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⭐ Dedicado a Estrella_idk ⭐
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Tiempo después - Era 3.
Planeta Tierra.
Varias personas corrían por las calles de una pequeña ciudad buscando refugio ante la repentida caída de lluvia, algunos lograban llegar a su hogar a tiempo, otros quienes tan sólo recorrían la ciudad optaban por refugiarse en las localidades de la zona, deseando que la tormenta no dure tanto.
Las gemas, recientemente instaladas en aquel planeta, dieron pausa a su arduo trabajo en construir su nuevo hogar ubicado del otro lado de la colina. El clima ha estado inestable en los últimos días, dejando desprevenidos a todos los habitantes de aquella ciudad, ya sean gemas o humanos.
El viento helado soplaba de una manera agradable en las costas del muelle, mientras los pescadores se refugiaban dentro de sus botes y las gaviotas revoloteaban de un lado a otro buscando de igual forma un lugar cálido y seco para protegerse.
Un par de individuos caminaban sin apuros en la playa, libres de las gotas de agua gracias al escudo rosado posado sobre ellos. En sus brazos cargaban unas bolsas de papel con mercaderías, la idea era ir hacer algunas compras antes de que empezara a llover. Lo bueno es que ya se dirigían a su hogar.
—¿Pusiste las papas fritas en el carrito de compras? No los veo por aquí.
—Sí, Amatista. Deben estar debajo de las verduras. —contestó el chico de rizos.
—Oh, viejo. ¡Quedarán todos aplastados! —cerró los ojos llevando la cabeza hacia atrás, causando que Steven riera— Démonos prisa, antes que queden peor de lo que ya deben estar... Ah, y por la lluvia, por supuesto.
—Claro, la lluvia.
Y como si fuera una mala broma del clima, la lluvia se empezó a intensificar en ese momento causando que ambos aceleraran el paso.
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Al caer la noche, cuando ya todos se encontraban en sus camas durmiendo, lejos de la ciudad cayó un rayo, más bien, por un árbol enorme y viejo. Ésta se vino abajo, asustando a los pequeños animales del alrededor quienes segundos antes también dormían.
Un extraño fragmento fue liberado del interior del hueco que aquel árbol poseía, siendo expuesta a la lluvia. Una gema olvidada en el tiempo.
Se quedó en ese lugar un largo rato, las gotas de lluvia acariciaban cada pequeña grieta, infiltrandose en ellas. Luego empezó a brillar de manera débil y fugaz, una y otra vez, es como si le costara iluminarse por completo. Se elevó en el aire revelando varias formas extrañas hasta detenerse en uno.
La figura de la gema se hizo presente, tomó aire de manera apresurada y luego la gravedad la arrastró contra el suelo. Su espalda dolió al momento de caer, abrió los ojos con dificultad y se incorporó como pudo, observó a su alrededor; todo era borroso. Un dolor en su pecho la hizo retorcerse en su lugar, desvío la mirada a su gema encontrándose con la sopresa de que ésta se encontraba muy mal. Su miedo incrementó al notar sus manos y brazos azules.
No recordaba nada. El cómo terminó así, cómo llegó ahí, quién era...
Se puso de pie y avanzó. Trató de ir a algún lugar, ¿pero a dónde iría? Su rumbo no tenía destino fijo, sentía la necesidad de alejarse de allí sin entender el porqué. No tenía recuerdos pero aún así sabía que había algo malo consigo; su gema, su piel, su apariencia en sí.
El clima se volvía más inestable a medida que avanzaba, no temía de la tormenta, era irrelevante para ella en esos momentos, su prioridad era abandonar aquel bosque. Cuando por fin parecía lograrlo, el sentimiento de tristeza la invadió, sus labios se encorvaron emitiendo sollozos distorsionados, ajena a su situación empezó a correr por las orillas del océano, sin dejar de sollozar.
Se preguntó, ¿qué clase de horrible ser había sido para terminar de ese modo? Con su gema agrietada, al borde de desaparecer. Tal vez lo merecía, quizá se trataba de un castigo del universo el cual ella ignoraba.
Sus piernas tambalearon, se detuvieron por sí solas dejándose caer entre la arena húmeda. Llevó sus manos a la cara y su llanto empeoró. Se sentía horrible, totalmente miserable, sin saber el motivo exacto.
Si no fuera por la tormenta y su llanto tal vez se abría percatado antes de aquella voz quien ofrecía ayudarla.
Momento después lo escuchó con claridad, detuvo su llanto y enderezó la espalda.
—Hola, ¿puedo ayudarte?
Cambió su campo visual a sus espaldas, no puedo divisarlo con claridad debido a su visión borrosa. Oyó un respingo de su parte al caer el rayo; sin saber que el motivo principal fue al ver los ojos translúcidos de la misma.
—Soy Steven Universe, ¿quién eres tú? —volvió a hablar de una manera gentil.
—¿Quién soy? No lo recuerdo. —confesó, revelando su voz distorsionada en las últimas palabras.
Los labios de la gema volvieron a temblar, advirtiendo al chico que empezaría a llorar. Steven le extendió la mano libre, pues con el otro mantenía su escudo por encima de ambos, protegiendolos de la lluvia. La gema al ver hacer ese movimiento hacia ella retrocedió con miedo.
—¡No me hagas daño!
—Oh, no, por favor. No voy a lastimarte, sólo quiero ayudar. Te lo prometo. —regaló una sonrisa, aunque la contraria no lo haya presenciado.
"—Oh, no, por favor. Te lo prometo..."
Esas palabras resonaron en su cabeza, dándole la sensación de que ya lo había escuchado antes. No recordaba quién fue, pero la hizo sentir más segura.
Sus manos se deslizaron junto con los del chico, con precaución, Steven la sujetó con fuerza ayudando a ponerse de pie y luego ambos avanzaron hacia la casa. El escudo desapareció cuando ingresaron en el interior de la vivienda, a Steven no le importó dejar un rastro de agua debajo de sus pies a medida que caminaban por ahí.
Ubicó una de las sillas a un costado de la mesa y guió a la extraña gema a sentarse en ella. Sin dudas le resultaba extraña, no recuerda haber visto una gema con esas características; su gema, cabello oscuro, piel azul... Y aunque era obvio que su vestimenta resultaba ser de la corte de Diamante Amarillo lo confundía el calzado diferente en su pie izquierdo.
—Bien, el problema es obvio, tu gema está muy dañada. —habló Steven observándola a unos pasos de distancia— No me sorprende que eso te haya causado una pérdida de memoria, las consecuencias de una gema rota es diferente para cada uno. Pero no te preocupes, ya pronto estarás bien.
Steven llevó su dedo índice a sus labios, lo besó y luego lo acercó a ella.
—¡Ah! ¿Qué haces? —exclamó ésta cubriendo su gema.
—Voy a curarte.
—¿Y dolerá?
Steven no pudo evitar reír:— No, claro que no. Tal vez sientas un cosquilleo pero es todo.
Mantuvo silencio un momento, el mitad orgánico no supo con exactitud si lo estaba observando a él o su mano, al no poseer pupilas era difícil percatarse de ello.
Ella dejó caer sus brazos con lentitud, permitiendo acceso a su fuente de energía, Steven posicionó el dedo índice en ella y pequeños brillos aparecieron. El cuerpo de la gema empezó a brillar dejándolo casi ciego, al volver a la normalidad fue claro que su apariencia había cambiado de una manera drástica. Su cabello se tornó verde mar, su piel pálido y su vestimenta había cambiado de igual forma dejando de lado cualquier rasgo en pertenecer a la corte de algún diamante.
Alejandrina abrió los ojos dejando al descubierto unas pupilas normales, cuando todo a su alrededor se tornó más visible y no una mancha borrosa se sintió más aliviada. Aunque eso acabó al ver a Steven frente a ella. Empezó a gritar de la nada, Steven imitó su acción al oírla así, y con la intención de alejarse Alejandrina calló con la silla de espaldas.
—¿Qué sucede? ¿Estás bien? —habló el de risos totalmente desconcertado.
A17 se puso de pie y volteó a observarlo. Su expresión de confusión era notable, entonces su piel cambió a dorado.
—¿Cómo...? ¿Dónde...? —balbuceaba para sí misma, nuevamente clavó la mirada en Steven— ¿Quién dijiste que eras?
—Me llamo Steven. —se frotó los ojos sin comprender lo que acababa de pasar— Ah, no lo entiendo. ¿Tu piel acaba de tornarse diferente o soy sólo yo por la falta de sueño?
Alejandrina elevó las palmas de sus manos para observarlas, dio un respingo y volvieron a cambiar de color a un tono naranja.
—¡Lo hiciste otra vez! ¿Quizá sea un efecto secundario de tu gema agrietada? —cuestionó el chico.
—Gema agrietada... ¿Gema? ¡A19! ¡Tengo que salir de aquí!
Alejandrina corrió hacia la puerta y por alguna razón terminó estrellandose contra ésta. Steven fue a ayudarla a levantarse.
—Oye, ¿qué fue eso?
—Eso dolió. —se frota la cara. Su piel volvió a cambiar— ¿No se supone que debe deslizarse hacia un lado?
—Ahora eres lila. ¿Porqué?
A17 oprimió la mandíbula, rechazó su ayuda y se incorporó por sí sola.
—Ya deja de preguntar sobre eso, ¿quieres? No es la gran cosa cambiar o no de color.
—Pero se supone que debí curarte, tu gema se ve bien, no entiendo qué pasó.
—Aguarda... ¿Cómo es que lograste hacer esto con mi gema? —se apuntó a sí misma y luego a él— Eres humano. No tiene sentido.
—En realidad, tengo poderes sanadores gracias a mi gema.
Steven elevó su pijama levemente dejando ver un cuarzo rosa donde bebería ir su ombligo.
Silencio.
—¿Qué clase de gema es un Steven?
Él soltó una leve risa:— Soy mitad gema gracias a mi madre.
Él guió su mirar al cuadro de su madre, ubicado hacia las escaleras. Alejandrina imitó su acción y no volvió a hablar.
—¿Qué sucede? —se atrevió a preguntar el chico después de un rato— Por favor dime que no tienes problemas con mi madre.
—¿¡Tu madre es Rose!? —retrocedió unos pasos, no era sorpresa que su piel volviera a cambiar y se obligó a sí misma a volverla normal— ¿Cómo es que tú...? ¿Que ella...? ¿Eso es posible?
Steven no supo qué decir y sólo se encogió de hombros algo apenado con sus preguntas. La otra gema observó su alrededor con más detalle, encontrándose con un transportador ubicado en ese mismo lugar y una puerta con gemas incrustadas en ella.
—Creo que me perdí de muchas cosas. —pensó en voz alta. Suspiró antes de volver a dirigirse a él— ¿En qué Era estamos?
—Ahh, ¿en el Siglo 21?
—Debí ser más específica. No el tiempo terrícola, me refiero a la Era, como ¿el del Planeta Madre?
—Oh, en ese caso. La Era 3. —sonrío nervioso al ver nuevamente la reacción de la gema, totalmente desorientada— Debe ser demasiada información para procesar, lo entiendo, las otras reaccionaron igual o peor al enterarse de ciertas cosas. Hagamos esto con calma, ¿te parece?
Steven se dirige hacia la silla que A17 había tumbado momentos antes, lo levanta y acomoda en su lugar. Con un movimiento de manos la invitó a sentarse nuevamente a ella, ésta pareció pensarlo un momento y luego hizo lo indicado.
—Esto tomará tiempo, así que, adiós al hecho de volver a la cama. —tomó un recipiente y empezó a llenarlo con agua, mientras seguía de espaldas a ella continuó hablando— Bueno, iniciemos con lo básico. ¿Cómo te llamas?
—Alejandrina, serie C sección A/17.
El chico giró la cabeza:— Ahh, lo dejaremos en Alejandrina. ¿Te parece bien?
—Supongo.
—¿A qué te dedicabas en el Planeta Madre? —ubicó el recipiente en su lugar para luego empezar a hervir el agua.
—A explorar planetas.
—Suena divertido. —A17 frunció los labios. Steven volteó y tomó asiento del otro lado de la mesa, quedando en frente suyo.
—Si confirmar planetas para su destrucción total te parece divertido, entonces sí, es divertido.
Nuevamente silencio.
—Ah, tema difícil. Pasemos a las diamantes. —Steven vuelve a soltar una risa nerviosa— Ellas, bueno, abandonaron su "reino del terror", ya sabes, conquistar planetas, sus ejércitos, las colonias... ¡Y son más compasivas ahora!, al menos, eso intentan. Ayudaron a las gemas corruptas a volver--..
—¿Somos del mismo universo? —interrumpió Alejandrina.
—¿Disculpa?
—¿Hablas de las mismas diamantes quienes llegaron a invadir y destruir planetas por varios siglos sin piedad alguna?
—Sí, bueno, ese el punto, todo es diferente ahora. —hizo una leve pausa, la gema frotaba su muñeca izquierda por alguna razón— ¿Tienes frío? Qué torpe, debí ofrecerte una manta, estás empapada por la tormenta. Ahora regreso.
Steven se puso de pie ante la mirada confusa de la gema, se dirigió a su habitación y tomó en manos la primera manta con el que se encontró. Alejandrina lo siguió con la mirada.
—¿Qué es frío? —susurró. Ella sólo trataba de recordar dónde habrá dejado su comunicador.
Observó nuevamente aquel retrato de Rose, tan pacífica y radiante como lo recordaba. No era una novedad mencionar que se había perdido de muchas cosas. Un momento estás bien y de la nada te agrietan la gema terminando en un mundo completamente nuevo y ajeno. Era el mismo planeta del que se había encariñado pero muy diferente.
Se preguntó qué habrá pasado con las demás gemas, según en hijo de Rose todas eran libres, eso sólo la hizo pensar en una cosa; las Crystal Gems habían ganado. Sonrió para sí misma, podía sentir la paz en su interior que tanto anhelaba.
Sólo que Alejandrina aún no estaba al tanto de aquel amargo triunfo, pero pronto se enteraría. Como lo había hecho con las demás gemas desorientadas, Steven la mantendría al tanto de todo lo que se había perdido.
Y una vez más, Alejandrina tendría que empezar desde cero.
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El fin de semana tuve problemas de conexión, por ese motivo lo publico recién ;-;
¡Por fin aparece el niño! Esperé mucho para que llegara este momento jajaja. Hice una leve ilustración sólo para aclarar cómo es la forma de Alejandrina UnU
(Es aquí donde cae de espaldas de la silla xd. Lástima que no pude recrearlo).
Si hay alguna duda o sugerencia, no tengan pena en dejarlos por aquí. ¡Nos leemos pronto! 💕
-Yellow🌙-
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