración en la reina de corazones siempre es un clásico.
— Mi hermana hoy lleva un traje inspirado en Alicia, debía ir a juego con ella.- Comentó el Omega mientras conducía.- Me pregunto cómo se verán con los trajes puestos.
— Kardia me había mencionado que eligieron trajes inspirados en Alicia en el país de las maravillas, por el nombre de la banda, ¿no?
— Exacto. Pero solo sé que a Sera le tocó el de Alicia, los demás no tengo idea.- Admitió con una pequeña risa.- Aunque aquí entre nos, creo que a Kardia le quedaría como anillo al dedo el del gato Cheshire. Ya veremos qué disfraz me tocó.
La sola idea de imaginar a Kardia usando un disfraz de gato, con un par de orejas y una cola a juego, fue suficiente para que ambos soltaran una carcajada inocente. Aunque sabiendo que tanto con la intervención de Degel, como el propio talento de Kardia y los demás miembros de la banda, era imposible que algo saliera mal esa noche.
De esa forma, entre risas y algunas anécdotas, los dos llegaron al lugar de la cita. A Unity no le llevó demasiado tiempo encontrar un lugar para estacionar el auto con una maestría asombrosa, y tras presentar los pases que previamente les habían entregado, lograron ingresar.
Dentro, el ambiente comenzaba a tomar fuerza lentamente con el avanzar de la noche. Con la tenue iluminación de luces de colores, la música de fondo, y los tragos de alcohol yendo y viniendo entre todos los presentes, todos usando disfraces acordes a la temática del lugar y la celebración.
— ¿Quieres algo?- Ofreció Unity, mientras esperaban el inicio del concierto en la barra.- Yo invito.
— Creo que por ahora estoy bien.
— ¡Vamos! No me dejes solo como el borracho de turno.- Insistió el albino.- ¿Un Manhattan para abrir la noche?
— De acuerdo.- Suspiró Asmita.- Pero solo uno.
Unity asintió, y procedió a hacer el pedido al encargado de la barra, aguardando el pedido de ambas bebidas.
Al recibir el colorido cóctel rojo, Asmita le agradeció a Unity, y tras un ligero choque de vasos, en un pequeño brindis, procedieron a disfrutar el dulce ardor del Manhattan, a la espera del concierto.
Cuando la música de ambiente se extinguió, y las luces se apagaron por completo, para segundos después iluminar el escenario, y escuchar un potente solo de guitarra, supieron que la ansiada hora habia llegado.
El concierto dió inicio al son de Welcome to The Jungle, encendiendo las ansias de fiesta en los asistentes.
Ninguno de los dos dudó en animar a los chicos desde su lugar, coreando las canciones, igual que varios espectadores más, al calor de algún cóctel.
Tuvieron que sonar Paradise City, It’s a Long Way to the Top, Back in Black y Highway to Hell, antes de que los chicos tomaran un pequeño descanso de un par de minutos para hidratarse y retocarse el maquillaje rápidamente de ser necesario, mientras el público clamaba por más.
— Vaya que nunca dejan de sorprender, ¿no?- Exclamó Unity, mientras tomaban un respiro ellos también.- Solo alguien como Kardia lograría que un traje inspirado en el conejo blanco se viera sexy.
Asmita intentó ocultar su risa nerviosa, bebiendo la margarita que había pedido como segunda bebida, fracasando miserablemente, con la risa de Unity como prueba.
— Negarlo te delató.- Señaló el Omega peli-blanco.- Está bien. Seguramente más de uno aquí piensa lo mismo.
— Supongo que sabe modelar bien.- Admitió con una pequeña sonrisa.
— Oh, ya están por continuar.
Nuevamente, Kardia tomó el micrófono, y las guitarras eléctricas, dando inicio a Transylvania, reanudaron la energía del público. Seguido de Killers y Phantom of the Opera, antes de llegar a Fear of the Dark, dónde Degel llegó a dónde Asmita y Unity se encontraban.
— ¿Qué tal la están pasando?- Preguntó el peli-verde, tras ser recibido con un beso por su Omega.
— Lo hacen increíble.- Respondió Asmita en automático, manteniendo su vista sobre Kardia.
La pareja compartió una pequeña risa conmovida, devolviendo su atención a la presentación, envolviéndose por el ritmo de las melodías.
— Unity, ¿sabes cómo se llama esta canción?- Preguntó Asmita a uno de sus acompañantes, tras escuchar las primeras letras de la canción en turno.
— She-Wolf, de Megadeth.- Respondió el joven.- ¿Por qué?, ¿te recordó a alguien?
— Podría decirse.- Asintió Asmita.
— Tienes que contarme a detalle eso.
— En cuanto el concierto termine, con gusto.
Vaya que esas letras le recordaban a alguien.
"The rite of the praying mantis
Kiss the bones of enchantress
Spellbound searching through the night
A howling man surrenders the fight."
Úrsula, esa mujer cómplice de varios de sus males del pasado, pero a la que irónicamente, no sentía odiar. Simplemente, le daba igual si se habría salido con la suya y quedado con Aspros al final o no. Aunque no dejaba de generarle curiosidad saber en qué momento sus caminos se entrelazaron tanto.
De la Beta, solo sabía que fue compañera y rival de Aspros en la universidad, y posteriormente, compañera de trabajo.
También era consciente de que nunca fue de su agrado. Desde que Aspros los presentó durante su primera reunión de trabajo, la rubia no dejó de lanzar insinuaciones e indirectas que ahora cobraban sentido, ni de buscar menospreciarlo de cualquier forma.
Bueno, el pasado no se podía cambiar. Ahora solo podía reír ante la similitud entre esa lírica, y cómo describiría a Úrsula Walden si alguien se lo pidiera... Sin saber que la viva imagen de una She-Wolf, se encontraba más cerca de él de lo que esperaba. Observando el espectáculo al igual que él, sospechando de su presencia en ese lugar y debatiéndose qué hacer al respecto.
— ¿Estás bien, Úrsula?
— Estoy bien, Chris.- Afirmó ante la pregunta de su hermana menor, bebiendo el resto de agua mineral en su vaso.
— Deberías ir a casa a descansar.
— Voy a estar bien, Chris, solo cálmate.
— Pero...
— Puedes irte si quieres.- Interrumpió a la Omega, esquivandola.- Yo me quedo otro rato.
Chris solo pudo suspirar e ir detrás de su hermana mayor, mientras Detroit Rock City continuaba amenizando el ambiente.
Sabía del embarazo de su hermana, y no podía evitar preocuparse por ella y su bienestar. Sin embargo, a sabiendas de que no podría persuadirla de no ir a ese bar al encuentro de ese hombre, había tomado la decisión de acompañarla para evitar que algo le sucediera.
Todo había marchado como lo esperaba. Úrsula afortunadamente había aceptado la condición de no ingerir alcohol ni fumar, pero estaba anormalmente irritable.
Chris lo atribuía a los malestares del embarazo. Quizás la música demasiado fuerte la estaba aturdiendo, o quizás simplemente las náuseas y el cansancio le estaban pasando factura... Ni siquiera sospechaba que Úrsula había reconocido al vocalista de la banda, y su conexión con Asmita. Así que simplemente se limitó a acompañarla al baño y sostener su cabello.
Para el resto, la noche continuó tan intensa como hasta el momento. Saltando al ritmo y coreando canciones como Psycho Circus, Creatures Of The Night y Heaven's On Fire. Hasta que el espectáculo estaba por llegar a su fin, y lentamente debían bajar la intensidad, comenzando a entonar el tranquilo pero contundente ritmo de The Passion of Lovers.
— No esperaba que cantaran The Passion of Lovers hoy.- Admitió Unity en cuanto terminaron la pieza.- Aunque a Kardia le queda bastante bien. Solo les quedan dos pistas, me pregunto con cuál van a cerrar.
— Eso ni siquiera yo lo sé.- Confesó Degel.- Sera y Mine se encargaron de planear casi todo el set list.
Asmita se limitó a sonreír en silencio, observando cómo Kardia tomaba un último sorbo de agua, y después de una rápida observación a su equipo, hizo la seña para continuar con la penúltima pieza de la noche.
"Shot through the heart
And you're to blame
Darling, you give love a bad name."
La voz de Kardia a Capella inició aquella canción, cuyo significado resonó más fuerte que nunca en la mente de Asmita.
No era particularmente aficionado del género musical, pero podía reconocer You Give Love a Bad Name, de Bon Jovi, y cómo contrastaba su enérgico ritmo con la profunda lírica.
De algún modo, el mensaje impreso en cada palabra de esa canción le recordaba a Aspros. Era como si de algún modo pudiera decirle tantas cosas que habían quedado pendientes entre ellos.
Todas sus traiciones habían sido como un disparo directo al corazón, hiriendolo de todas las formas posibles, dándole un mal nombre al amor...
"An angel's smile is what you sell
You promise me heaven, then put me through hell
Chains of love got a hold on me
When passion's a prison, you can't break free."
Una sonrisa digna de un ángel fue lo que vió en él años atrás, cuando le prometió el cielo, solo para acabar viviendo un infierno, encadenado a la amargura y el dolor. En una prisión en la que cayó sin darse cuenta.
"You're a loaded gun
There's nowhere to run
No one can save me
The damage is done.
I play my part
And you play your game
You give love a bad name."
Aunque fue un golpe duro aceptarlo, al final lo había logrado. Aspros era un arma peligrosa que podría matarlo en cualquier momento, y ahora el daño estaba hecho.
Por desgracia, él también había jugado un papel en ese horrendo teatro, dándole un mal nombre al amor, junto a Aspros.
"Paint your smile on your lips
Blood red nails on your fingertips
A school boy's dream, you act so shy
Your very first kiss was your first kiss goodbye."
Antes de que lo notara, había terminado cantando esa canción tan fuerte como podía, afortunadamente encubierto por todos los aficionados que igual que él la coreaban.
No había forma de que Aspros lo escuchara en ese momento, quizás jamás tendrían esa despedida formal, pero entonar esas líneas llenas de sentimientos y tantas cosas que deseaba expresar, era liberador.
Expresar con todas sus fuerzas cómo lo que pareció en su momento ser el sueño materializado de cualquier adolescente, terminó convirtiendose en una pesadilla... Una de la que afortunadamente había conseguido escapar con vida, y de la que ahora solo quedaban los recuerdos. Tanto los amargos, como los más dulces, dando como resultado, una sensación similar a la de aquella pieza de Bon Jovi: creada a base de dolor y amargura, pero a la vez, llena de esperanza y deseo por resurgir de las cenizas.
Había logrado dejar de dar un mal nombre al amor. Era hora de continuar.
— ¿Cómo la están pasando?
La agitada, pero alegre voz de Kardia resonando a través del micrófono logró emocionar a todos, haciéndolos saltar pidiendo otra pista.
— El concierto está por terminar, pero hemos seleccionado una pieza muy especial para hacerlo.- Añadió el Alpha.- Damas y caballeros, para todos ustedes, ¡Reason To Live!
Con ese pequeño discurso, Kardia logró obtener una ovación del público, y los golpeteos de platillos en la batería, acompañados por las cuerdas de la guitarra, dieron inicio al gran cierre de la noche.
"Out of love, there's nobody around,
all I hear is the sound of a broken heart
Out of time, no more waitin' for you.
Now the hurtin's through, and a new day starts
And I feel a change in my life, I sailed into dark and endless nights
And made it alive."
De nuevo, a pesar de no estar familiarizado con esa música, esa balada resonó con su sentir más profundo.
Era justo como se había sentido tras la traición de Aspros: sin amor, completamente sólo, sin nada ni nadie más que su corazón roto. Pero a la vez, sabía que ya no quedaba más tiempo para Aspros.
El daño estaba hecho y no había vuelta atrás, pero tuvo una segunda oportunidad, pudo ver un nuevo día.
Había atravesado ese momento tan oscuro y salido con vida, y ahora sentía un cambio real en su vida y en todo su ser.
"Everybody's got a reason to live, baby
Everybody's got a dream and a hunger inside
Everybody's got a reason to live, but it can't be your love."
Aquel estribillo, que se repetía constantemente, terminó siendo su mayor grito plagado de sentimientos, y su forma de decirle adiós para siempre a ese Delta.
Él, al igual que todos, tenía una razón para vivir, sueños, y deseos por cumplir... Pero ahora entendía que esa razón de vivir no podía ser el amor de alguien. Ese había sido su más grande error en el pasado, y no pensaba repetirlo.
"Out of touch, with myself for so long,
now a feelin' so strong comin' over me
Down the line, there's a lesson I've learned
You can love and get burned, if it has to be
And I see a change in my life,
and I'm not alone when I'm strong inside
And I realize."
Tras haberse tomado ese tiempo para observar en retrospectiva todo lo ocurrido, y notando sus falencias, ahora podía comprender perfectamente las palabras del compositor de aquella balada: "Puedes amar y dejarte incendiar, si así debe ser." Pero, al igual que él, había aprendido que no estaba solo mientras su voluntad permaneciera fuerte, y comprendiera que tenía una razón para vivir, como todos...
Pero esa razón no era, ni podía ser ese amor que algún día sintió.
Escuchar y cantar esa pieza con todas sus fuerzas, fue como el último empujón que necesitaba para quitarse ese peso de encima y continuar con su vida sin ningún remordimiento ni temor de por medio. Era la carta de despedida que nunca entregaría personalmente a Aspros, pero que era suficiente para sanar su alma por completo.
En cuanto la guitarra dió su último riff, y la banda abandonó el escenario, no dudó en correr a su encuentro, específicamente de cierto Alpha de alocada melena violeta.
Degel y Unity tardaron solo un par de minutos en seguirle, después de intercambiar una pequeña sonrisa y ordenar una ronda de tragos para los chicos.
En su carrera esquivó todos los obstáculos, hasta conseguir ver a Kardia a lo lejos, y lanzarse a sus brazos.
El Alpha lo reconoció de inmediato entre la multitud, y no dudó en correr también a su encuentro, así como para recibirlo con los brazos abiertos.
El beso que Asmita le plantó en los labios, enfrente de todos, fue una sorpresa para Kardia, pero igualmente, no dudó en corresponderlo, estrechando al Omega en sus brazos.
— ¿Quieres salir conmigo?
— Creo que la pregunta iba antes de comerme la boca, dos veces.- Rió bajo el peli-violeta, aún abrazándolo.- Pero acepto. Claro que me encantaría salir contigo.
Tras dar su respuesta, Kardia buscó un nuevo beso, y Asmita se lo otorgó, abrazándose a su cuello, sin importarles la presencia de toda la gente, y la emoción que la inesperada declaración en público había generado.
Cuando la emoción pasó, y la música pregrabada volvió a ambientar el lugar, todo el grupo se encontró con Degel y Unity en la barra, recibiendo cada uno su cóctel predilecto: Whisky en las rocas para Mine, margarita para Calvera, sangría para Huesda, Cosmopolitan para Seraphina, y Sex on The Beach para Kardia.
Degel, como conductor designado, se mantuvo bebiendo agua mineral, y Unity decidió seguir su ejemplo.
Asmita terminó pidiendo el mismo cóctel que Kardia, tras probarlo y encontrarlo agradable en cuanto a sabor.
Todos la estaban pasando bien, celebrando la relación recién formada, y festejando el exitoso concierto de aquella noche. Recibiendo halagos por parte de varios espectadores, preguntando por próximas presentaciones en vivo, o pidiendo autógrafos... Nada a lo que Kardia y su grupo no estuvieran acostumbrados o no pudieran manejar tras más de un año en los escenarios. Hasta que la presencia de cierta Beta sorprendió a Asmita.
— Vaya, qué sorpresa verte por aquí, Asmita.
Las miradas de Calvera, Unity y Mine, cuestionandole si todo estaba bien, no se hicieron esperar. Asmita se limitó a sonreír tranquilamente y asentir para calmarlos.
— Podría decir lo mismo de ti, Úrsula.- Respondió, dándole un sorbo a su copa, sabiendo que todos en el grupo reconocieron ese nombre.- Después de todo, ¿qué haría una mujer tan elegante, con clase y sofisticada como tú en un lugar como este, con nosostros, los simples y burdos mortales?
— Muy gracioso. Ahora veo porqué el imbécil de Aspros sigue loco por ti. Los dos son igual de insoportables.
— Lamento escuchar que las cosas no van tan bien entre ustedes, pero tú lo elegiste.- Rió bajo, manteniendo su atención en su cóctel.- En fin. Saludalo de mi parte, ¿quieres?
— Lo haría, pero sé que eso haría extremadamente feliz a ese hijo de puta.- Bufó con frustración la rubia ante la indiferencia del Omega.- Y si yo me voy a joder el cuerpo pariendo a su estúpido primogénito, ese maldito se jode conmigo.
La última declaración de la mujer logró sorprender y descolocar a todos. Y Asmita, por primera vez, dirigió su mirada a ella, notando como se sujetaba el aún semi plano abdomen.
— Entonces, ¿estás embarazada?- Cuestionó tranquilamente Asmita, esbozando una sonrisa al observar la confirmación en el rostro de Úrsula.- Felicidades. Qué lindo detalle de tu parte seguirme hasta aquí solo para darme la noticia. Con gusto seré el padrino.
La inesperadamente jocosa reacción de Asmita, rayando lo burlón, fue suficiente para colmar la paciencia de Úrsula, haciéndola rabiar.
— No te creas tan importante, Omeguita.
— Avísame cuando sepas si es un niño o una niña, te enviaré un regalo personalmente.- Siguió el Omega con su acto.- Seguramente sabrás dónde encontrarme.
Úrsula, tras ver todos sus planes maltrechos, decidió retirarse enmedio de gruñidos, bufidos y murmullos, dejando al grupo solo de nuevo.
— ¿De casualidad esa es la famosa "She-Wolf"?- Cuestionó Unity con una sonrisa divertida.
— La misma, en carne y hueso.
— Vaya que le queda bien esa canción... Aunque por lo visto, mordió más de lo que podía masticar.- Bromeó el Omega de cabello blanco, contagiando a los demás.- En fin... ¡Salud por el cachorro y la futura madre!
Todos alzaron su respectiva copa, chocando los bordes de cristal, siguiendo aquella broma de Unity.
La noche aún era joven, y ninguno estaba dispuesto a permitir que una nube gris nublara el paisaje.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro