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Los motores se apagaron y la gema exploradora se permitió soltar un suspiro de alivio, las dos hologramas de apoyo desaparecieron y A17 se dirigió a la puerta de la nave.
A pasos lentos se dirigió al salón en busca de su Diamante, se tomó su tiempo, era como si no quisiera llegar a ella. Y así era.
La Tierra era un lugar tan hermoso que recordar que toda aquella belleza sería destruida para la producción de gemas la tenía inquieta, con un poderoso e inexplicable sentimiento de culpa, y sí, en parte era culpa suya, estaba en camino de confirmar la destrucción de la misma.
Pero tampoco podía desobedecer así como si nada, no podía dejar a un lado su propósito, para eso había sido creada.. Para ayudar a los diamantes a destruir mundos.
De un momento a otro se encontró con las enormes puertas del salón donde se hayaba Rosa, éstas estaban abiertas de par en par, su llegada fue totalmente notoria, no podía dar marcha atrás. Perla se hallaba hablando sobre algo, el cual proyectaba en un holograma con ayuda de su gema algunos símbolos que la reciente gema no pudo divisar y comprender desde esa distancia, y la expresión de Diamante Rosa reflejaba una pizca de aburrimiento y seriedad. Cuando la vió parada en medio de la puerta su humor cambió levemente y se enderezó en su trono.
—Uh, Alejandrina regresó. —exclamó formando una sonrisa.
Perla detuvo su hablar y se deshizo de su holograma, poniendo atención a la exploradora. A17 se apresuró en acercarse esta vez e hizo el saludo correspondiente antes de dirigirle la palabra.
—¿Y bien? ¿Cómo es la Tierra? —cuestionó el diamante con notoria curiosidad. ¿Porqué todos hablaban antes que ella?
—Primera exploración; planeta Tierra. Se encuentra habitado por diversas criaturas orgánicas, en su mayoría seres de intelecto inferior. Debilidad; sin definir. El planeta dispone de las condiciones adecuadas para la producción de gemas.
El diamante inclinó la cabeza de un lado y eso tensó a la gema frente a ella. ¿Acaso dijo algo incorrecto?
—Ahh, sí eso es maravilloso, pero ¿cómo es la Tierra? —volvió a preguntar.
—¿Quiere que se lo describa, Mi Diamante?
Rosa afirmó con la cabeza, eso la desconcertó aún más. No estaba preparada para eso.
Buscó las palabras adecuadas antes de abrir la boca:— Es muy.. ¿verde?
—Verde. —repitió su diamante.
—¡No! A lo que me refiero es que.. Es muy colorido. La Tierra posee tantos colores que honestamente no sé cómo llamarlos a todos, existen unas pequeñas cosas llamadas "flores" de diferentes colores que crecen en el suelo y huelen muy bien, hay otras que crecen tan altos y son decorados con algunos círculos rojos del tamaño de un puño. El cielo azul decorado por partículas blancas, ¡incluso cambian de color antes de que aparezcan las estrellas! Y olvido la mejor parte, el dulce sonido de las pequeñas criaturas voladoras que viven en esas cosas altas llamados "árboles", son los que contienen esos círculos rojos como adorno. ¡Oh! Y también.. —se detuvo en seco al ver la expresión confusa de Perla, la gema realmente no sabía de lo que ésta estaba parloteando. Pero Rosa sonreía, sin tener idea de aquellas "cosas" de lo que mencionaba, pero aún así se veía emocionada por escucharla hablar de ellas. A17 aclaró su garganta— Ahh, siento que me estoy dejando llevar, Mi Diamante. Lo lamento.
—Oh, no, no, eso estuvo perfecto. La Tierra se oye.. Extrañamente maravilloso. —mencionó Rosa— Es una pena que no pueda verla con mis propios ojos.
—Si eso es lo que desea, puedo mostrarle algunos lugares procedentes del planeta Tierra.
—¿En serio? ¿Puedes hacer eso? —la voz de Rosa anhelaba que así sea.
—Por supuesto, las exploradoras siempre llevamos un registro completo con las características del planeta asignado, eso incluye los escaneos visuales realizados para el informe final. —elevó su brazo izquierdo para tener acceso a un pequeño botón situado en lo que parecía ser un comunicador en forma de brazalete, al presionarlo, un holograma con los registros de todas las exploraciones que había hecho se hizo presente— Mi Diamante, le presento el planeta Tierra.
Con los dedos desliza el holograma en dirección a Diamante Rosa, agrandando el tamaño de ésta y revelando la primera imagen. Los ojos rosas del diamante se agrandaron e iluminaron al contemplar el paisaje de un campo de flores, éstas se mecían levemente con el viento, luego la vista desde una colina lleno de árboles de distintos tamaños, las nubes blancas en el cielo, pájaros celestes, marrones y negras volando de aquí y allá, también había imágenes en movimiento de lagos, insectos, plantas de todo tipo y cascadas. La expresión de Rosa no tenía comparación, Alejandrina les enseñó todo lo que logró escanear para el informe, no eran muchos pero si lo suficiente para terminar complaciendo a su diamante.
La muestra del improvisado informe visual terminó con el dichoso atardecer que había capturado con su mágico encanto a la misma gema quien lo proyectaba. Rosa se levanta de su trono y se acerca para contemplarlo mejor.
—Cosmos galácticos... —llevó ambas manos a su boca, sintió que sus labios no podrían soportar su amplia sonrisa— Es realmente hermosa.
—Concuerdo con usted, Mi Diamante. —añadió la exploradora. Luego de unos segundos hizo desaparecer el holograma— Eso es todo en mi registro. Espero la haya complacido.
—Fue más que suficiente, Alejandrina. —tomó aire y luego volteó hacia la otra gema— Empecemos con la siguiente fase.
—Los inyectores serán enviados de inmediato al planeta Tierra. —habló Perla.
.
[...]
.
La puerta se deslizó a un lado, revelando un salón vacío. Otra vez.
Había olvidado por un momento que ser de la corte de Amarillo, Azul o Blanco demandaba tiempo. Las otras exploradoras debían estar camino a una nueva misión a un planeta extraño, mientras ella se quedaba en el Planeta Madre, sin hacer nada.
No es como si no quisiera hacer algo, A17 realmente no tenía nada qué hacer, la misión al planeta Tierra fue su última orden de exploración. Al principio sintió un gran alivio el hecho de no estar corriendo de aquí y allá hacia un nuevo mundo y soportar la presencia de Amarillo cuando daban los reportes, pero con el pasar del tiempo, se volvió desesperante no tener nada que hacer.
La Tierra.. Estaba consciente que su acto le traería consecuencias, claro, si alguien se enteraba de ello y la delataba. ¿Escabullirse para ir a visitarlo? ¿Quién hace eso? Es considerado una gran falta, eso la llevaría a la fragmentación absoluta.
Al menos sus conversaciones con Rosa respecto a la Tierra sí eran honestos. Adoraba conversar con alguien más sobre ese tema.
Al no tener otro lugar a dónde ir, decidió volver junto con Diamante Rosa. Al menos oir a Perla hablar sobre cosas al azar la distraería del hecho de que ya no tenía un propósito.
Al llegar, como era de esperarse, dicha gema se hallaba informando a Rosa sobre algún tema en específico, mientras ésta sólo se mantenía quieta en su lugar, aunque su rostro no expresaba interés alguno. Alejandrina se colocó a un lado del trono para observar al holograma hacer su trabajo, al menos disponer tiempo de sobra la ayudó en conocerlas un poco más.
El resumen de ello sería; Rosa, un diamante enigmático, solitaria y triste. Era extraño lograr hacerla feliz de verdad, ésta siempre hallaba una excusa para borrar su sonrisa.
Perla, una gema servicial, elegante y compasiva. Aún hay algo peculiar en su interior que Alejandrina no pudo descifrar, pero sí el hecho de que hacía todo lo posible para tratar de hacer feliz a su Diamante.
—¿Alguna vez imaginaron que tener una Colonia sería tan aburrido? —cuestionó el diamante, con una sonrisa fingida. Primero observó a la exploradora, ésta no supo qué responder.
—Puedo imaginarlo si usted lo desea, Mi Diamante. —respondió Perla juntando sus manos en su pecho y con una sonrisa.
Diamante Rosa la observó y cambió nuevamente su mirada a una aburrida.
—Muéstrame cómo está la guardería primaria.
—Sí, Mi Diamante. —respondió Perla sin borrar su sonrisa. Coloca su mano sobre un botón en forma de rombo y de su gema se proyecta un holograma de la Tierra— Los primeros soldados de cuarzos surgirán pronto..
—¡Ah! —exclamó Rosa de repente causando que Perla se desoriente y haga desaparecer su holograma— ¡Finalmente algo emocionante!
Se levantó del trono lo más rápido que pudo e invitó a ambas gemas a seguirla hasta la habitación del globo esfera.
El diamante ya se hallaba arrodillada en frente de aquel artefacto cuando ambas gemas ingresaron a la habitación, Perla se dio prisa para llegar junto a ella.
—Vamos Perla, Alejandrina. Tenemos que ver esto. —añadió sonriente observando la esfera. Una de las pocas ocasiones en que se la ve sonriendo de verdad.
—Sí, Mi Diamante. —Perla colocó su mano sobre el aparato y las paredes cambiaron al paisaje de la guardería.
Los ojos de Alejandrina se agrandaron al verlo, esa parte del planeta se veía tan triste y sombrío. Volteó para observar mejor el alrededor, las paredes donde las gemas emergían seguían hasta donde su vista le permitía llegar.
—Miren esto, ¡estamos creando vida a partir de la nada! —la voz de su diamante retumbó en su cabeza. "¿A partir de la nada?"— ¡Bienvenida a la Tierra!
Pudo cambiar su campo visual a tiempo cuando la Amatista atravesó a Diamante Rosa cual holograma, siguió con la mirada a esa gema hasta que ésta llegó junto a su grupo a esperar a las otras emerger.
Pertenecer a un grupo se sentía bien, te hacía sentir parte de algo importante. Se acercó a unas Amatistas que reían entre ellas, ver y escuchar como éstas se llevaban bien la hizo sentir horrible. Ya nunca estaría riendo con su escuadrón de ese modo, molestando a Peridot entre todas, ir a explorar mundos nuevos, ¡tener un propósito! Aunque pensándolo bien, aquello implicaba destruir un planeta para dejar nada.
Destruir vidas.
¿En serio estaba permitiendo que eso le pase a la Tierra?
¿Porqué no estaba haciendo nada al respecto?
Prácticamente ya no tenía un propósito, ¿qué es lo que pasaría de ahora en más con ella? ¿Sería una especie de gema adorno en la corte de Diamante Rosa?
¿Y si Rosa falla en su prueba y demuestra no estar preparada para una responsabilidad tan grande como para tener una Colonia? No creía en la opción de devolverla a la corte de Diamante Amarillo.
Deseaba hacer algo al respecto, pero no tenía idea de cómo hacerlo. O por dónde empezar.
—¡Perla eso es! Eres brillante. —la voz de Rosa llamó su atención a lo lejos.
—Me alegra servir de ayuda, Mi..
Diamante Rosa cambió su apariencia a un Cuarzo Rosa ante sus ojos.
—..Diamante. —concluyó Perla.
Alejandrina pudo haber jurado sentir el cambiar de color a naranja en su cuerpo por el asombro, se obligó a sí misma a volver a la normalidad antes de que alguien se diera cuenta de ello.
—¡Ah! ¿Qué pasó? —A17 se acercó junto al par, desconcertada— Mi Diamante, ¿por qué cambió de forma a un Cuarzo Rosa?
—¡Para ir a visitar la guardería en la Tierra! ¿No es emocionante? —le respondió Rosa.
Ella intercambió mirada con Perla. Esto era demasiado.
De todos modos, las tres gemas fueron a visitar la guardería. Rosa no era muy buena manteniendo la calma ante la emoción de visitar el planeta Tierra y por supuesto, dar la bienvenida a las Amatistas. A17 también se maravillaba cada vez que la visitaba a escondidas, pero esta vez fue diferente, no soportaba estar en ese lugar por más tiempo. Todo era tan desesperante.
Cuando Perla sugirió que ya era suficiente y que debían volver al Planeta Madre, Alejandrina estuvo en acuerdo con ello, pero Rosa pensaba diferente.
—Alejandrina, muéstranos más lugares del planeta.
—Ahh, ¿cómo dijo? —respondió A17.
—Estoy segura que este será mi primera y última vez visitando la Tierra. Quisiera aprovecharlo al máximo.
Se quedó observándola unos segundos.
Bueno, después de todo ella era su Diamante, debía abedecerla sin importar lo que pase.
—Si eso es lo que desea. —respondió al fin.
—¡Ah! ¡Esto es increíble! —tomó de las manos a ambas gemas y salió corriendo fuera de la guardería— ¡No perdamos más tiempo!
El lugar que rodeaba la guardería primaria se componía de un campo de flores. Esa fue la primera parada.
—Esto es uno de los tantos recursos disponibles para la producción de gemas. —comentó Perla.
El cuarzo se inclinó para sostener varios pétalos de flores que se encontraban en el suelo, para luego aventarlo en el aire sobre ella. Pudo divisar el rostro de Perla tornarse de un color diferente al observar feliz a su Diamante, Alejandrina no logró comprender el motivo de su mirada y decidió dejarlo pasar.
Se adentraron al bosque, A17 se encargó de informarla con respecto a la fauna y flora que poseía el planeta, era divertido ver las expresiones de Rosa cuando se topaba con un ave, un arbusto lleno de frutos o una simple mariposa que revoloteaba cerca de ella. Claro que, obviamente era la primera vez que interactuaba con ellas, hasta llegó a abrazar a un árbol por un largo rato sin motivo alguno.
Pasaron cerca de una laguna, en ella pudieron divisar algunos peces de escamas muy singulares, A17 se ofreció atrapar a uno para que su Diamante pudiera tocarlo. Tuvo complicaciones al tratar de atraparlo, eso incluye el hecho de terminar mojada de pies a cabeza, pero lo consiguió.
—No debe dejarlo por mucho tiempo fuera del agua, al parecer estas criaturas lo necesitan para vivir. —recomendó la exploradora. Eso lo había confirmado de una mala manera.
—Son tan escurridizos. —añadió el Cuarzo divertida, para luego ponerse de cuclillas y dejarlo ir nuevamente en el agua.
—Visitemos otro lugar, Mi Diamante.
Rosa se enderezó dispuesta a alejarse pero unas criaturas extrañas captaron su total atención, se trataba de los humanos.
Un niño se hallaba acarreando agua en un recipiente de barro, otros dos adultos lo acompañaban; el hombre llevaba un recipiente igual sobre sus hombros y la mujer cargaba en brazos a un recién nacido. Los tres humanos se retiraron del lugar sonrientes, sin haberse percatado de los otros tres individuos quienes los observaban no muy lejos de allí entre los arbustos.
Diamante Rosa ordenó retomar en dirección a la guardería luego de esa escena.
[🌹]
La exploradora llevó la vista hacia las nubes, éstas estaban grises, demasiados.
Se avecina una tormenta.
—¿Todo está bien, Mi Diamante? Parece perturbada. —preguntó Perla, una vez que llegaron al campo de flores.
—Toda esta vida ha crecido salvaje en la Tierra. Nada sobrevivirá a mi invasión. —respondió Rosa, con la mirada clavada en algún lugar del suelo. A17 la observó con atención— No estamos creando vida de la nada, estamos quitándola y dejando nada en su lugar.
—Mi Diamante... ¿En serio piensa eso? —cuestionó Alejandrina casi en un susurro, su tono de voz era más de asombro que de pregunta. Una pequeña indirecta, más bien. Rosa deslizó la mirada a ella.
—Perdóneme —agregó Perla, casi en un grito—, jamás debí sugerir traerla a este lugar.
—No, Perla. Necesitaba ver esto.
Con la ayuda de un rayo, la lluvia se hizo presente y Diamante Rosa al fin fue consciente de sus acciones hacia su preciado planeta.
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Creo que es el capítulo más largo hasta ahora jajaja, espero no les haya aburrido, pues quisiera aclarar primero cómo es que Alejandrina terminó en la forma en que Steven la encontró UnU
¿Cómo les va en sus clases virtuales?
Estoy harta de tantas tareas que apenas logro entender :'c
Como sea, espero que todos estén bien <3 ¡Gracias por leer! ✨
-Yellow🌙-
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